Description:Una de las peores cosas que le pueden ocurrir a un tipo en este mundo es abrir los ojos y darse cuenta de que lo han enterrado vivo. Sí. He dicho bien. Enterrado vivo. Resulta alucinante despertarse en el interior de un ataúd. Al tratar de incorporarse, la cabeza golpea contra la tapa del féretro recia y dura. Lo demás está acolchado en raso barato. Apenas queda espacio para moverse y se siente una gran depresión. Porque está claro que uno no va a salir de allí. Si se quiere respirar hondamente, el aire parece espeso y la sensación de agobio acomete al prisionero que inmediatamente deduce que va a perecer ahogado.