Eleanor ha cumplido 25 años y se siente algo abrumada por la monotonía de su vida. Una mañana se presenta en la escuela un abogado para hablar con ella. Alguien ha hecho un testamento en su favor dejándole una herencia sustanciosa con la que podría cumplir su sueño de viajar, conocer el mundo y a otras personas, o volver a la alta sociedad a la que pertenecía. Junto con el dinero, recibe también un extraño y antiguo medallón. Asaltada por las dudas sobre la cuestión del dinero, decide hablar con Lady Acton.
Cuando acude a su saloncito privado conoce a Ashton Melham, conde de Clifford, un hombre que desestabiliza su mundo, aunque lo considera un aventurero. Él se interesa enseguida por el medallón. Recuerda haber visto algo parecido, cuando era un niño, en algún lugar de la vieja mansión de su familia. Lady Acton anima a Eleanor a tomarse unas pequeñas vacaciones para que pueda serenarse y tomar una adecuada decisión con respecto a su futuro; de paso, podrá visitar la mansión Clifford y averiguar algo sobre el medallón...
Las tardes pasadas en Clifford Manor, se transformarán en un refugio cálido para Eleanor mientras la relación con Ash se va transformando en algo distinto.