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México profundo: Una civilización negada PDF

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1 L o s N o v E N r -\ México profundo Una civilización negada Guillermo Bonfli Batalla GUILLERMO BONFIL BATALLA MÉXICO PROFUNDO U na civilización negada grijalbo Consejo Nacional para la Cultura y las Artes MÉXICO, D.F. LOS NOVENTA pone al alcance de los lectores una colección con los más variados temas de las ciencias sociales. Mediante la publicación de un libro semanal, esta serie proporciona un amplio espectro del pensamien to crítico de nuestro tiempo. MÉXICO PROFUNDO Una civilización negada (Edición original de la Secretaría de Educación Pública/Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS) © 1987, 1989, Guillermo Bonfil Batalla D.R. © 1990 por EDITORIAL GRIJALBO, S.A. Calz. San Bartolo Naucalpan núm. 282 Argentina Poniente 11230 Miguel Hidalgo, México, D.F. Primera edición en la colección Los Noventa Coedición: Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/ Editorial Grijalbo, S.A. La presentación y disposición en conjunto y de cada página de MÉXICO PROFUNDO, son propiedad del editor. Queda estrictamente prohibida la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier sistema o método electrónico, incluso el fotocopiado, sin autorización escrita del editor. ISBN 968-419-929-5 IMPRESO EN MÉXICO ÍNDICE Prefacio a la segunda edición 1 .......................... o lntrq_ducci6n ........................................ . 9 Primera parte LA CIVILIZACION NEGADA l. Una tierra con civilización milenaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 La forja de una civilización. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 La naturaleza humanizada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Nombrar: crear . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 El rostro negado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 11. El indio reconocido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 La razón de ser indio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Un perfil de la cultura india .......... :. . . . . . . . . . . . . . . 51 1/1. Lo indio desindianizado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 Una, muchas formas de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 El mundo campirano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Lo indio en las ciudades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 La raza de bronce y la gente linda ............... , •.. . . . 89 La escisión cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 Segunda parte CÓMO LLEGAMOS A DONDE ESTAMOS l. El problema de la cultura nacional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 TI. El orden colonial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Una nueva manera de dominar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 La creación del indio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 La violencia fundadora .......... ·. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 Junto a la espada la cruz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130 El indio, objeto útil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136 111. La forja de una nación..... ........................ 145 La independencia criolla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 La tierra prometida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 El indio enemigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156 IV. Los (revolucionados) tiempos modernos . . . . . . . . . . . . . . 161 Las tribulaciones de una revolución decadente ......... :. 161 La redención del indio por la vía de su desaparición . . . . . . 170 El nuevo rostro del México imaginario . . . . . . . . . . . . . . . . . 176 V. Los senderos de la sobrevivencia india . . . . . . . . . . . . . . . . . 187 Los guerreros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187 Las estrategias cotidianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190 La presencia de la cultura impuesta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 Los nuevos frentes de lucha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 Tercera parte PROYECTO NACIONAL Y PROYECTO CIVILIZAT ORIO l. El país que hoy tenemos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217 La quiebra de la ilusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217 Para fundar una nueva esperanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223 //. Civilización y alternativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 Sustitución, fusión o pluralismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 Civilización, democracia, descolonización . . . . . . . . . . . . . . 234 Los caminos del pluralismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237 El dilema inevitable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244 Apéndice bibliográfico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247 PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN Siempre tienta la posibilidad de hacer cambios en el texto cuando se decide publicar una nueva edición. Por esta vez, resistí la tentación. No porque piense que éste es un libro aca bado, al que no le sobra ni le falta nada, porque desde que lo planeé tuve plena conciencia de que se trataría de un texto abierto, lleno de interrogantes, lagunas e ideas preliminares, apenas esbozadas muchas veces, que requieren mejor susten tación y un desarrollo más amplio. Al mismo tiempo, sin embargo, creo que para superar esas limitaciones sería necesario escribir una obra diferente. Como está, me parece que este México profundo cumple la intención principal con que fue pensado. Quizá perdería su posible valor de estímulo intelec tual y político si yo pretendiera ahora redondear argumentos y hacer opciones rotundas que cerraran, a partir de mis pro pios juicios, el abanico de alternativas que he querido contri buir a abrir para repensar nuestra historia, el presente y el futuro que deberemos construir. Por lo demás -se ha dicho muchas veces- un libro tiene su propia vida, hace su camino y ni el mismo autor, una vez puesto el punto final, tiene derecho a interferir modificándolo. Así pue~, decidí que quede tal cual. Aprovecho la oportunidad de añadir este breve prefacio para abordar algunos hechos recientes y tratar de verlos desde la perspectiva general de este libro. En el año y poco que ha transcurrido desde que circuló la primera edición, el país vivió momentos insólitos, particularmente en torno a las elec ciones del 6 de julio de 1988. "El país cambió", "México es otro", son frases que se convirtieron en lugares comunes du rante los meses siguientes. Amplios sectores de la sociedad quedaron sorprendidos, casi conmocionados; unos con entu siasmo, otros con temor, pero todos dispuestos a aceptar que era indispensable revisar visiones y convicciones sobre las que se fundaba la imagen misma del país. Lo que ocurrió el6 de ju. lio, en efecto, mostró un México diferente, al menos para quienes no ven más allá de los límites del México imaginario. Y la pregunta queda flotando: ¿dónde residen, a fin de cuen. tas, los resortes que fueron capaces de movilizar una y otra vez a centenares de miles de mexicanos, de las condiciones más variadas, para expresar simultáneamente su protesta y su renovada esperanza desde una oposición antes impensable? ¿Hasta dónde, preguntémoslo así, despertó en verdad el Mé xico profundo, las aldeas, los pueblos, los barrios que han permanecido al margen de la actividad política imaginaria, impuesta por ese otro México irreal, dominante, pero sin raí ces, carne ni sangre? De lo que conozco, poco se ha reparado en un hecho que para mí resulta fundamental: la propuesta cardenista, más allá de su falta de precisión y su perfil desdibujado y en mu chos aspectos contradictorio, fue percibida por muchos como una esperanza de dar marcha atrás, sin saber quizás hasta dónde, pero en todo caso atrás, hacia un punto previo; una invitación a comenzar de nuevo después de desandar lo andado. Es una propuesta reaccionaria, dirán algunos. Y no, si las cosas se ven desde el otro lado, con la óptica del agredido, del que nada tiene y aún así se pretende negarlo. Con este giro de vision, dar marcha atrás es necesario, indispensable para avanzar por fin por el camino correcto, el que sí tenga salida y conduzca a otro sitio que no sea el desastre. Yo interpre taría lo ocurrido en las últimas elecciones, siguiendo las ideas básicas que sostengo en este libro, como la expresión política (una de ellas, manifiesta en el ejercicio electoral) de lo que grandes sectores viven y sienten: el fracaso rotundo del modelo de desarrollo que se trató de imponer a partir del México imaginario. La vuelta atrás significaría la recuperación de un nacionalismo verdaderamente arraigado (y no en vano la gente -los jóvenes incluso- cantó el himno nacional con una convicción conmovedora, totalmente ajena al cumplimiento obligado de un ritual hueco). La otra cara de la medalla: en importantes regiones indias el voto, en cambio, arrojó resultados que confirman la tradi- 11 ción de predominio absoluto del PRI. ¿Son los pilares del sis tema, los más conformes con los beneficios recibidos? Me voy con la interpretación propuesta por Arturo Warman: vo taron "en corto", esto es, a partir de consideraciones a cor to plazo que nada tienen que ver con programas políticos que plantean alternativas en el modelo de sociedad para lo futuro. El voto se ve ahí más como un recurso para aquí y ahora, se ejerce contra la promesa de terminar un camino, construir una escuela, introducir agua potable, empujar las gestiones para la titulación de la tierra y otros pequeños apoyos que ayuden a resolver los problemas cotidianos, ancestrales, los que abruman todos los instantes de la vida. Lo demás sigue siendo asunto de "los otros", el mundo sobrepuesto forjado por el México imaginario. Mucho habrán de cavar los parti dos para llegar al fondo y tocar los resortes capaces de movili zar políticamente al México profundo. Algo se avanzó en el 88, pero sería un error de mirada miope suponer que a partir de entonces este país (en su conjunto, no sólo parte con voz audible y rostro visible) es realmente otro. No pretendo restar trascendencia a los procesos sociales y políticos recientes; intento, sí, relativizar y complementar una visión centralista, urbana y de alguna manera elitista, según la cual lo que ocurre a mi alrededor ocurre igual en todas par tes. Como en la revolución mexicana, en las elecciones del 88 concurrieron motivaciones muy diversas y se produjeron con vergencias de coyuntura que no necesariamente son compati bles a mediano plazo. Pero, sin duda, los acontecimientos fueron importantes. En amplios sectores se despenó lo que llamaré una conciencia de inconsistencia, esto es, una puesta en duda de convicciones arraigadísimas que parecían incon movibles. Hay una apertura intelectual que parece dispuesta a revisar las explicaciones del país, completar la imagen amputada de su realidad, replantear el futuro posible. Afortunadamente, los dogmatismos están a la baja. Hay un espacio intelectual más favorable a la pluralidad. ¿Seremos capaces de aprove char el momento para dar pasos firmes en la tarea de poner a nuestro país sobre sus pies y no, como lo tenemos hoy, de cabeza? Estas novedades, aunque confinadas en su mayoría dentro 111 de los límites del México imaginario, obligarían a un desarro llo amplio y actualizado de algunas ideas que están solamente apuntadas en la tercera parte de esta obra. Y, seguramen te, habría que añadir otras, para cubrir aspectos que ni siquiera aparecen mencionados. Varios lectores y algún reseñador han señalado insuficiencia en los dos capítulos finales. Lo admito plenamente. Y me propongo trabajar más sobre el tema, aun que con la conciencia clara de que la reflexión sobre nuestro futuro es cuestión de todos y las contribuciones individuales, aunque indispensables, son sólo eso. Hay que abrir el debate y darle los espacios y la amplitud que merece. Y no se trata de debatir mis ideas (que por lo demás, lo digo en el texro, son en muchos casos ideas de otros, que he empleado sin remordi mientos para construir una argumentación de mayor ampli tud); si tales ideas existen es sólo por la preocupación de entender la realidad y es esa realidad, y sus problemas, lo que importa analizar y discutir. Hay un reto a la imaginación, que sólo podemos enfrentar a partir de un auténtico reconoci miento de nuestra realidad. Y encontraremos ahí, al develar prejuicios, al liberar nuestro pensamiento colonizado, al recuperar la decisión de vernos y pensarnos por nosotros mis mos, al protagonista central de nuestra historia y al compo nente indispensable de nuestro futuro: el México profundo. G.B.B. Ciudad de México, abril de 1989. IV

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