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Obras del Lic. Alejandro Villaseñor y Villaseñor PDF

290 Pages·2011·35.43 MB·Spanish
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1080012719 BIBLIOTECA DE AUTORES MEXICANOS- HISTORIADORES. OBRA A r. KJ ANDRO VILLA SBXO R Y ru.i ^SESqr. ESTUDIOS HISTÓRICOS Itttp. de V. Agüeros, Editor, Cerca de Sto. Dominio, 4. F L S H Í/ - PROLOGO V -L . c-X Estas líneas servirán de prólogo á la presente edición compuesta de QL'EDA ASEGURADA LA PROPIEDAD los interesantes artículos que con los CONFORME Á LA LEY. títulos de " Tratado Me Lane--Ocam- po," «Antón Lizardo» y «Brindis del Desierto,» se han publicado en EL TIEMPO, diario católico de esta ca- pital, que con tanto prestigio y tan grande influencia circula en toda la República, y que en verdad y con justicia, puede considerarse como el eco más honrado y sincero, del pen- samiento y sentimiento nacionales. Tan bellos y oportunos opúsculos, se deben á la pluma del distinguido letrado y literato D. Alejandro Villa- señor y Villasefior, á quien sin li- sonja debe tenérsele en nuestra pren- orneo fondo h»st R¡ CAfW OOVARRUBlAS 155980 sa nacional contemporánea,como uno amenaza, y el tremendo problema, de nuestros publicistas de más co- que no mañana, sino hoy mismo tie- rrecto estilo y más serio y trascen- ne que resolver. Por mucho tiempo dente fondo. se trató de desviar el peligro negán- dolo, que fué la manera que encon- De mucho interés como trabajos traron la cobardía y la impotencia de históricos, por referirse ni período conjurarlo: tal vez la mala fé y la más triste y doloroso de nuestra his- falta de patriotismo se empeñaron toria, y en que la verdad ha sido más en desconocerlo, para ocultar la ver- ofuscada y combatida por las pasio- güenza de sus remordimientos. Hoy, nes: son los opúsculos que hoy se pu- que casi nos engulle, la ola que avan- blican en forma de libro, déla mayor za encrespada y rugiente, la nega- importancia, por los datos con que ción sería el suicidio colectivo. ilustran y ayudan, los postreros y ac- tuales esfuerzos qne deben hacerse, Desde que los Estados Unidos se para resolver feliz y acertadamente, hicieron independientes, maquina- ron extender su territorio á costa de el pavoroso problema que como una sus vecinos. Después de lesionar á amenaza de muerte, como una nube España y Fiancia con la compra de fatídica está sombreando la frente de la Luisiana y la Florida, se irritaron nuestra infortunada patria, casi des- sus codicias por llegar al .Bravo y al de el momento mismo en que ésta Pacífico, arrebatándonos Texas y Ca- brotara á la vida délas naciones li- lifornia. Al trasplantar á Texas una bres. colonizacion pérfida, sembraron los El porvenir de México es vivir li- gérmenes de las sublevaciones encu- bre, latina y católica: ó debe langui- biertas, que protejidas despues pa- decer y morir bajóla influencia sa- tentemente, producirían al fin la ab- jona, sojuzgada y herética? Este es sorción de esa provincia, á título de el peligro, sobre todo peligro, que la anexión, que es para los despojados despertó sus celos, por la riqueza de sus minas, la suavidad de su clima y la forma más denigrante de las usur- la belleza de su suelo Temieron con ra- paciones, En pos déla celada el asal- zón que los inmigrantes europeos, lo to: los quejidos de dolor que lanzó preferirían á las llanuras monótonas México al sentirse desmembrada, se de los Estados Unidos, siempre ba- tuvieron por injuria suficiente para rridas por los ciclones, abrasadas por fundar una declaración de guerra. tórridos ^éranos, ó heladas por lar- Las vergonzosas victorias alcanzadas gos y ateridos inviernos. Hoy mismo en ella produjeron á los Estados no es explicable, porque prefiere á los Unidos las incomensurables exten- Estados Unidos, la miseria europea siones de Nuevo México y Califor- que emigra á América. nia, cuyos títulos de adquisición, no El primer vehículo de su influen- vacilaron en fundarlos ante la histo- cia que establecier n en México, fué ria y en los tratados, en la modera- la masonería. Poinsset, el primer di- ción expontánea del crimen impune: plomático que los Estados Unidos declararon legitimada su propiedad acreditaron cerca del Gobierno Me- en cuanto ocuparon, porque hubie- xicano, fué el verdadero fundador de ran podido arrebatarnos mucho más. la logias masónicas en nuestro país. No hay otra vida para las naciones; Una vez establecidas las logias, ya pero tarde ó temprano, hay para ellas tuvieron ámplio subterráneo por don- en ésta, eterna justicia de Dios! ' _ de verter sus funestas y constantes No solo pensaron los Estados Uni- sugestiones: nacidas en servidumbre dos desde sus principios, en exten- satánica, los logias son no sólo dóci- der su territorio, sino también su in- les sino ardientes, en todos los ser- fluencia sobre todo el continente vilismos humanos de depravación y americano y especialmente sobre Mé- bajeza. Ellas fusilaron á Iturbide; ex- xico, que al hacerse independiente pulsaron de México á los antiguos La gnerra con los Estados Unidos residentes españoles; y promovieron hizo derramar á México, tantas lágri- las continuas revueltas y asonadas, mas de rabia y de dolor, como de ver- que en el interior arruinaron al país güenza! y tanto llegaron á desprestigiarlo en Mas tarde, en el fragor de los com- el exterior. bates fratricidas y de los odios de nues- Hijo primogénito y preferido, de tras enconadas luchas intestinas, no la masonería mexicanadominada por se vaciló, á trueque de obtener el la de ^os Estados Unidos, fué ese par- triunfo sobre los propios, en implo- tido político, que surgió de nuestras rar su apoj'o moral y aceptar su ma- disensiones, tan hostil ála religión terial ayuda. Llegadas al paroxismo verdadera y á las antiguas tradicio- las pasiones cuando el establecimien- nes; y tan llenode falsa admiración por to del segundo Imperio, último y su- las instituciones del yueblo norte- premo esfuerzo de los hombres más americano. que por fin logró impo- pensadores y mejor intencionados del país, para poner un dique á la in- ner al nuestro, á pesar de ser tan con- fluencia é invasión americanas siem- trarias á sus costumbres y á su his- pre crecientes; sedesataron alfin como toria. huracan enfurecido para derrumbar- Cuando la sublevación de Tejas, lo, esas mismas y terribles pasiones, ya hubo entre nosotros quien coad- enfrenadas por un momento. El se- yuvara á los designios de los Estados gundo Imperio, lisiado desde ántes Unidos; y cuando invadieron nuestro que naciera, por la perfidia inglesa, territorio y ocuparon nuestra Capi- lajactanciaespañolay la lijereza fran- tal, quienes aplaudieran y se alegra- cesa, fué derrumbado por los Estados ran de su triunfo, con un regocijo Unidos con tanta fruición como odio. que hizo estremecer de indignación y Un telegrama de Seward arrojó de de horror á los corazones mexicanos. México al ejército francés; y las balas nuestro organismo económico, y des- parricidas que mataron en las Cam- de tan elevada altura dominan por panas fueron disparadas desde Wha- completo y con la clave de sus fletes - sington. y pasages, el comercio y la agricul- Desde Oueretaro, triunfaron los tura, la mineria y la industria nacio- Estados Unidos; hacerse hoy la me- nales. Y en nada atenúa la rigidéz nor ilusión, seria una estupidez ó un de su predominio, que los sindicatos crimen. Mientras llegan, desde allá americanos no sean los verdaderos son dueños de todo: suyos somos to- dueños de esos ferrocarriles, porque dos; lo mismo el criollo inútil y des- siendo los intermediarios forzosos entre la timidez del dinero europeo pilfarrado que el indio hambriento y lo urgente de nuestras necesida- y andrajoso; lo mismo que los naci- des, esos sindicatos son los dueños dos en este suelo, cuantos colonos jurídicos y los poderosos gerentes de lo pueblan venidos del extrangero. tan vastas empresas. Con el capital Tan suyos son los franceses que aqui que representan, mayor que el de viven, apesar de sus pasadas glorias nuestra deuda pública, están más den- y los indeficientes resplandores de tro de nuestro erario que muestros su genio literario, como los alemanes mismos formidables acreedores ex- con sus recientes victorias y sus fres- tranjeros. Al menos estos no tienen co cos laureles; lo mismo el italiano que mo garantía subsidiaria de sus acree- lleva el cetro del arte en la mano, que encias, que sus gobiernos puedan fi- el español que empuña con la suya, jar nuestros límites con las naciones la espada mas gloriosa de la historia colindantes; el monto de las indemni- moderna. zaciones á nuestro cargo; y obligar- Dueños los Estados Unidos de la nos, por pánico prematuro á la cesión mayor red de ferrocarriles en Méxi- de la mitad del territorio de uno de co, lo son del sistema arterial de

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la masonería mexicanadominada por .. das que encontr aron, estaban Don Manuel S. Vi- .. inmóvil. No comprendiendo el teniente Bryson la causa.
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