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Portugués, inglés y español en el continente americano PDF

62 Pages·2011·0.25 MB·Spanish
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HECHOS/IDEAS JOSÉ LUIS JOBIM Portugués, inglés y español en el continente americano: ¿lenguas de modernidades? A pesar de que durante esta primera década del siglo XXI se formaron grandes bloques trasnacionales como la Unión Europea y el Mercado Común del Sur (Mercosur), estos no generaron una producción crítica proporcional a los cambios ocu- rridos en los territorios y las poblaciones involucradas en la crea- ción de estos bloques. Era de esperar que, junto a ellos, también 4 proliferaran instituciones trasnacionales que ayudaran a pensar es- 3-1 tos sentidos, desde los varios ángulos de las poblaciones e intere- pp. ses que comprenden. Pero esto no ha ocurrido en una escala desea- 011 2 o/ ble, principalmente en lo que respecta a la cultura. De esta forma se ni u impide o se dificulta la diseminación del conocimiento entre varios bril-j a niveles de contactos, encuentros e intercambios culturales, hasta lle- 3 6 2 gar a la construcción de comunidades trasnacionales que buscan con- o. N solidar estos bloques. as c éri Una de las instituciones que más ha contribuido al estudio crítico m A s de la cultura en América ha sido la Casa de las Américas de Cuba, a e l d que en su medio siglo de existencia incorporó a intelectuales locales a s a C de peso, quienes junto a los que llegaron de fuera contribuyeron en a st forma relevante al pensamiento sobre el llamado Nuevo Mundo. evi R 33333 Acerca del papel de la lengua española en el Ca- tuguesa com os mandamentos da Santa Madre ribe y en América, el poeta y pensador Roberto Fer- Igreja (1540), de João de Barros, también se publi- nández Retamar ha brindado contribuciones de gran caron en épocas de expansión imperial. Aun más, interés. En «El español, lengua de modernidades», Fernão de Oliveira propone el empleo generalizado ensayo que en su primera versión fue leído en la ce- de la lengua portuguesa con el argumento de que los remonia de ingreso a la Academia Cubana de la Len- griegos y los latinos, cuando mandaban en el mundo, gua, en 1995, Retamar realizó un balance del papel obligaban a todos los pueblos dominados a que usa- de la lengua española en América. Este texto, en con- ran sus lenguas, las de los dominadores.2 Parece, junción con otros, nos lleva a determinadas reflexio- por lo tanto, que hay alguna relación entre la expan- nes comparativas, en las que, desde la mirada cari- sión imperial ibérica y el desarrollo de una tecnología beña de este escritor, es posible considerar también de aprehensión, conocimiento y transmisión de de- nuestra experiencia como brasileños, sudamericanos, terminada imagen de la lengua, configurada en los latinoamericanos o sencillamente americanos –si se volúmenes conocidos como gramáticas, y que nos permite el uso de esta palabra en un sentido dis- permitieron el desarrollo de una tecnología de tra- tinto al que usa los Estados Unidos–, a propósito de tamiento, comprensión y difusión de las lenguas.3 la lengua portuguesa y la lengua inglesa. Hay una comunión entre los puntos de vista del pensador cubano y una vertiente de análisis del dis- Gramática del imperio curso en Brasil que, trabajando la historia de las ideas lingüísticas, ha desarrollado una serie de textos Retamar nos recuerda que la lengua llegó con los respecto a cuestiones de las lenguas europeas en el barcos y que, con ella, venían las semillas de una llamado Nuevo Mundo, sobre todo –y especial- nueva sociedad gestada entonces en diferentes si- mente– el trabajo de la investigadora Bethania tios de Europa: Cristóbal Colón «llevaba en sus velas Mariani titulado Colonização lingüística. la modernidad del capitalismo». Señala además que 2 «Porque sólo por esto viven todavía Grecia y Roma, quince días después de la partida de aquellas cara- porque cuando señoreaban el Mundo mandaron a toda belas, Antonio de Nebrija publicó en Salamanca su la gente sometida a ellos a aprender sus lenguas y en Gramática castellana, en la que aparece una de- ellas se escribían muchas buenas doctrinas, y no sola- dicatoria a la reina Isabel que dice: «Siempre la len- mente escribían en ellas lo que entendían, sino que tras- gua fue compañera del império, i de tal manera lo ladaban a ellas todo el don que leían de otras. Y por este aspecto nos han obligado, aún hoy, a que trabajemos siguio que junta mente començaron, crecieron i flo- para aprender y apurar lo suyo, olvidándonos de lo nues- recieron, i después junta fue la caída de entram- tro. No hagamos lo mismo, pero volvamos hacia noso- bos».1 Hay que observar que en Portugal tanto la tros que aún es tiempo y ahora somos señores, porque Gramática da língua portuguesa (1536), de Fer- es mejor enseñarle a Guinea a que seamos enseñados não de Oliveira, como la Gramática da língua por- desde Roma, aunque tuviera ella ahora todo su valor y precio», Fernão de Oliveira y Maria Leonor Carvalhão Buesco: Gramáticos portugueses do século XVI, Lisboa, 1 Roberto Fernández Retamar: «El español, lengua de mo- Instituto de Cultura e Língua Portuguesa, 1978, p. 96. dernidades», Concierto para la mano izquierda, La 3 Sylvain Auroux: A revolução tecnológica da gramati- Habana, Casa de las Américas, 2000, p. 48. zação, Campinas, Editora da Unicamp, 1992. 44444 Retamar llama la atención sobre el hecho de que Tanto en el caso de la corona portuguesa como Colón «llevaba en sus velas la modernidad del capi- en el de la Iglesia, se trataba de una lengua única, talismo», con ello resalta que el emprendimiento del sea la portuguesa o la brasílica, una convocato- navegante genovés significaba el encastre de una es- ria para diluir la diversidad. Al fin y al cabo, en tructuración económica en el Nuevo Mundo que no ambos casos el objetivo era el mismo: inscribir al era «nativa», y que tendría consecuencias dentro del indio como sujeto colonizado cristiano y vasallo proceso de colonización. Por su lado, Mariani su- del Rey desde un aprendizaje y utilización de una braya que la introducción de la lengua portuguesa en única lengua.4 Brasil traería consecuencias de naturaleza análoga. De la misma forma que la lengua trae en su núcleo Mariani llama la atención sobre el hecho de la una memoria de sentidos, su diseminación significa gramatización de una lengua sin escritura, y desco- también la de su memoria, pero cuando la lengua nocida hasta ese entonces (la lengua brasílica o len- desembarca de las naves, este aspecto se asocia al gua general), lo cual supuso la aplicación de una proyecto de los que podrán hacer uso de ella para tecnología gramatical que ya existía, que era em- el emprendimiento colonial, dentro de un proceso pleada en relación con las lenguas europeas, y ubi- de instalación en el nuevo territorio. En el caso bra- caba aquella lengua en otro contexto, lo que repre- sileño, aunque el portugués fuera la lengua imperial, senta un paso para el proceso de traducción, los jesuitas tenían una política lingüística asociada al adaptación y conversión de los sentidos pertinen- proyecto de cristianización, es decir, al hecho de tes de la cultura indígena hacia los sentidos consti- utilizar la lengua de la manera más conveniente para tutivos de la cultura europea y cristiana: «Se trata esos efectos. Esto suponía una apertura al uso de de un trabajo realizado en el orden de la lengua, otras lenguas que no fuesen las del imperio. De esa cuyos efectos producen el restablecimiento de sig- forma, surge una situación dentro de la cual, tenien- nificados, inclusiones y exclusiones de sentidos en do como objetivo atender a los intereses del orden el orden del propio discurso indígena».5 jesuita, se utilizaron todos los recursos existentes Habrá, en el caso de Brasil, una situación por la hasta el momento para la comprensión, disemina- cual la lengua brasílica pasa a tener un uso genera- ción y estructuración de comunidades lingüísticas. lizado hasta el siglo XVIII, al punto que aun los hijos De ahí la multiplicación de publicaciones (dicciona- de portugueses nacidos en el territorio serán com- rios, gramáticas) con la finalidad de desempeñar petentes. Sin embargo, la generalidad de este uso mejor el papel que correspondía a los jesuitas en el no representa una situación por la cual los nativos emprendimiento colonial, mediante una instrumen- poseerían un estatus diferente de los naturales de tación de la lengua desde las técnicas y los objeti- otras regiones donde, para hacer uso de la expre- vos europeos. Por ello, la llamada lengua general sión de Retamar, «las velas del capitalismo aporta- o lengua brasílica fue gramatizada y empleada por ron» porque el cuadro de referencias en que se in- aquel orden de forma masiva, general e irrestricta, hasta cerca del siglo XVIII. No obstante, aun el em- 4 Bethania Mariani: Colonização lingüística, Campinas, pleo generalizado de esta lengua, según Mariani, Pontes, 2002, p. 96. no puede ser disociado del proceso colonizador: 5 Ídem. 55555 serta la lengua brasílica es el de la colonización ple- los pueblos rústicos la barbarie de sus antiguas na. De esta forma, solo cuando en el ámbito de las costumbres; y ha demostrado la experiencia que propias fuerzas colonizadoras se establece una con- a la vez que a ellos se les introduce la lengua del tradicción de intereses, hay una imposición de la len- Príncipe que los conquistó, se les radica también gua portuguesa como única y exclusiva en Brasil. Esto el afecto, la veneración y la obediencia al dicho ocurre a lo largo del siglo XVIII, cuando los intereses Príncipe. Observando, pues, todas las Naciones políticos y económicos de la orden jesuítico entran refinadas del Mundo, este prudente y sólido siste- en conflicto con los de la corona portuguesa y la prác- ma, en esta Conquista se practicó todo lo contra- tica de catequización y control de la población indí- rio, que sólo cuidaron los primeros Conquistado- gena a través de la llamada lengua geral o lengua res establecer en ella el uso de la Lengua, a la que brasílica pasa a ser rechazada de plano. El proceso llamaron general, invención verdaderamente abo- comienza con una serie de órdenes regias, lo que minable y diabólica, para que privados los Indios implica que «para el Estado portugués era necesaria de todos aquellos medios, que los podrían civili- la sujeción de la colonia al orden político jurídico, y zar, permaneciesen en la rústica y bárbara suje- tal control debería pasar por la mediación de la reli- ción, que hasta en aquel entonces conservaban. gión católica y la lengua portuguesa».6 Uno de los principales cuidados de los Directores Solo en el siglo de las luces la lengua brasílica, para desterrar este pernicioso abuso, será esta- gramatizada por los jesuitas («domesticada por el blecer en sus respectivas poblaciones el uso de la aparato de descripción gramatical europeo y por la Lengua Portuguesa, sin consentir de ningún modo, conversión de los sentidos culturales inscritos en que los Niños y Niñas, que pertenecen a las Es- ella»),7 será demonizada, hasta que en 1755 el mar- cuelas, y todos aquellos Indios que sean capaces qués de Pombal, en el Diretório dos Indios, pros- de instrucción en esta materia, usen la Lengua pro- cribe el uso de cualquier otra lengua que no sea la pia de sus Naciones, o de la llamada general, sino portuguesa con el siguiente argumento: que usen únicamente la Portuguesa, de la forma en que Su Majestad lo ha recomendado dentro Ha sido siempre máxima inalterable por todas las de repetidas órdenes que hasta el momento no se naciones que conquistaron nuevos dominios in- han observado, causando total ruina Espiritual, y troducir pronto en los pueblos conquistados su Temporal del Estado.8 propio idioma, pues es indisputable que este es uno de los medios más eficaces para desterrar de A causa del conflicto de intereses entre la coro- na portuguesa y la orden jesuita, en la medida en 6 B. Mariani: Ob. cit. (en n. 4), p. 138. que dos lenguas eran aceptadas en Brasil, el Diretó- 7 «Se trata de una lengua no europea que posee los mismos rio dos Índios pone un punto final a la cuestión y medios –diccionarios, gramáticas, documentos escritos– deroga la situación anterior. Se estigmatiza la lengua que pueden permitir la producción de leyes escritas, la compilación de datos respecto a la naturaleza, la sistema- 8 «Directório dos Indios do Marquês de Bombal» (ver- tización de memorias, la producción de literatura, en fin, la sión reducida), Lateinamerika-Institut, en: <http:// constitución de una nación civilizada otra, diferente e in- www.lai.at/wissenschaft/lehrgang/semester/ss2005/rv/ dependiente», B. Mariani: Ob. cit. (en n. 4), p. 141. files/pombal.directorio.1755.pdf>. 66666 general como «invención verdaderamente abomina- las prácticas lingüísticas, que mantendría en posi- ble y diabólica», y se sustituye por la lengua portu- ción subalterna el uso brasileño de la lengua. guesa, a la que se presenta como medio de civiliza- Puesto que las normas establecidas para el uso ción e inculcación de sometimiento a la corona. Se del idioma solo se originaban desde la metrópoli –y crea, entonces, la imagen de que la «falta» de la len- Brasil registraba acentuadas variaciones respecto a gua portuguesa implicaría ausencia de civilización, y aquellas normas– en el siglo XIX se planteaba un de que es correcta para los nativos la imposición de dilema: ¿se debería aceptar como medida de co- esta lengua única, porque los ayudaría a superar «la rrección la norma europea –y, como consecuencia, barbarie de sus antiguas costumbres», transformán- considerar erróneas todas las prácticas lingüísticas dolos en buenos vasallos del imperio. que no estuviesen de acuerdo con aquella norma–? ¿O se debería establecer un nuevo régimen, que El siglo de la independencia contemplase las idiosincrasias lingüísticas de las naciones emergentes? En Brasil, como argumentá- En el siglo siguiente a la promulgación del Diretó- ramos en otra oportunidad,10 José de Alencar es rio dos Indios se afirmó la tarea de diseminación uno de los ejemplos más representativos de este del portugués como lengua oficial y única, sobre problema. Volvamos a las discusiones que se todo en las regiones económicamente más impor- desencadenaron entonces. tantes de Brasil. Tanto que, en las sucesivas consti- Mediante el reiterado cuestionamiento sobre sus tuciones poscoloniales no se menciona el tema de «incorrecciones» y «descuidos» como escritor, Alen- la lengua como cuestión del Estado, como si hubie- car buscó dejar siempre claro que no aceptaba los ra un presupuesto no explícito de que la lengua ha- presupuestos desde los cuales se juzgaban esos blada en Brasil es exclusivamente el portugués.9 «defectos» de su escritura. Creía que detrás de una Ocurrida la independencia de Brasil, uno de los argumentación «purista» respecto al empleo de la problemas con que se encontraron los escritores lengua –fundamentada en la defensa de una «co- fue el tratamiento de la lengua que había desembar- rrección»– se encontraba, en verdad, una propuesta cado en el Continente traída por el conquistador, de sumisión a los patrones lingüísticos prescritos por pero que en el siglo XIX ya era moneda corriente los gramáticos portugueses o por una determinada para gran parte de la población. Si no había por lectura del universo de escritores portugueses in- parte de la metrópoli la posibilidad de imponer de vestidos de autoridad como «clásicos». En conse- forma directa una política lingüística, existía una si- cuencia, abogaba por el derecho y el deber de los tuación por la cual, efectivamente, se producían ar- escritores brasileños por una afirmación de sus di- gumentos favorables a cierta jerarquía dentro de ferencias respecto a los estándares portugueses. Para fundamentar su posición José de Alencar adopta 9 Para tener una visión más detallada, véase: Bethania varias estrategias, entre las cuales se podrían men- Mariani y José Luis Jobim: «A questão da língua nacio- cionar: 1) extensos análisis de las reprensiones gra- nal e a literatura pós-colonial no Brasil», en Geraldo Pon- maticales de que es objeto, con los que justifica sus tes y Cláudia Almeida: Relações literárias internacio- nais: lusofonia e francofonia, Río de Janeiro, Niteroi, De Letras, EDUFF, 2007, pp. 40-61. 10 Ídem. 77777 opciones de escritura como fruto consciente de una innumerables líneas no solo por las diferencias lin- elección que procuraba atender a las características güísticas entre aquellos países, sino respecto a las de la lengua portuguesa en Brasil, con diferencias en diferencias culturales, históricas, entre otras. Sin relación con la de Portugal; 2) cuestionamiento de la embargo, como estamos refiriéndonos a la lengua, opinión de lingüistas extranjeros; 3) razones nacio- nos interesa recordar dos cosas: 1) que la lengua nalistas para fundamentar sus actitudes, comunes en predominante en ambos países es el inglés; 2) que el romanticismo; 4) búsqueda entre los propios «clá- en distintos momentos y con modos, intensidades y aportes diferentes, ambos fueron centros imperia- sicos» de contraejemplos de lo propuesto como nor- les. ¿Qué quiere decir esto en términos de lengua y ma, con los que justificar las opciones del uso de la literatura? En pocas palabras, que habiendo sido lengua que emplea en sus romances. centros imperiales lograron diseminar con mucha Alencar reitera en sus textos posiciones defini- más facilidad sus respectivas lenguas y literaturas. das: las muchas diferencias del uso de la lengua que Es evidente que esta afirmación necesita algo de se encuentran en los autores brasileños no son crea- modalidad de una forma que es imposible hacerlo ciones exclusivas de estos, pero significan la incor- aquí, pero no nos privaremos de algunas observa- poración de prácticas lingüísticas ya vigentes en el ciones sobre el cuadro general en el cual se inserta. registro del habla; las analogías y diferencias entre A propósito de la posición internacional de la len- el portugués de Brasil y el de Portugal deben ser gua inglesa, David Crystal, autor del ya clásico atribuidas, entre otras cosas, a las semejanzas y di- English as a Global Language, señala que una ferencias del medio y de la raza entre estas dos na- lengua no se transforma en global por sus propie- ciones; la lengua literaria no es una mera reproduc- dades intrínsecas o por el vasto repertorio de su vo- ción del habla del pueblo, sino una elaboración de cabulario o por haber sido un vehículo de gran literatos que busca la mejora y el enriquecimiento literatura en un pasado o, en fin, puesto que alguna del patrimonio lingüístico popular nacional. vez haya sido asociada a una gran cultura o religión: 11 De cualquier forma, en las literaturas poscolo- niales es corriente el tema del estatus de la lengua Sin una base fuerte de poder, sea política, militar común, tanto para los escritores de la antigua me- o económica, ninguna lengua puede progresar trópoli como para los de la ex colonia. Veamos como un medio internacional de comunicación. cómo es posible hablar de este tema relacionándo- La lengua no tiene una existencia independiente, lo con la lengua inglesa. no vive en ningún espacio separado de quienes la hablan. La lengua existe solamente en los ce- Separados por la misma lengua rebros y bocas y oídos y manos y ojos de sus usuarios. Cuando estos tienen éxito en el esce- Hay una espirituosa frase que ya he visto atribuida nario internacional, su lengua tiene éxito. Cuan- a Bernard Shaw y a Oscar Wilde (quizá porque do fracasan, su lengua fracasa.12 han sido ambos grandes «frasistas»), pero que es relevante considerar: «Los Estados Unidos e Ingla- 11 David Crystal: English as a Global Language, Cam- terra son dos países separados por la misma len- bridge, Cambridge UP, 1998, p. 7. gua». Por supuesto, sería posible completar aquí 12 Ibíd., p. 5. 88888 En el marco de un argumento político, es claro que las lenguas europeas en América –y por tanto que puede presumirse –como lo ha hecho el propio también el portugués– trajeron con ellas una me- Crystal– que si hay una alteración futura en la estruc- moria de sentidos asociada a una perspectiva colo- tura del poder global, puede afectar también el esta- nizadora, y que su diseminación en el territorio ame- tus de la lengua predominante en aquella estructura. ricano a partir de técnicas y objetivos europeos Cuando Fernández Retamar habla de «nuestra sirvió, entre otras cosas, para inscribir al hombre América», argumenta que en este continente solo dos de este territorio como sujeto colonizado, por otro ex colonias británicas (los Estados Unidos y Canadá) lado el crítico agregará que la reiteración de estos se han organizado como países capitalistas desarro- argumentos puede ser paralizadora «sobre todo en llados. La inmensa mayoría de los territorios y las po- comunidades nacidas de situaciones coloniales».15 blaciones en América fue colonizada por España y Para Retamar, en la realidad actual se debe consi- Portugal, «países de estructuras arcaicas que no ha- derar no solo el pasado del español como lengua bían conocido un verdadero desarrollo capitalista, y de conquista, sino todos los siglos durante los que por tanto no pudieron dejarlo de herencia a sus ex esta lengua se fue elaborando, también en territo- colonias, como lo hizo Inglaterra con respecto a va- rios no europeos, de manera que hoy solo uno de rias de las suyas».13 Sobre los propios límites con- cada diez hablantes de aquella lengua vive en Es- textuales de su reflexión, Retamar señala que el cuadro paña. La contribución de todos y de cada uno de conceptual del que se vale no nació en América: los hablantes de español debería tomarse en cuenta para que esta lengua fuera considerada un patrimo- [H]e hablado en español, idioma cuyo nombre nio colectivo de todas las comunidades que, en un no puede ser más decidor (de haberlo hecho en largo trabajo de siglos, la transformaron en lo que otros idiomas que también conozco, como fran- ella es –con sus diferencias de naturaleza diversa–. cés e inglés, la situación no habría cambiado un Retamar defiende el respeto a las diferencias, in- ápice); he aceptado una división del tiempo y una cluso en el caso de comunidades americanas y sus denominación [América] también nacidas en Eu- relaciones con las lenguas indígenas, y «la apropia- ropa. Podría aducir que el español, al igual que ción de cuanto estimemos válido en la historia, y el el francés y el inglés, proviene de un idioma an- rechazo en ella de lo que estimemos negativo».16 terior, de nombre ignorado, que se habló en re- Esto significa, por supuesto, situarse en una posi- giones imprecisas, pero sin duda no sólo en tierras ción crítica sobre la memoria de los sentidos de la que después serían conocidas como europeas; y lengua y los nuevos significados de esta memoria a podría añadir otros juicios por el estilo.14 lo largo de su transcurso, desde su desembarque en los navíos de los colonizadores hasta su uso mul- Es posible imaginar entonces que si, por un lado, titerritorial en países muy distintos entre sí, como Retamar probablemente acepte la proposición de España, Venezuela, Uruguay o Cuba, de los cuales las poblaciones regionales desarrollaron nuevos 13 R. Fernández Retamar: «Pensamiento de nuestra Améri- ca: autorreflexiones y propuestas», Concierto para la mano izquierda, ob. cit. (en n. 1), p. 20. 15 Ídem. 14 Ibíd., p. 24. 16 Ibíd., p. 25. 99999 sentidos que se han incorporado a la lengua de to- Si aceptamos la tesis de Wallerstein en la que dos. De esa forma, Retamar se posiciona contra el históricamente –aunque sea posible suponer que una descarte automático del pasado: «No es arrojando «nación» es una categoría sociopolítica, conectada acríticamente por la borda lo ya incorporado como en alguna medida con las fronteras reales o poten- alcanzaremos nuestras metas liberadoras».17 ciales de un Estado– los Estados preceden a la na- Si se compara el caso de la lengua española con ción y no al revés. Así, es posible imaginar que en la portuguesa, se podría postular que los hablantes un sistema inter-Estados del pasado tanto la lengua de la lengua portuguesa fuera del territorio de Por- española como la portuguesa sirvieron a determi- tugal son, en proporción, un número mucho más nados propósitos, en lo fundamental relacionados grande que los de lengua española. Consideremos con el colonialismo.19 Como vimos, Retamar ob- la población actual de Portugal, unos diez millones servó que España y Portugal eran «países de es- quinientas mil personas, solo en relación con la de tructuras arcaicas que no habían conocido un ver- Brasil: la proporción es de aproximadamente die- dadero desarrollo capitalista, y por tanto no ciocho hablantes de portugués en América contra pudieron dejarlo en herencia a sus ex colonias, como uno en Europa. Y no estamos incluyendo la gran sí hizo Inglaterra con respecto a varias de las su- colonia de portugueses, brasileños y sus descen- yas». Quizá fuera posible hacer una conexión entre dientes que vive en los Estados Unidos o en varios el papel subalterno que la Península Ibérica desem- países de América del Sur, por ejemplo. peñó en el desarrollo de este sistema-mundo bajo Por otro lado, es importante tener en cuenta que la égida capitalista, y el rol de la «lengua de mino- si las lenguas se diseminan y se transforman mucho ría» –en el sentido que Wallerstein le da a mino- más allá de los países donde se supone fueron ori- ginadas, la historia nos muestra que el propio cua- dro planetario de los países ha sufrido transformacio- todavía que aun estos Estados pasaron a existir como modernos Estados soberanos solamente mediante la nes. Como ya señaló Immanuel Wallerstein, los emergencia del sistema-mundo presente. Hay algunos Estados que actualmente son miembros de las Or- otros Estados modernos que pueden trazar una histo- ganizaciones de las Naciones Unidas son todos crea- ria más discontinua del uso de un nombre para descri- ciones del moderno sistema-mundo, pues la mayor bir un sitio –por ejemplo, Grecia, India, Egipto. Nos parte de ellos ni siquiera existía como nombre o como ubicamos en terreno aún más delicado frente a nom- bres como Turquía, Alemania, Italia, Siria–. El hecho es unidad administrativa hace apenas uno o dos siglos.18 que, si miramos hacia adelante, desde la perspectiva de 1450, para muchas entidades que entonces existían –por ejemplo los Países Bajos, el sacro imperio romano, el 17 R. Fernández Retamar: Ob. cit. (en n. 1), p. 25. imperio Mughal– descubrimos que actualmente tene- 18 Immanuel Wallerstein: «Para los pocos que pueden de- mos en cada caso no un Estado, sino, como mínimo, tres tectar un nombre y una continua entidad administrativa Estados soberanos que pueden alegar algún tipo de des- en una misma ubicación geográfica, grosso modo, en cendencia política, cultural y espacial con relación a es- un período anterior a 1450 –hay menos de estos de lo tas entidades», en «The Construction of Peoplehood: que pensamos: Francia, Rusia, Portugal, Dinamarca, Racism, Nationalism, Ethnicity», The Essential Wallers- Suecia, Suiza, Marruecos, Japón, China, Irán, Etiopía tein, Nueva York, The New Press, 2000, p. 304. son los casos menos ambiguos– es posible argumentar 19 Ibíd., p. 306. 1111100000 ría–20 que el español y el portugués desempeñaron Hegemonías y jerarquías y continúan desempeñando en el sistema-mundo. Pero ello sin dejar de recordar que es en aquellas Existe un ambiente planetariamente complejo en el lenguas que los pueblos de los países ibéricos bus- que las hegemonías y jerarquías de cualquier orden caron afirmarse y expresar su forma de ser y de se inscriben en las lenguas y en sus contextos de estar en el mundo. Y es también en aquellas lenguas uso y logran que se evoque la circulación trasna- que nosotros, pueblos de las Américas, lo hace- cional de determinada lengua bajo un enfoque de- mos. terminado, como el de «globalización». Dominique Si en el pasado se ha citado mucho el fragmento Wolton, por ejemplo, en la introducción del núme- del primer gramático portugués, como expresión de ro 40 de la revista Hermes, no por casualidad titu- un colonialismo subalterno («porque es mejor ense- lado Francophonie et mondialisation, comienza ñarle a Guinea a que seamos enseñados desde su introducción: Roma»), en el presente, siguiendo la línea de Reta- mar, quizá sea más relevante utilizar otro fragmento La Francophonie est le fruit de l´Histoire, une del mismo autor en el texto citado antes: «Y no des- richesse culturelle pour tous les continents, un confiemos de nuestra lengua, porque los hombres atout considérable pour la mondialisation. hacen la lengua, y no la lengua a los hombres».21 Si Comme l´Hispanophonie, la Lusophonie, Retamar nos recuerda con respecto a la lengua es- l´Arabophonie. Pour quoi? Parce que la mon- pañola que «después de todo, del millar de años que dialisation symbolise à la fois la fin des dis- lleva de existencia este idioma, la mitad más rica de tances physiques et la prise de conscience de ese tiempo lo hemos ido elaborando en común en l´importance considérable des distances cul- muchas partes del mundo, incluida largamente Amé- turelles. Organiser la cohabitation culturelle rica»,22 creo que esta forma de ver las cosas podría est une condition de la paix.23 ser extendida a otros fonemas, pues efectivamente son todos los hablantes de portugués, de español y Wolton afirma que la aceleración de la mundiali- de inglés en todo el planeta quienes hicieron y ha- zación liberal después de la década del ochenta del cen de estas lenguas lo que ellas son. Esto no signi- siglo XX es una oportunidad para la francofonía fica ignorar que en contextos lingüísticos también porque ella obliga aún más a saldar las cuentas de existen jerarquías y hegemonías. Veamos. 23 «La francofonía es fruto de la Historia, una riqueza cul- tural para todos los continentes, una ventaja a consi- 20 «Ya fue constatado por analistas hace algún tiempo derar para la mundialización. Como la hispanofonía, la que minoría no es necesariamente un concepto con lusofonía, la arabofonía. ¿Por qué? Porque la mundiali- base aritmética; hace referencia a grados de poder so- zación simboliza a la vez el final de las distancias físicas cial. Mayorías numéricas pueden ser minorías socia- y la toma de conciencia de la importancia considerable les», ibíd., p. 306. de las distancias culturales. Organizar la colaboración 21 F. de Oliveira y M. L. Carvalho Buesco: Ob. cit. (en n. 2), cultural es una condición de la paz», Dominique Wol- p. 96. ton: «Introduction», Hermès, París, CNRS Éditions, 22 R.F.R.: Ob. cit. (en n. 13), p. 25. No. 40, 2004, p. 15 [trad. de la R.]. 1111111111 un pasado y a mejorar su capacidad de brindar una municación, sino también en aquellas consideradas alternativa a la nacionalización económica, «gran como puente del presente con el futuro, como las aceleradora de contradicciones culturales».24 Para relacionadas con la informática. concluir con firmeza: «La Francophonie, comme Si pensamos en la world wide web, que, como des autres aires linguistiques et culturelles, est sabemos, es una expresión inglesa que correspon- en réalité une ressource politique pour domesti- de a la red mundial de computadoras en las direc- quer et donner un sens a la mondialisation».25 ciones www que digitamos a diario en nuestras com- Creemos importante señalar que, bajo el rótulo putadoras, que a cada minuto se agrega un nuevo de mundialización (o su homónimo inglés globali- sitio a los billones ya existentes y proporciona el zation), se ensayan pretensiones para eliminar pura almacenamiento y acceso a datos, informaciones y simplemente una posible consideración de las es- de toda clase, documentos, formas de transacción pecificidades regionales y locales, en nombre de una comercial y financiera, entonces, por ejemplo, po- supuesta homogeneidad genérica. Aun cuando es demos verificar que la participación brasileña en si- utilizada como discurso la diversidad cultural, existen tios de aquella red, en 1999, era del 2 %, y en 2002 matices de las grandes fonías en esos discursos. En ya no aparecía en las estadísticas. En el mismo pe- ámbito «mundial» o «global», es posible alegar que ríodo, la participación de sitios norteamericanos hispanofonía, lusofonía, arabofonía, francofonía, an- ascendía del 49 % al 55 %, y la lengua inglesa era glofonía y otros términos del género explicitan mar- usada para expresar un contenido textual del 72 % cas de diferencias entre sí: serían grandes grupos y de la totalidad de los sitios, mientras que la lengua su propia existencia en cuanto tal subrayaría la diver- portuguesa pasó de un 2 % a un 1 % como lengua sidad lingüística en el planeta. Sin embargo, esta ho- de expresión en la red.26 Agréguese el hecho de que, mogeneidad entre los grandes grupos, que se sugie- en sitios de otros países, la lengua inglesa se em- re comprobar, es, en realidad, entre otras cosas, una plea a menudo como la segunda lengua de la web y construcción discursiva ahíta de problemas políticos, se podrá ver cómo, en esta instancia global y tec- aun en grupos que supuestamente estarían en «ven- nológicamente vital de la contemporaneidad, conti- taja», o sea, grupos que en la línea de David Crystal, núa siendo hegemónica. tendrían «fuerte base de poder, sea político, militar o Sin embargo, verificamos que no se trata de una económico»: la anglofonía. hegemonía que pueda ser atribuida por igual a to- Creo que hoy día hablamos de una circunstancia dos los anglófonos, pues el número de sitios nor- en la cual el inglés es predominante como lengua teamericanos (no ingleses, australianos, canadien- global, no solo en las actividades de orden más tra- ses, neozelandeses, sudafricanos, indios, jamaicanos dicional en el comercio, en la industria y en la co- o de cualquier otro país que tenga la lengua inglesa también como «oficial») es más de la mitad del total planetario. Esto significa, para los defensores de una 24 D. Wolton: Ob. cit. (en n. 23), p. 16. 25 «La francofonía, como las demás áreas lingüísticas y culturales, es en realidad un recurso político para do- mesticar y dar un sentido a la mundialización», ibíd., 26 OCLC Global Gateway, en: <http://www.oclc.org/re- p. 17. Subrayados de Wolton [trad. de la R.]. search/projects/archive/wcp/stats/intnl.htm>. 1111122222

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Gramática castellana, en la que aparece una de- dicatoria a la reina .. Mariani y José Luis Jobim: «A questão da língua nacio- nal e a literatura
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