PINOCHET: PATRIA Y DEMOCRACIA Editorial Andrés Bello N° 74.016-0 PINOCHET: PATRIA Y DEMOCRACIA EDITORIAL ANDRES BELLO ESQUEMA GENERAL DE LA OBRA PROLOGO .............................................. 9 I. LA CRISIS DEL SISTEMA POLITICO PARTIDISTA CHILENO 11 II. EL PRONUNCIAMIENTO DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973 31 III. LA RECONSTRUCCION NACIONAL......................................... 37 IV. LA LUCHA CONTRA EL MARXISMO......................................... 53 V. LA CONSTITUCION Y LA NUEVA INSTITUCIONALIDAD 81 VI. LA POLITICA ECONOMICA ......................................................... 129 VIL EL SISTEMA LABORAL.................................................................... 163 VIII. CHILE ANTE EL MUNDO.............................................................. 171 IX. LA MUJER CHILENA........................................................................ 185 X. LA JUVENTUD Y LA PATRIA ....................................................... 193 XI. LA EDUCACION Y LA CULTURA................................................ 199 XII. LAS FUERZAS ARMADAS ............................................................. 207 XIII. NUESTRA HISTORIA..................................................................... 227 XIV. CHILE Y EL MAR.............................................................................. 235 XV. UN NUEVO ESTILO DE GOBERNAR.......................................... 241 XVI. CHILE Y SU FUTURO...................................................................... 249 XVII. HACIA LA DEMOCRACIA PLENA.............................................. 259 PROLOGO Hay dos maneras de estar desinformado: Por falta de información y por exceso de información. Diríamos que la primera fue característica del mundo antiguo. La segunda es propia del mundo actual. Nadie podría quejarse hoy de falta de infor mación. Los medios de comunicación son abundantes, veloces, efi cientes, pero no siempre selectivos ni veraces. Hay la misma posibili dad de comunicar un hecho tal cual fue hasta en sus menores detalles, como de falsificarlo totalmente. Sobre el General Augusto Pinochet hay sin duda una vasta infor mación, que va desde el panegírico hasta las calumnias más irreales. Por sobre esos extremos, el propio Presidente Pinochet ha aportado una abundante información acerca de su inmensa labor como Jefe de Estado, al dirigirse permanentemente a la ciudadanía refiriéndose a cada paso que da su gobierno : ningún Presidente chileno ha manteni do un contacto tan directo, constante y amplio con su pueblo como el General Augusto 'Pinochet; El General Pinochet condujo los destinos de Chile por siete años como jefe de un Gobierno instituido a raíz de un pronunciamiento militar que derrocó al de la llamada Unidad Popular, régimen este que pretendió convertir al país en un satélite de la URSS. Desde el 11 de Septiembre de 1980, lo hace en virtud de un plebiscito en el que participaron 6.200.000 personas —toda su población mayor de 18 años— y donde 4.200.000 le otorgaron un mandato constitucional. En rigor, ningún gobernante chileno ha contado con un respaldo constitucional y de electorado más grande. Tampoco ninguno tuvo antes tanta “votación adversa": 1.900.000 sufragios. Aquel que cierta prensa internacional suele denominar despecti vamente Pinochet, a secas, o Pinochet “el dictador", “el tirano", ejerce el gobierno constitucional de Chile, en virtud de un mandato dado por una enorme mayoría de la ciudadanía, y su gran tarea es conducir 9 PROLOGO el proceso constitucionalizador en paz y entendimiento, para producir la entrega del Poder político a los civiles, como corresponde a una de mocracia de inspiración occidental y cristiana. Las Fuerzas Armadas y de Qrden sólo tutelan dos condiciones esenciales: que el proceso polí tico y que el destino sean necesariamente la democracia, no el totalita rismo, pues éste contraría el alma de la tradición nacional y de los de rechos del hombre. Dos son los valores esenciales que enmarcan la gran tarea históri ca y la inconfundible vocación de estadista del General de Ejército Augusto Pinochet Ugarte: Patria y democracia. Ninguna debe faltar. Pero el Presidente y las Fuerzas Armadas y de Qrden son garantes de que no se utilice nunca más la democracia para traicionar a la Patria. Y ésta es la raíz de la leyenda negra que artificialmente se ha tejido en torno al Presidente Pinochet. El presenció, como alto mando de su Institución, cómo se utilizaba la democracia para ir entregando fatal mente a Chile a una dominación extranjera. Por eso se alzó en armas y todo su empeño ha estado puesto en que aquel desastre jamás vuelva a producirse-, jamás la democracia chilena deberá ser utilizada en contra de la Patria chilena. Para eso el Presidente ha recorrido el país palmo a palmo. Lo co noce como ningún otro chileno, pues es difícil imaginar que alguien lo iguale en ese afán. Por eso mismo, lo ama con intensidad. Nadie ama lo que no conoce. Y Pinochet se indigna contra aquellos que re corren el mundo entero dando lecciones de democracia, pero no cono cen su país, sus problemas, sus angustias, sus desafíos. Este profundo conocimiento de su Patria se refleja nítidamente en este breve libro —preparado con la colaboración de la Corporación de Estudios Nacionales— que lleva precisamente por título ‘ 'Patria y democracia". Se trata de una obra que resume diez años de Gobier no, a través de una selección de pensamientos que, en forma sencilla, pero tercamente realista, el Jefe del Estado ha vertido durante su mandato, enfrentando momentos de auge y de recesión, de alegría y de sufrimiento, de logros y de frustraciones. Todo su pensamiento gi ra en torno a Chile, siempre su Chile haciendo con dolor, esfuerzo y, ojalá, con unidad y paz, el difícil camino de una democracia auténti ca, occidental, indiscutible, pero a cubierto de los peligros de servir como trampa contra su destino indefectiblemente libre, soberano y progresista. 10 I. LA CRISIS DEL SISTEMA POLITICO PARTIDISTA CHILENO EL RESPALDO MORAL DE LA CORTE SUPREMA El respaldo moral que este Excelentísimo Tribunal ha prestado a la Junta de Gobierno nos ha dado nuevos bríos para proseguir en la in mensa y patriótica labor de recuperación nacional en que estamos em peñados. No podemos tampoco olvidar en estos momentos el magistral llamado de atención que, en su oportunidad, hizo este Excelentísimo Tribunal al país entero, señalando el quiebre del orden jurídico en que nos encontrábamos. Tenemos una dura tarea por delante, en todos los frentes, pues el país está en ruinas. (Palabras en el Pleno de la Corte Suprema. Santiago, 26.9.1973.) LA INGENUIDAD DE MUCHOS DEMOCRATAS La ingenuidad nos llevó a admitir en el seno democrático de nuestras instituciones al marxismo, y fueron muchos los demócratas que inten taron buscar concordancias doctrinarias o prácticas con sectores marxistas. Hoy Chile se recupera de la falacia y el fracaso de la llamada “vía chilena hacia el socialismo’’; nuestra Patria combatirá frontalmente tanto al comunismo internacional como a la ideología marxista que éste sustenta. (Mensaje al país al cumplirse seis meses de gobierno. Santiago, 11.3.1974.) VENTAJAS TRANSITORIAS DE TIPO ELECTORERO EN DESMEDRO DEL PORVENIR NACIONAL El país careció de una política coordinada que previera las dificultades 13 EINOCIU T PATRIA Y hVMOCRACIA futuras, y se sacrificó a menudo el porvenir nacional por obtener mez quinas ventajas transitorias de tipo electorero, (Discurso en la Inauguración del año académico 1975 - Universidad Católica de Chile. 11.4.1975.) SE PROMETIO LA INDEPENDENCIA Y SE CONSIGUIO LA DEPENDENCI/\ Nunca fuimos más dependientes que bajo el régimen socialista que nos había prometido una supuesta independencia económica. Nunca un desastre económico llegó a comprometer la paz social y la Seguri dad Nacional, como lo consiguió la acción deliberada del Gobierno más nefasto de nuestra historia. (Discurso en el Segundo Aniversario del Gobierno. Santiago, 11.9'1975). LA GRAN FALLA DE LA DEMOCRACIA TRADICIONAL La gran falla de nuestro régimen democrático tradicional fue lo inade cuado que resultaron en su aplicación los instrumentos legales que se poseían para poder neutralizar y derrotar a los dos grandes vicios que corroyeron el sistema nacional: por un lado, la demagogia politi quera, y por el otro, la acción organizada y constante de quienes aspi raban a carcomer, hasta su destrucción, un sistema en el cual no creían, para, luego, reemplazarlo por el régimen totalitario del marxismo leninismo. Al amparo de las normas constitucionales equivocadas o insufi cientes, se perdió de vista la exigencia de mirar a Chile en función de un Objetivo Nacional, y nuestra vida cívica se convirtió en escuela de prácticas viciosas, fomentadas por una hipertrofia partidista que con virtió a la lucha por el poder en un fin en sí mismo, al entenderla no como un medio para servir el bien común, sino como un vehículo pa ra beneficiar con injustos privilegios a los miembros de los Partidos o a los grupos que electoralmente los sustentaban. (Discurso en el Acto de Constitución del Consejo de Estado. Santiago, 14.7.1976.) LOS PARTIDOS POLITICOS, MAQUINARIAS PARA ALCANZAR EL PODER Una de las mayores crisis de la democracia contemporánea reside en 14 I. LA CRISIS DEL SIS TEMA POLI TICO PARTIDISIa CHILENO que, al amparo de sistemas constitucionales inadecuados, los partidos políticos se han transformado generalmente en maquinarias para al canzar el poder, donde un pequeño grupo de dirigentes, sin título ni responsabilidad jurídica alguna, desvirtúan y condicionan la partici pación popular. Al convertirse el poder en un fin cuya obtención o mantención se persigue a cualquier precio, los partidos políticos suelen no trepidar en el fomento de la demagogia más desenfrenada, a la vez que esti mulan divisiones artificiales y enconadas entre los integrantes de la co munidad nacional, debilitando la cohesión y el vigor esencial que ésta necesita para preservar la libertad frente a los embates totalitarios o subversivos. (Discurso en el Tercer Aniversario del Gobierno. Santiago, 11.9.1976.) LA DEMOCRACIA TRADICIONAL LLEVA EN SI EL GERMEN DE SU PROPIA DESTRUCCION Es un hecho indiscutible que el sistema político que nos regía hasta Septiembre de 1973 fracasó en forma concluyente. De lo cual el país entero ha sido testigo, pues sufrió en carne propia las gravísimas con secuencias del caos moral, político, social, económico e institucional a que lo condujo el régimen marxista leninista. La Constitución de 1925, inspirada en los principios del liberalis mo filosófico, llevaba en sí el germen de su propia destrucción, ya que, si fue un instrumento apto para su época, hoy no es adecuado para sobrevivir en un mundo donde imperan la violencia y el terroris mo, incitado por un enemigo implacable, que antes no existía, y que se infiltra en las bases mismas del Gobierno, dividiendo y corroyendo el poder internamente, hasta llegar a adueñarse de los Estados desde adentro. La democracia de corte tradicional ya no es capaz de enfren tar a un adversario que ha destruido la propia soberanía del Estado, que era una e indivisible. Por ello, Chile, país de profundas raíces democráticas, sufrió la más trágica experiencia de su vida republicana, y si logró superar tan grave crisis, el Gobierno de hoy está consciente de que no puede per mitir ninguna posibilidad de volver a dejar infiltrar en nuestra institu- cionalidad a este adversario intrínsecamente perverso, pues de ser así, volvería a provocar el caos en Chile, y ahora para siempre. Para cerrar el paso a esa agresión, es consecuente impulsar y crear nuevos instru ís