NARRATIVAS ANALÍTICAS Y SOCIOLOGIA ANALITICA. EVIDENCIA CUALITATIVA PARA LA GENERACION DE EXPLICACIONES MACRO- MICRO Y MICRO-MICRO MAURICIO GARCÍA OJEDA. Grupo de Sociología Analítica y Diseño Institucional (GSADI). Universidad Autónoma de Barcelona. Centro de Investigaciones Sociales CIS-SUR; Departamento de Sociología. Universidad de La Frontera. [email protected] Resumen En la ponencia analizamos el potencial de las narrativas analíticas para generar explicaciones desde el enfoque de la sociología analítica. Específicamente, valoramos su utilidad para, a partir de evidencia cualitativa disponible desde estudios de caso, formular explicaciones microfundamentadas en torno a transiciones macro-micro y micro-micro, en las cuales se configuran los sistemas de interdependencia como escenarios en los que se despliega la acción intencional. Para argumentar lo anterior, en primer lugar, realizamos una caracterización de la sociología analítica, haciendo referencia a: a) la microfundamentación como estrategia explicativa, que implica la generación de explicaciones de fenómenos sociales a partir de mecanismos sociales y; b) el análisis de las transiciones macro-micro-macro. En segundo lugar, para situar el atractivo metodológico de las narrativas analíticas, caracterizamos sus elementos fundamentales. En tercer lugar, hacemos referencia a investigaciones realizadas que han utilizado narrativas analíticas. Finalmente, ilustramos con una investigación propia desarrollada desde el enfoque de la sociología analítica, que utilizó narrativas analíticas. En torno a esta ilustración, especificamos cómo se utilizó la metodología de investigación cualitativa (diseño de un estudio de caso explicativo, métodos de recolección y análisis de información), para disponer de evidencia empírica necesaria para testear hipótesis derivadas desde modelos de teoría de juegos, modelos cuya lógica teórica fue configurada a partir de mecanismos sociales específicos. Palabras claves: sociología analítica, narrativas analíticas, mecanismos sociales, investigación cualitativa, estudios de caso. Introducción. El propósito de esta ponencia es analizar el potencial de las narrativas analíticas para generar explicaciones desde el enfoque de la sociología analítica. La sociología analítica ha mostrado su robustez como enfoque para generar explicaciones en ciencias sociales. En este esfuerzo científico, se han utilizado distintas herramientas metodológicas. A nuestro parecer, es necesario profundizar el análisis sobre el papel de éstas para generar evidencia empírica y explicaciones en el marco de las transiciones macro-micro-macro. En este marco, por ejemplo, destacamos la importancia de la simulación social multi-agente para aportar a la generación de explicaciones en las transiciones micro-macro y de los experimentos de laboratorio, la teoría de redes sociales y la teoría de juegos, para hacerlo en relación a las transiciones macro-micro. Las narrativas analíticas, en complemento a la teoría de juegos, también son relevantes en este último sentido. Para contribuir a una reflexión al respecto y, de esta forma, aportar a la construcción de una pieza del puzle metodológico de la sociología analítica, elaboramos la siguiente ponencia, desde la cual pueden desprenderse las siguientes ideas fundamentales son: a) las narrativas analíticas permiten reconstruir una secuencia de eventos, situando el análisis en una historia causal, cuya dirección es configurada a partir de las interacciones estratégicas de individuos constreñidos por una lógica de la situación conformada eminentemente por reglas o marcos institucionales; b) por lo anterior, las narrativas analíticas son compatibles con los análisis de transición macro-micro realizados desde el enfoque de la sociología analítica y son útiles para microfundamentar explicaciones, al situar el nivel de análisis en torno a individuos y los resultados de sus acciones causales intencionales; c) la construcción de una narrativa analítica aporta evidencia cualitativa desde la cual, o bien es posible construir modelos de teoría de juegos que, de manera estilizada, capturen la secuencia de eventos configuradas por las interacciones estratégicas de los actores y los resultados de estas (vía 1), o bien, permiten probar las hipótesis derivadas de los equilibrios identificados en modelos teóricos de teoría de juegos (vía 2); d) es posible formular mecanismos sociales que subyacen a los modelos de teoría juegos en la vía 1 y 2; e) a partir de lo anterior, es posible profundizar en la explicación sobre los eventos ocurridos en un caso (vía 1) o realizar generalizaciones a partir de la explicación de un caso hacia otros caso (vía 2). Sociología analítica. Breve caracterización. Presentaremos una caracterización esquemática sobre la sociología analítica. Para ello, identificaremos los elementos distintivos de este enfoque, que son: a) la microfundamentación como estrategia explicativa, que implica la generación de explicaciones de fenómenos sociales a partir de mecanismos sociales; b) análisis de las transiciones macro-micro-macro desde la explicación causal intencional a través mecanismos sociales. a) La microfundamentación como estrategia explicativa, que implica la generación de explicaciones de fenómenos sociales a partir de mecanismos sociales La sociología analítica se concibe como un enfoque sobre cómo hacer sociología, que tiene como punto esencial concepción sobre qué es hacer ciencia social. Desde este punto de partida, la sociología analítica da cabida a diversas teorías y metodologías que se articulan en torno al fundamento de la explicación causal-intencional. La sociología analítica tiene como rasgo distintivo el “buscar explicar causalmente procesos sociales complejos diseccionándolos cuidadosamente para estudiar sus componentes fundamentales” (Aguiar, et al, 2009: 441). En este marco, se concibe que la tarea de cualquier ciencia, y por su puesto la ciencia social, es generar teorías que aporten explicaciones sobre fenómenos sociales. Explicar un hecho empírico implica responder a la pregunta por qué X. Esta explicación deben satisfacer una condición de causalidad: especificar una relación causal entre un explanans (causa) y el explanadum (efecto), y además, una condición de inteligibilidad: aportar un mecanismo causal que explique cómo la causa genera el efecto (De Francisco, 1997). Los mecanismos son concebidos como pautas o patrones causales de ocurrencia frecuente o regular (Elster, 1998, 2002, 2010). En este marco, son definidos como “un proceso causal a través del cual un fenómeno particular es generado” (Barbera, 2010: 39), “un proceso causal observable situado en el nivel del sistema de interacción que da cuenta de cómo se ha generado un determinado fenómeno” (Barbera, 2004: 16), “procesos a través de los cuales condiciones iniciales operan a través de comportamientos humanos para producir un resultado final (…)” (Cowen, 1998: 127) y como “una constelación básica de actividades y entidades organizadas espaciotemporalmente de tal forma que producen con regularidad el tipo de fenómeno que se está tratando de explicar” (Hedström, 2010: 212). Respecto a esta última definición, Manzo (2010:150) puntualiza que “un proceso es el lado dinámico de un mecanismo, es decir, la secuencia de cambios activados por las actividades (e interacción) de las entidades contenidas en el mecanismo.” En la explicación en base a mecanismos como procesos causales o generativos se requiere responder a preguntas del tipo “qué proceso o mecanismo ha generado el efecto X en Y?” (Barbera, 2010: 52) y “cómo y por qué una relación –o una estructura de relaciones– fue generada” (Manzo, 2007: 45). Para producir estas explicaciones se requiere relacionar el explanandum desde intenciones y acciones de individuos (y la forma de organización espacial y temporal específica que opera) (Hedström, 2010) y para este fin, se pueden- formular hipótesis causales derivadas de modelos teóricos plausibles que explican los fenómenos sociales en términos de interacciones entre individuos (o entre individuos y agregados sociales) (Lizón, 2007; Manzo, 2006). Microfundamentar se refiere a explicar un fenómeno social en el sentido señalado por Boudon (1998), esto es, identificando sus causas finales referidas a decisiones individuales racionales (en un sentido amplio según el cual, las acciones y creencias de un individuo son inspiradas por sus razones) y así se dispondrá de explicaciones sin cajas negras. Desde el concepto de mecanismo, Hedström y Ylikoski (2010: 51) señalan que “Cuando una explicación basada en mecanismos abre la caja negra, revela su estructura. Convierte la caja negra en una caja transparente al hacer visible el cómo las entidades participantes y sus propiedades, actividades y relaciones producen el efecto de interés.” Claro está que esto supone un individualismo metodológico entendido como aquel que afirma que “afirma que las únicas entidades reales y eficaces en la vida social son los individuos, o bien que todos los fenómenos sociales pueden reducirse en última instancia a fenómenos referentes a individuos, propiedades de individuos (…) suele conducir a ver la teoría social como la elaboración de modelos de acción basados en el estudio de las motivaciones, razones o preferencias de los individuos, así como de los efectos agregados, concatenaciones o composiciones de esas acciones individuales, efectos que no necesariamente son buscados o queridos por esos mismos individuos” (Noguera, 2003: 102). b) Análisis de las transiciones macro-micro-macro desde la explicación causal intencional a través mecanismos sociales. Como señalamos, es necesario aportar microfundamentos de las explicaciones de los fenómenos sociales (Barbera, 2004; Gómez, 1988a, 1998b). Para este fin, la explicación causal e intencional debe, en concordancia, fundarse en los mecanismos causales “más finos, más menudos y más próximos”, esto es, desde una causalidad local (Domènech, 2004:5) que reduzca los hiatos o desfases temporales entre el explanans y el explanandum, para lo cual es necesario en la historia causal macro-micro-macro “reconstruir el encadenamiento ininterrumpido de relaciones causa-efecto que tiene lugar a lo largo de ese intervalo de tiempo; esto es, dar a conocer su “intra-historia”” (Marí-Klose, 2000: 45). En este punto, es necesario especificar qué tipo de mecanismos resultan plausibles para las explicaciones en ciencias sociales. Reconociendo la existencia de fenómenos de nivel macro y de nivel micro, se postula, desde un punto de vista individualista metodológico, que los fenómenos sociales de nivel macro, son explicables como fenómenos emergentes de nivel micro. Es decir, los fenómenos macro no tienen eficacia causal propia y los fenómenos micro tienen eficacia causal sobre los macro, es decir, los fenómenos macro dependen para su generación de propiedades y relaciones en el nivel micro o individual (Noguera, 2012). Desde lo anterior, los mecanismos que hacen inteligible los fenómenos micro y macro deben situarse en el nivel micro. Estos mecanismos se sitúan a nivel de la intencionalidad de los individuos, es decir, en estados mentales intencionales1, en específico, en los deseos2 y creencias3 de los individuos, los que, juntos a las oportunidades, permiten explicar la acción social de un individuo4 (Hedström, 2005). Las creencias de un individuo en un contexto de interacción estratégica pueden ser creencias sobre las creencias, deseos, oportunidades y acciones de otro(s) y también la consideración del propio conjunto de oportunidad, en específico, los posibles cursos de acción que tiene y además, las creencias sobre las consecuencias de sus propias acciones, consecuencias que incluyen el cómo éstas afectan las creencias, deseos y el conjunto de oportunidad de otro(s)5. Entonces, a partir de los deseos y creencias es posible aportar microfundamentos para explicar fenómenos sociales haciéndolos inteligibles. En base a lo anterior, podemos hacer referencia al segundo elemento distintivo de la sociología analítica, que es la generación de explicaciones sobre fenómenos sociales a partir de transiciones entre niveles micro y macro sociales. Para una breve caracterización de este punto, decimos que la propuesta inicial de situar la acción racional de un individuo en el marco de estructuras sociales macro es de James Coleman en su Fundamentos de 1 Definimos estados mentales intencionales como “(…) estados que se refieren a objetos o estados de cosas del mundo que están más allá de esos mismos estados” (Searle, 2000: 17). 2 Los deseos son “(…) una volición o voluntad de que algo suceda (o no suceda)” y las oportunidades son “(…) el “menú” de alternativas de acción disponibles para el actor (…) (Hedström, 2010: 213). 3 Las creencias, definidas como “(…) una proposición acerca del mundo que se considera cierta” (Hedström, 2010: 213) y en este mismo sentido, como “(…) la adhesión a toda proposición de forma yo creo x, cualesquiera que sea la naturaleza de x” (Boudon, 2009: 50). 4 “(…) las oportunidades, tal y como se utiliza aquí el término, son el “menú” de alternativas de acción disponibles para el actor, es decir, el conjunto real de alternativas de acción que existe independientemente de las creencias del actor sobre las mismas” (Hedström, 2010: 213). 5 En relación a la eficacia causal de la acción de un individuo X sobre la acción de un individuo Y decimos, siguiendo a Hedström (2005, 2010), que esta existe y se produce porque la acción de X influye en los deseos, creencias y oportunidades de X. Teoría Social, original de 1990 (2010). Este sociólogo propuso que una acción social de un individuo está situada en la interacción con otros, conformándose un sistema de acción social en un nivel micro. No obstante, la acción social de estos individuos siempre está situada en un contexto social determinado, que define el conjunto de oportunidad de ambos y que constriñe sus decisiones. Se trata de un nivel situacional o contextual en el que mecanismos situacionales6 que permite responder ¿cómo lo macro incide en lo micro? Aquí es necesario analizar la “lógica de la situación”: las decisiones de los individuos (basada en sus deseos y creencias) están enmarcadas por elementos “externos” a él, como las acciones de otros individuos y estructuras sociales (normas, convenciones, redes sociales, instituciones formales, etc.), que definen su conjunto de oportunidad, al tener influencia causal sobre sus deseos y creencias. Un segundo nivel de análisis es el cognitivo o de formación de la acción7. Mecanismos de formación de acciones permiten responder a la interrogante ¿cómo la combinación de deseos y creencias y oportunidades generan acciones sociales específicas? Aquí hay un tránsito micro-micro: desde las decisiones en un sistema interactivo constreñido por propiedades macro, hacia la conducta individual (conducta económica o política, por ejemplo). Un tercer nivel de análisis es el transformacional o relacional, en el cual mecanismos transformacionales hacen posible ofrecer respuestas a las preguntas ¿cómo lo micro incide en lo macro?, ¿cómo desde la acción de individuos en interacción se producen efectos de composición o de agregación compleja? Aquí ocurre la transición micro-macro, en el que la acción individual situada en un sistema interactivo produce intencionadamente o no fenómenos macrosociales emergentes. Aquí es necesario explicar cómo se producen, desde un determinado mecanismo de composición, los efectos de agregación y los fenómenos emergentes. Las operaciones de reducción de fenómenos macro desde la transición macro-micro-macro, considerando en el nivel micro estados mentales intencionales de los individuos, aportan poder explicativo e inteligibilidad a las explicaciones (Salgado, Noguera y Miguel, 2014). 6 “lo que hacen otros individuos, y las estructuras sociales que generan con esas acciones, constriñen e influencian lo que creo, lo que quiero, lo que quiero y lo que puedo hacer (o creo que puedo hacer)” (Noguera y De Francisco, 2011: 318). 7 “Mis creencias, deseos y oportunidades conforman mis intenciones y acciones individuales mediante diversos procesos causales” (Noguera y De Francisco, 2011: 318). Narrativas analíticas Una narrativa analítica es un enfoque para realizar estudios de caso, que, a partir de un estudio de los sucesos acontecidos, busca formular explicaciones de las acciones de individuos desde la compresión del contexto en el que se generan. Una de las características fundamentales de este enfoque es que propone que es necesario ir más allá de la descripción de la mera descripción de hechos y para ello, en base a la teoría de elección racional se busca realizar explicaciones sobre fenómenos sociales a través de la provisión de mecanismos causales. Desde una propuesta teórica fundada en el individualismo metodológico, se requiere microfundamentar las explicaciones de la acción social de los individuos a partir de sus creencias, deseos y oportunidades que otorgan sus razones para la acción en el marco de una lógica de la situación específica. Por lo anterior, resulta interesante este enfoque metodológico para el estudio de caso basado en datos cualitativos y registros históricos que, como primera aproximación, decimos, son analíticas porque utilizan un marco teórico para el análisis de los hechos y es narrativa porque utilizan la evidencia cualitativa disponible desde los hechos ocurridos en un tiempo específico y en un contexto específico (Caballero, 2008; Caballero y Vásquez, 2011). Además, una narrativa es analítica porque se desarrolla considerando el talante analítico, esto es, siguiendo a Aguiar, et al. (2009), la precisión en las definiciones, por el rigor lógico de la argumentación (que incluye la coherencia lógica en la secuencia argumental, en donde las conclusiones se siguen de las premisas), la utilización, como se señaló, de mecanismos para microfundamentar las explicaciones, abriendo la caja negra y haciéndolas transparentes y el uso de modelos formales, que en el caso de las narrativas analítica son, como veremos, fundamentalmente aquellos elaborados desde la teoría de juegos. Según los fundadores de las narrativas analíticas “Nuestro uso de la elección racional y la teoría de juegos transforma las narrativas en narrativas analíticas (…)” (Bates, et al, 1998: 12). En términos de proceso, la construcción de una narrativa analítica implica primero, identificar a los actores insertos, sus deseos y preferencias, sus creencias, la información que disponen, la evaluación de sus alternativas de acción, las reglas del juego que constriñen sus decisiones y acciones. En torno a estos elementos del caso se construye un modelo formal, fundamentalmente son útiles los juegos en forma extensiva8, en el que además del necesario requisito de hacer explícitos los supuestos, se describen y analizan las interacciones estratégicas, se identifica el equilibrio que se produce9, dadas ciertas condiciones específicas, y, además, se analizan las posibles rutas alternativas fuera del equilibrio, lo que permite comprender y explicar las razones de los actores por optar determinadas estrategias, y no por otras, que condujeron al equilibrio producido. A partir de ello, se formulan implicaciones contrastables del modelo e hipótesis observables y contrastables con la evidencia empírica disponible desde el caso10. El modelo formal es útil para aislar los elementos esenciales de la interacción estratégica producida en el caso y además, incluye en su formulación tanto los mecanismos específicos que configuran las interacciones estratégicas y sus resultados y los elementos, como los marcos institucionales en tanto reglas del juego que configuran la lógica de la situación que enmarca la interacción estratégica. En un nivel más general, aporta al desarrollo de explicaciones plausibles y a inferencias válidas desde los casos estudiados (Alexandrova, 2009; Bates, et al, 1998, 2000a, 200b; Levi, 1997a, 1997b, 2004, 2006)11. Esta lógica de análisis situada en los sistemas de interacción estratégica para estudiar hechos históricos está presente, por ejemplo, en: 8 “Encontramos los modelos de la teoría de juegos como una vía particularmente útil de explorar la validez de la narrativa explicada. La teoría está centrada en el actor; en su forma extensiva, los juegos consideran la secuencia en la explicación y dejan en claro su relevancia para los resultados (…) (Bates, et al, 1998: 14). 9 “Las explicaciones provistas (…) utilizan los razonamientos de la teoría de la elección racional. Para explicar los resultados, quienes utilizan la teoría de juegos exploran las elecciones que producen un equilibrio ¿anticipando las conductas de otros, un actor racional se comportaría de tal forma para generar tales resultados?, ¿su o sus expectativas sobre el comportamiento de otros serían confirmadas producto de sus decisiones actuales?, ¿su elección representa su mejor respuesta, considerando las alternativas y la información disponible en el momento de la decisión? Para responderlas, la lógica debe fundarse en implicaciones que son formalmente verdaderas pero que también son consistentes con el razonamiento que subyace a la teoría. Este es el razonamiento que transforma las narrativas en narrativas analíticas” (Bates, et al, 1998: 14-15). “Una narrativa analítica presupone que el resultado de un evento puede ser explicado como una agregación de decisiones individuales. La narrativa analítica se basa en los postulados sobre la conducta de la teoría de la elección racional: los individuos toman decisiones, ellas son racionales en el sentido que sus actos son consistentes con sus preferencias y sus elecciones son orientan a servir a sus fines, son estratégicas pues las elecciones de cada uno son afectadas por las probables elecciones de otros y la variación de las elecciones responde a los constreñimientos sobre los actores” (Levi, 1997b: 30-31). 10 Esta forma de utilizar una narrativa analítica, es la que en la introducción llamamos vía 1. 11 Una narrativa debe considerarse pues como un ejercicio analítico que, en función de un teoría que le sirve para estructurar la construcción del explanans, proporciona una lógica causal que da sentido a los hechos históricos que constituyen su explanandum. Con ello, además, pretende generar explicaciones que sean replicables y verificables y que escapen a las críticas que muchos análisis politológicos han recibido por ser excesivamente inductivos y descriptivos. Así, la narrativa analítica pueden resultar una técnica adecuada para hallar la lógica de las relaciones causales establecidas en los flujos de acción que definen los procesos (….).” (Plaza i Font, 2012:12-13.) a) El análisis institucional histórico y comparativo realizado por Douglas North junto Barry Weingast (1989) “Constitutions and commitment: the evolution of institutions governing public choice in seventeenth-century England”, en el destacan la importancia de determinados arreglos institucionales políticos surgidos en la Inglaterra del siglo XVII producto de la revolución gloriosa, que al afectar las creencias y decisiones de los actores porque constituían compromisos creíbles del gobierno sobre el respecto de los derechos de propiedad individual, promovieron la eficiencia política y económica; b) El análisis de Ferejohn (1991) sobre las prácticas e instituciones en torno a las elecciones parlamentarias en Inglaterra a comienzos del siglo XVII, en el cual desde el enfoque de elección racional realiza una interpretación de los actores implicados en procesos políticos a partir de sus creencias, preferencias y oportunidades; c) El análisis del sistema de cooperación endógeno vive y dejar vivir analizado por Axelrod (1986), que explica cómo a través de la formación de creencias sobre comportamientos recíprocos, los soldados franceses y alemanes optaron por la estrategia tit-for-tat y producto de ello evitaron la agresión mutua en las líneas del frente de trincheras durante la primer guerra mundial; d) El análisis de Taylor (1991) sobre las relaciones de comunidad y su efecto en las preferencias de los implicados desde lo cual se superaron dilemas de acción colectiva y se produjo la acción colectiva revolucionaria como cooperación condicional en China, Rusia y Francia; e) El análisis de Ostrom (2000) sobre cómo las instituciones endógenas de autocumplimiento (reglas de apropiación o uso, provisión y supervisión) hicieron posible la administración cooperativa de recursos de uso común en la aldea de Törbel, en Suiza, (desde 1224 a través de instituciones como el “derecho a vaca”), en la huertas de regadío en Valencia, España (desde 1435) y en las zanjeras como sistema de irrigación en Filipinas (desde 1630, a través de instituciones como el biang ti daga); f) El análisis de Colomer (1998) sobre cómo a partir de las interacciones estratégicas entre actores en un marco de incertidumbre fue posible el proceso de transición política pacífica a la democracia en España desde 1976. No obstante, desde la lógica de análisis presentada también es posible analizar hechos actuales. En este marco, un ejemplo de un estudio de caso que está en sintonía con el enfoque de las narrativas, es el realizado por Linares (2001), sobre el conflicto ocurrido en la comarca de Cartagena-La Unión, en la región de Murcia, España, entre 1987 y 1991, debido a la decisión de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya de suspender las actividades extractivas mineras en el lugar. A partir de la revisión de documentos y el análisis de entrevistas, Linares analiza desde la teoría de juegos, las interacciones estratégicas entre el Gobierno regional, los vecinos del lugar (Llano del Beal) y los trabajadores contratados por Peñarroya. En específico, establece el orden de preferencias de cada actor en la interacción estratégica con los otros y desde ello, identifica los equilibrios de Nash que explican los resultados de las acciones el desenlace del conflicto entre las partes. En este marco, sobre todo es interesante el análisis que realiza sobre la acción colectiva producida entre los trabajadores y que tenía como propósito defender sus intereses, específicamente, su fuente laboral. El autor analiza las condiciones bajo las cuales fue posible que la movilización vecinal de los vecinos, que incluyeron, entre otras, turnos de vigilancia y bloqueos en la carretera para impedir que realizaran sondeos mineros. Específicamente, Linares identifica y analiza las fases de la acción colectiva: la primera, la fase de inicio, fue explicada a través de la teoría de la masa crítica antes señalada; la segunda, la fase de consolidación, fue explica a través del surgimiento de la cooperación condicional en base a la existencia de liderazgos confiables y con posiciones de alta centralidad de grado en las redes en que participaban, y además, la emergencia de normas sociales sustentadas en interacciones iteradas y de largo plazo, que hicieron posible sancionar a los no cooperadores. Narrativas analíticas, lógica de la situación y nivel situacional Las narrativas analíticas han sido utilizadas básicamente como narrativas analíticas históricas, es decir, como estudios de casos históricos, para lo cual se configura la evidencia empírica desde fuentes históricas secundarias como cartas, crónicas y otros tipos de registros. Lo fundamental en este enfoque es explicar cómo en una situación con determinadas características, operan de determinada forma unos mecanismos y producto de ello, se generan determinados resultados. En términos de Goldthorpe, se busca “(…) descubrir lo que en la versión popperina de la TAR se denomina la “lógica” de determinado tipo de situación (…) Dado que determinadas metas se persiguen en determinadas condiciones, la idea es revelar que líneas de acción se espera que seguirán los diversos
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