Description:Viniendo de la autopista que lleva al aeropuerto Kennedy, el coche entró patinando en la Segunda Avenida, derrapó hasta un montón de desperdicios que la huelga de basureros había dejado allí durante todo el día, y torció hacia la Calle Doce donde un camión de frutas había volcado y derramado toda su carga. Las ruedas pasaron entre montículos de manzanas uruguayas, traídas desde la zona de Río Negro; entre pinas tropicales traídas de Jamaica y San Salvador de Bahía; entre peras españolas traídas de una lejana provincia llamada Lérida; entre melocotones grandes como puños que habían dado fama a las grape fuits de Arizona… Aquellas ruedas enviaron por los aires varias de aquellas frutas e hicieron que más de una pina se aplastase contra la cara de más de un honrado contribuyente. Los que estaban recogiendo toda aquella mercancía empezaron a lanzar maldiciones en la peor jerga de los peores barrios de la peor ciudad del mundo. Las maldiciones debieron oírse hasta en la estatua de la Libertad.