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Moche, cosmología y sociedad : una interpretación iconográfica PDF

461 Pages·2009·13.946 MB·Spanish
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Jürgen Golte ¡ *w w Cosmología y Sociedad \** • Vmví*- cL «>'«¿*>A ?! T -• vjtí) Una interpretación 1 * ’^ jg < “ y -,. centro bortolomé de los cosos © IEP Instituto de Estudios Peruanos Horacio Urteaga 694, Lima 11, Perú Tel. (511) 332-6194 / 424-4856 Email: [email protected] www.iep.org.pe Serie: Fuentes e Investigaciones para la Historia del Perú, 18 © Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas Pasaje Pampa de la Alianza 164, Cuzco, Perú Telf. (5184) 245656/245415 www.cbc.org.pe Serie: Archivos de Historia Andina, 45 ISBN : 978-9972-691-91-1 ISSN : 1019-4487 Impreso en el Perú Primera edición, abril 2009 1,500 ejemplares Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° - 2009-03986 Registro del Proyecto Editorial en la Biblioteca Nacional del Perú N°: 10801000900209 Diagramación y Diseño de Carátula: Gonzalo Nieto Degregori Golte, Jürgen Moche cosmología y sociedad: una interpretación iconográfica. Lima, CBC; IEP, 2009. (Fuentes e Investigaciones para la Historia del Perú, 18) (Archivos de Historia Andina, 45) ICONOGRAFIA; CULTURA MOCHICA; COSMOVISION ANDINA; NARRACIONES MOCHICA; RITOS MOCHICA; PINTURA MOCHICA; ESCULTURA MOCHICA; CERAMICA MOCHICA, SEMANTICA PRECOLOMBINA; PERU W/01.04.03/F/18 Para Tañía, Adrián, Melissa, Milena, David, Daniel y Diego. CONTENIDO PRESENTACIÓN Y AGRADECIMIENTOS 11 Parte 1. INTRODUCCIÓN 13 1. Las iconografías andinas y su investigación 15 2. La cerámica como contexto: limitaciones metodológicas 27 Parte II. LA COSMOVISION 55 3. Un modelo de las características de la cosmovisión mochica 57 4. Las divinidades mayores y sus descendientes 69 5. Las vasijas como contexto significante 81 6. El orden "surrealista" 131 7. Los muertos en el universo mochica 151 8. Tiempo de guerra, tiempo de cultivo 169 Parte III. RITOS 207 9. La generación de alimentos y el "juego de pallar" 209 10. El lanzamiento de las flores de loto 243 11. El baile de la soga 255 Parte IV. NARRACIONES 287 12. La secuencia del "entierro" en la iconografía moche 289 13. La secuencia de las luchas del Dios Intermediador y su ayudante Iguana con los monstruos marinos 329 14. La secuencia de la "rebelión de los objetos" 375 EPÍLOGO 413 15. Epílogo 415 BIBLIOGRAFÍA 425 16. BIBLIOGRAFÍA 427 Abreviaciones 473 Presentación y agradecimientos El presente trabajo no hubiera podido alcanzar su forma actual sin la cooperación esencial de diversas personas y amigos de museos y colec­ ciones que ofrecieron su ayuda desinteresadamente. Mi gratitud tiene que dirigirse a ellos primero porque solo accediendo a las colecciones de los museos pertinentes es posible desarrollar una tarea de esta natu­ raleza. Especialmente la Dra. Manuela Fischer del Museo de Etnología de Berlín, Rocío Aguilar Otsu y Patricia Chirinos Ogata del Museo Larco Herrera en Lima, Francisco Merino del Museo Nacional de Arqueología Antropología e Historia en Lima, Toni Kuhn del Museo Grassi en Leipzig, Dr. Elke Bujok del Museum für Vólkerkunde en Munich, Jesús Briceño del Instituto Nacional de Cultura en Trujillo; siempre han apoyado de manera decidida mis trabajos y me han facilitado el acceso a la riqueza de sus colecciones. A Ursula Korczok le corresponde mi gratitud extraordinaria. Su labor paciente en la confección de muchas de las ilustraciones de este libro ha sido un apoyo invalorable. A Pablo Sendón y en especial a mi hermano Winfried les debo gran can­ tidad de sugerencias porque con una paciencia sin límites han leído mis manuscritos en diversas fases de su desarrollo, y en buena cuenta han contribuido de manera extraordinaria a que el texto pueda aparecer en la forma que ahora tiene. Rodolfo Sánchez ha sido un interlocutor esencial. Muchas de las ideas desarrolladas a lo largo de los capítulos contenidos en este volumen las he discutido primero con él. Es importante saber que se socializó en el sur andino y, por lo tanto, ha resultado especialmente gratificante el diálogo con él, ya que tenía una mirada histórica propia de las interpretaciones de los conjuntos ¡cónicos que venía analizando. Esto también vale para las sugerencias de Verónica Rojas Montes, que sin mu­ chos conocimientos previos me exigía que escribiera un libro comprensible para un público más allá de mis especialidades. Carlos Iván Degregori ha sido un apoyo amistoso especial, ya que me presionó a que escribiera lo que escuchaba cuando explicaba los problemas de interpretación a lo largo de más de un decenio. Sin él solo hubiera seguido dibujando y escribiendo, ya que lo que se presenta acá no deja de ser inconcluso en muchos aspectos, pero él de manera muy decidida me conminó a que pusiera al alcance del público lo ya escrito. En realidad debería nombrar a muchas otras personas que de una u otra forma han apoyado mis esfuerzos y permitieron que tenga el aliento de larga duración que se requiere en una investigación de este tipo. Solo quiero mencionar a Edita Vokral aquí, pues sin su apoyo algunas veces no hubiera tenido la paciencia necesaria para proseguir en una tarea que efectivamente es interminable. Finalmente, tengo que agradecer de manera especial a la Universidad Libre de Berlín la posibilidad de poder dedicar una buena parte de mi tiempo de trabajo a esta materia. Esta clase de análisis no es posible sin un entorno de este tipo, ya que la investigación es un proceso que requiere de tiempos largos de maduración y no puede ser confeccionada en una línea de ensamblaje cronometrada. Por otras razones, igualmente valederas, va mi agradecimiento a la Deutsche Forschungsgemeinschaft (Comunidad Alemana para la Investigación Científica). Sin su financiamiento de partes de esta investigación tampoco hubiera podido culminar lo que ahora presento al juicio crítico de los lectores. Así que todos los apoyos han sido una condición necesaria para la reali­ zación del trabajo. Si el lector descubre errores, sin embargo, la respon­ sabilidad es solo mía. Lima, abril de 2008 Jürgen Golte N T R O D U C C I Ó N & W k ." BOTELLAS DEBOCA ANCHA Y DE ASA ESTRIBO, COMPARACIÓN DE TAMAÑOS (ME BERLÍN VA 18220 y VA 17675) (dib. Golte) 1. Las iconografías andinas y su investigación Alrededor del año 3000 antes de Cristo la dinámica del desarrollo cultural en los Andes empezó a acelerarse. Especialmente en los oasis alrededor de los ríos que bajando por la vertiente occidental de la cordillera desembocan en el Océano Pacífico, se empezó con la construcción de grandes obras de irrigación. Este hecho y el inicio de construcciones monumentales a finales del arcaico por lo general se toman como punto de inicio de las sociedades complejas en la región. Efectivamente este punto resulta importante para la iconografía, ya que a partir de aquel en­ tonces tenemos un registro constante y relativamente coherente de una visión del mundo que empieza a desarrollarse y a sistematizarse en el espacio de los Andes Centrales. Sin embargo, hay que asumir que los pobladores americanos cuando empie­ zan a poblar las Américas llegan con un bagaje cultural bastante diversificado, con formas de organización parental, con mitos y narraciones, visiones del mundo, con instrumentos de trabajo, que en lo subsiguiente los van desa­ rrollando y adaptando a circunstancias históricas y ambientales específicas (Berezkin 2004). Este proceso largo es un punto de partida para comprender las formas en las cuales se reorganizan las cosmovisiones en el paso a las so­ ciedades complejas. Y no solo esto, en Fig. 1.1: La distribución de construcciones monumentales en el Arcaico aquella época una parte importante de Tardío y el Formativo en la costa norte y central (Ulbert 1988:53). los pobladores americanos ha iniciado una trasformación antropogénica de su entorno natural: la domesticación de cultivos y animales. El inicio de las sociedades complejas en la costa, solo resulta posible por su desarrollo previo como pescadores especializados a través de un largo proceso de interacción cultural cada vez más diversificado en un espacio social que abarca hasta la Amazonia. Esta interacción de ninguna manera deja circunscribirse al área costeña y ni siquiera al área centro-andino.Tenemos que ser conscientes de que los inicios de las sociedades comple­ jas en el área norcentral andino se presentan no solo con un ideario bastante desarrollado, sino con ingredientes como plantas domesticadas, técnicas de producción artesanal y agro-ganadera, formas de organización social y probablemente cosmovisiones bastante complejas que ya involucraban una buena parte de lo que posteriormente aparece en la organización social, en la imaginería y en las construcciones monumentales. Los desarrollos de los milenios previos deben de haber contribuido a la construcción de lo que aparece casi repentinamente en las obras monumentales de los valles de la costa norcentral. Igualmente debe de haber coadyuvado a la ampliación de los sistemas culturales cada vez más complejos en los siglos subsiguientes la comunicación intensa entre sociedades jerarquizadas que tomaron un rumbo similar y otras que no tuvieron que emprender este derrotero, sino permanecieron con formas de organización política, y social más simples. Esta ampliación progresiva en las redes de intercambio panandino e incluso amazónico, en las cuales se trocaba materias primas raras, plantas domestica­ das, conocimientos e ideas entre regiones distantes entre sí, a partir de aquel entonces se interconecta de tal manera en su dinámica causal, que es difícil separar complejos arqueológicos, identificables por una cierta homogeneidad en los restos materiales como si cada uno tuviera su razón propia de secuencia causal local. Podemos constatar que debe de haber habido sociedades políticamente territorializadas, identidades regionales rastreables en los objetos materiales que acentúan particularidades locales y regionales. Pero al mismo tiempo podemos constatar que el proceso "civilizatorio" es interdepen- diente en una "esfera de interacción" que, con mayor o menor intensidad, abarcaba una buena parte del continente sudamericano y, probablemente también, lo que se conoce como"Mesoamérica". Esta interacción en una "esfera"tan amplia no presuponía que todas las sociedades interactuantes tuvieran las mismas formas de organización sociopolítica, ni tuvieran modelos homogeneizables en otros campos de la construcción cultural. El desarrollo de sociedades complejas y estratificadas, en las cuales al lado de agricultores, pastores y pescadores aumentó el número de sacerdotes, administradores y artesanos en la costa pacífica, ante todo tenía su razón de ser en tanto había una necesidad orga­ nizativa en la irrigación a gran escala que exigía de un control central para manejar la base productiva de ellas. Sin embargo, una vez que se había producido el invento de la desigualdad, y su inclusión en las formas de comprensión del mundo, el mismo invento podía ser aplicado para manejar de forma parecida procesos que podían ser administra­ dos con técnicas sociales de esta naturaleza. Así que no sorprende el que rápidamente se aplicara estos inventos a la organización del intercambio y la movilización de recursos en áreas en las cuales la irrigación a gran escala no tenía una función central. Estos traslados,

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