Description:Era extraordinario el parecido de las dos mujeres. Sólo fijándose mucho, mirándolas muy de cerca, podía advertirse que la belleza de una de ellas era más fresca, más natural que la de la otra. Ambas eran pelirrojas, ambas eran moderadamente altas y las dos tenían una figura mimbreña y moderna. La que tenía las caderas más esbeltas miraba en aquel momento a través de los intersticios de la persiana. —No se ve a nadie —dijo. La otra, de caderas más anchas, fumaba un cigarrillo con el ceño fruncido. —Si pisara la calle, surgirían del asfalto como por arte de magia — aseguró—. Están escondidos. —Sí, supongo que así debe de ser, pero yo diría que no hay nadie. —Usted no conoce a los periodistas. Espero que no cometa usted ningún error.