ebook img

Por Siempre Roto PDF

322 Pages·1.57 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview Por Siempre Roto

Roto para siempre CREDITOS TRADUCTORA: ESTHER Queda prohibida la distribución de esta traducción sin la aprobación expresa del Grupo Traducciones Ganimedes. Además esta obra es de contenido homoerótico, es decir tiene escenas sexuales explicitas hombre/hombre, si te molesta este tema no lo leas, además que su contenido no es apto para cardiacos. 2 Resumen C omo segundo lobo en la manada de las lunas locas , Paul Kraskowski tiene poder y prestigio. También tiene un oscuro secreto, uno que esconde y no admite ni siquiera ante sí mismo— hasta la noche en que conoció a Laurent. Nacido dentro de una de las familias más antiguas de su clase, Laurent Montcrieve pertenece a la realeza de los vampiros. Él está a punto de heredar una gran riqueza y el título de Vizconde de la Sangre. Pero él lo daría todo con tal de poder encontraral único hombre que lo puede completar su— «Coeur de Sang o la sangre de su corazón». Dos mundos chocan cuando Laurent y Paul se encuentran y forman un vínculo de sangre accidental. Pero la chispa entre ellos enciende una hoguera furiosa de conflictos. Sus propios pueblos son enemigos y preferirían verlos primero muertos antes que juntos y Paul se niega a admitir su atracción por otro hombre. Ahora el reloj está en marcha, haciendo que estén dispuestos a explorar lo que hay entre ellos. Su búsqueda puede terminar en el verdadero amor o la muerte. Pero hay que tener cuidado... porque si cortan el lazo que los une, el vínculo que comparten estará roto para siempre. Todo lo subrayado está en español en el original, con todo y faltas de ortografía, excepto los nombres propios o apodos que aunque son en español se dejaran sin subrayar. 3 Capítulo 1 E ra una noche como cualquier otra en el sur de la Florida— sofocante y húmeda, justo acababa de comenzar a ponerse realmente caliente—y la manada de las Lunas Locas iba a asestar un golpe a los vampiros. La luna estaba cerca de ser luna llena y los lobos estaban en asamblea alrededor del Boulevard Biscayne en el Parque Bicentennial. Realmente no estaba fuera de la ciudad—la mancha urbana de Miami se ha extendido tanto que llega hasta el golfo y a los Everglades. Hay pocos lugares en donde la manada pueda correr a la luz de la luna y este es uno de ellos. Paul Kraskowski, también conocido como Krackskullsi*, o Skull* por el resto de los lobos, suspiró y se quitó su empapada camiseta, revelando el tatuaje de la manada que se había hecho tatuar cuando celebraba su cumpleaños número quince. Un lobo aullando ante una luna decoraba su musculoso hombro izquierdo y un resplandeciente piercing con un sol cubría la mayor parte de su pezón derecho. El tatuaje enviaba un claro mensaje a cualquiera que pudiera leerlo, pero para ese momento usualmente era demasiado tarde. Suspiró irritado mientras cuidadosamente dejaba la camiseta en el asiento de su motocicleta hecha a la medida. Él ya estaba de un humor de mierda, y la jodida humedad no estaba ayudando de ninguna maldita forma. —¿Qué jodidos? —bufó cuando alguien le cubría los ojos por detrás. Los dedos eran pequeños y fríos y el aroma era un poco a lima. —Quita las manos, Mercedes —gruñó, impaciente girando la * Rompe cráneos o Cráneo 4 cara hacia ella. —¿Qué es lo que quieres? Ella hizo un lindo puchero, acomodando su largo cabello hacia uno de sus delgados hombros. —No seas un jodido agua fiestas, Skulls. Angel me envió—él dijo que guíes a la manada esta noche. —¿Qué? ¿Por qué? —Angel Chavez era líder de la manada por sangre y nacimiento—él podía seguir su herencia todo el camino hasta Cuba, lo que era diferente en Paul, que solo podría seguir el rastro de su pura herencia polaca hasta Chicago. Él nunca podría ser el líder de la manada, pero era el segundo al mando y el más cercano a Angel que cualquiera otro. —Qué jodidos sé. —Mercedes se encogió de hombros. —Él está ocupado—negocios familiares. No es que sepa algo más de eso. Él había tomado suficiente mierda por ser el único con cabello rubio, ojos azules, y ser un no cubano entre las Locas, Él había tenido suficiente de esa mierda para que no le molestara. Pero no le gustaba el hecho de que Angel hubiera enviado a Mercedes para que le dijera que el plan de esa noche había cambiado, en lugar de decirle directamente a Paul. Le dio a la chica una dura mirada. —Entonces ¿por qué envió a una pequeña „quiero-ser‟ como tú a decirme sus asuntos? ¿huh? Ella se ruborizó. —Yo ya no soy una quiero-ser ahora. Soy su compañera-sexual desde hace dos meses, ¿recuerdas? —Me gustaría poder olvidarlo. —Como uno de los veteranos de la manada había tomado su parte. Él lo había hecho tan rápido como pudo y no terminó dentro de ella. ¿Qué si ella hubiera quedado embarazada? Él no quería que ningún niño tuviera a Mercedes como madre. 5 —Bueno, yo no lo he olvidado. —Ella se acercó entre sus piernas y palmeó su pene sobre los holgados jeans que él usaba. —De cualquier manera, qué sucedió esa noche— ¿no querías compartirme? Hoy puedes tenerme todo para ti. Incluso puedes tomarme en tu forma de lobo si quieres—Me gusta el jodido pelo bajo la luna llena. Paul empujó su mano alejándola, con repulsión. —No gracias. Paso esta ocasión. —Cuál es el problema contigo, ¿no te gustan las chicas? —Sus delicados rasgos eran una máscara de furia. —No, solo que no me gustan las pinches putas. —¡Cabrón! —Ella escupió en el suelo, obviamente enojada de que la rechazara de nuevo. El dejar su semen sobre su abdomen en lugar del interior de su coño era el último signo de falta de respeto. Eso había dañado su estatus en la manada desde el principio y Mercedes no se lo iba a perdonar pronto—especialmente cuando él seguía resistiéndose a sus avances. A él no le importaba. —Jodete. —No se molestó en evitar que saliera el desprecio en su voz. Ella era otra chica humana que corría con la manada—eso era necesario dado que el gen were* era muy dominante incluso en las hembras. Pero a nadie le molestaba mucho a pesar de que Mercedes constantemente estaba tratando de acostarse para llegar a la cima. Paul no estaba dispuesto de ser otro peldaño en la escalera de ella, incluso si la quisiera—que jodidamente él no la quería. * Were cambia formas. 6 Mercedes encajó un dedo en su cara. —Será mejor que cuides tus modales pronto, Skulls. Mira mis ojos—son verdes—verde bruja. Yo soy bruja, lo sabes. Tu hiciste un lio conmigo yo haré que tu pinga se caiga. —Si, correcto. Estoy temblando en mis zapatos. —se giró para irse pero ella le tomó el brazo. —Sé por qué no me quieres—es por la misma razón que no quieres a ninguna chica. Eres un maricon. Paul bajó la vista para ver la mano de ella en su brazo y entonces la levantó para verle la cara. —Quita tu jodida mano de mi si no quieres perderla. —Si, correcto. No te tengo miedo. Paul gruñó desde lo profundo de su garganta, dejando que sus ojos fueran del azul oscuro al dorado de lobo para agregar dramatismo. —No puedes. No lastimas chicas. —Pero la mirada en esos venenosos ojos era de intranquilidad y ella finalmente retiró la mano. Y tampoco jodo con ellas. Claro eso era por lo que no le gustaban las hembras. Él era solo… quisquilloso. Malditamente muy quisquilloso. —Corre y encuentra a Chulo para que juegue contigo. —le dijo— Oí que no le molesta jugar contigo. Debe de tener los estándares más bajos que yo. —Chulo Chavez estaba por debajo de él en la estructura de la manada—un beta que quería ser alpha pero no podía manejar eso. Aun así él era primo hermano de Angel, lo que le daba un estatus más alto de lo quedebería de tener. 7 Mercedes hizo un sonido de ira con su nariz, casi como el de un gato. —Ve y pregúntale tú mismo a Angel porque te dejó que guiaras la manada esta noche. Mientras lo haces pregúntale en primer lugar por qué dejó que un jodido marica entrara en las Locas. Él debería haberla abofeteado por el insulto, pero ella tenía razón—él no golpeaba hembras, sin importar lo mucho que se lo merecieran. Su madrastra Lucia, lo había criado con mucho respeto. —Jódete, Mercedes. O ve a que Chulo lo haga, si él no teme que le muerdas su pinga con tu jodido coño. Sus ojos brillaban con la luz de la luna. —¡Chinga tu madre, puto! —Si, preferiría joder a mi madre que a ti. —Paul le dio un bufido de disgusto y algunos de los otros lobos que vagabundeaban por ahí se rieron. Mercedes lo veía como si ella fuera a decir algo más, pero Paul había tenido suficiente de esa mierda por esa noche. Él iría a buscar a Angel por sí mismo. Después de diez minutos de búsqueda encontró al líder de las Locas, orinando contra una palmera. —Hey, mi hermano. —Palmeó la espalda del otro hombre. Los brazos y el pecho de Angel eran tan anchos como los de Paul, pero su piel era mucho más oscura, haciendo difícil ver el tatuaje de la manada. —Paul el Skull. —Angel se tomó su tiempo para sacudirse antes de llevar su no circuncidado pene dentro de los holgados short que usaba. Si él notó que la mirada de Paul se fue ligeramente a su entrepierna, él no lo demostró. Cuando terminó se giró hacia Paul, chocando sus pechos cuando abrazó a Paul con un solo brazo. 8 —¿Qué está sucediendo? Esa pequeña perra de Mercedes vino a decirme que quieres que tome tu lugar esta noche. —Si, siento eso. —Angel se encogió de hombros a modo de disculpa. Manteniendo un brazo alrededor de los hombros de Paul, metió la mano en el bolsillo y sacó un cigarrillo de marihuana. — ¿Quieres? —Seguro. —Paul se inclinó dentro del abrazo de un solo brazo solo un poco. La piel de Angel estaba caliente a su lado y olía a humo y limpio sudor. —Entonces, ¿qué es tan jodidamente importante para que no puedas correr con la manada? El líder de la manada se llevó el cigarrillo entre sus labios, y sacó un encendedor dorado. Lo encendió y le dio una larga inhalada antes de contestar. —Asuntos de familia—sabes. Mi tío Rafael está en la ciudad y quiere reunirse conmigo y con mi papá. Así que tendré que correr con los viejos chochos esta noche. —Hizo gestos y el dulce humo del cigarrillo salió de su nariz. —Mala suerte, hombre. ¿Seguro que no quieres que esté aquí cuando regreses? Puedes tener problemas. —El tío de Angel era el más poderoso lobo de Cuba, lo que significaba que superaba a cualquier were en el sur de la Florida y también en estatus. —No, no hay problema. Solo la generación mayor tratando de evitar la locura en la línea de los lobos jóvenes. Pero de cualquier manera gracias, hombre. —Angel le dio a su hombro un cariñoso apretón y le ofreció el cigarrillo. —En cuanto estés seguro. —Paul le dio una fumada, sintiendo el calor de la droga recorrerlo. La marihuana regular no le afectaba mucho a los were, pero Angel tenía un distribuidor que había hecho 9 cruces de algunas plantas para hacerla mucho más fuerte. La planta hibrida era letal para los humanos pero para los lobos era solo un placentero toque. —Hey. —Angel lo vio seriamente. —Sabes que te diría si estuviera en problemas. ¿Cuánto tiempo hemos estado juntos, huh? Paul sonrió. —Desde quinto grado cuando Jimmy Rodríguez trató de derribarme en clase de gimnasia y me ayudaste a patearle el trasero. Quinto grado había sido el año en el que su padre había decidido que su tienda de motocicletas la Chop Shop, estaría mejor en Miami que en Chicago. Y se mudaron al centro de la Pequeña Habana en donde hasta los letreros en las calles estaban en español y eso había sido un todo o nada para Paul. En ese entonces él había sido un simple Paul Kraskowski y estaba perdido antes de conocer a Angel—antes de que le ayudara a ganar la pelea contra el abusivo de la clase. Después de eso, Angel lo había tomado bajo su ala, le enseñó español, le ayudó a ajustarse. Cuando ambos llegaron a la mayoría de edad, incluso quería apoyar a Paul a entrar en los Locas. Los otros lobos no apoyaban eso—no con la falta de apariencia hispana de Paul. Él en su lugar tuvo que luchar—con seis de los más rudos lobos que lo golpearon hasta que quedó sangrando y morado, pero valió la pena. Cada costilla rota y cada ojo morado—él lo haría de nuevo si tuviera que hacerlo. Por las Locas. Por Angel. —Desde quinto grado y tú sigues cuidando mi espalda. —Angel le sonrió. Él media un metro ochenta y tres y Paul uno setenta y cinco, pero a Paul no le importaba la diferencia de estatura. Él 10

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.