En un futuro cercano en el que los sentimientos son tratados como desórdenes mentales, Leandro, un joven diseñador de videojuegos que recientemente ha sufrido una decepción amorosa, consume un fármaco de última generación que actúa en ciertas zonas del cerebro para bloquear los pensamientos y emociones relacionados con el enamoramiento. Pronto, comienza a entender la vida como un juego, y busca siempre ganar. Pero la diferencia principal entre una medicina y un veneno suele ser la dosis.