ÍNDICE PRÓLOGO , por Agustín del RÍO CISNEROS ÍNDICES: CRONOLÓGICO DE OBRAS EPÍSTOLAS POESÍAS APÉNDICES OBRAS EPISTOLARIO ESCRITOS POÉTICOS APÉNDICES "Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia" José Antonio Primo de Rivera noviembre de 1936 Fuente: José Antonio Primo de Rivera. Escritos y Discursos. Obras Completas (1922-1936) Agustín del Río Cisneros. Ed. Instituto de Estudios Políticos. Madrid, 1976 Página “web”: http://www.rumbos.net/ocja/ Sugerencias, correcciones y aportaciones: [email protected] PRÓLOGO por Agustín del Río Cisneros Estas Obras completas de José Antonio Primo de Rivera –de las cuales he tenido el honor de ser recopilador– se publican ahora por el Instituto de Estudios Políticos en ofrenda de la memoria de José Antonio en el XL Aniversario de su muerte en Alicante y en servicio permanente del pueblo español. Esta edición reúne todos los textos de José Antonio recogidos hasta la fecha, después de largos años de búsqueda e identificación. Incluye todos los elementos incorporados en las diversas y sucesivas recopilaciones que he venido realizando al correr del tiempo. Refunde la edición de Obras de José Antonio, que viene publicando durante los últimos años la Delegación Nacional de la Sección Femenina y el volumen de José Antonio íntimo.–Textos biográficos y Epistolario, que hice con la colaboración recopiladora de Enrique Pavón Pereyra y que publicó Ediciones del Movimiento en 1968, en que se agrupaban los textos hasta entonces considerados como inéditos. Se añaden ahora también las piezas fundamentales de la defensa de José Antonio en el Proceso de Alicante y otros hallazgos que pudimos identificar recientemente. La colaboración de Enrique Pavón Pereyra ha merecido justamente los mejores y más cálidos elogios, a los que añado en estos momentos mi personal gratitud. Me complazco en dejar aquí constancia y recuerdo de una etapa de nuestro común afán y trabajo, impulsados por análoga devoción a la figura de José Antonio, y que fraguó además nuestra cordial y buena amistad. La común labor realizada en la búsqueda y salvación de textos inéditos fue recogida en las publicaciones de 1956 y 1958, fusionados en el citado libro "José Antonio íntimo, Textos biográficos y epistolario" aparecido en 1964 y reeditado en 1968, que ahora se integra en esta edición cronológica de Obras Completas. En la sucinta historia de las ediciones joseantonianas que va –como nota independiente– después de este prólogo, me refiero con más precisión y detalle a esta valiosa colaboración, que vino a unirse en 1956 a la línea de recopilación y al proceso editorial que inicié en 1937 y continué, en forma ininterrumpida y en progresivo perfeccionamiento, hasta 1976. Esta obra contiene lo siguiente: 1. La sucesión cronológica de los textos de José Antonio desde 1922 hasta el 18 de noviembre de 1936, que recoge sus discursos, conferencias, alocuciones, entrevistas, declaraciones, ensayos, artículos periodísticos, notas, hojas, circulares, manifiestos, escritos y piezas varias, sus intervenciones de defensa ante el Tribunal de Alicante y su testamento, redactado en vísperas de su muerte. Se divide esta compilación en dos partes: anterior y posterior a la creación de la Falange. 2. El Epistolario de José Antonio, que ofrece una serie de ciento treinta y tantas cartas, ordenadas también cronológicamente, que van desde el año 1921 al 19 de noviembre de 1936, incluidas las que redactó en la Prisión Provincial de Alicante antes del Proceso y las últimas que escribió el día anterior a su muerte. 3. Varios Escritos Poéticos. 4. Un apéndice, que comprende el Acta de Constitución de Falange Española y unas referencias informativas sobre la religiosidad de José Antonio y el plan de lecturas de José Antonio en las cárceles de Madrid y Alicante. + + + El pensamiento y la acción política de José Antonio se proyecta sobre un marco histórico, configurado por la sucesión de acontecimientos políticos que determinan o suscitan su actitud, su reflexión y su decisión en cada momento. A fin de esclarecer ante el lector este cañamazo histórico de fondo, la ordenación cronológica de los textos va separada por portadillas que marcan las fechas y los hechos de mayor relieve en la sucesión del tiempo y a los cuales responde José Antonio en cada época y circunstancia, dando así una visión dinámica de su concepción política y, a la vez, un trazo biográfico de su compromiso y emplazamiento personal ante el destino colectivo del pueblo español. Este cuadro o marco histórico, que señala el devenir político de la intervención de José Antonio en la vida pública española, y que resume las referidas fechas fundamentales y acontecimientos decisivos de una época que va de 1923 a 1936, se coloca como perspectiva general o como introducción esquemática a la recopilación de los textos que componen esta edición. Esta misma relación de fechas y hechos históricos indica la evolución de los acontecimientos políticos y vale como pauta temporal en la sucesión de las palabras y de los escritos de José Antonio en esta Obra. Y sirve como referencia en la ordenación de los textos del Índice Cronológico General. Dada la extensión de la obra, ésta ha tenido que fraccionarse en dos tomos de volúmenes semejantes: el Tomo primero, con los Textos correspondientes a los Discursos y Escritos políticos que van de 1922 al 7 de abril de 1935 y el Tomo segundo, con los textos de Discursos y Escritos Políticos que van del 9 de abril de 1935 al 19 de noviembre de 1936, el Epistolario, los Escritos Poéticos y el Apéndice. El tomo segundo comienza con el discurso pronunciado el 9 de abril de 1935 en el Circulo de la Unión Mercantil de Madrid sobre el tema "Ante una encrucijada en la historia política y económica del mundo" y se cierra con los Índices de la Obra: índice de sistematización, según el esquema de clasificación de textos de las primeras ediciones publicadas en la postguerra civil española; Índice topográfico1 e Índice cronológico general, según el criterio finalmente establecido en las últimas ediciones de la Obra joseantoniana. I. LOS TEXTOS DE JOSÉ ANTONIO Y SU REFLEJO BIOGRÁFICO En 1951, con motivo de la presentación de la primera edición cronológica, hice un bosquejo biográfico de José Antonio que ahora transcribo y amplío a fin de reseñar, aunque sea esquemáticamente, todo el ciclo político de su vida, ya que también se ha extendido el tiempo abarcado por la recopilación. Al ordenarse cronológicamente los textos de José Antonio Primo de Rivera, siguiendo su proceso biográfico y político, puede verse claramente el desarrollo de su personalidad y la generación de sus ideas sobre el cañamazo histórico de situaciones y circunstancias sucesivas de la política española. A través de sus palabras y escritos se trasluce la vida de José Antonio, llena de intención y de finalidad al servicio de España. Su clara inteligencia, su vibración moral permanente y su resuelta voluntad se manifiestan en actitudes enteras: lúcidas, limpias y valientes, caracterizando su heroica y fecunda vida. La interna explicación de su pensamiento y la autenticidad de su conducta se revelan seductoramente en estas páginas –los viejos textos familiares– y flotan en el aire de España como incitantes de la acción política y como recuerdos de promesas inesquivables. Son la ausencia y la trascendencia de José Antonio operando sobre varias generaciones españolas que, de uno u otro modo le conocieron: unos, los más veteranos, física y personalmente; otros, los más jóvenes, moral e intelectualmente, por la estela de su vida legendaria y por su mensaje doctrinal. 1 En esta edición no se incluye este último índice topográfico Esta figura de José Antonio –perfilada y animada por su propia palabra– se ofrece ante nosotros aleccionadora, dinámica y sugestiva, rica en matices, capaz del diálogo íntimo: del consejo, del estímulo y del reproche; se acerca con su bella prosa al alma del lector –en trance sincero y honrado– y le transmite su noble mensaje de hermandad y de esperanza. Sabemos que hay que rendir tributo admirativo –y que es de corazones leales hacerlo– a la memoria de los hombres señeros que ejercieron el bien para su Patria, y José Antonio lo hizo genialmente. Cabe, pues, el canto épico a su heroica existencia y la eterna elegía a su gloriosa muerte, pero no alejemos su magnífica y humana figura de nuestra tarea común en el diario quehacer, imaginando su consejo, adivinando cuál sería su norma, para que fructifique la semilla de su ideal. + + + La obra joseantoniana se divide en dos partes: I. Etapa anterior a la creación de la Falange, que alcanza de 1922 a octubre de 1933, y II. Etapa falangista, que comprende desde el 29 de octubre de 1933, en que se funda públicamente Falange Española con el acto del teatro de la Comedia, en Madrid, hasta el 18 de noviembre de 1936, fecha en que escribe José Antonio su testamento en Alicante, la víspera de su muerte. Esta segunda etapa se subdivide a su vez en dos períodos: A) Falange Española, del 29 de octubre de 1933 hasta el 13 de febrero de 1934. B) Fusión de la Falange Española y de las J.O.N.S., 13 de febrero de 1934 hasta el 18 de noviembre de 1936. I. En la primera etapa se registra el inicio político de José Antonio. Un noble sentimiento filial promueve sus intervenciones. El 28 de enero de 1930 se produce la dimisión del General Primo de Rivera. Es encargado de formar Gobierno el General Dámaso Berenguer, el cual queda constituido el 30 de enero de 1930. La caída de la Dictadura del general Primo de Rivera fue aprovechada aviesamente por la licencia crítica, y José Antonio sale con su valentía –que le viene de estirpe– a defender el nombre de su padre y su gestión histórica al frente de los destinos de España. Es el momento que José Antonio denomina irónicamente "la hora de los enanos". La muerte de su padre en París –16 de marzo de 1930– tiñe de dulce y serena melancolía el alma de José Antonio, pero enciende al mismo tiempo su ánimo y su mente en el sentido nacional. El problema personal del mando del general Primo de Rivera se transforma enseguida en el análisis histórico de España. La función de la inteligencia política, la misión del Poder y la psicología del pueblo español, desfilan ante su aguda y penetrante mirada, ya no para zanjar retrospectivamente, con justicia, el hecho de la pasada Dictadura, sino como temas atractivos y necesarios de estudio para una nueva solución del problema político y social de España. En la defensa que José Antonio hizo de don Galo Ponte, ante el Tribunal de Responsabilidades Políticas de la Dictadura, hay, junto a su ejercicio de buen abogado, mucha sustancia política proyectada al futuro como interpretación de la realidad social española y como diseño de una importante tarea de gobierno. Ya no es el juicio procesal de un régimen, o de un grupo de hombres, lo que ventila José Antonio, sino el juicio íntimo de la reciente historia española y el apunte de una nueva época política. Lo mismo puede verse en los escritos que dedica al tema de los intelectuales en relación con la Dictadura. El 4 de abril de 1930 se hace público el manifiesto político de la Unión Monárquica Nacional y José Antonio asume la Vicesecretaría de esta entidad el 2 de mayo de 1930. Su dedicación política con este motivo queda registrada en esta publicación con las reseñas de una serie de actos celebrados en diversos lugares de España durante el curso de 1930 y comienzos de 1931. El 18 de febrero de 1931 el Almirante Don Juan B. Aznar sucede en el Gobierno al General Berenguer, ante un panorama general de crisis de la Monarquía. El 12 de abril del mismo año se celebran elecciones Municipales y el día 14 de abril de 1931 se proclama la Segunda República Española. El 28 de junio de 1931 se convocan elecciones constituyentes, que se llevan a efecto el 4 de octubre de 1931. José Antonio presenta su candidatura por Madrid. Su manifiesto electoral del 29 de septiembre de dicho año, bajo el título "Por una sagrada memoria hay que oír a los acusados", explica bien su propósito. No consiguió ser elegido en aquella ocasión, pero evidenció la gran simpatía y adhesión que suscitaba su persona. Después de las elecciones, José Antonio expresó su gratitud, con su característica gentileza, a los veintinueve mil electores que habían votado su candidatura en Madrid, publicando un artículo en el diario "La Nación", que va incorporado en esta obra. Desfilan ante la mirada penetrante de José Antonio hechos de transcendencia histórica, como el establecimiento y caída de la Dictadura del General Primo de Rivera, el derrumbe de la Monarquía española y la proclamación de la Il República española en 1931, seguidos de un proceso de inestabilidad, confusión y anarquía. Confluían factores de decadencia histórica, de descomposición social y de irrupción subversiva, con predominante signo marxista. El futuro se ofrecía como un enigma lleno de incertidumbres y riesgos para la comunidad española. Se ofrecía a la contemplación de José Antonio un tiempo de transición histórica en que habría de realizarse una nueva configuración política, de renovación institucional y de experiencia democrática. José Antonio había dicho el 16 de enero de 1931, en la conferencia pronunciada en Madrid sobre "La forma y el contenido de la Democracia", que "la aspiración a una vida democrática, libre y apacible será siempre el punto de mira de la ciencia política, por encima de toda moda", distinguiendo entre la forma y el contenido de la democracia. Habría que diferenciar, pues, el fracaso de las formas democráticas en su adaptación a las características sociales de cada época, del valor permanente del contenido democrático. Y concluía "No prevalecerán los intentos de negar derechos individuales ganados con siglos de sacrificios. Lo que ocurre es que la ciencia tendrá que buscar, mediante construcciones de "contenido", el resultado democrático que una "forma" no ha sabido depararle. Ya sabemos que no hay que ir por el camino equivocado; busquemos, pues, otro camino, pero no mediante improvisaciones". Ahora bien, el panorama de los hechos políticos de la II República española muestra a José Antonio un proceso de disolución y corrupción democrática, que lleva a la grave crisis social de 1936. El problema político consistía, según la visión joseantoniana, en realizar en cada época histórica de un pueblo su forma democrática, de acuerdo con los imperativos de su tiempo y de su proceso sociológico, a fin de salvar el contenido, real y esencial, de sus valores populares. Y en concreto, de frente a sus circunstancias, superar la forma liberal de la democracia, que mostraba por un lado, su ineficacia e incapacidad de servir a la justicia social, y por otro, su fragilidad ante el desafío revolucionario del comunismo. De aquí, de estas premisas, partiría después José Antonio para formular su teoría orgánica de la sociedad y su síntesis de reordenación política orientada a corregir los excesos del individualismo extremo y del colectivismo absoluto. En el fondo de la preocupación de José Antonio, en la Primavera de 1933, está la percepción de un hecho fundamental: la crisis del liberalismo. Entra en quiebra el liberalismo, no sólo por razones especiales de la vida española, donde el liberalismo fue adoptado siempre como una planta exótica y vivió precariamente, sino por motivaciones universales. El sistema liberal, entendido y realizado con las formas políticas del siglo XIX, no pudo superar dos factores de perturbación: uno, económico, ligado al proceso de la sociedad, producía la descomposición del capitalismo liberal, y otro, de carácter político, engendraba la rebelión de las masas movilizadas por el comunismo internacional. Después del triunfo del marxismo en Rusia –independientemente del gusto y el criterio de cada quien– no puede sostenerse el liberalismo en sus formas decimonónicas con sus defectos y anacronismos. José Antonio observó esta crisis del liberalismo, en que se conservaba un venerable respeto por la libertad abstracta mientras prosperaba y cundía la injusticia económica, base política que el marxismo aprovechaba hábilmente. Hay en esta etapa anterior a la creación de la Falange una viva curiosidad por los acontecimientos del mundo, una toma de pulso a la modernidad, y dentro de ella con especial interés al fenómeno político del fascismo italiano. Pero es necesario decir que ese balbuceo de observación extranjera queda pronto replegado ante la original personalidad de José Antonio, más inclinado a buscar en las propias raíces españolas la fuente de su inspiración política. La fecha de fundación de Falange Española marca un límite claro. De ahí en adelante se perfila cada vez más la línea auténticamente española de su pensamiento y de su acción, y avanza en singularización y en originalidad el despliegue ideológico. La Revolución Española se formula precisamente en función de la necesidad y del interés de la propia sociedad española, y quedan deslindadas las fronteras intelectuales con otros movimientos políticos de revoluciones nacionales europeas. Muchos son los aspectos diferenciales del ideario de José Antonio: el concepto del Estado, subordinado a principios morales y al fin trascendente del hombre; el sentido de la dignidad humana, la consideración de la persona en la vida social, el respeto a la libertad, la afirmación de los valores eternos del hombre, la inspiración católica de la filosofía política y la estructura de la sociedad, con las unidades naturales de convivencia y representación política: Familias, Municipios y Sindicatos; estas notas características singularizan y distinguen tajantemente el pensamiento de José Antonio de todas las formas de totalitarismo, sean fascismo, nacionalsocialismo o comunismo. José Antonio declaró textualmente, a fin de barrer confusiones y equívocos perjudiciales al entendimiento de su política, con fecha 19 de diciembre de 19341 lo siguiente: "Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista", declaración que, por el tiempo en que fue formulada, era completamente ajena a todo oportunismo político. II. A) Al fundar Falange Española, José Antonio levantó la bandera de un Movimiento de salvación nacional. Predicó el reencuentro de las auténticas venas de España para el cumplimiento de su misión universal. Tradición y Revolución se fundieron en dos afanes: ambición histórica y justicia social. Suscitó el gran clamor español de unidad y de victoria. Su mensaje de fe puso en pie al hombre español y levantó la conciencia nacional dándole el temple necesario –brío, estilo y metas– para hacer frente a la invasión comunista. España estaba partida por tres clases de secesionismos: la anarquía de los partidos políticos, la traición de los separatismos y la violencia de la lucha de clases. José Antonio sembró la unidad y encendió el coraje de unas juventudes lanzadas al rescate de la Patria. En el período de Falange Española se abren tres vías principales para la expresión política de José Antonio: 1. Se inician los actos políticos de Falange Española, quedando inaugurada esta serie con el discurso de la fundación del 29 de octubre de 1933, texto al cual hay que acudir en cada vuelta del camino. 2. Triunfa su candidatura de diputado por Cádiz el 19 de noviembre de 1933 y comienza su tarea en el segundo Parlamento de la República en diciembre del mismo año, donde pronunció magníficos discursos de afirmación y de polémica que se han salvado del olvido en que yace la mayor parte de la retórica parlamentaria. 3. Da nacimiento al semanario FE el 7 de diciembre de 1933 y publica en esta revista artículos y crónicas, maravillas de gracia expresiva y de fino pensamiento. Y con los primeros sacrificios de vidas jóvenes que caen defendiendo el ser de España, mártires de la Patria, nace también ese estilo literario sencillo y patético, con que se honra a los camaradas caídos interpretando lealmente su sacrificio al entender la muerte –según dijo José Antonio– como un acto de servicio. II. B) En el período de fusión de Falange Española y las J.O.N.S. gana en extensi6n y profundidad el Movimiento nacionalsindicalista. José Antonio radicaliza sus posiciones políticas. Su acción es más enérgica y su pensamiento más acerado. El sentido de la revolución penetra las ideas y las conductas. Si al principio José Antonio había insistido preferentemente en defender la unidad nacional frente a los separatismos, en afirmar el espíritu español frente a las deformaciones de la escéptica ironía izquierdista y de la vacua grandilocuencia derechista, en comprender la Patria por encima de la lucha de partidos y exaltar la soberanía frente a todos los internacionalismos, en este segundo período de fusión con las J.O.N.S. acentúa fuertemente el sentido de la justicia social frente a todos los privilegios y arbitrariedades clasistas, proclamando una nueva concepción económico– social. Las dos palancas de la revolución, lo nacional y lo social, quedaron articuladas en la dialéctica y en la táctica políticas. Las flechas ideológicas pulían sus puntas: la ilusión de las juventudes, en torno al ideal patrio, y la necesidad de los obreros, hacia un mejoramiento del nivel de la vida. El trabajo en la paz y el heroísmo en el combate se consideran así como los auténticos títulos del verdadero patriotismo. Y las consignas del nacionalsindicalismo circulan y vigorizan la política de la Revolución española. La subversión marxista y separatista en 1934 centra la polémica de José Antonio. Analiza los ingredientes de esta rebelión y no se conforma –como tienden siempre a hacer las derechas de turno– en sofocar la rebeldía aplicando estrictamente los tan amados recursos conservadores del orden público, sino que denuncia la necesidad de dar cauce y norma al espíritu revolucionario dentro de líneas españolas, con lealtad para los auténticos valores tradicionales, pero con inexorable rigor en la exigencia de ambiciones sociales de una política moderna. El segundo bienio de la República, de 1933 a 1935, forma el paisaje de fondo de esta lucha de la Falange a la intemperie. Victoria sin alas fue la calificación de José Antonio al triunfo de las derechas y realmente ese fue su signo durante los dos años. Si José Antonio acusó en este tiempo a la izquierda, por su deslealtad con la Patria, por falsificar el destino histórico de España, también fustigó a la derecha por su insolidaridad colectiva, por su apego –bien por inercia o por egoísmo– a la injusticia social, por su insensibilidad para el dolor de los humildes, así como por la falta de temperamento para acometer con gallardía los problemas nacionales. Esta derecha, tan propicia a las soluciones acomodaticias, a las ficciones y a las apariencias formularias, pactaba con las situaciones establecidas, aunque implicaran la injusticia y la adulteración del sentido español. José Antonio entendió bien, como buen católico, el principio teológico –paulino– de la caridad, sin oscurecer el sentido político de la justicia, error o defecto en que incurrió cierto sector del conservadurismo egoísta español. En la vida colectiva pública la caridad debe llegar donde no alcanza la justicia, completando y perfeccionando así la sociedad, a la cual da su gracia moral, pero no debe utilizarse la caridad como un paliativo prudente e insincero de una injusticia manifiesta o de una miseria humana intolerable que requiere efectivo remedio. La afirmación revolucionaria de José Antonio sonaba escandalosamente en los ambientes fariseos y explica el silencio intencionado con que fue tratado el Fundador de Falange por el derechismo del segundo bienio de la República que, por otra parte, no encontraba reparos en aliarse con los viejos radicales, atufados aún de su rancio anticlericalismo. Los dos primeros Consejos Nacionales de F.E. de las J.O.N.S. señalan momentos decisivos en el desarrollo táctico e ideológico del Movimiento nacionalsindicalista. El primero, celebrado a principios de octubre de 1934, coincidió con la revolución marxista y separatista de ese año, con el llamado octubre rojo. El segundo tuvo realización los días 15 y 16 de noviembre de 1935, ya abocados a las últimas elecciones de la República. Ambos se desarrollaron sobre cálidas y tensas atmósferas políticas, a las cuales respondía la gallarda y clara decisión de José Antonio. En el semanario Arriba nos dejó José Antonio rica fuente de doctrina y orientación política. Fue fundado el 21 de marzo de 1935 y sirvió de instrumento magnífico de expresión y de lucha. El 26 de marzo de ese mismo año nace el semanario Haz, revista universitaria y juvenil. La Prensa nacionalsindicalista aumenta y se extiende por España. Por la brevedad de esta reseña no podemos citar aquí los nombres de todas estas publicaciones heroicas del tiempo fundacional. Consignemos, sin embargo, para cerrar esta escueta alusión, el No Importa, boletín de los días de persecución, tiempo trágico para muchos camaradas. En las páginas de esas publicaciones vieron la luz muchos artículos de José Antonio que componen este libro y junto con sus discursos y conferencias integran la vieja doctrina familiar de la Falange. Atacado por los dos costados, la saña de la izquierda y el recelo de la derecha, continuó la lucha esforzado de José Antonio en este tiempo difícil hasta desembocar en las elecciones de 1936 y en el triunfo electoral del Frente Popular, puente del comunismo para llegar al Poder en España. Arreciaron entonces las persecuciones contra la Falange y el odio se cebó en la persona de José Antonio. Detenido y encarcelado en Madrid el 14 de marzo de 1936, fue conducido a la Prisión Provincial de Alicante el 5 de junio de ese año. La consigna de este período fue el "No Importa", bajo cuya moral se dio la réplica a la saña roja. La sucesión de los manifiestos, las circulares, las órdenes de mando y los escritos de José Antonio durante esta época indican la prodigiosa lucha de un hombre extraordinario y excepcional, que sabía ciertamente que entregaba su vida, pero que con su sacrificio y su elevado mensaje abría el camino para una España digna, justa y libre. Ante la invasión de los bárbaros en su moderna forma de subversión marxista, definió la trágica situación española: "No nos hallamos en presencia de una pugna interior. Está en litigio la existencia misma de España como entidad y como unidad. El riesgo de ahora es exactamente equiparable al de una invasión extranjera". El cerco a España se denuncia –decía– por sus consignas, por sus propósitos, por sus gritos, por su sentido. De Moscú partían los hilos de esta invasión comunista. Quizá el mundo vea actualmente con más claridad el hecho de la tragedia española a las luces de otros espectáculos universales de la agresiva expansión del comunismo, bajo la cual cayó víctima José Antonio Primo de Rivera. Asume José Antonio la adversidad del último período de su vida en la Prisión Provincial de Alicante con ejemplar serenidad, lucidez y responsabilidad histórica. Y pone de relieve su fortaleza moral y su esclarecida inteligencia en la defensa que hace ante el Tribunal que le juzga en el Proceso incoado contra él, su hermano Miguel y su cuñada Margarita Larios. Mantuvo lealmente las ideas que habían inspirado su conducta política al fundar y conducir Falange Española de las J.O.N.S. Y se defendió – como dejó dicho en su testamento– con los mejores recursos de su oficio de abogado, "tan profundamente querido y cultivado con tanta asiduidad". II. CLAVE HUMANA DE JOSÉ ANTONIO, IDEAS ESENCIALES Y EVOLUCIÓN POLÍTICA Confluyen en José Antonio una serie de virtudes que se armonizan muy singularmente y configuran su personalidad. Representa un momento de plenitud humana de un noble linaje en leal compromiso con su pueblo, en que se funden la experiencia histórica de su estirpe con la visión renovadora de su iluminada juventud. Hay en José Antonio –como constantes– un grande y limpio amor a España, un dolor acuciante por el declive histórico de nuestra Patria en la época moderna –registrado muy especialmente durante el siglo XIX y primer tercio del XX– y una ferviente y rotunda decisión de conseguir el renacimiento patrio,. entregando para ello su más generosa vocación de servicio y sacrificio. Su propósito es riguroso: recuperar un destino ascendente para el pueblo español, mediante un gran esfuerzo y empuje colectivo. Para ello es necesario un gran ideal, síntesis de tradición y modernidad, capaz de impulsar la vida española, dándole la energía precisa para la conquista de las grandes metas comunitarias, la elevación espiritual y material de España, por las rutas fecundas de la unidad nacional, la dignidad humana y la justicia social. Las ideas esenciales y permanentes de su doctrina son: • El concepto del hombre, como portador de valores eternos. • La consideración de España, como unidad de destino en lo universal. • La exigencia de la justicia social, como base inexorable de la existencia colectiva. • La implantación del sindicalismo nacional, como sistema de ordenación económica y vía de representación política, junto a la familiar y municipal. • Y la concepción del Estado, como instrumento –medio y no fin– al servicio del hombre y de la Patria. La nueva ordenación política habría de corregir los excesos del individualismo anarquizante y del colectivismo totalitario, opresivo de la personalidad humana. La imagen política de José Antonio se configura como un Estado Social de Derecho. Y en esto, sucintamente, ha consistido el mensaje de José Antonio y su gran obra de salvación nacional, a cuya empresa convocó a la juventud y a todo el pueblo español. + + + José Antonio justifica claramente su empresa política. "Así resulta que cuando nosotros –dice en el discurso de fundación de Falange Española– los hombres de nuestra generación, abrimos los ojos, nos encontramos con un mundo en ruina moral, un mundo escindido en toda suerte de diferencias, y por lo que nos toca de cerca, nos encontramos una España en ruina moral, una España dividida por todos los odios y por todas las pugnas". La sociedad española se hallaba en situación anárquica, confusa y dividida en tres secesiones fundamentales: la pugna de los partidos políticos, la lucha de clases y los separatismos regionales. Ante la tremenda crisis del pueblo español, que vivía ya el último trance de su derrumbe histórico, se precipitaba la descomposición liberal de la sociedad e irrumpía violentamente la subversión del marxismo internacional, procesos que fraguaron conjuntamente la hecatombe española de 1936.En José Antonio se concilian las dos vertientes que habían operado contradictoriamente sobre la conciencia española: la línea tradicional y afirmativa de la unidad nacional y de los valores históricos, y la del pensamiento crítico renovador o regeneracionista. A tal fin, plantea una salida constructiva e integradora de los auténticos afanes de la tradición y de la revolución. "Entre una y otra de esas actitudes, se nos ocurrió a algunos pensar– –dijo José Antonio– si no sería posible lograr una síntesis de las dos cosas: de la revolución –no como pretexto para echarlo todo a rodar, sino como ocasión quirúrgica para volver a trazar todo con un pulso firme al servicio de una norma– y de la tradición, no como remedio, sino como sustancia; no con ánimo de copia de lo que hicieran los grandes antiguos, sino con ánimo de adivinación de lo que harían en nuestras circunstancias. Fruto de la inquietud de unos cuantos nació la Falange". La evolución del pensamiento de José Antonio avanza, de manera coherente, a través de sus tres años de actuación política al frente de la Falange. Y podemos comprobar ese despliegue de ideas comparando el discurso inicial de fundación, de 29 de octubre de 1933, con el pronunciado al clausurar el 11 Consejo Nacional de la Falange, en el cine Madrid, el 17 de noviembre de 1935 y con el del cinema Europa, el 2 de febrero de 1936, en que expresa la actitud de Falange ante las elecciones convocadas ese año, en los que alcanzaba plenitud su mensaje político de la revolución nacional. José Antonio examina la crisis de la sociedad moderna y responde desde la concepción cristiana de la vida, dando soluciones válidas en todos los planos de la convivencia: ofreció los fundamentos espirituales de un nuevo humanismo; estableció las bases orgánicas de una nueva sociedad y prefiguró un orden político que salvara la dignidad humana de los extremismos que operaban antagónicamente y que continúan haciéndolo hasta nuestros días. A José Antonio interesa fundamentalmente la salvación de la personalidad humana, amenazada simultáneamente por el liberalismo, que lleva por inercia a la anarquía y a la injusticia, y por el totalitarismo, que propende a la despótico supresión de las libertades humanas. III. EL MENSAJE DE JOSÉ ANTONIO En 1964 hice un estudio sobre el mensaje de José Antonio en el que analizaba su actitud ante la evolución ideológica de la época moderna, poniendo de relieve su disposición abierta, crítica y comprensiva, que le llevaba a resolver las contradicciones de su tiempo en una síntesis superadora, con la integración de los valores reales y efectivos de los sucesivos procesos históricos. Este trabajo se publicó como presentación de la edición de las obras de José Antonio en aquella fecha, reproduciéndose en las siguientes ediciones realizadas por la Delegación Nacional de la Sección Femenina. Me permito incorporar también estas reflexiones en este prólogo, porque el mencionado análisis doctrinal me parece que ha salvado la prueba del tiempo y tiene validez actualmente, y me exime, por otra parte, de cualquier tentación de ocasional oportunismo. Y en todo caso será un testimonio de constancia y consecuencia política en el entendimiento con que vengo asumiendo la responsabilidad de ofrecer a las sucesivas promociones españolas el mensaje de José Antonio. 1. Movimiento abierto al futuro 2. Actitud prospectiva ante la historia: comprensión y crítica de los procesos políticos de nuestra época. 3. A la conquista del tiempo nuevo.