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Milagros y resurrección de Jesús según san Marcos PDF

98 Pages·2001·23.121 MB·Spanish
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MARIANO HERRANZ MARCO JOSÉ MIGUEL GARCÍA PÉREZ MILAGROS Y RESURRECCIÓN DE JESÚS SEGÚN SAN MARCOS Ediciones Encuentro, S. A. Fundación San Justino Madrid, 2001 © 2001 Ediciones Encuentro © Mariano Herranz Marco y José Miguel García Pérez A D. Ángel Garrido Herrero con amor de compañero y admiración agradecida de discípulo Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del -Copyright-, bajo las sanciones estable cidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Ediciones Encuentro Cedaceros, 3-22 28014 Madrid - Tel. 91 532 26 07 - www.ediciones-encuentro.es r PRÓLOGO En 1933, C. C. Torrey publicaba un libro titulado The Four Gospels. A New Translation [Los cuatro evangelios. Una nueva tra ducción], y lo nuevo de esta traducción consistía en que cuando Torrey creía identificar en el texto griego una mala traducción del arameo, lo que ofrecía en su libro no era una versión del griego, sino del arameo original. Tres años después publicaba otro libro titulado Our Translated Gospels [Nuestros evangelios traducidos], en el cual presentaba, aunque no con excesiva prolijidad, las pruebas de sus reconstrucciones del original arameo. En 1938, J. de Zwaan publicaba un artículo en la revista Journal of Biblical Literature (57 [1938] 155-171) titulado John Wrote in Aramaic (Juan escribió en arameo], que era una valoración de las pruebas ofrecidas por C. C. Torrey en su último libro. Y la consecuencia a que llega J. de Zwaan es que, por lo que se refiere a los evan gelios de Mateo, Marcos y Lucas, Torrey no ofrece pruebas sufi cientes para que pueda considerarse fuera de duda razonable que fueron escritos en arameo. En cambio, sí reconoce válidas las pruebas aducidas para el original arameo de Juan. Después de reconocer las dificultades con que tropieza la identificación de un caso en que el griego sólo se explica como traducción defectuosa de un original arameo, hace una observa ción que no debiéramos olvidar nunca quienes trabajamos en los evangelios: «Tan pronto como se ha conseguido certeza sobre unos pocos casos de semitismos de traducción, el problema resulta más simple. Entonces la obra puede llevarse adelante con el convencimiento de que detrás de cada estridencia del griego está el original arameo». Y esto es lo que J. de Zwaan encuentra realizado en la aportación de Torrey respecto al original arameo del cuarto evangelio. A continuación presenta una selección de los casos ofrecidos por Torrey en su libro, a los cuales añade PRÓLOGO 11 10 PRÓLOGO algunas aportaciones personales. Como muestra, ofrecemos a En el relato del paralítico perdonado, el narrador presenta continuación uno de estos casos, repetido en dos pasajes. a Jesús hablando dentro de una casa a las pocas personas que podían caber en ella, mientras la calle está llena hasta rebosar de Jn 13,13: úµE1s <I> o v E 1 T É µe ó 8L8áaKaAOS KaL o una multitud que, naturalmente, ha venido a escuchar su palabra, KÚpLos. Aquí tenemos un griego estridente, tan estridente y y no es preciso puntualizar que desde la calle no puede oírlo. En extraño como si uno dijese en inglés: -you e r y me teacher la historia del endemoniado de Gerasa es de una estridencia and lord» [vosotros me gritáis maestro y señor]. La pala inconmensurable el que el narrador suponga que en las colinas bra justa, que Juan conocía muy bien, debía haber sido donde tiene lugar el milagro había una piara de dos mil (!) cer KaAEL TE. ¿Por qué escribió el verbo <j>wvElv? dos. En el breve relato del ciego de Betsaida no hay lector que Jn 10,3: Ta 'lfüa rrpófkrrn <I> w v E I KaT' óvou«. Ésta es no quede pasmado y desconcertado al leer el versículo final, que, la lectura de los mayúsculos ~ B D A L y de algunos impor tras puntualizar que el ciego curado veía claramente todas las tantes minúsculos. Este barbarismo aparece, en cambio, cosas, dice: «Y (Jesús) lo envió a su casa diciendo: Ni siquiera en corregido en textos posteriores, en que unánimemente se la aldea entres». ¿Cómo podía volver a su casa sin entrar siquiera lee KUAEL KaT' óvoun. Naturalmente, la otra lectura es la ori en la aldea? En la narración, sorprendente toda ella, de la higue ginal. Aquí el verbo <j>wvÉw no es tan hiriente como en ra seca se dice que Jesús, viniendo de Betania a Jerusalén, sintió 13,13, y su carácter está velado por la aparición de <j>wv~ en hambre, y se dirigió a una higuera para ver si encontraba algo en el contexto; pero las ovejas son «llamadas» por sus nombres, ella, pero no encontró nada «porque no era tiempo de higos». Esta no gritadas. La explicación de esta anomalía o estridencia afirmación deja en claro por qué la higuera no tenía fruto, pero es más bien simple. En el original arameo se usaba el verbo no saca del misterio cómo Jesús, no siendo tiempo de higos, qera: con toda propiedad, ya que este verbo tiene un pensó encontrarlos en una higuera. Finalmente, en el relato del amplio campo de significados: desde el canto del gallo a la hallazgo del sepulcro vacío el versículo final ha constituido una lectura de un libro, el dar un nombre a un niño o un títu tortura no sólo para los estudiosos, sino para los simples fieles. lo a un oficial, desde el susurro al grito con todo el poder Porque en él se dice que las mujeres, tras recibir del ángel la noti de la voz. Lo que hizo el responsable del texto griego en cia de la resurrección de Jesús y la orden de comunicarla a los ambos pasajes es un caso de traducción mecánica, estereo discípulos, el narrador termina: •Y a nadie nada dijeron, porque tipada ... , como los que ocurren con frecuencia en los LXX. estaban llenas de temor». Y en todos estos relatos, las estridencias Ciertamente fue práctica común de los antiguos traductores no se reducen a las señaladas, sino que en cada caso hay un esforzarse por una «traducción literal» de este tipo. Ambos auténtico racimo de estridencias. casos son semitismos de traducción. Desde hace más de cinco años tuvimos la sospecha de que todas estas estridencias no se debían a la pluma del autor primi La mayoría de los casos de griego anómalo que dieron pie tivo, sino que eran resultado de malas traducciones del original a Torrey para su teoría de que los evangelios griegos son tra arameo. Ni ahora ni nunca nuestro interés ha sido principalmen ducción de originales arameos vienen a ser semejantes a estos te demostrar que los evangelios o sus fuentes fueron escritos ori dos que hemos citado. Nosotros, en todos los capítulos de nues ginariamente en arameo. Lo que verdaderamente nos ha inquie tro libro, hemos fijado nuestra atención en estridencias mucho tado y espoleado desde el principio ha sido aclarar todos estos más profundas y a la vez mucho más ininteligibles, hasta el enigmas y ver si las malas traducciones no sólo introducían estri punto de que en realidad el griego en que aparecen, que ordi dencias, especialmente de sentido, sino a la vez ocultaban datos nariamente no ofrece dificultad al traductor, resulta claramente hermosos, o de la vida real o de la teología, que fueron sepulta inaceptable en cuanto al sentido. Citaremos algunas de las que, dos bajo los escombros de las traducciones defectuosas. Todo por ser más llamativas, son familiares a todo lector del evange esto es lo que esperamos hacer ver al lector, partiendo siempre lio de Marcos. de los hechos lingüísticos anómalos, hechos que nadie puede PRÓLOGO 12 negar y que tiene obligación de poner en claro todo estudioso SIGLAS BÍBLICAS Y DE REVISTAS Y COLECCIONES que quiera acercarse al evangelio de Marcos. - Hemos creído preferible dar citas extensas de los escritos de pocos autores en lugar de síntesis apretadas de dos docenas de estudiosos, de los que apenas se podía decir unas palabras en cada caso. Así el lector es puesto en contacto directo de lo que han dicho y escrito viejos y jóvenes estudiosos; y sin duda es pre ferible poseer una claridad total sobre la opinión de ocho o nueve estudiosos a tener una idea muy somera de lo que han dicho una amplia colección de ellos. Gn Génesis Ex Éxodo Lv Levítico Nm Números Dt Deuteronomio Jos Josué Jue Jueces Rut Rut lSm 12 Samuel 2Sm 22 Samuel lRe 12 Reyes 2Re 22 Reyes lCr 12 Crónicas 2Cr 22 Crónicas Esd Esdras Neh Nehemías Tob Tobías Jdt Judit Est Ester lMac 12 Macabeos 2Mac 22 Macabeos Job Job Sal Salmos Prov Proverbios Ecl Eclesiastés Cant Cantar de los Cantares Sab Sabiduría Eclo Eclesiástico Is Isaías Jr Jeremías Lam Lamentaciones Bar Baruc 14 SIGLAS BÍBLICAS Y DE REVISTAS Y COLECCIONES SIGLAS BÍBLICAS Y DE REVISTAS Y COLECCIONES 15 Ez Ezequiel AncB Anchor Bible. Dn Daniel BAC Biblioteca de Autores Cristianos. Os Oseas BAE Biblioteca de Autores Españoles. Jl Joel BCG Bilbioteca Clásica Gredos. Am Amós BEvTh Beitrage zur evangelischen Theologie. Abd Abdías BibOr Bíblica et Orientalia. Jon Jonás BUR Biblioteca Universale Rizzoli. Miq Miqueas EstB Estudios Bíblicos. Nah Nahúm EtB Études Bibliques. Hab Habacuc FRLANT Forschungen zur Religion und Literatur des Sof Sofonías Alten und Neuen Testaments. Ag Ageo JBL Journal of Biblical Literature. Zac Zacarías LeDiv Lectio Divina. Mal Malaquías NTS New Testament Studies. Mt Mateo RSR Recherches de Science Religieuse. Me Marcos SBS Stuttgarter Bibelstudien. Le Lucas SPIB Scripta Pontificii Instituti Biblici. Jn Juan SSNT Studia Semítica Novi Testamenti. Hch Hechos de los Apóstoles Rm Romanos lCor 1 ª Corintios 2Cor 2ª Corintios Gál Gálatas Ef Efesios Flp Filipenses Col Colosenses lTes 1 ª Tesalonicenses 2Tes 2ª Tesalonicenses lTm 1ª Timoteo 2Tm 2ª Timoteo Tit Tito Flm Filemón Heb Hebreos Sant Santiago lPe 1ª Pedro 2Pe 2ª Pedro lJn 1ª Juan 2Jn 2ªJuan 3Jn 3ªJuan Jds Judas Ap Apocalipsis •• BIBLIOGRAFÍA Abel, F.-M. Grammaire du grec biblique (EtB), París 1927. Alonso de Herrera, G. Obra de agricultura (BAE 235), ed. de J. U. Martínez Carrasco, Madrid 1970. Bauer H.-Leander, P. Grammatik des Bibliscb-Aramáiscben, Halle-Saale 1927 (reimpr. Híldesheim-New York 1969). Bauer, L. Volks Leben in Lande der Bibel, Leípzig 1903. Bishop, E. F. F. 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Lexicon Hebraicum et Aramaicum Veteris Testamenti, Roma 1968 (reeditio photomechanica). Cuatro hombres traen en una camilla un paralítico, pero la Zwaan, J. de. John Wrote in Aramaic. JBL 57 0938) 155-171. multitud congregada ante la puerta no les deja paso. ¿Qué hacer? Los portadores -y naturalmente también el enfer mo; más aún él en primer lugar- no renuncian a su pro pósito de llegar hasta Jesús. Por una escalera exterior, o a pie llano, si la casa se hallaba en la ladera de una colina, suben al tejado y lo levantan; naturalmente no todo, sólo la parte debajo de la cual se hallaba Jesús. La palabra É~opú ~avTES, «abriendo un agujero», indica que el narrador pien sa en un auténtico desmontaje de la techumbre, formada de palos, juncos o paja y barro. Ya D. F. Strauss se preguntaba cómo pudo ser esto posible. Es preciso representarse realmente la escena para com prender esta duda. El espacio interior, donde Jesús habla, está abarrotado de gente. De repente se oyen encima pasos, luego golpes, y más golpes; poco después comien- 1 Cf. E. Haenchen, Der Weg Jesu. Bine Brklarung des Markus Evangeliums und der kanoniscben Parallelen, Berlin 1966, 100-104. ••• 22 MILAGROS Y RESURRECCIÓN DE JESÚS SEGÚN SAN MARCOS 23 EL PARALÍTICO PERDONADO (Me 2,1-12) zan ruidos extraños: caen trozos de barro, pequeños y tor del arameo al griego. No obstante, incluso autores mesurados grandes; son retirados los palos de la techumbre y aparece en su crítica reconocen que esta perícopa del paralítico perdona un trozo de cielo. Pero el trabajo prosigue; para que pueda do en la versión de Marcos crea serias dificultades a la hora de pasar una camilla, aunque estrecha, se precisa una abertura representarse los hechos narrados. De ellas nos ocuparemos respetable. Y mientras tanto, Jesús sigue hablando tranqui detenidamente en los dos apartados siguientes que comprenderá lamente, la gente escucha sin que todo aquello distraiga su este capítulo. atención un momento. El dueño de la casa no se preocupa de que están demoliendo su vivienda. A pesar de los tro * • * zos de barro, etc., todos están tan fascinados que sólo miran cuando la camilla con el paralítico desciende delan Por su parte, R. Bultmann se ha fijado especialmente en lo te de ellos. que pudiéramos llamar la redacción del relato, en la que destaca Sólo la costumbre de aceptar mecánicamente los relatos la fusión de dos piezas: una controversia sobre el perdón de los bíblicos por el simple hecho de que se encuentran en la. pecados y un relato de milagro. Pero preferimos que sean sus Biblia, ha impedido reconocer la imposibilidad de esta propias palabras las que tenga delante el lector. maniobra. B. Weiss, por ejemplo, escribe: «Ya Volkmar (1882) tranquilizó a los que se preocupaban por el peligro En los v. 1-2, que unen la perícopa del paralítico con la pre que la maniobra representaba para los que se hallaban cedente, y son obra redaccional de Marcos, está incluido el debajo; el palestinense Marcos sabía mejor sin duda si tal comienzo original de la pieza, pues la construcción Év o'lKep maniobra era posible o no». Esta explicación demuestra que --o, según otra variante, ELS' o'(Kov- es un dato necesario B. Weiss valoraba más los datos que nos ha legado la tra para el relato. En el relato se distinguen claramente dos dición sobre el evangelio de Marcos que las conclusiones momentos: 1) el milagro; 2) el logion sobre el perdón de obtenidas de los datos contenidos en el mismo evangelio. los pecados; y el segundo motivo está insertado, de forma claramente violenta, en el primero: los v. Sb-10 son una E. Haenchen continúa señalando inverosimilitudes en el adición secundaria, pues la fe del paralítico y de sus porta relato de Marcos: el perdón de los pecados, como -inespera dores, demostrada prolijamente en los v. 3-4 y constatada da- respuesta de Jesús a los esfuerzos de los que traen al para por Jesús en el v. Sa, ha desaparecido en los v. Sb-10, y en lítico; la brusca aparición de los escribas en el v. 6, que volverán los v. 11-12 tenemos un final orgánico de un relato de mila a desaparecer con una brusquedad semejante; la curación opera gro: demostración de la curación mediante la acción del da por Jesús, no por compasión al paralítico, sino para demostrar enfermo, que se lleva su camilla, e impresión en los pre su poder para perdonar los pecados; y narrado todo en unos ver sentes. sículos de extrañísima redacción. Este examen meticulosamente Los v. 11-12 no armonizan con v. Sb-10, pues tras los v. Sb- --casi, diríamos, despiadadamente- crítico es sin duda desorbi 10 nos preguntamos: ¿cuál fue la impresión de los adversa tado, y en él se fantasea casi a rienda suelta. Resulta curioso que rios? ¿Están éstos incluidos entre los 8o~á(ovTES' l-glorífi mientras los críticos de las formas, y ya sus inmediatos predece can-] del v. 12? Mas bien era de esperar que, como en 3,4, sores, protestaban contra toda manipulación del texto evangélico etc., se dijera que callaron. Así pues, la discusión conteni mediante un ilegal recurso a la imaginación y una ignorancia de da en los v. Sb-10 es una pieza advenediza; evidentemen la índole literaria de las piezas narrativas que componen los evan te fue compuesta para añadirla al relato de milagro, no gelios, gran parte de las inverosimilitudes que enumera E. existió antes como pieza independiente. Es claro que nació Haenchen se hallan en el hipotético relato que él lee, no en el de la polémica sobre el derecho (la É~oua(a) a perdonar los extremadamente sobrio que nos ofrece Marcos, cuyo único deli pecados, derecho que es demostrado mediante el poder de to, según veremos, consiste en no haber tenido un buen traduc- curar milagrosamente.

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