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Nazismo y resistencia en Austria... PDF

693 Pages·2005·3.84 MB·Spanish
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Fco. Miguel de Toro Muñoz Nazismo y resistencia en Austria. Oposición, disentimiento, consenso y policía política. Viena (1938-1942) (segunda parte) Tesis doctoral dirigida por Pere Gabriel i Sirvent Universitat Autònoma de Barcelona Departament d’Història Moderna i Contemporània curs 2004-2005 Índice Segunda parte. Resistencia y persecución en el Gau Wien. Capítulo 4. Oposición política. El movimiento obrero austriaco frente al Tercer Reich: el Partido Comunista austriaco en la resistencia, pág. 516 4.1. Fascismo y clase obrera, pág. 517 4.1.1. Propósito, método y fuentes, pág. 520 4.1.2. El debate sobre resistencia, oposición y clase obrera, pág. 523 4.1.3. Nacionalsocialismo y clase obrera, pág. 527 4.2. La Primera República austriaca y la clase obrera, pág. 534 4.2.1. Guerra civil y derrota (1932-1934), pág. 538 4.2.2. El movimiento obrero en el Estado autoritario (1934-1938), pág. 544 4.3. El movimiento obrero austriaco frente al Nacionalsocialismo, pág. 551 4.3.1. Integración económica y oposición política, pág. 553 4.3.2. Economía de guerra y cambios en la fuerza de trabajo, pág. 569 4.3.3. La disciplina laboral en la economía de guerra, pág. 577 4.3.4. Inconformismo: opinión popular y protesta política, pág. 584 4.4. El movimiento comunista en resistencia, pág. 597 4.4.1. La estructura comunista ilegal, pág. 601 4.4.2. Las "direcciones centrales", pág. 616 4.4.3. El trabajo comunista ilegal en las provincias austriacas, pág. 627 4.4.4. Oposición y resistencia en los años 1941-1945, pág. 631 4.4.5. La infiltración de las organizaciones obreras ilegales por la policía políti- ca, pág. 646 4.5. La resistencia comunista en las empresas: los ferrocarriles del Reich, pág. 653 4.5.1. La resistencia en las empresas: Deutsche Reichsbahn, pág. 656 4.5.2. Características básicas de la organización comunista ilegal en los ferro- carriles del Reich, pág. 684 4.5.3. Principales actividades de las células ferroviarias, pág. 690 4.6. Algunas reflexiones, pág. 708 Capítulo 5. Oposición social. Delitos contra la “Comunidad Nacional”, pág. 713 5.1. Introducción: el objeto de este estudio, pág. 713 5.2. Sobre el concepto de delitos contra la “Comunidad Nacional”, pág. 719 5.2.1. La “resistencia individual”, pág. 721 5.1.2. Tipos de “delitos”, pág. 722 5.1.3. Los delincuentes, pág. 787 5.3. La Gestapo y la persecución de la “resistencia individual”, pág. 790 5.3.1. La “resistencia individual” como sistema de oposición colectivo, pág. 790 5.3.2. El sistema de dominio frente a la “resistencia individual”, pág. 792 5.4. Los delitos contra la “Comunidad Nacional”, pág. 804 5.4.1. “Expresiones enemigas del Estado”, pág. 805 5.4.2. “Insultar al Führer”, pág. 808 5.4.3. “Delitos radiofónicos”, pág. 811 5.4.4. Testigos de Jehová, pág. 814 5.5. Algunas reflexiones, pág. 821 Capítulo 6. Delitos raciales, pág. 821 6.1. Introducción. Propósito del estudio, pág. 821 6.2. El concepto de delitos raciales, pág. 823 6.3. Los excluidos sociales y la Comunidad Nacional, pág. 826 6.3.1. Los delitos contra la Comunidad, pág. 833 6.3.2. La “Comunidad Nacional” y la sociedad, pág. 837 6.4. La persecución de los Asozialen, pág. 838 6.5. La persecución de los homosexuales, pág. 845 6.5.1. La escena homosexual anterior a 1933, pág. 846 6.5.2. El artículo 175 al servicio de la política racial nacionalsocialista, pág. 848 6.5.3. Actuación de la Gestapo contra la homosexualidad, pág. 854 6.5.4. Los homosexuales en los campos de concentración, pág. 860 6.5.5. Dimensiones de la homofobia, pág. 861 6.6. El tratamiento de la delincuencia habitual, pág. 863 6.6.1. Los “delincuentes habituales” en el Tercer Reich, pág. 863 6.6.2. Los “criminales habituales” y la Gestapo vienesa, pág. 867 6.7. Las relaciones prohibidas, pág. 868 6.7.1. La represión de género en el Tercer Reich, pág. 868 6.7.2. Represión racial y trabajadores extranjeros, pág. 873 6.7.3. La Gestapo y el control sobre los trabajadores polacos, pág. 877 6.7.4. La reacción de las autoridades represivas, pág. 897 6.7.5. La policía política vienesa y las “relaciones prohibidas”, pág. 901 6.8. Los delitos raciales y los judíos, pág. 914 6.8.1. La persecución de los judíos en Alemania y Austria, pág. 916 6.8.2. El proceso de emigración, pág. 925 6.8.3. El proceso de “arianización”, pág. 928 6.8.4. El exterminio de los judíos austriacos, pág. 933 6.8.5. La “delincuencia judía”, pág. 944 6.8.6. Los verdaderos criminales austriacos, pág. 954 6.9. Algunas reflexiones, pág. 958 Capítulo 7. Oposición económica. Los trabajadores extranjeros en la economía y la sociedad austriaca: delitos laborales en el contexto del trabajo diario de la Ges- tapo, pág. 961 7.1. Introducción. El estado de la cuestión, pág. 961 7.1.1. Los “delitos laborales”, pág. 963 7.1.2. Fuentes sobre el trabajo forzoso, pág. 966 7.1.3. Definición de conceptos, pág. 969 7.2. La experiencia de la Primera Guerra Mundial, pág. 973 7.2.1. El empleo forzoso de prisioneros de guerra, pág. 974 7.2.2. “Trabajo forzoso” civil en la economía de guerra, pág. 975 7.2.3. Enseñanzas para el futuro del trabajo forzoso, pág. 977 7.3. La lucha contra el desempleo, pág. 978 7.3.1. El debate sobre el empleo de mano de obra extranjera, pág. 981 7.3.2. Continuidad en el empleo de extranjeros, pág. 985 7.3.3. Otros elementos del debate, pág. 987 7.4. Los objetivos laborales de la guerra (1939-1942), pág. 988 7.4.1. El empleo de extranjeros en la primera fase de la guerra, pág. 991 7.4.2. La jerarquía de los trabajadores forzosos, pág. 995 7.4.3. El “Decreto Polaco”, pág. 1.000 7.4.4. El debate sobre los “trabajadores orientales”, pág. 1.008 7.5. La profesionalización del reclutamiento de trabajadores civiles extranjeros (1942-1944), pág. 1.016 7.5.1. Centralización y politización: el Plenipotenciario para la mano de obra, pág. 1.016 7.5.2. Cambios en la política laboral, pág. 1.021 7.5.3. El debate sobre las condiciones de vida y de trabajo, pág. 1.027 7.5.4. Reclutamientos forzosos, pág. 1.046 7.5.5. La ofensiva propagandística: “Europa trabaja en Alemania”, pág. 1.061 7.6. La situación laboral en Austria tras su introducción en el sistema económico alemán, pág. 1.065 7.6.1. Un acontecimiento económico forzoso, pág. 1.066 7.6.2. El pleno empleo y la recuperación económica, pág. 1.069 7.7. Los trabajadores civiles extranjeros en la economía austriaca, pág. 1.074 7.7.1. Desarrollo de la mano de obra extranjera en Austria, pág. 1.075 7.7.2. La otra mano de obra: prisioneros de guerra y campos de concentración, pág. 1.094 7.7.3. El significado del empleo de mano de obra extranjera en Austria, pág. 1.103 7.8. Represión y control de la mano de obra extranjera, pág. 1.106 7.8.1. Terror como forma de dominio, pág. 1.108 7.8.2. Tipos de delitos, pág. 1.115 7.8.3. La creación de los “campos de reeducación”, pág. 1.129 7.8.4. La reconstrucción de casos, pág. 1.133 7.9. Reflexiones finales, pág. 1.141 7.10. Epílogo. La industrialización austriaca y el trabajo forzoso, pág. 1.146 Conclusiones, pág. 1.152 Documentación y bibliografía, pág. 1.163 Oposición política. El movimiento obrero frente al Tercer Reich Segunda parte. Resistencia y persecución en el Gau Wien. Capítulo 4. Oposición política. El movimiento obrero frente al Tercer Reich: el Partido Comunista austriaco en la resistencia. Cuando iniciamos la introducción al análisis de la oposición política, nos damos cuenta de las dificultades que supone hacer referencia a todos los grupos que hemos citado anteriormente. Por eso ha sido necesario restringir este estudio a uno de estos grupos, para poder limitar nuestro estudio. Se pretende mostrar las particularidades específicas de la oposición política, pero utilizando únicamente uno de los ejemplos que nos permitan sacar las conclusiones necesarias, que sean extrapolables, dentro de unos límites lógicos, al resto de los movimientos de oposición. Fue así como elegimos el movimiento ilegal comunista como el ejemplo más adecuado para nuestras intenciones, por diversos motivos. En primer lugar, el movi- miento comunista ilegal austriaco ha pasado bastante desapercibido en los estudios sobre la oposición y la resistencia, al contrario que el movimiento católico o social- demócrata, que han sido ampliamente analizados a raíz de la importancia de los gru- pos relacionados con el ÖFB, dirigido por el sacerdote Karl Roman Scholz1, o con los Revolutionäre Sozialisten2. Esta falta de bibliografía sobre el tema, especialmente cuando hacemos referencia a su estructura de base, tuvo un peso importante a la hora de decantar la balanza en este sentido. En segundo lugar, como veremos en páginas posteriores, el movimiento comu- nista clandestino fue uno de los más activos e importantes dentro del conjunto de la oposición al Nacionalsocialismo en Austria. Además, pese a las numerosas pérdidas que tuvo entre sus filas, mantuvo una gran continuidad en su lucha ilegal, cosa que 1 KLUSACEK, Christine, Die Österreichische Freiheitsbewegung. Gruppe Roman Karl Scholz, Europa Verlag, Viena, 1968. 2 SCHÄRF, Paul, Otto Haas. Ein revolutionärer Sozialist gegen das Dritte Reich, Europa Verlag, Viena, 1967. PELINKA, Peter, Erbe und Neubeginn. Die Revolutionären Sozialisten in Österreich 1934-1938, Europa-Verl., Viena, 1981. WEST, Franz, Die Linke im Ständestaat Österreich. Revolutionäre Sozialisten und Kommunisten 1934-1938, Europa-Verl., Viena, 1978. Cap. 4 516 Oposición política. El movimiento obrero frente al Tercer Reich no ocurrió, por ejemplo, con el ÖFB, que desapareció totalmente después de ser des- cubierto por la Gestapo, a mediados de 1940. Por el contrario, pese a las numerosas detenciones y los constantes reveses que sufrió, el movimiento comunista mantuvo, hasta 1943, una actividad persistente. Finalmente, al acercarnos al movimiento comunista hemos podido aproximarnos a otro aspecto del debate sobre la resistencia-oposición-disensión con respecto al régimen nacionalsocialista, como es el de la postura de la clase obrera frente al ré- gimen, desde el punto de vista de unos sectores que no estaban encuadrados en nin- gún tipo de movimiento político organizado. Se puede apreciar la dicotomía que apa- rece entre la oposición política organizada y formal de un sector de trabajadores, frente a la disensión por parte de otros sectores. Es decir, la oposición de algunos sectores obreros especialmente concienciados de su situación y de una postura polí- tica concreta, frente a una postura que sólo hacía referencia a aquellas medidas que, de una forma o de otra, afectaba a los sectores obreros. 4.1. Fascismo y clase obrera. La relación entre el Fascismo y el movimiento obrero siempre ha sido presenta- da como una relación de oposición, mientras que las diversas corrientes historiográfi- cas han enfatizado, la importancia de la resistencia socialista y comunista, la impor- tancia de ambos movimientos políticos. Esta tendencia dominó las primeras fases del análisis del trabajo y de la clase obrera bajo los regímenes fascistas. Sin embargo, los estudios realizados en las dos últimas décadas reflejan unos hechos realmente incómodos, que han demostrado que en términos numéricos la re- sistencia del movimiento obrero ilegal no fue mucho mayor que la de otros movi- mientos políticos y sociales. Además, en ningún caso se puede hablar de una auténti- ca resistencia de carácter “nacional”, sino que se trata de un aspecto fuertemente fragmentado en los diversos intereses políticos de cada grupo o sector social. Aunque la resistencia o la oposición planteada por el KPÖ (Kommunistische Par- tei Österreich, Partido Comunista austriaco) en la clandestinidad fue una de las más importantes, como demuestra el elevado porcentaje de las detenciones y condenas que sufrió, no podemos afirmar que fuera la resistencia del conjunto de la clase obrera. La mayoría de los trabajadores se mantuvieron al margen de la misma, mien- tras que amplios sectores se adhirieron al Nacionalsocialismo. Cap. 4 517 Oposición política. El movimiento obrero frente al Tercer Reich Tampoco podemos creer que la clase obrera, como conjunto, se mantuvo inac- tiva en esta lucha contra el Fascismo. Los obreros resistieron en las urnas, mante- niendo la impermeabilidad de su propia subcultura e, incluso, en las batallas calleje- ras, pero no se unieron en bloque a la resistencia clandestina, una vez que el Nacio- nalsocialismo se convirtió en un poder establecido, igual que no se habían enfrentado de este modo al régimen de Dollfuss-Schuschnigg, como quedó de manifiesto durante la efímera guerra civil de febrero de 1934. Por el contrario, los conflictos y el enfren- tamiento de clase, todo se canalizó siguiendo las formas tradicionales de la protesta industrial, retomando unas prácticas que se habían iniciado durante el estableci- miento y legalización de los sindicatos y partidos socialistas. Esta discusión sobre el papel de la oposición obrera al fenómeno fascista, se ha desarrollado en numerosas formas durante las últimas décadas, unas discusiones que se han visto obstaculizadas por un gran número de problemas, mayoritariamente re- feridos a la conceptualización de algunos elementos claves del tema. El primero de estos problemas ha sido la propia definición de clase obrera y del papel jugado por el movimiento político organizado en las relaciones entre el Fascismo y los trabajado- res. En este sentido, el término “clase” no puede ser simplemente equiparado a es- tratificación social, sino que implica una conciencia de identidad colectiva, que debe coincidir con un compromiso político, con una organización que defienda globalmen- te los intereses de la clase. Pese a esto, el movimiento obrero y su propia subcultura no puede considerarse como la clase trabajadora en conjunto3. Esto es particularmente cierto en un contexto histórico marcado por repetidos cambios políticos y en las relaciones de clase. También será especialmente importan- te tras el establecimiento de los regímenes fascistas, cuando las clases políticas “formales” creadas en los Estados liberales fueron eliminadas por la “reorganización” social llevada a cabo por el Fascismo. Sin embargo, ni el régimen corporativista de Dollfuss-Schuschnigg ni la llegada al poder del Nacionalsocialismo, lograron eliminar las relaciones y conflictos de clase, aunque el desarrollo social y económico, durante el régimen nacionalsocialista, no dejó de contribuir a debilitar constantemente esas identidades de clase. David Schoenbaum argumentó este proceso, señalando que la oposición funda- mental se centró en protestas de carácter marginal e individual, basadas en aspectos no políticos, sino de carácter económico, como los salarios, el incremento de la jor- 3 KIRK, Tim, Nazism and the working class in Austria. Industrial unrest and political dissent in the "national community", Cambridge University Press, New York, 1996, pág. 7. Cap. 4 518 Oposición política. El movimiento obrero frente al Tercer Reich nada, la restricción de la movilidad laboral, etc.4 Lo que marcó la realidad de la cla- se obrera durante el período nazi fueron dos hechos fundamentales: en los años del Reich victorioso, los obreros se unieron al esfuerzo común (o nacional) para ganar la guerra; en los años previos a la derrota inminente, estuvieron demasiado ocupados con las realidades de la vida diaria, de la guerra y del régimen. Fue en este contexto que el Fascismo llegó al poder, como parte de una resolución más general de los an- tagonismos de clase, siempre a favor de las clases dirigentes5. La “reorganización” de las relaciones de clase fue también una de las preocu- paciones más importantes de los regímenes fascistas europeos, durante los diferentes períodos de consolidación de sus poderes. En las décadas de los años 1920 y 1930, en Italia, Alemania y Austria, el movimiento obrero y sus organizaciones políticas y sin- dicales fueron minadas y, finalmente, suprimidas, mientras sus líderes eran arresta- dos y encarcelados. Esta reorganización se convirtió en la primera prioridad de los tres regímenes y, una vez que se consiguió destruir el movimiento obrero, no pudo llevarse a cabo ningún intento por renovarlo, debido a los diversos grados de repre- sión y terror institucionalizados por el sistema. En lugar de las organizaciones obreras tradicionales, los nuevos regímenes es- tablecieron sus propias organizaciones corporativas, cuya principal “motivación” era defender y representar los intereses tanto de los trabajadores como de los empresa- rios. Los intentos de sustituir unas organizaciones por otras venían provocados por la conciencia de que la represión del conflicto social y político, y el vacío institucional que se creaba, no llevaban al consenso, sino a unas formas de oposición e inconfor- mismo encubiertas que fomentaban la fragmentación de la “comunidad industrial”. Este proceso de “reorganización” y eliminación de las organizaciones obreras ha sido descrito por Ferran Gallego, como un binomio caracterizado por un fenómeno de exclusión e inclusión simultáneo. Por ejemplo, la eliminación del movimiento obrero organizado en Alemania, en mayo de 1933, suponía un proceso de seducción y represión en el que se basó el desarrollo conjunto del Nacionalsocialismo. Por un lado, la eliminación de las organizaciones obreras y por otro la creación de un orga- nismo propio de inclusión de los obreros en la “comunidad nacional” nacionalsocialis- ta. 4 SCHOENBAUM, D., Hitler's Social Revolution. Class and Status in Nazi Germany, 1933-1939, Norton & Cia Ltd., New York, 1980, pág. XII. 5 KIRK, Tim, Nazism and the working class in Austria, pág. 8. Cap. 4 519 Oposición política. El movimiento obrero frente al Tercer Reich Todos los recursos utilizados para la inclusión de una mayoría social en el proyecto nacionalsocialista van acompañados de tajantes sistemas de exclusión, que pueden actuar como factor de cohesión (...). En la medida en que el régimen excluye, ofrece la promoción inmediata a quien es incluido en la comunidad. El sis- tema necesita no sólo el asentimiento, sino la complicidad; no sólo la asistencia, sino la movilización. Los recursos utilizados para el terror son, al mismo tiempo, mecanismos para la fascinación de aquellos a quienes se llama a participar (...). La división entre los compañeros de la comunidad (Volksgenossen) y quienes son ajenos a ella (Gemeinschaftsfremde) responde a una nueva delimitación, una nue- va fractura social (...)6. Todo este sistema de inclusiones y exclusiones no quiere decir que el conflicto de clase fuese el elemento central del desarrollo de los regímenes fascistas. Pero sí que fue un elemento de gran importancia para comprender el problema en un nuevo contexto de sociedad industrial, y el proceso de erosión que sufrieron las relaciones, los mecanismos de reacción o la conciencia de clase. Además, otro elemento que influyó muy poderosamente en estas transforma- ciones fue que la naturaleza del propio trabajo industrial sufrió numerosos cambios, unos cambios que influyeron muy poderosamente en la situación y carácter de las comunidades de clase obrera. Las subculturas construidas desde el siglo XIX fueron desgastadas y totalmente “despolitizadas”, produciendo la atomización de la clase obrera7, ya antes de la Segunda Guerra Mundial, gracias a la pérdida de una gran par- te de su carácter político. Este tipo de cambios acabaron siendo adoptados por las estrategias de cambio de los regímenes fascistas, pero no fueron una consecuencia de los mismos. 4.1.1. Propósito, método y fuentes. En este apartado vamos a analizar cómo se transformó y desarrolló el movi- miento obrero organizado con la llegada del Nacionalsocialismo al poder en Austria, pero analizando también un proceso que se había iniciado durante el régimen austro- fascista de los cancilleres Dollfuss y Schuschnigg. Más específicamente, vamos a cen- trarnos en el desarrollo del Partido Comunista y sus funciones como movimiento de resistencia ilegal y la forma que adoptó su estructura organizativa. Pero, sobre todo, vamos a buscar el análisis específico de su nivel organizativo más básico, las células 6 GALLEGO, Ferran, De Múnich a Auschwitz. Una historia del nazismo, 1919-1945, Plaza y Janés, Barcelona, 2001, pág. 285. 7 PEUKERT, Detlev, Inside Nazi Germany. Conformity, opposition and racism in everyday life, Penguin, Londres, 1989. Cap. 4 520 Oposición política. El movimiento obrero frente al Tercer Reich de empresa, porque fueron las que llevaron a cabo la resistencia en los “ámbitos de la vida diaria” y llevaron esta lucha a los puestos de trabajo. Para llevar a cabo un análisis de estas características, no podemos perder de vista las evoluciones y transformaciones que tuvo la propia clase obrera. Por eso, una parte importante del presente apartado debe centrarse también en el análisis de la extensión e importancia de la oposición informal de la clase trabajadora al Nacional- socialismo en Austria, porque son dos aspectos que se encuentran íntimamente liga- dos. Podremos apreciar qué elementos de la conciencia política de la clase obrera sobrevivieron, en medio de una sociedad cambiante, y en las nuevas relaciones de autoridad. El elemento central es el comportamiento y opinión de los trabajadores austriacos en ámbitos tan diferentes como sus puestos de trabajo, sus hogares, sus espacios de ocio, sus relaciones laborales, etc. Este análisis, nos permitirá apreciar los elementos que marcaron el desarrollo de la organización comunista ilegal, las relaciones que se produjeron en su entorno, la influencia que la propaganda nacionalsocialista tuvo entre la clase obrera y la permeabilidad de ésta a la hora de preservar los valores de su propia subcultura de clase. También es interesante analizar la forma que tuvieron estas actitudes y, al mismo tiempo, intentar separarlas de lo que era una actividad política enmascarada en el marco de un movimiento ilegal organizado. Esto es necesario, porque durante todo el desarrollo del Tercer Reich se dio una incesante actividad encubierta de ex- presión de descontento que se canalizó de las formas más diferentes (pintadas, ru- mores, absentismo laboral, etc.), que necesitan ser tenidas en cuenta dentro del contexto referido al descontento o al inconformismo general de la clase obrera, pero que no se enmarcan en una actividad política organizada por ningún movimiento ile- gal. La censura y el control estatal sobre la mayor parte de los aspectos de la vida social en el Tercer Reich ha provocado que las expresiones de este estado de ánimo sólo esten disponibles en los informes de las propias autoridades8. Este tipo de fuen- tes son muy problemáticas, y su contenido, a menudo, se ve distorsionado por los intereses del momento o por el prisma ideológico del régimen. Pese a estas dificulta- des, aunque los informes completos de estas autoridades no han sobrevivido, lo que tenemos a nuestra disposición nos proporciona una fuente muy provechosa de infor- mación, porque un gobierno como el Tercer Reich necesita un flujo constante de in- 8 KERSHAW, Ian, Popular opinion and political dissent in the Third Reich: Bavaria, 1933-1945, Oxford University Press, Oxford, 1984. Cap. 4 521

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votó al NSDAP antes de la llegada de éste al poder. Para Mason, la oposición, El aprendiz de mecánico de 16 años Erwin. Jani, fue detenido
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