MARCIANO VIDAL MORAL DE ACTITUDES TOMO SEGUNDO ETICA DE LA PERSONA EDITORIAL Covarrubias, 19. MAORID-IO Volúmenes que integran la obra: MORAL DE ACTITUDES I. MORAL FUNDAMENTAL II. ETICA DE LA PERSONA III. MORAL SOCIAL presentación Primera edición: febrero 1977 Segunda edición: mayo 1977 Este libro forma parte de un proyecto más amplio y unitario: ofrecer un síntesis de Teología Moral para los cursos de iniciación teológica en las Facultades de Teología y Centros similares. Después de haber tratado el tema de la fundamentación del ethos cristiano y las categorías éticas generales (objeto del primer volumen, ya apa recido) se comienza, en este segundo volumen, a exponer los pro blemas de la ética concreta, agrupándolos en torno al eje moral de la Persona. En el tercer volumen se completaré la temática de la ética concreta abordando los problemas que giran en torno al eje de la Sociedad. La finalidad apuntada explica tanto la metodología como la selección y el tratamiento de los temas de este volumen. El libro ha nacido dentro de las tareas y de las urgencias actuales de la docencia teológico-moral y hacia ellas se encamina. Ello no impide el que pueda ser utilizado como ayuda para una puesta ai día en la temática teó/ogico-moral. Con licencia eclesiástica Quiero expresar mi agradecimiento a todos los que con sus sugerencias y su interés me han animado a proseguir la obra ISBN. 84-284-0553-0 (Obra completa) iniciada, bajo el lema de una «Moral de actitudes». De un modo ISBN. 84-284-0290-6 (Tomo 10-1977 particular, agradezco a Ernestina Albiñana el trabajo de pasar a Depósito legal: M. 13.685-1975 máquina el manuscrito y a Basilio Caballero el interés que, como director de la editorial P. S., ha puesto en la edición del libro. LIPAL, S. A. - Avda. Pedro Diez, 3 - Madr¡d-19 -1977 contenido introducción hacia un humanismo ético Introducción: HACIA UN HUMANISMO ETICO Primera parte: ETICA FUNDAMENTAL DE LA PERSONA 1. APROXIMACIÓN HISTÓRICA Diversos modelos éticos de la persona en la historia Se puede hablar de la persona desde muchos ángulos de vista y de la moral. desde distintas perspectivas. Aquf pretendemos hacerlo desde un ángulo moral para descubrir su flanco ético. Es la valoración ética 2. APROXIMACIÓN SISTEMÁTICA lo que nos interesa considerar. Teoría global sobre la dimensión ética de la persona. Advertimos, sin embargo, que no se puede hacer una consi deración ética de la persona si no se tiene en cuenta la dimensión antropológica integral. El «deber ser» (o «quehacer») corresponde Segunda parte: ETICA CONCRETA DE LA PERSONA al «ser» de la realidad. De una manera global, sintetizamos el sentido y función de 3. MORAL DE LA «CONCIENCIACION» Y DE LA «MA nuestra visión moral de la persona en esta expresión: construir NIPULACIÓN» un humanismo ético. Pero ¿qué entendemos por «humanismo 4. BIOÉTICA O MORAL DE LA CORPORALIDAD HU ético»? y ¿cómo una «ética de la persona» puede construirlo? MANA En esta breve introducción queremos responder a estas pre guntas situando el alcance y la finalidad de la «Etica de la per 5. MORAL DEL AMOR Y DE LA SEXUALIDAD sona» que ofrecemos en este tomo. 6. MORAL DE LA CONVIVENCIA INTERPERSONAL 1. PUNTO DE PARTIDA: Conclusión: MAS ALLÁ DEL PERSONALISMO ETICO EL HOMBRE EN CUANTO «MEDIDA DE LA REALIDAD» Si hacia los años veinte afirmaba Ortega y Gasset que «el tema de nuestro tiempo» era la vida (1), en el último tercio del siglo el tema y la preocupación es el «hombre». Ningún otro problema apasiona tanto como el problema humano; ninguna otra aventura compromete tan intensamente como la fascinante aventura del conocimiento del hombre. El imperativo helénico «conócete a ti (1) J. ORTEGA Y GASSET, Obras completas, t. V. (Madrid, 19553), pá ginas 143 ss. 8 MORAL DE ACTITUDES II. ETICA DE LA PERSONA INTRODUCCIÓN: HACIA UN HUMANISMO ETICO 9 misrno» se ha convertido en tema de toda una época de la huma Media fue resquebrajada con la aparición de las ciencias en el nidad. Renacimiento (3); pero es en nuestros días cuando asistimos a la M. Buber, en un hermoso esbozo de antropología filosófica, ha última etapa de ese proceso desacraiizador. El teocentrismo me caracterizado la historia de la reflexión del hombre sobre sí mismo dieval fue sustituido por el humanismo renacentista; pero aquel como un camino de rodeo. «Se cuenta del rabino Bunam de humanismo «culturalista» no encontró su culminación hasta el Przysucha, uno de los últimos grandes maestros del jasidismo, que humanismo «radical» de nuestra época (4). El giro antropológico habló así una vez a sus discípulos: 'Pensaba escribir un libro, cuyo de la filosofía tiene todavía en Descartes un carácter de signo título sería Adán, que habría de tratar del hombre entero. Pero «dubitativo»; desde Kant hasta nuestros días, la filosofía se ha luego reflexioné y decidí no escribirlo.' En estas palabras de timbre convertido en antropología trascendental y el saber humano se ha tan ingenuo, de un verdadero sabio, se expresa —aunque su convertido en saber del hombre (5). intención se endereza a algo distinto— toda la historia de la medi Esta «reducción antropológica» de nuestra cultura puede ser tación del hombre sobre el hombre. Sabe éste, desde los primeros interpretada de varias y diversas maneras. Lo que no se puede tiempos, que él es el objeto más digno de estudio, pero parece negar es la primacía del hombre en toda discusión seria sobre lo como si no se atreviera a tratar este objeto como un todo, a real. Sigue siendo válida la afirmación de Max Scheler de que «no investigar su ser y sentido auténticos. A veces inicia la tarea, pero hay problema filosófico cuya solución reclame nuestro tiempo con pronto se ve sobrecogido y exhausto por toda la problemática de más peculiar apremio que el problema de una antropología filo esta ocupación con su propia índole y vuelve atrás con una tácita sófica» (6). Por eso «la pregunta ¿qué es el hombre? es la que resignación, ya sea para estudiar todas las cosas del cielo y de la ocupa al máximo la filosofía» (7). tierra menos a sí mismo, ya sea para considerar al hombre como Hemos de reconocer que no faltan voces que proclaman «la individuo en secciones, a cada una de las cuales podrá atender en muerte del hombre». A partir de la desaparición del hombre del forma menos problemática, menos exigente y menos comprome horizonte de las ciencias positivas y teniendo por telón de fondo la tedora» (2). deshumanización de nuestro mundo tecnificado, representantes La historia de este rodeo del hombre para encontrarse consigo cualificados tanto del estructuralismo (Foucault, Lévi-Strauss) mismo podríamos dividirla —limitando nuestra atención a la cul como de la interpretación no humanista del marxismo (Althusser), tura occidental— en tres grandes etapas; 1.a) el hombre existiendo con las «cosas»: el hombre tuvo que «objetivarse» o «cosificarse» para poder tener de sí mismo una imagen o una fotografía; la gran preocupación de la filosofía griega fue analizar y comprender la (3) Cfr. J. ORTEGA Y GASSET, En torno a Galileo: Obras completas, realidad (época del realismo filosófico); 2.a) el hombre existiendo tomo V (Madrid, 19553), 9-164. Parecida problemática plantea B. BRECHT en su obra de teatro Galileo Galilei. bajo la mirada de «Dios»: fue la época del saber teológico; el (4) Para una visión histórica del humanismo, ver: J. TOFFANI, Historia pensamiento medieval organizó un universo perfecto circular, pero del humanismo desde el siglo XIII hasta nuestros días (Buenos Aires, cerrado; el hombre vivía bajo la mirada de «Dios», que era el 1953). punto central de ese universo; 3.a) el hombre sabiendo que existe: (5) J. GÓMEZ CAFFARENA, El hombre como centro de la metafísica con la Edad Moderna comienza el hombre la gran aventura de poscrítica: Razón y Fe 169 (1964), 117-130. preguntarse, de un modo crítico, sobre sí mismo; el hombre co (6) M. SCHELER, La idea del hombre y la historia: Revista de Occi dente 4 ( 1926), 137. Un año antes, y en la misma revista, escribía ORTEGA Y mienza a distanciarse de Dios (inicio del ateísmo) para poder GASSET sobre una disciplina «aún no intentada y que desde hace años me encontrarse consigo mismo. ocupa y preocupa. Suelo darle el nombre de 'conocimiento del hombre o an En nuestros días recogemos los frutos del giro antropológico tropología filosófica'» (Para una psicología del hombre interesante: Revis ta de Occidente 3 (1925), 1). iniciado en la Edad Moderna. La cosmovisión sacral de la Edad (7) J. HESSEN, Lehrbuch der Philosophie, III (München-Basel, 1950), página 210 (citado por S. ALVAREZ TURIENZO, Revisionismo y diálogo (2) M BUBFR, ¿Qué es el hombre? (México, 19706), 11. (Madrid, 1969), 181). 10 MORAL DE ACTITUDES II. ETICA DE LA PERSONA INTRODUCCIÓN: HACIA UN HUMANISMO ETICO 11 hablan del hombre como de «una invención reciente» o de un 2. META DE LLEGADA: «mito filosófico» (8). LA RAZÓN ETICA DE LO HUMANO O EL «HUMANISMO ETICO» Aun sin entrar en la discusión de estas orientaciones que proclaman «la muerte del hombre» (9), se puede seguir afirmando Entendemos la «Etica de la persona» como la búsqueda de la la primacía de lo humano. Según un lúcido testigo de tales pers razón ética de lo humano. En este sentido, la finalidad perseguida pectivas científico-culturales, «el abandono del humanismo en la es la construcción de un «humanismo ético». exploración científica del ser humano en ningún modo equivale a La expresión «humanismo ético» debe ser sometida a varias despreocupación por el hombre real. El antihumanismo de las precisiones para que sea correctamente entendida. En primer ciencias humanas nada tiene que ver con una presunta animad lugar, no identificamos humanismo «ético» con humanismo «nor versión o desinterés hacia los hombres, como a veces se reprue mativo», si por este último se entiende la formulación de una ba desde una burda comprensión o, más bien, incomprensión de norma ideal y abstracta para lo humano. La búsqueda de una aquél. Lo 'humano' que es blanco de oposición por parte del «naturaleza humana normativa», además de ser una labor infruc antihumanismo no es el hombre existente o los grupos humanos tuosa, no escaparía a la tentación de lo ideológico. El humanismo reales, sino la humanidad abstracta y esencia!, la supuesta natu es «ético» en la medida en que incide sobre el hombre real y raleza humana universalmente realizada, o también el sujeto huma concreto para lograr una coherencia de lo humano en cada situa no trascendental de la filosofía idealista» (10). ción histórica. Adoptemos como punto de partida para el planteamiento y La segunda anotación se refiere al término y al concepto de desarrollo de la «Etica de la persona» la primacía del hombre en la «humanismo». Somos conscientes de las críticas que se hacen al toma de conciencia que la humanidad hace de ella misma en este humanismo en cuanto ideología (13): vinculación a la filosofía momento histórico. El Concilio Vaticano II lo expresó del siguiente «existencialista», referencia a una concepción abstracta e idealista modo: «Creyentes y no creyentes están generalmente de acuerdo del hombre, marcado tono intimista, etc. Estas críticas son reales en este punto: todos los bienes de la tierra deben ordenarse en cuando se aplican a una determinada forma de entender el huma función del hombre, centro y cima de todos ellos» (11). nismo. Sin embargo, se puede hablar crítica y coherentemente de Nos complace colocar en el pórtico de nuestra consideración «humanismo» cuando por tal expresión se entiende la concepción ética de la persona el principio del sofista Protágoras: «El hombre sobre el sentido global y último de lo humano (14). es medida de todas las cosas» (12). Ulteriores precisiones y des Al decir que la «Etica de la persona» tiene por meta la for arrollos, aunque necesarios, no pueden invalidar esta intuición mulación y la construcción de un «humanismo ético», entendemos axiológica inicial: el valor absoluto de lo «humano» es el origen de esta expresión desde la purificación a que ha sido sometida por las nuestra «Etica de la persona». críticas antes aludidas. De este modo creemos conectar con el «nuevo humanismo» de que habla el Concilio Vaticano II. Al describir la situación en que se encuentra la cultura en el mundo actual, constata el Concilio que el hombre moderno se vuelve cada vez más consciente de ser él mismo «el artífice y el (8) Ver un lúcido resumen de estas orientaciones en: A. FIERRO, El evan promotor de la cultura». «En el mundo entero progresa cada vez gelio beligerante (Estella, 1975), 106-111. (9) Ver las finas anotaciones críticas de J. MARTIN VELASCO, El en más, junto al sentido de la autonomía, el de la responsabilidad... cuentro con Dios. Una interpretación personalista de la religión (Ma Somos testigos del nacimiento de un nuevo humanismo; el drid, 1976), 195-203. (10) FIERRO, o.c.,110. (11) Gaudlum et Spes, n. 12. (13) Ver la o. c. en la nota 8. (12) DIELS, Protágoras, B. (14) Cfr. MARTIN VELASCO, o. «., 197. 12 MORAL DE ACTITUDES II. ETICA DE LA PERSONA INTRODUCCIÓN: HACIA UN HUMANISMO ETICO 13 hombre se define, ante todo, por la responsabilidad que asume En relación con esta impostación conviene anotar la importancia ante sus hermanos y ante la historia» (15). que cobra en la actualidad la razón ética como instancia explica En cada forma de humanismo se encuentra implicada una cier tiva y realizadora de lo humano. Dondeyne advierte que «resulta ta comprensión del hombre, expresable en una definición. La his confortante comprobar que una buena parte de nuestras filosofías toria nos ha legado múltiples definiciones del hombre, de acuerdo modernas son filosofías de la primacía de la ética, de la justicia con otros tantos humanismos diferentes. Aristóteles habla del social y del amor» (18). La misma constatación hace Bóckle cuan hombre como «animal político» (en referencia a la situación libre do habla de la «rehabilitación de la filosofía práctica» y cuando del ciudadano en la ciudad griega); el cristiano de la Edad Media dice que «la Etica está en el centro de la discusión filosófica» (19). define al hombre por el «deseo natural de ver a Dios»; Descartes lo define como «ser pensante» (teniendo en cuenta la aparición de la razón); para Pascal, «el hombre es una caña, lo más débil de la 3. ALCANCE Y LIMITE DE NUESTRA «ETICA DE LA PERSONA» naturaleza, pero es una caña que piensa... Aun cuando el universo La «Etica de la persona» que ofrecemos en este volumen está lo aplastara, el hombre seguiría siendo más noble que aquello que concebida dentro del horizonte del humanismo ético. Pero hemos lo matase, porque él sabe que muere»; el humanismo del siglo XIX de confesar que no pretendemos hacer coincidir nuestra «Etica de es un humanismo de la libertad y de la liberación (revolución fran la persona» con todo el amplio campo de la razón ética de lo cesa y revolución marxista). humano. De ahí que sea conveniente delimitar el alcance de las Cuando ahora definimos al hombre por su responsabilidad, reflexiones morales que ofrecemos en este tomo. hace su aparición otro tipo de humanismo. Lo podemos llamar «humanismo de responsabilidad» o «humanismo ético». «En efec to, sentirse responsable respecto a sus hermanos y hacia la his a) Dentro del marco de la Moral concreta (o Moral Especial) toria quiere decir darse cuenta de que lo que constituye la ver dadera grandeza del hombre es la razón ética, mucho más que la La reflexión ética de este volumen versa sobre la persona, pero razón especulativa o la razón operante. La razón ética o, si se este tratamiento de la persona puede entenderse de dos modos. prefiere, la dimensión ética de la existencia, es el poder que el Se puede hablar de una ética de la persona en el sentido en que la hombre posee de decir 'no' a su voluntad de poder y de placer, persona se convierta en centro o ambiente de toda la ética. De para abrirse a la llamada que viene hacia él desde la mirada del este modo la expresión «Etica de la persona» sería algo contra otro. Por más que mi prójimo no sea sino mi igual, en el cum puesto a «Etica de la felicidad», «Etica del deber», «Etica de los plimiento de la justicia social y en el servicio del amor, yo me valores», etc. Con tal calificación quiere expresarse el sentido someto a él y puedo llegar a dar mi vida por él, como si fuera mi general de una ética: se acepta la persona como base, eje y superior o mi dueño, como si el Totalmente Otro viniera a mi confluencia de todos los tratados éticos (podría decirse que es la encuentro a través de la mirada del otro» (16). persona el principio formal de la ciencia ética y hasta el eje de su tematización). El humanismo ético se consigue realizando la razón ética de lo humano y, consiguientemente, propugnando una «ética humanis Pero se puede hablar de una ética de la persona en un sentido ta», al modo como la propone E. Fromm (17). Dentro de este más estricto, o al menos más restringido. En esta segunda acep horizonte de la ética humanista como concreción del humanismo ción, «Etica de la persona» se convierte en la parte de la ética que ético situamos nuestra «Etica de la persona». trata de los valores y de las pautas de conducta que se exigen del individuo para realizar su personalidad. El objeto de la ética de la (15) Gaudium et Spes, n. 55. (16) A. DONDEYNE, El desarrollo de la cultura: La Iglesia en el mundo (18) DONDEYNE, I. c, 578. de hoy, II (Madrid, 1970), 577-578. (19) F. BOCKLE, Natürliches Gesetz ais gottliches Gesetz in der Mo- (17) E. FROMM, Etica y psicoanálisis (México, 19695,. raltheologie: Naturrecht in der Krik (Mainz, 1973), 166 ss. 14 MORAL DE ACTITUDES II. ETICA DE LA PERSONA INTRODUCCIÓN: HACIA UN HUMANISMO ETICO 15 persona serían los valores singulares de la persona o, en lenguaje de las Virtudes, en la tradición tomista. En el reciente movimiento más clásico, las obligaciones, virtudes y bienes de cada individuo. de renovación de la Teología Moral se han propuesto otras formas de división del contenido de la Moral especial, sin que podamos Si entendemos la expresión «Etica de la persona» en el pri decir que se haya llegado a un acuerdo pleno (22). Recordamos mero de los sentidos, tendríamos que hacer una exposición formal únicamente la división que establece Háring en su obra La ley de de toda la Etica, tratando de ver cómo la realidad moral y el estudio Cristo (23). Admite la división en dos partes generales: Moral ge ético se basan en la persona. Tendríamos que ver cómo los valo neral (tomo I), titulándola «Principios fundamentales de la vida res éticos corresponden a la misma definición de la persona. cristiana», y Moral especial, que la subdivide en dos partes: «Vida Aunque este primer sentido de la expresión es sumamente en comunión con Dios y con el prójimo» (tomo II), en que trata importante y decisivo, no es precisamente el objeto de nuestro las tres virtudes teologales, la virtud de la religión y la virtud de la estudio. Estamos completamente de acuerdo en que la moral cris caridad al prójimo, y «Nuestra respuesta al universal dominio de tiana es una Moral de la persona antes que una «Moral de la ley» Dios» (tomo III), en que trata las virtudes morales y el desarrollo o una «Moral de felicidad», etc. Pero si nos colocásemos en esta de la existencia cristiana en la práctica (en cinco ámbitos sucesi perspectiva estaríamos en el terreno de la Moral fundamental; y vos: en la comunidad familiar, estatal y eclesial; en la vida y la nuestra intención es hacer un tratado de Moral concreta (o Moral salud; en la sexualidad; en los bienes temporales, y en la verdad). Especial). Sin entrar directamente en la discusión del tema (24), optamos En efecto, ya en Santo Tomás encontramos la división de la por una organización de la Moral Especial a partir de la selección Moral en «general» y «especial» (20). La Moral «general» estudia de los problemas morales más importantes del momento actual: la fundamentación de la eticidad y las categorías generales del selección que inicialmente puede ser meramente pragmática, es obrar moral (21), mientras que la Moral «especial» se ocupa de los decir, nacida de los intereses reales del momento (25), pero que problemas concretos (por eso también se llama Moral «concreta») puede encuadrarse dentro de un esquema conceptual de la reali de los diversos sectores (por eso también se la llama Moral «sec dad. Creemos que ésta es sustancialmente la manera de proceder torial») del compromiso ético. del Concilio Vaticano II cuando, en la segunda parte de la Gau- Aunque no faltarán referencias a la fundamentación ética, dium et Spes, estudia «algunos problemas más urgentes». nuestro estudio sobre la «Etica de la persona» se sitúa en el marco Teniendo en cuenta estos criterios, juzgamos acertada la divi de la Moral «especial» (o «concreta», o «sectorial»)- sión que se ha introducido en algunas Facultades de Teología: se organiza la materia de la Moral Especial en dos partes o dos b) Una parte de la Moral concreta (o Moral Especial) grandes grupos de problemas; el primer grupo de problemas se integra en torno a la «Persona», y el segundo grupo en torno a la La Moral especial abarca todo el amplio campo de los proble «Sociedad». Nacen de esta suerte dos grandes tratados: Moral de mas concretos del compromiso moral. Todo este material ha sido la persona y Moral social. y es organizado de diversa manera a la hora de conformar una La «Etica de la persona» que presentamos en este volumen ha serie de tratados independientes, dentro del marco de la llamada de ser entendida dentro de esa división general de la Moral espe- Moral especial. La Moral casuista se sirvió preferentemente de dos esquemas: el de los Mandamientos, en la tradición jesuítico-alfonsiana, y el (22) J. GRÜNDEL, Teología Moral: ¿Qué es Teología? (Salamanca, 1969), 267-276. (23) B. HARING, La Ley de Cristo, l-ll I (Barcelona, 19685). (20) «La ciencia moral, tratado de los actos humanos, debe exponerse pri (24) Ver las anotaciones que hemos hecho sobre el tema en: Moral de mero en universal (l-ll) y después en particular (ll-ll)» (l-ll, Q- 6 c). actitudes, I. Moral fundamental, (Madrid, 1977'»!, 544-550. (21) Sobre los problemas metodológicos y de contenido de la llamada (25) Esta es la solución propugnada por D. CAPONE, Introduzione alia «Moral general», ver: M. VIDAL, Moral de actitudes, I. Moral Fundamental, Teología Morale (Bologna, 1972), 147-150. (Madrid, 1977"), páginas 81-90. 16 MORAL OE ACTITUDES II. ETICA DE LA PERSONA cial. No intentamos abarcar todos los problemas de la Moral con primera parte creta, sino únicamente aquéllos que giran más directamente en torno a esta realidad ética que llamamos «Persona». Dejamos para otro volumen el tratamiento de los problemas más directamente ética fundamental de la persona relacionados con la dimensión ética de la «Sociedad». Queremos advertir, sin embargo, que no se ha de entender nuestra «Etica de la persona» como si fuese una ética individual frente a otra parte que sería la ética social. Concebimos la «Etica de la persona» como la aglutinación de varios problemas éticos en torno a la realidad de la persona; pero esos problemas éticos deben ser planteados y solucionados necesariamente en clave social. Todo problema ético tiene un horizonte personal y social; de ahí que no pueda entenderse la división de la Moral concreta («Moral de la persona» y «Moral social») con mentalidad dualista y dicotómica. Esta división nace, en última instancia, por razones prácticas de exposición, aunque se conjugue con el criterio siste matizador en torno a dos realidades éticas: la persona y la so ciedad. Dividimos el contenido de este volumen, dedicado al estudio de la ética de la persona, en dos partes. En ia primera, titulada «Etica fundamental de la persona», exponemos las bases de una teoría moral sobre la persona humana; en la segunda, titulada «Etica concreta de la persona», abordamos los principales pro blemas morales en que se concreta el ethos personal. Aproximación histórica. Diversos modelos éticos de la persona en la historia de la Moral Aproximación sistemática. Teoría global sobre la dimensión ética de la persona. 2 Etica de la persona 18 MORAL DE ACTITUDES II ETICA DE LA PERSONA 1 aproximación histórica diversos modelos éticos de la persona en la historia de la moral Antes de hacer una exposición detallada de los problemas concretos en que se desarrolla el ethos de la persona (objeto de la segunda parte de este volumen), es necesario someter a reflexión el mismo sentido ético de la realidad humana. ¿Tiene el hombre una dimensión moral? ¿Cómo puede ser asumida críticamente tal dimensión moral, si se justifica su existencia? No carece de sentido comenzar la Etica de la persona con una Así formuladas, las preguntas parecen pertenecer a la Moral exposición de los diversos modelos éticos que se han propuesto Fundamental. Sin embargo, las entendemos dentro del horizonte en la historia de la Moral para la realización de la persona humana. de la Moral Especial. Pretendemos exponer los cuadros formales Tal aproximación histórica nos situará en la pista adecuada para el de una teoría ética sobre la persona, dentro de cuyo alcance han estudio sistemático de los problemas fundamentales de la dimen de ser estudiados los temas de la parte concreta. De ahí que sión moral de la persona, objeto del próximo capítulo. titulemos esta parte: Moral fundamental de la persona. En esta aproximación histórica, nos interesa resaltar únicamen Dividimos la exposición en dos apartados, que corresponden a te un aspecto de la teoría ética de la persona: el modelo ético de las dos formas de aproximación con que queremos estudiar el realización personal que ofrecen los diversos sistemas morales. tema: Creemos que es el punto más importante que puede aportar la — aproximación histórica: Diversos modelos éticos de la consideración histórica del tema. persona en la historia de la Moral; Las distintas épocas y las diversas situaciones de la historia — aproximación sistemática: Teoría global sobre la dimen han proyectado su imagen normativa del hombre. Tal imagen, sión ética de la persona. como dice Aranguren, es el contenido de la Moral. Para él, la «¡dea de hombre» vigente en cada época constituye la «materia» de la Moral. Pero ¿cómo se constituye esa imagen del hombre? «Esta idea del hombre se nutre de elementos religiosos y de 'incli naciones' naturales —ligación a la felicidad, obligación de la ley natural, etc. — , así como de otros condicionamientos situacionales e históricos» (1). La idea del hombre de las diferentes épocas históricas queda «decantada» en la imagen normativa que los diversos sistemas éticos proclaman en sus síntesis morales. Es esta imagen decan tada en los sistemas éticos la que tratamos de recoger a conti- (1) J. L. L. ARANGUREN, Etica (Madrid, 1972&), 83-84.
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