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Murallas con adarves y merlones y murallas desmochadas en Al-Andalus y norte de África. Segunda PDF

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MURALLAS CON ADARVES Y MERLONES Y MURALLAS DESMOCHADAS EN Al-ANDALUS Y NORTE DE ÁFRICA. SEGUNDA PARTE. GARB AL-ANDALUS (EXTREMADURA y PORTUGAL). Basilio Pavón Maldonado EXTREMADURA Puerta del Capitel, alcazaba de Badajoz. Torre albarrana de la alcazaba de Silves. ¡. MÉRIDA Emérita Augusta, antigua capital de la Lusitania fundada por Julio César y engrandecida por Augusto, a partir del año 713 es islámica por obra del caudillo árabe Musa iniciándose con ello en la urbe un proceso de islamización del que apenas se tiene noticias, como ha escrito Valdés Fernández más que una ciudad islámica se trataba de un urbanismo antiguo islamizado1. Las crónicas árabes la describen como ciudad de insurrecciones de parte de los muladíes y de los mozárabes quienes ofrecieron gran resistencia sin saberse por entonces cual era exactamente la fortaleza imperial u oficial, desde luego la ciudad cuando la asedia Abd al-Rahman II en 830- 835 estaba amurallada al completo surgiendo por entonces la primera fortaleza árabe de Garb al-Andalus, la actual alcazaba, por obra del gobernador Abd Allah Ibn Kulai Ibn Yha ´Laba2; una inscripción sobre la puerta principal la llama “hisn” (castillo o fortaleza)3. Relata el cronista Ibn Idari nueva rebelión de la ciudad en tiempos de Muhammad I (868) que ocasionó de parte de este emir el desmantelamiento de las murallas antiguas exceptuada la alcazaba de su padre, desde entones fortaleza oficial de la guarnición, especie de al-hizam con una sola puerta de control mirando al puente romano4; es mencionada en el Muqtabis V de Ibn Hayyan, siglo X: junto a su ejército Abd al-Rahmán III desde el puente la contempló largamente admirando su perfecta construcción e impresionante aspecto5. Pero Mérida fue debilitándose como plaza fuerte a favor de Badajoz aunque sin perder su identidad ciudadana pues la menciona como tal, junto a su alcazaba, Idrisi, siglo XII. La Mérida islámica debió tener una reducida extensión frente a las 100 hectáreas largas que tendría la urbe romana según estimación de García y Bellido6. A la derecha puerta principal de la alcazaba de Mérida. Delante de ella aparecieron las huellas de puerta de dos arcos de la ciudad romana Figura 1. Mérida. Alcazaba, según Félix Hernánde (2) (3) y Basilio Pavón (1) (4) (5) (6) (7) (6) (9) (10) (11). Hay que pensar que los muros de la nueva ciudad serían en parte los mismos de la romana, esto al menos es los que se ve en la propia alcazaba de nueva planta asentada en su lado del rio Guadiana sobre un sólido malecón bien estibado romano, la fortaleza levantada masivamente con sillares provenientes de la muralla de Augusto y de los acueductos de la campiña, habiéndose respetado todo el largo viaducto con 64 arcos que arranca de la misma puerta principal de la nueva alcazaba, al igual que el resto de arco de piedra con imposta de mármol blanco godo, aún in situ, en el inicio de aquél (figura 5)7. La alcazaba tiene planta rectangular de 132 por 137 metros de lado, el muro del lado del rio remontando el sólido malecón o muelle de fábrica romana, la entrada principal mencionada protegida por pequeño recinto adicional o barbacanilla justo donde han aparecido los cimientos de puerta romana de doble (figuras 1, 2 y 3)8. Barbacanilla ante puertas vimos ya en la ciudad fortaleza de Vascos de la Marca Media (figura 3 B) y volveremos a verla en el castillo almorávide de Amergó (Marruecos) (C). La alcazaba extremeña estaba reforzada por cuatro o cinto torrecillas macizas rectangulares de escaso saliente por cada uno de cuatro muros, más las cuatro más potentes de los ángulos, todas macizas y dimensionadas como las torretas de la mezquita aljama de Córdoba del siglo IX (de 3, 10 a 3, 34 m. de frente por 1,80 a 2 m. de costado)9, completamente macizas y sin habitáculos a la alturas de los adarves, ausente también todo rastro de merlones. El arco de la entrada principal medido por F. Fernández, (figura 1, 3) 10 tiene herradura tipo emiral con el peralte equivalente a la tercera parte del radio de la circunferencia, arco que como los restantes de menos envergadura de la fortaleza acusan facturas bastante irregulares como prueba de que la fortaleza se levantaría con relativa prontitud. Es significativo que la dovela clave del arco sea más larga que las restantes, modalidad muy a tener en cuenta en los arcos trazados por los almohades a lo largo de todo el siglo XII. Otra estructura significada es el arco o bóveda de medio punto interior añadida tras las dos mochetas del arco (figura 1, 4) ya vista en las puertas de las fortalezas de Toledo, Calatayud, Ágreda (2) (3)11. En la transición de la dominación árabe a la cristiana se añadieron potentes torres albarranas en número de cuatro en los frentes oriental y meridional, relacionadas con los muros emirales por pasadizos o puentes de arcos o bovedillas de medio punto, lo cual implicaría la presencia obligada de antemural u barbacana, ya desaparecida, al menos en los mencionados frentes (figuras 1, 7, 8, 9, 10, 11 y 1-1, 1, 2, 4, 5). A juzgar por sus fábricas con aparejo de sillares romanos reutilizados, el adosado de los puentes a las torrecillas emirales y el uso del ladrillo en los arcos y agujeros de buhederas, estas torres exteriores debieron ser obra de la dominación almohade en correspondencia con las registradas de la misma época en la alcazaba de Badajoz y otras vecinas portuguesas y de las ciudades andaluzas más significadas, Silves, Sevilla, Jerez de la Frontera y Écija, aunque en la planta de F. Hernández Giménez figura como posteriores a la reconquista (figura 1, 2)12. Es obligado significar que hacia los años ochenta del pasado siglo las excavaciones revelaron restos importantes de viviendas e incluso calles empedradas romanas que por la muy escasa profundidad en que aparecen debieron servir de cobijo a la tropa de la guarnición árabe del siglo IX (figura 1, 1)13. Respecto a la fábrica de los muros lo mismo los romanos que los árabes Figura 1-1. Las torres albarranas añadidas a la alcazaba emiral. Figura 1-2. Buhederas agujeros en construcciones hispanomusulmanas: puerta del Cristo de Ronda; 2,puerta de la madina de Tarifa; 3, Bab Qibla del ribat de Tit; 4, albarrana de la alcazaba de Mérida; 5, albarrana portuguesa de Vila Viçosa. la alcazaba viene a ser la misma. Su proceso construcción se refleja en las imágenes (5) y (6) de la figura 1, todas las de la figura 2 y 1 y 6 de la figura 4, ésta última con el adarve improvisado actual sobre el muro asentado en cinco sucesivas zarpas que apoyan directamente en el malecón romano. La tendencia de los registros atizonados se da tanto en el paramento interior (4) como en el exterior (1). Obsérvese el paralelo (5) de Mérida con el (6) del exterior de contrafuertes de la mezquita aljama de córdoba del siglo X. Por el contrario, en las torres de la muralla que nos ocupa (2) (3), se normaliza la alternancia clásica omeya de Córdoba de sogas y tizones. Un ejemplo muy habitual de las murallas árabes emeritenses puede ser el de la imagen (1) según técnica seguida casi al pie de la letra por los almohades en la fábrica de las albarranas por ellos añadidas (figura 1-1) lo que pude llevar al error sostenido por algunos autores de fijar esas torres exteriores en el siglo IX14; no debe olvidarse que las piedras, concretamente el sillar, fueron empleadas en bastantes torres y puertas de fortalezas islámicas del siglo XII como iremos viendo a lo largo de este trabajo. También las torres de ángulo de la alcazaba emeritense, sin duda las más castigadas en tiempos de guerra, fueron regruesadas y colmatadas con relleno de variadas fábricas, incluido el tapial hasta ahora silenciado, tal vez ellas pudieron haber tenido habitaciones superiores aunque sin restos de ello (figura 4, 2, 2). Figura 2. Paramentos de sillares interior y exterior del Guadiana de Mérida. Figura 3. Aspectos paralelos de la alcazaba de Mérida (1) (A) : B, ciudad-fortaleza de Vascos; C, castillo de Amergo; 2, fachada interior de puerta, madina de Ágreda; 3, puerta califal del Alcázar de Toledo Por último, un breve apartado para el aljibe instalado cerca del muro del lado del Guadiana dibujado por Félix Hernández (figuras 1, 2 y 4, 5)15 en el que su entrada luce preciosos mármoles decorados de edificios visigodos destruidos de la localidad desde muy temprana edad 16. El aljibe se alimenta del agua filtrada del Guadiana. LLama en él la atención del pasillo horizontal de la entrada con bóveda de buena fábrica de sillares en arco escarzano muy rebajado (figura 4, 3) distinta de la que cubre la larga escalinata de ida y subida de la cisterna propiamente dicha, según sistema tal vez de origen oriental como parece señalarlo otra cisterna islámica medieval de la lejana ciudad de Sana (5-1)17. La tal bóveda es adintelada con el plano horizontal apoyado en ménsula corrida inclinada o a bisel (4). Una y otra cisterna coinciden en el espigón o tabique central que separa las escaleras de la cubierta, facilitando así la toma de agua de los ejércitos fijos o itinerantes de la fortaleza en el caso de Mérida a la vez que serviría para las abluciones de oratorio al aire libre o mezquitilla que últimamente ha sido constatada en lo alto de la torre que hubo sobre el aljibe18 . Quiérase o no ese aljibe era una llamada obligada de los ejércitos itinerantes cual en Saharq al-Andalus era el castillo de Alpont (Valencia) con más de cinco cisternas reunidas. En la alcazaba de Badajoz del siglo XII según Ibn Sahid al-Sala había un túnel que llegaba hasta el Guadiana por la que se podía recoger el líquido elemento, subterráneo que el cronista árabe llama kurayya, según traducción de Huici19. Lo mismo que ese mismo cronista del siglo XII cuenta del castillo o alcazaba de Cuenca del siglo X, esta vez profundo foso excavado en la roca que en secreto descendía al río Huecar, punto en el que había una torre. Figura 4. 1, muralla emiral a base de reutilizas piezas de piedra romanas; 2, 3, torres de ángulo de la alcazaba rehechas a partir del siglo XI; 3, 4, cubriciones del aljibe de la alcazaba; 5, el aljibe emiral según Félix Hernández; 5-1, cisterna árabe de Sana; 6, adarve restituido de la muralla del Guadiana. Figura 5. 1, Fragmentos de arcos romano al comienzo del puente romano; 2, impostas de la Antigüedad en la mezquita aljama de Córdoba; 3, piezas antiguas y godas de la alcazaba (4 de al- Zahra, 6 , de Segóbriga); 4, 5, pilastras godas en la alcazaba. Sobre el incierto abolengo de la planta cuadrangular torreada de la alcazaba emeritense han opinado distintos autores cada cual llevándola a diferentes orígenes cercanos o lejanos. Ciertamente hasta el presente en este estudio no nos hemos tropezado con semejante planta de traza tan elemental, exceptuada la alcazaba de Guadalajara, la de Olite y tal vez la de la madina de Talavera de la Reina que ciertamente servirían de modelo de numerosos castillos árabes y cristianos de la Península Ibérica. Por supuesto nada sobre la cristalización del concepto ribat en el tipo de morfología castrense que nos ocupa. El abanico de plantas regulares con torres es tan extenso en todo el orbe mediterráneo como complejo la elección de cualquiera de ellas favorable a Mérida. Bien pudiera ser que lo mismo el aljibe que la planta de la alcazaba se inspiraran en modelos castrenses locales romanos. El caso de esta ciudad puede ser paralelo al de la Aljaferia de Zaragoza del siglo XI inspirado en ¿ribats de Susa y Monastirr o palacios -fortalezas omeyas-abbasíes de Oriente, qusur? Ambos modelos precedidos de campamento romano y fortalezas bizantinas del Norte de África, el Castellum o el Cuadrabugium, sin olvidar las fortalezas de la Cilicia Armenia20. De los seis tipos en mi criterio clasificables de fortaleza torreada considerando las cuatro torres de ángulo y las otras de número variable de los cuatro lienzos el tipo que más se acerca a la alcazaba de Mérida es el sexto que comprende los qusur omeyas y abasies: cuatro torres por lienzo más las cuatro de ángulo. Aunque de lados desiguales cuenta también el cuadrángulo de las alcazabas de Tarifa, Sevilla y Córdoba. El empeño por definir este modelo cuadrangular de fortaleza como oficial o del Estado es un tanto ambiguo si se considera que las crónicas árabes nada dicen al respecto además de que el cuadrado se da básicamente en terreno de plataforma llana o amesetada cual es el caso de numerosos castillos precisamente no estatales. Figura 6. 1, alcazaba de Badajoz según Torres Balbás; 2, la alcazaba replanteada con posterioridad; A, comparativa dimensional de la alcazaba y la medina. 2. BADAJOZ Batalyaws en árabe, según al-Bakri y Himyari madina fundada por Abd al-Rahman al-Marwan (el Gallego) con la autorización del emir Abd Allah, siglo IX, ese personaje rebelde contra la autoridad del emir Muhammah I21. Los muros eran de tapial o tabiyya desde el primer momento, pero no se sabe si de la madina o de la alcazaba, muy probablemente ambas. Según Félix Hernández Badajoz no sería fundación árabe o moderna, como afirma el cronista árabe al-Himyari, por los numerosos restos de piedras romanas y godas reutilizadas en los siglos XI y XII en la alcazaba22, dando a entender, como se verá más adelante, que la verdadera refundación o reforma viene del siglo XI adelantándose a los almohades quienes definitivamente llevaron a cabo una radical transformación de la fortaleza23. En el Museo Arqueológico de la ciudad hay lápida de Sapur con la fecha 1022, primer rey taifa de Badajoz y otra del mismo siglo de Almansur, fundador de la dinastía aftasí (de la iglesia de Calatrava la Vieja, Hospital militar de de Badajoz)24. Por lo que se refiere a antigüedades conservadas en el Museo Arqueológico de Badajoz Barrera Antón publicó sendos capiteles tardorromanos, uno de ellos liso con caulículos muy semejante a otros detectados en las naves de la Mezquita aljama emiral de Córdoba (figura 16-1, A, B)25. La presencia del siglo XI o de la dinastía hafsí lo patentizan restos de una torre publicada por Valdés Fernández (figura 15, A)26, aunque pudiera ser del siglo X, y la Torre Vieja, albarrana aquí presente por primera vez en al-Andalus (figuras 15 y 16)27 aparte de resto de un modillón decorado con rizos en la nacela exterior (figura 16-1) publicada por Torres Balbás28. En expresión de este autor esta alcazaba elevada a 60 metros por encima del rio Guadiana que la rebordea por uno de sus flancos, dibuja un contorno ovalado, de unos 400 metros de longitud en su eje mayor de dirección norte-sur por unos 200 m. de latitud (figura 6, 1), en su interior extensión de 8 hectáreas. La acción de los almohades en Badajoz se inicia con la conquista de la ciudad en 1148 por Abu Yaqub Yusuf, casi un siglo de dominación hasta el año 1230 en que definitivamente reconquista la ciudad el rey cristiano Alfonso IX 29. El plano (2) de la figura 6 más actualizado da la albarrana de Torre Vieja mucho más allá de la albarrana de Espantaperros 30. En (A) las dimensiones de la alcazaba comparada con la madina, señalizadas sus respectivas mezquitas, fundadas entre el siglo IX y el XII. De la primitiva alcazaba del siglo IX, mucho más reducida que la actual del siglo XII, se han reconocidos restos de muros de tapial como única fábrica en uso y quizá alguna torre maciza, principalmente en la zona del Jardín de la Galera o Museo Arqueológico Primitivo, en el criterio de Valdés Fernández, autor que reconoce dos reformas de las murallas, en 913, según la Crónica anónima de Abd al-Rahman III y otra en 1030 documentada, dice, arqueológicamente en la parte occidental de la fortaleza según ese mismo autor en base más de la cerámica que la obra edilicia31. Respecto a la acción de refuerzo de la fortaleza en el año 913, de ella se hacen eco también al-Razi y el Muqtabis V de Ibn Hayyan insiste en ella llevada a cabo por Abd al-Rahman III en la persona de Abdallah b. Muhammad b. Abdarraman b. Murwn b. Yunus, que hizo que la muralla, que era de tapial o tierra apisonada y adobes, dice el texto, llegara a tener una anchura de diez palmos en un solo bloque32. Ab d al-Rahman III en persona por ese tiempo, sigue diciendo el Muqtabis V, vino a inspeccionar las fortalezas de las ciudades de Occidente de al-Andalus, entre ellas Évora, Beja, Mérida, Badajoz, seriamente amenazadas por el enemigo cristiano; no figura entre ellas Cáceres, plaza que desde este momento presento como un verdadero enigma en lo que a su fundación remota o próxima se refiere. Por lo de la alcazaba como sede de gobierno a la vez que punto de acuartelamiento el caso de Badajoz puede compararse con las madinas de Denia, Granada, Almería y otras, lo que es difícil de entender es que a todas ellas les uniera un mismo modelo oriental, como últimamente se ha escrito. Y queda pendiente de resolución el tema de la doble muralla lo mismo en la madina que en la alcazaba de Badajoz, la última efectivamente deja ver aún con claridad muralla torreada y antemuralla o barbacana seguida o de circunvalación de las torres cual es el caso por ejemplo de Sevilla, Jerez de la Frontera y Murcia, de época almohade. Ahora se sabe que la muralla del Albaicín, siglos XI-XII, según el arqueólogo López López33, tenía o tiene barbacana baja muy seguida como en el frente sur de la alcazaba de la Alhambra atribuida al siglo XI. Por al-Bakri (1094) se sabe que la Ceuta del siglo XI tenía antemural en la delantera de las puertas que Torres Balbás atribuye a influencia bizantina, al igual que el caso de Málaga34. Es de notar que la ciudad romana de Lucentum, según las excavaciones últimas, da señales de presencia de barbacana seguida y de circunvalación de torres35. En la figura 13 se dan varias estructuras murarías con barbacana: 1, ciudad bizantina de Nicea36; en la cercanías de Badajoz torre atalaya de los Rostros, almohade (2)37; 3, castillo valenciano de Chera38; 4, muralla del siglo XII de Murcia, según Navarro Palazón39; 5, barbacana del lado norte de la alcazaba de la Alhambra; 6, del alcázar de Marchena en Carmona. Puertas de la alcazaba. La planta con recodo sencillo de las puertas de la alcazaba de Badajoz las dejó bien dibujadas y explicadas Torres Balbás (figura 7, 1, 2)40: puerta del capitel y la del Apendiz. La primera así llamada por el capitel de pilastra romana encajada sobre el arco, bien miradas el tipo de estas plantas podría clasificarse como puertas protegidas por una albarrana con puente en forma de codo, cual es el caso de la entrada del castillo almorávide de Montemolin (5), puertas de Sevilla y de la Alcazaba de Jerez de la Frontera (3) (4), en Murcia puerta, modificada, de Santa Eulalia (6) y el caso del castillo de Archidona (Málaga) (9) y la Puerta de las Pesas del Albaicín de Granada (10), ambas sin torreón añadido41. Ejemplo muy distinto es la puerta de doble codo detectado en los últimos años del pasado siglo junto a la llamada Puerta de los Carros, entrada denominada de Yebel (7)42, con paralelo muy aproximado en una de las puertas de la alcazaba de Jerez de la Frontera (8)43; anterior, de la etapa almorávide, es Bab Dukkala de Marrakech44, como la del Capitel, con espacio a cielo raso y nicho con bovedilla; respecto a este el de la puerta extremeña enseña peculiar bóveda de aristas semejante a la que se ve en la puerta del Vino de la Alhambra y otra puerta del siglo XII de Alcazarseguer (Marruecos)45 (figura 11, 1, 2). Habitualmente la entrada en recodo sencillo tiene doble puerta con sus correspondientes cuatro mochetas reiterada en la interior. Una puerta muy cercana por su estructura en codo con espacio a cielo raso es la de Monaita de Granada que se viene fechando en el siglo XI46. Figura 7. Planimetría de puerta en codo hispanomusulmanas. Puertas de la alcazaba extremeña: 1, del Capitel;2, del Apendiz; 7, puerta de dos codos de Yelbes. Atendiendo al alzado de los arcos de las puertas , exterior e interior, la del Capitel es ejemplo soberano de puerta almohade (figura 8, 6): esbelto arco de herradura apuntada, enjarjada, con alfiz rehundido cuya caja acoge a las impostas anaceladas; la dovela clave más larga, al igual que otras puertas de piedra almohades, puertas de Niebla, de la Pastora de Medina Sidonia, arco de la puerta de de Córdoba en Sevilla, antes uno de los arcos del puente califal de Guadalajara (figura 12, 1)47. Curiosamente la dovela clave de la Puerta del Capitel termina en reborde saliente redondeado, sin duda pieza traía de arcos romanos de piedra con el trasdós rebordeado, según se ve en una de las puertas de Beja y otra de Teatro romano de Mérida. Siendo así, la puerta de la alcazaba extremeña que comento tiene doble atributo de exhibición romano, el capitel y la dovela clave. Pero quizá desde el punto de vista edilicio lo más interesante de la puerta que nos ocupa sea la estructuración del arco de herradura de la puerta interior (figura 8, 1, 2, 3): doble arco de herradura, incompleto el más interior, cuyas dovelas son de piedra alternando con otras formadas por dos y hasta tres ladrillos puestos de canto, tal vez en este ejemplo primera presencia en Extremadura del ladrillo con función arquitectónica, la alternancia muy apropiada de la arquitectura bizantina (figura 9, 5), tal vez los propios arcos de la mezquita aljama de Córdoba desde el siglo VIII (7), presente también en arcos de puertas de la alcazaba de Málaga, siglo XI-XII (figura 9, 1, 2, 3): Puerta Primitiva y Puerta de las Columnas, y un simulacro de la misma alternancia en arcos del patio de la mezquita aljama de Niebla, s. XII48 (figura 9, 6). También participa el ladrillo en el dovelaje de la llamada Puerta de la coracha, fachada exterior (figura 8, 8) y arco de puerta de la Torre del Ahorcado en el que el ladrillo se impone con Figura 8. Alzados de puertas de la alcazaba de Badajoz: 1,2, 3, fachada interior de la puerta del Capitel; 6, puerta del Capitel; 4, 5, puerta del Apendiz; 7 puerta de la Torre del Ahorcado; 8, parte superior de la Puerta de la coracha, parte superior. A la derecha fachada exterior de la Puerta del Capitel. exclusividad: un arco apuntado sobre otro escarzano (7), superposición de arcos nada extraño en la arquitectura hispanomusulmana, como se deja ver en mi Tratado de arquitectura hispanomusulmana, I49. Siguiendo con el ladrillo la figura 10 recoge nuevo empleo de este material: 1, claro ejemplo de dovelaje de arco de la alcazaba malagueña; B, ejemplo de arcos orientales de influencia directa bizantina; 2, nueva alternancia de dovelas de piedra y de dos o tres ladrillos del puente de torre albarrana de la alcazaba de Jerez de la Frontera50; 3, otro puente de albarrana de la alcazaba de Badajoz, según foto de Valdés Fernández51, esta vez arco de medio punto solo de ladrillo, al igual que las torres albarranas de Cáceres y de Écija; 4, el ladrillo en otra torre albarrana octogonal de Jerez. Definitivamente el arco interior con ladrillo de la Puerta del capitel no estaba solo en la alcazaba, reconocido por las excavaciones en la aludida Puerta de Yebel de doble codo cuyos arcos actuales son fruto de modernas restauraciones pues los muros de esta entrada sólo llegaron casi a nivel de cimientos52. Regresando a la puerta de la coracha de Badajoz (figura 11, 3) queda clara la superposición de arcos de la fachada exterior, sin ladrillo el escarzano inferior que por su aspecto es más bien vano de poterna, paralelo de arco de puertecilla de la muralla almorávide-almohade de Niebla (4, 6, B),53 ejemplos con origen en arco de medio punto enjarjado de tradición romana (A). Por último, el ladrillo exclusivo del arco interior de la puerta de la Coracha (figura 11, 5), solo de piedra las impostas y la dovela clave que se ve también entre otros ejemplos en arcos interiores de la mezquita aljama de Niebla (figura 12, 2), mezquita de Almonaster y ciertos arcos del Patio de los Naranjos de la mezquita aljama almohade de Sevilla. Adviertase que esta puerta extremeña es practicante un calco de otra del castillo de Alcalá de Guadaíra, Sevilla. En lo que se refiere a arcos de herradura apuntada sobre todo de ladrillo es de diferenciar entre arcos comentados de piedra de puertas de la arquitectura castrense y arcos del mismo tipo de mezquitas en los que la horizontal del alfiz rehundido se distancia bastante de la clave del arco; los dos ejemplos de la figura 12 (3) (4), son almohades del Norte de África y de la mezquita aljama de Sevilla. Figura 8-1. Comparativa. Otros dovelajes con cantos de losetas hispanomusulmanes del siglo XI- XII; 1, Puerta de las Pesas del albaicín, Granada; 2, puerta de la torre de Mig, alcazaba de Denia; 3, Bab Farán de Salé (Rabat). Figura 9. Comparativa. Puertas con dovelaje de piedra y ladrillo: Alcazaba de Málaga, 1, 2, 3; 4, alcazaba Badajoz; 5, palacio bizantino; 6, de la mezquita aljama de Niebla; 7, mezquita aljama de Córdoba; 8, de baños mudéjares de Córdoba.

Description:
Paramentos de sillares interior y exterior del Guadiana de Pingle, D., The defence of Byzantine Africa from Justinian in the arab Conquest, Part.
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