Perestroika, Revolución de Octubre y marxismo Author(s): Gustavo BUENO Source: Ábaco, No. 9, Europa después de la revolución (VERANO 1990), pp. 58-72 Published by: Centro de Iniciativas Culturales y Estudios Economicos y Sociales (CICEES) Stable URL: http://www.jstor.org/stable/20795746 Accessed: 20-06-2016 03:58 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://about.jstor.org/terms JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. Centro de Iniciativas Culturales y Estudios Economicos y Sociales (CICEES) is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Ábaco This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms 3 This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms Ideolog?a y pol?tica en la Europa de la posguerra Ma This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms 3 This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms Siempre he defendido la tesis de Perestroika, Revoluci?n que la importancia hist?rica del marxismo est? ligada a la Revo luci?n de Octubre -a la manera como la importancia hist?rica de Octubre y marxismo del cristianismo no es indepen diente de su reconocimiento como religi?n oficial por el Gustavo BUENO Imperio romano?. Seg?n la tesis, si el marxismo no hubiera estado asociado al Estado sovi?tico en la forma como lo estuvo durante m?s de 75 a?os, no significar?a hoy algo m?s de lo que podr?a significar una abstrusa ?teor?a epigonal? emanada de la izquierda hegeliana decimon?nica; correspondiente mente, el cristianismo preconstantiniano (o pre-teo dosiano) no podr?a ser hoy considerado mucho m?s de lo que podamos considerar al marcionismo. En todo caso, el significado hist?rico universal de la Revolu ci?n de Octubre parece que ya est? fuera de discusi?n, a?n despu?s de la Perestroika en marcha. Pues aunque no se admita que la Revoluci?n de Octubre fuera la ?ltima etapa de la ?prehistoria? de la humanidad, sin embargo, creo que puede seguir defendi?ndose la idea de que la Revoluci?n de Octubre constituy? un hito decisivo de su ?historia?, no s?lo por las transforma ciones que ella determin? en el territorio de la Uni?n Sovi?tica, sino tambi?n en el resto del mundo (incluyendo al ?mundo occidental? y a sus movimien tos de adaptaci?n ?entre ellos, el nacionalsocialismo? a la situaci?n creada por la Revoluci?n. La tesis de la dependencia de la importancia del marxismo respecto de la Revoluci?n de Octubre ?tesis en cierto modo parad?jica, dado que la teor?a marxista se formul? algunas d?cadas antes de la Revo luci?n y se entendi? muchas veces con independencia de ella? sol?a ser vista con gran recelo por la mayor parte de los militantes de los partidos comunistas no sovi?ticos que, a partir de un determinado momento ??invasi?n de Hungr?a o de Checoslovaquia?, ?con flicto chino-sovi?tico?? proclamaban su independen cia respecto de la Uni?n Sovi?tica declarando, en muchas ocasiones, que los programas, organizaci?n y destinos del comunismo en estos pa?ses hab?a de con cebirse dentro de la perspectiva de la m?s plena auto nom?a, sin perjuicio de las alianzas, m?s o menos fra ternales, con el P. C. U. S. Los acontecimientos que est?n teniendo lugar en estos meses de 1990, en tanto This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms 62 parecen conducir a una suerte de disoluci?n-supera ignici?n dotado de suficiente energ?a expansiva como ci?n de los propios partidos comunistas de inspiraci?n para poder ir llevando a efecto el programa del Mani marxista, no solamente en el Este, sino tambi?n en fiesto comunista: ?iProletarios de todos los pa?ses, Italia (acaso pronto en Espa?a) demuestran inequ?vo unios! Y no habr?a por qu? atribuir un car?cter instan camente, a nuestro juicio, la tesis de referencia: Que t?neo al proceso de expansi?n, ni siquiera un ritmo los partidos comunistas, en tanto estaban inspirados uniforme, supuesto que el proceso de expansi?n se en el marxismo se sosten?an por hilos visibles o invisi concibiese como durando un intervalo (finito, y no bles tendidos desde el prestigio (a veces, el apoyo inmenso) de tiempo. En cambio, se entender?an mal, directo) de la ?Patria del Socialismo?. Por lo dem?s, la dentro de la teor?a, los procesos de involuci?n, y no se explicaci?n de estas conexiones entre el significado y el alcance del marxismo y la realidad y destino de la Uni?n Sovi?tica no es tan trivial como algunos pudie ran pensar (en la forma m?s grosera: el ?oro de Mosc??). Al menos, estas conexiones pueden ser con templadas no s?lo como cuesti?n de hecho ?del hecho de la propagaci?n de una ideolog?a y de una organizaci?n en el terreno sociol?gico? sino como una cuesti?n te?rica, interna a la propia doctrina mar xista (que no excluye, desde luego, la aportaci?n del ?oro de Mosc??). En efecto: si admitimos (para referirnos a un solo punto de la doctrina, aunque esencial) que el con cepto de ?Proletariado?, como clase universal, no es un concepto meramente emp?rico (?visual?, por PCE VIII-IX, 1978. decirlo as?) ni puede serlo, dada la naturaleza anaf? rica de su contenido, tendremos que admitir tambi?n entender?an en absoluto (es decir: obligar?an a retirar la implicaci?n mutua de los diferentes partidos que la teor?a) las involuciones que rebasasen determina fueron concebidos como ?vanguardias del Proleta dos puntos cr?ticos. En nuestro caso, se dispon?a, si se riado? con el partido definido como la ?vanguardia puede hablar as?, de la ?funci?n? (concepto funcional) del Proletariado? por antonomasia, el Partido Comu ?Proletariado? y era preciso un ?par?metro inicial? nista de la Uni?n Sovi?tica. La clase universal no es un para que la funci?n no permaneciese vac?a. Dado el concepto que pueda definirse s?lo en t?rminos negati ?par?metro? ?Revoluci?n victoriosa en Octubre?, vos ?la clase de los desheredados, los ?parias de la podr?amos conceder a la recurrencia de la funci?n rit Tierra?? pues no es una clase que pueda constre?irse mos variables, ?un paso atr?s y dos adelante?, pero de al terreno de la realidad pret?rita o presente. Pues no suerte que el movimiento global dibujase una trayec es un erg?n, sino una en?rgeia que s?lo se realiza en el toria expansiva, envolvente de la redondez de la cumplimiento de su destino revolucionario, la supre Tierra. A esa luz, pod?an haber sido interpretados los si?n-absorci?n de todas las clases en el seno de la primeros grandes fracasos de la Idea de ?Proletariado futura sociedad comunista. Por ello, tampoco puede internacional? en ' cuanto se opon?a a la Primera entenderse el concepto del Proletariado como un con Guerra Mundial entre los Estados capitalistas-impe cepto ideal-especulativo, que pudiera reposar tranqui rialistas, por cuanto estos fracasos habr?an quedado lamente en el ?ter intemporal e inespacial de lo compensados con la victoria del Proletariado en eterno. Pero la ?nica manera de conferir significado Octubre de 1917. Es cierto que fracas? tambi?n la pr?ctico al concepto de Proletariado, como clase uni inmediata Revoluci?n en Alemania, o Hungr?a. Pero versal, es definirlo por medio de un proceso de ?recu la victoria de la Uni?n Sovi?tica contra el fascismo, as? rrencia? capaz de tender a un l?mite, a partir de alguna como la instauraci?n del r?gimen comunista en la obligada realizaci?n suya (o que asuma la significa China Popular, a ra?z de la terminaci?n de la Segunda ci?n de tal). As? se interpret? la ?dictadura del Prole Guerra Mundial, y, por supuesto, la propagaci?n o tariado? en el partido de Lenin, como un punto de ?recurrencia? del sistema comunista en Polonia, Ale This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms ^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^ mania oriental, Bulgaria, Rumania, Hungr?a..., aunque a?os cincuenta podr?a no parecer absurdo hablar de hubiera estado ayudada por la victoria militar, pod?an un ?Proletariado positivo? en fase de expansi?n a par hacer pensar en la realizaci?n lenta, pero firme, del tir de esos centros de irradiaci?n mundial que eran la Proletariado como clase universal. Pero tambi?n es Uni?n Sovi?tica y la China Popular: En cualquier cierto que, ya que el mismo desarrollo pol?tico que caso, la Idea de ?Proletariado?, en cuando Clase uni tuvo lugar en los pa?ses comunistas a ra?z de la victo versal en proceso de realizaci?n, deb?a ajustarse al for ria ?contra el fascismo?, la idea del Proletariado inter mato de una clase atributiva, cuyas partes fuesen agre nacional, en tanto parec?a haberse tomado cuerpo en g?ndose las unas a las otras y concaten?ndose hasta casi la mitad de la Humanidad, comenzaba a transfor recubrir la Tierra. (Desde este punto de vista, podr?a marse, a la par que las ?dictaduras del proletariado? se considerarse como una aut?ntica aberraci?n de la transformaban en la figura de ?rep?blicas populares?, teor?a marxista el hablar siquiera d? la posibilidad de o de ?estados de todo el pueblo?. Pero todav?a en los una autonom?a plena de los Partidos comunistas nacionales o regionales, aunque fuera al nivel del ?eurocomunismo?, como si esa autonom?a pudiese tener algo m?s que un alcance meramente ?organiza tivo?). Desde estos puntos de vista, nos parece que el golpe m?s duro que objetivamente sufri? la Idea del Proletariado como clase universal fue el conflicto chi no-sovi?tico, que apareci? a plena luz en los a?os 60, y todas las consecuencias que el conflicto tuvo, entrete jidas con el regreso en los ritmos de crecimiento eco n?mico, el endeudamiento y el estancamiento que comenzaron a hacerse cada vez m?s patentes a los ?Los partidos comunistas se sosten?an hasta ahora por hilos tendidos desde el prestigio o el apoyo directo de la "Patria del Socialismo99.? cuarenta a?os de la gesti?n pol?tica en manos de una clase con vocaci?n de ?Clase Universal?. La Peres troika, a nuestro juicio, lejos de poderse reducir, como se cre?a en 1985, y a?n en 1986, a los l?mites de una reforma administrativa, pero asimilable enteramente dentro del programa leninista, est? resultando ser el comienzo del reconocimiento expl?cito de la necesi dad de dar paso a un proceso de liquidaci?n de la Idea del Proletariado, como ?clase universal?. En realidad, hac?a tiempo que ya no se hablaba de esa Idea, salvo Ion Iliescu y Petre Roman, los dos l?deres rumanos, en diciembre de por alg?n te?rico; pero la Idea no hab?a sido oficial 1989, antes de volver a la corbata. mente abolida ?como tampoco ha sido abolida a?n la This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms ^^^^^^^^^^^^^ autoconcepci?n de los Estados Unidos como defenso se ha ido modificando, descomponiendo y, final res de la libertad y de la justicia universales. La Peres mente, ha tenido que ser desechada desde la Peres troika, entre otras cosas, al restituir a los ciudadanos troika. ?No es preciso decir, por tanto, que, con esto, de los pa?ses comunistas el derecho a la propiedad la teor?a marxista ha perdido su referencia, sus ?par? individual de los medios de producci?n (las leyes de la metros?, y est? siendo reducida a la condici?n de econom?a desbordar?n todas las limitaciones extr?nse mera ideolog?a, cuyos efectos (beneficiosos o nocivos) cas que sean puestas en un principio a estos derechos) pertenecen ya al pasado? Pues la teor?a marxista no impide seguir considerando, ni siquiera por an?fora era s?lo una ?teor?a descriptiva? de una situaci?n hipot?tica o especulativa, a las ?democracias popula dada (y susceptible de ser juzgada dentro de los confi res? como momentos dados en el proceso de realiza nes de la ?poca en la que fue formulada), sino que ci?n expansiva del Proletariado positivo, como Clase tambi?n pretendi? ser una ?teor?a pragm?tica? (no ya universal. La Perestroika est? demostrando ser, no ya una reestructuraci?n, sino una rectificaci?n formal, cada vez m?s expl?cita, no ya s?lo de la pr?ctica, sino ?La "Perestroika" est? demostrando de la misma teor?a marxista. La Idea del Proletariado hab?a experimentado ya un eclipse profundo en las ser no ya una reestructuraci?n, sino d?cadas anteriores, y hab?a razones para ello. El pro una rectificaci?n, cada vez m?s pio desarrollo tecnol?gico de la sociedad industrial imped?a ver al Proletariado como ese trabajador o expl?cita, de la teor?a marxista.? demiurgo fa?stico que Marx pudo ver en sus princi pios. El trabajador industrial iba a dejar de ser poco a poco el ?agente creador? de la Producci?n, el domina dor de la naturaleza ?para comenzar a ser, a la vez, un meramente predictiva) que tiene, como campo propio, agente destructor y depredador, o un productor de a su ?posteridad?. La Revoluci?n de Octubre formaba banalidades; y, lo que es m?s, iba a dejar de ser el parte de esa posteridad y, por tanto, su curso compro ?paria de la Tierra? para llegar a ser cuando la clase de mete, desde 1917 a 1990, la validez de la teor?a misma, desempleados, marginados, emigrantes, etc., etc., fuera extendi?ndose como una mancha de aceite? un no ya s?lo en su calidad de ?telescopio del tiempo?, sino tambi?n como ?plano de la Revoluci?n?, como privilegiado. La Perestroika ya no contempla al Prole gu?a del camino que debe seguir el Proletariado en su tariado internacional, sino a los armenios, a los afga camino hacia la superaci?n de todas las clases, al reali nos, los mongoles y a los propios ciudadanos rusos. zarse como Clase Universal. Con esto, la Perestroika se hace realista; pero, por ello mismo, la teor?a marxista cl?sica en su versi?n leni * * * nista, queda definitivamente comprometida en cuanto teor?a de la realidad. Lo que suele designarse ?por ejemplo, en c?rcu ?C?mo podr?a, en conclusi?n, decirse que la los relacionados en tiempos con el ?althusserismo?? teor?a marxista, aunque fuera anterior a la Revoluci?n como ?teor?a marxista? (con preferencia a ?filosof?a de Octubre, no est? ligada esencialmente al destino de marxista?, sin duda con una intenci?n de aproxima la Uni?n Sovi?tica y a su obligada Perestroika? Tam ci?n hacia la ciencia, y de alejamiento de la ?ideo bi?n la teor?a de la gravitaci?n fue formulada con log?a?), es, sin lugar a dudas, un ?todo complejo?, de anterioridad a los viajes espaciales, pero no es inde muy dudosa unidad, dada la heterogeneidad de doctri pendiente de tales viajes, ni tampoco rec?procamente, nas especiales que contiene (doctrinas econ?micas, puesto que las astronaves se gu?an por ella. La Uni?n hist?ricas, epistemol?gicas, sociol?gicas, incluso f?si Sovi?tica fue el ?banco de pruebas? m?s adecuado, cas y antropol?gicas). Pero en la medida en que esa por su escala, para medir la capacidad conformadora ?teor?a? contiene, como componente esencial, la Idea de la Idea de Proletariado universal, esencial para la de ?Proletariado?, en el sentido dicho, acaso esa hete teor?a marxista, y, por tanto, para determinar su ver rogeneidad del ?todo complejo? pudiera considerarse dad pr?ctica. En este ?banco de pruebas?, al cabo de estructurada en dos partes o momentos bien diferen 70 a?os, y desde ?l ?es decir, no desde fuera? la Idea This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms ciados, aunque dial?cticamente entrelazados, precisa ?contradicciones? entre las fuerzas y las relaciones de mente por el intermedio de la Idea del Proletariado producci?n. Desde la perspectiva de la lucha de clases como clase universal: dos partes o momentos que habr? que considerar al Estado, al Derecho, al Arte, a designaremos ?en atenci?n a la naturaleza gnoseolo la Religi?n, a la Moral, a la Filosof?a,... gica de los campos a los cuales se refieren intenciona Ahora bien: a nuestro juicio, el materialismo his damente estas partes o momentos de la teor?a? como t?rico aunque suele ser muchas veces sobreentendido la parte hist?rica y la parte metahist?rica de la teor?a. como una teor?a ?hist?rica? (ya sea como una ?ciencia (Dejamos de lado, por el momento, las cuestiones de la Historia?, ya sea como una ?filosof?a de la histo acerca de si la ?parte hist?rica? pueda redefmirse ria?, incluso, seg?n algunos ?te?logos de la libera como la ?parte positiva?, orientada al an?lisis de la ci?n?, como una ?teolog?a de la historia?), no ser?a realidad dada, del ?ser?, de la teor?a, mientras que la una teor?a hist?rica ?exenta?, salvo por abstracci?n. ?parte metahist?rica? corresponder?a a las regiones Quiero decir con esto que el materialismo hist?rico cuasi-ut?picas, no positivas, de los placeres, o proyec est? necesariamente engranado con alguna concep tos, del ?deber ser?. (Estas correspondencias proba ci?n general del mundo (filos?fica, teol?gica) que blemente s?lo tienen significado ?desde fuera? de la seguramente no es un?voca (el engranaje del que teor?a marxista.) hablamos es de tipo ?sinecoide?, el que media entre un t?rmino a conjuntado con un conjunto alternativo * * * A, B, C...: a [A C=]); y tambi?n est? engra nado con doctrinas cient?ficas, biol?gicas o f?sicas. Por I. Considerada seg?n su ?parte hist?rica?, la lo dem?s, suponemos tambi?n que la conexi?n del teor?a marxista se nos presenta eminentemente como ?materialismo hist?rico? con un tipo determinado de materialismo hist?rico, es decir, como una doctrina sobre los motores, estructuras y fases de los procesos sociales humanos del pret?rito y del presente. Desde la comunidad primitiva y el ?modo de producci?n asi?tico?, hasta el capitalismo industrial o el ?socia lismo real? de nuestros d?as. No es necesario rese?ar aqu? siquiera sea la lista de los principales conceptos y principios que van referidos al materialismo hist?rico (modos de producci?n, clases sociales, base y superes tructura, falsa conciencia...). Tan s?lo subrayaremos c?mo el marxismo, en cuanto materialismo hist?rico (en contra del humanismo, en tiempos muy cele brado, de R. Mondolfo o de E. Fromm) no ser?a tanto una doctrina psicol?gica, ?tica o moral, ni siquiera sociol?gica, sobre los motores psicol?gico-gen?ricos del proceso hist?rico (la ?rapacidad? de los explotado PCTA, Asturias comunista, mayo, 1977. res, el ?sufrimiento? de los explotados...) sino, sobre todo, un an?lisis del espacio que el mismo ?tr?fico? concepci?n filos?fica o cient?fica, m?s bien que con de los hombres con la Naturaleza y de los hombres otro, no es indiferente para la misma estructura y sig entre s?, y, en particular, el tr?fico mercantil, abre nificaci?n te?ricas del materialismo hist?rico. No es el entre los individuos y los grupos humanos, siguiendo mismo el materialismo hist?rico de Kautsky, de cu?o caminos objetivos ?por encima de su voluntad?; y positivista ?determinista, que el de Vorl?nder, de c?mo las leyes gen?ricas biol?gicas, etol?gicas,... apa cu?o kantiano, o el de algunos representantes de la recen encauzadas hist?ricamente en la forma de una ?Teolog?a de la liberaci?n?. En este sentido, cabe con lucha de clases, definidas por la relaci?n que los hom cluir que el materialismo hist?rico s?lo puede funcio bres ocupan con la propiedad de los medios de pro nar, de hecho, engranado con alguna concepci?n glo ducci?n. La lucha de clases es el motor de la historia y bal del mundo, ya sea del estilo del ?materialismo dia s?lo a su trav?s alcanzan significado dial?ctico las l?ctico? monista que introdujo en Plekhanov, ya sea This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms del estilo, tambi?n monista, pero quiz? menos deter teor?a marxista ?puesto que esta conexi?n no es de minista, de las concepciones ?totalizadoras? de mera yuxtaposici?n, ni siquiera de reducci?n mutua Lukacs o Bloch, ya sea, acaso, engranado con concep de alguna de las partes de la otra? lo que intentare ciones del mundo no monistas. mos hacer aqu? por medio de la Idea de ?Proleta Desde alguno de estos contextos, con los cuales riado?. O, si se prefiere, nuestro prop?sito es de exa el materialismo hist?rico suponemos se vincula de minar, aunque sea de modo muy sumario, la funci?n modo sinecoide, el marxismo ha llegado a ser un ins que puede corresponder a la Idea de ?Proletariado? en trumento de an?lisis muy fino de la realidad. El mate la conexi?n de estas dos partes de la teor?a marxista. rialismo hist?rico, como m?todo de an?lisis cr?tico, Cabr?a hablar de una suerte de ?realimentaci?n? que logra desenmascarar tantas pretensiones y planes entre las dos partes consabidas, en virtud de la cual ideol?gicos del capitalismo ?occidental?, ha llegado a ser, en cierto modo, un instrumento com?n y un patri monio irrenunciable de nuestra cultura racionalista (incluyen aqu? tanto a J. Habermas como a J. Rawls). * * * II. Considerada seg?n su ?parte meta-hist?rica?, la teor?a marxista ya no se nos presenta como la teor?a de un pasado o presente dados, positivos, (hist?ricos), sino como la teor?a program?tica (?predictiva?, por tanto, pero no solamente predictiva ?a la manera de una teor?a astron?mica? sino conformadora, pr?ctica, aunque esta practicidad se haga consistir a veces en la PSUC, Treball, diciembre, 1977. que corresponde a una ?utop?a concreta?, total, en el sentido de Bloch) del futuro del G?nero humano, que, desde el actual y superior modo de producci?n capita podr?amos decir que la ?parte program?tica? no lista (y, m?s a?n, desde el ?socialismo real?) est? apro xim?ndose infaliblemente al ?estado final?. El estado deriva, por ?simple deducci?n?, de la ?parte hist?rica? (seg?n el conocido esquema de la ?teor?a del propio del ?modo de producci?n comunista?, tal eclipse?), sino que es ella la que puede considerarse como Marx lo dibuj?, aunque con pinceladas muy responsable de moldear, en cierto modo, el ?material sumarias, en su Cr?tica al Programa de Gotha, pero hist?rico? (y, lo que es m?s importante, moldearlo de tambi?n otros muchos pol?ticos relevantes (y no por distinta forma seg?n el sentido de la conexi?n sine ello menos metaf?sicos) como pudo serlo Jaur?s. coide antes considerada). Ocurre as? como si la ?estructura del pret?rito?, lejos de revel?rsenos de modo puramente especulativo, implicase ya una La distinci?n entre estas dos partes o momentos determinada orientaci?n pr?ctica. Pero tambi?n de la ?teor?a marxista? est? de alg?n modo reconocida habr?a que decir que la estructura de la ?parte hist? por el propio Marx, cuando contrapon?a, por ejemplo, rica? no es un mero ?constructo ideol?gico? al servi la ?Prehistoria de la Humanidad? a su verdadera ?His cio de fines pr?cticos m?s o menos conscientes, toria? (consecutiva a la superaci?n de la lucha de cla puesto que debe tener un minimun de realidad obje ses), en la cual las contradicciones antag?nicas habr?n tiva para que el propio programa no sea, no ya s?lo desaparecido (permaneciendo, a lo sumo, contradic ut?pico en sus resultados, pero ni siquiera identifi ciones ?no antag?nicas?, que Marx no ha detallado: cable como tal programa en los principios de su apli caci?n. ?ser?n los antagonismos entre varones y mujeres, o entre blancos y amarillos, o acaso, simplemente, entre A. Ser?a precisamente la Idea de ?Clase Univer gigantescos clubes internacionales de f?tbol?). sal? (ya sea ?sta concebida como la ?unidad del sujeto Lo que nos importa aqu? es profundizar en la y del objeto de la historia?, al modo de Lukacs, ya sea naturaleza de la conexi?n entre estas dos partes de la entendida como la ?fraternidad del G?nero humano?, This content downloaded from 140.211.127.19 on Mon, 20 Jun 2016 03:58:45 UTC All use subject to http://about.jstor.org/terms