Las actividades de Vida práctica y Vida sensorial son el fundamento de la pedagogía Montessori. A través de ellas, el niño o la niña desde los 2 años y medio a 4 o 5 años construye las bases de su desarrollo y de su aprendizaje, respetando lo que María Montessori denomina «períodos sensibles». El niño o la niña aprende, gracias a dichas actividades, a concentrar su atención, a organizarse en su trabajo, a afinar sus percepciones y su comprensión. Prepara los gestos futuros de la escritura, la reflexión sobre el cálculo, el dominio del lenguaje. Adquiere la autonomía y la confianza en sí mismo o en sí misma necesarias para