Description:Norman Howard había estado esperando todo el tiempo junto a la ventana, uno de cuyos visillos había dejado un poco recogido, de modo que podía ver a todo el que pasara por delante de su casita, en Santa Mónica, Los Ángeles. Y mejor aún podía ver a quien se detenía delante de la casita. Como, por ejemplo, al tipazo aquel que acababa de salir de un limpísimo automóvil rojo brillante. Sentado en su sillón de ruedas desde hacía tiempo, viejo y arrugado, cansado, y con una salud más bien precaria, Norman Howard casi suspiró de nostalgia al contemplar al hombre recién salido del auto, y que estaba mirando el número de la casita. Muchos años atrás, Norman también había sido así: alto, atlético, elegante, sobrio, felino… Salvo lógicas diferencias en detalles como el color del pelo, los ojos, la línea de la boca, y rasgos faciales en general, sí, él había sido también un guapo y poderoso hombretón de treinta años. Sí… Alguna vez había sido así, como el hombre que ahora recorría el corto sendero que lo llevaría al porche de la casita.