Description:DONALD CALLOWAN tuvo conocimiento desde el mismo instante en que el poderoso vehículo penetró en los jardines que rodeaban la parte anterior del monumental edificio de la Spacial International Police, en Washington. Que la llegada de aquel coche hubiese llamado la atención de una de las telefonistas, afortunadamente colocada junto a uno de los ventanales del segundo piso, era una cosa más que natural. Porque aquel banderín que el auto llevaba sobre su guardabarros derecho era conocido en todo el mundo, no solamente por el círculo rosado que le servía de insignia, sino por las letras que se habían hecho famosas en el mundo entero: «C. M.» (Consejo Mundial).