I'Uni.ICACJONES l>EL SEMINARIO DE DERt<CBO I'OLITICO Ut: t..~ UNIYERSIOAO .DS B.-\RCELONA, !L~JO 1.A 011\&CClON UEt. l,ror. lt. Jim,tnr.z dP. Pargn DEMOS fl/BLIOTECJ. VE CTENCU POLi1'TC.l TítuLo. y.:c:bliaad:o.s-: l. C:~rges Bu.rdeau La dunoaada (2,• edición> ¡s 2. Waltc:r 'Ihelme.r HIJitotla d.e las idc:a:s politlc:as (2.• edlclún) 3. lU.aurice Duvergcr .\JAUnTCE DUVERGER } ~létodos d~t la.s ciencias sociales (4.• edición) 1í ;6. Karl M~rx .. Friedrich Engels-..- Revoludón en Espaiía (Agotada. Reimpresa on ''ArJ~l Quincena!H) S. WUUnm Ebenstein n Lus bmos politlcos con·femporáneos <Comunismo, lasci$TtlO, capitalismo, socialiiU'I"'o) o u 6. Maurlee Duvérger MÉTODOS lnsUtudones politlcas y derecho c:on~Htnclonnl ($.• 4Hilción tQ~J. ti mente rcíu.ndida) p 7, Jobn Kenneth Galbraith DE LAS S f .. n ecooomía y el arte de la eont.rov~r$IA 1 8. HY&h Thomas r El Sl.stcma establecido CIEN CIAS SOCIALES 9. Henry C. Wallich El co•te de l3 Ubc.'r1ad 10. Fran~lJ Pcrroux E:tooomia y sociedad f 11. R. J. En~nck e P.lcologia de la dc:cisiitn politJta li JZ. Jcan Mtynaud PRÓI.OCO DC: ! Problerl1as ideológicos del slzlo X.."X ENIUOUF: TIER.'IO G. .I {,VÁ 'l <El dt1tino de las idcolcghs y TP.cnocnci• y I>OifdC1l) l' 13. Otorges Lalranc Rbtuda de lns doctrinas socinlt.s en la Eur~pa cunU:mpo.rfuica 14. Jacques Lamb<rl Amvríca lo.tlna <2.• edición) CE11tructuras sodale's e instituciones póHticasl lS. MAurl<:o Duverv.t.•r lncruduccJón a la pol.ítica (3.• erlidón) lC, K{lr) LotwenstC'i.n T<:orla de la Constitución (2.~ Widón> l? SAlvador Gtner flhtoria d('l pcnsamlc•nto socia) 16. Mourl~:c Duverger Ll de:mocrrt('la sin el pueblo 19. Anc!rt: Hawioo.J Dtrtcho c:onstituC"Ioo.al e: lnstitueiont'~ polídtn.s 20. ft.laurlce Duvergl•r La.• dos ('ataS de Occidente 21. Jo:,e de: Ej"tcban y otros t:rm UKihL ARIF.I .v, \. O.Sarroll() po)jtieo y ConstitQdón tsl)a.ñol:. lt \rt(t. r~\Ro\G..~~ \lt:.'\:IC:O PRóLOGO ET estudio de lu~ problemas concernientes al método ha estado casi siempre condicionado por preocupaciones mela· físk-as. En genera.! la metodología se estudiaba en dos ni· e veles: el nivel filosófico, con el consiguiente fundamento metafísico, y el nivel especializado en cuanto el método .ra una técnica para simplificar y hacer más efica?. el control de un ~ector de la naturaleza. La conexión entre ambos niveles es un problema constante, pues el tratamiento de uu sec· tor de la naturale-.w para etmtrolarlo mejor no exige funda. mentas metafí~icos. No 'obstante, la metodología general parte de ese supuesto. El método, por consiguiente, es bien una cuestión metnfisic-a, bien una cuestión técnica o instru· mento de control. La idea fundamentaL en el primer caso, . está en la admisión de dos realidades distintas pero canee· tadas, de tal modo c¡ue el prncesn de una se reileja en el proceso de otra. Admitida esta dualidad y conexión resulta que la rectitud en el orden del pensamiento expresa la rec· titud en el orden de la realidad extramental. Este criterio es f1.1lldamentulmente un criterio aristotélico que implic~. 1%! ('\t!C!illl: JIIIUO & 19il.f a) una duaJjdnd sin la cual no es posible el conocimiento, Y b) •ma sincronlzac..i6n entre ambos elementos de la duali· dad. La mente sigue tiO proceso cuyo orden intrluscco coin Cide con el orden do la realidad extramental. Por ('OmiguJen· ~ISSI'-11t1'.1 :! oJr4¡;!ll : 181.~ ~'! 'O3. IRI l9!1 te, las investigacion~s lógicas son investigaciones ontológicas Y el orden del pensamiento y el orden del mundo coinciden. La reacción contra este criterio ha sido muy tardla. Hay 1~1 1 0 S.Cb. y !LJul Hr.oL. S. A hostilidad, que procede de la falacia de la experiencia In- C,.,CI• .t 'e ('atdi. ll.: ~_.es, de l.Jo:t.:«:al th-~· 7 terna y de la herencia cultural, a admitir qu~ la id~. de tor pensará que la reacción contra este punto de vista me annonla en la dualidad de lus elementcJS ep1stemolog1cos tafísico es mu)' antigua, pues pr9ccde del Renacimiento. Sin no tiene más valor qu" el de una hipótesis cada ve-< menos embargo no es as!. La investigación c.le c;u>\etcr experimen útil. No se trata d,; admitir lo contrario, hipótesis '{lerfcc· tal y la reacción antüuistotélica del Rcnncirníento no supo tu mente aceptable, sino dl:l eludir .l?s inconv~nicntes dogmá nen la mph~ra del prejuicio de la annuníu, .<ino la indepen ticos y limitadores de la oonc~pc10n metafi:¡c;l del m6todo. dencia, en el orden práctico, del investigador re>pecto de La lógica, incluyendo ill lógica roatematJca, ha .t~mdo este prejuicio. El hecho de que Descart~s no encontrara una que admitir que la armenia entre la estn1ctura del <llscurso hipótesis admisible (es decir, que no fuera un argumento lógico y la estructura de los hOC:bos del muml~ y su proceso que exigiera otro argumento para resolver una contradic uo es una armonía preestabl..c1da, m determmada p~r ~~ ción implícit-.¡, como en el caso de los csplritus animales) t~.rcera realidad, ni ~-ompnesta de continuo por un pnoClplo que resolviera el problema de la rdaci(m entre res extensa trasrendental. !\o es necesario, si siquiera conveniente, par y res cogllan$ emí a la base de la elusión de los supuestos tir de la hip{1tcsis de armonía. Es mejor partir ~e _la hipó· metafísicos en el Diacurso del método. Se trata, sin embar tesis armonizable. La estructura del proceso log1co Y el go, tan sólo de· una clusión. El prejuicio de armonía está orden de sus elementos es armonizable con los hechos del eluclido, pero está. mundv. El prejuicio "nm>onfa" produce errores t~n burdos . Para excluir el prejuicio de armonín y evítar, por cousi como el de aquel sabio que viendo la luz de la hntemu de gu•ento, la p~rt•ubación que produce la hipótesis superflua mlster Pickwik y recibiendo el puñetazo de Sam Suwyet en de las realidades que >e cvrrespondcu necesariamente, es unu t-ondicioncs de observación ínadect1adas, indujo .e~'':· m~ester que la noción de método se desprenda de cual pleja teoría sobre nuevos fenómenos luminosos; ~1 pre¡wCJ.<> qtuer connótación metañsifa. Desdo ciertos niveles esto re de armonía le llevó a suponer que el proceso log•co de d~ solta extremadamente difícil. Es un hecho que la filosofía vacíón analltica eriaía le~• correspondientes hechos. Son tn· de 1~ ciencia recae en esta limitación continuamente pre finitos Jos intcleduale< que caen en este engaño. Hay cierta guntandnse por la legalidad de las relaciones entre los he clase de hechos, Jos hechos históricos, que admiten esta fa chos, en general, y la especulación tc6riro 'ie:mtífica. Se dice. lacia, sin c¡ue los resultados perturben el orden do pro~"' pot ejemplo, que las leyes flsicas "explican" la naturaleza. acumulativo de nuevos conocimientos. Adm1t1da In mvas16n A veces, de modo más torpe, que "descubren" la naturaleza. ele los árabes en España, algo semejante a las vaclluc:ioncs de Do modo más sutil que se yuxtaponen, como llna red, a los la linterna de rníslcr Pickwik, se derivan cic•-tas cc¡nsc hec~os atómicos-expresión de Wittgenstein - y les dan cucncias que exigen ciertos l1ecbos que se. encu~ntra~ ~coe ~eoodo. La verdad es que estas e.xplicacioncs no interesan. •ariamente. En este L-aso el prejuicio de armoma es util. Es cbo ba,..,n más que <vmplicar las cosas, <.'Omo c..'mndo San parte del propio método históri<-o. Si.n embargo, "? el ~11111po ] o se empellaba en que eran molinos y no gigantes. De.<de de las ciencias naturales este prejuicio ha detc:-n>do el P~ e P!!"to, de vista de una metodología critica no hay uhc- ceso acumnlativo do conocimientos. La teoría de los cuatro ':]'Os · Solo hay hechos del conodmiento metodológico, es humores ba obstaculi.ado el desarrollo de la medicina ac h:"' hay h,e~hos fisicos, he<:~~ químicos, hechos lú.>'!6ricos, tuando desde el prejuicio urmonia. Supongo que algún lec- hos teolo¡¡¡cos, hechos poettcos. Claro que la definición .8 9 v el tratamiento de un hecho qufmico es muy distinta de un del conocimie.nto ~~e~tffico y lo.< hechos perceptibles; scim. hecho poético, pero metodológicamente no. .h ay becl1os, en plemente los Identifico en cuanto n stt tratamiento metod(l· general, salvo que se trate de una e•peculac1on ~losóflca em lógico; En términos generales, este criterio debe servimos peñada en reflexionar sobre los hechos y aun IL" babrfa q~e d~ gma para construir cualquier método que pretenda ser discutir si los llamados hechos en general, no son propia cten~co. Un hc~ho es, un hecho ele conocimiento, si se me mente hechos filosóScos. Este criterio excluye la dualidad permite esta ten;m_nolog¡a, cuando la.< relaciones exac/M entre metafísica. !,os hechos físicos $on la ffsica, es decir, aparecen los conceptos log¡co-temátkvs son extensibles a los hechos como entidades detcrminad~s según las propiedaues que la percepti?Ies, sin prcocup:lmos de que haya 0 no una nrmonín teorla ffsica elige, clasifica, estructura, etc. S11pongo que a1 - estable_ctda para justificar la extensión. El crecimiento de 0 guien me dirá: "Poro esto mismo bace el historiador". De ~mlento de. una poblaCión es susceptible de este tra. ninguna manera. El historiador ere;- que s~ mHodo uesca_n~a inm1ent~, tamb1én las alterucioncs en el consumo en Ja 0 en que, incuestionablementc, los arabes ¡nvad1eron Espana producctón, pero no veo medio de apli<'ar el criterio de y que no se puede cambiar este hecho por mucho _'l\'e.la es la abstracción exteru.iva a un motín o a una revolución. Des tructura del ('Ooocitniento cambie. El hecho h.1stónco es do luego ~o no puedo percibir un motín o un jaleo en un par. mucbo menos un hecho de conocimiento que el hecho ffsico. lamen~o; mcluso puedo, es probable, recibir una pedrada Por esta razón la historia tiene una estructura escasamente 0 un JDSulto. Es factible aplicar un método rii!UI'oso a Jos cientffiea, en el sentido de que admite la existencia constante fenómenos biológicos que en el lenguaje no cie~tffico diría~ de muchas fnterpretacione• simultáneas. Cuando un hecho :;,os yroducidos po~ la ped1·ada. Pero el insulto no es sus- es más un hecho de conocimiento, es menos histórico y más ptible de convertirse e.n un hecho de conocimiento cientí fico, por mucho que nos duela. "científico'". Para un cientíSco el Sol e.~ un hecho histórico, ondas y corpúsculos son hechos físicos. Pudiera muy bien rn~le Plirtlce que lo anterior explica, a cualquier lect01· ocurrir que en un futuro más o meno.~ lejano el Sol no fuer.~ del aname~te inf?rmado de los problemas de la estTuctura un hecho histórico, sino un hecho literario. A. mi juicio, la ex e pcnsam1ento ctentffico, que la .<nciologia está, en general, 1 presión más clara de lo que llamo hecho de "';,nocfmie~~o, n~ a ~ase de .l~s _saberes de. sentido comÚJl, y que por aho1·a la ofrece el método de Whitehead llamado la abstrace•on ~te posibilidad de sahr de este nivel. He empleado la "'"'res,' • ¡• extensíva». ·;·r on en genera porque algunos sectores se tratan A. mi juicio-y digo a mi juicio porque dudo mu· ~•ent16camentc por la aplicación del criterio estadístico y por la reduOci · d · 1 cho que el propio Whitehead aceptara la explic~~~n - , ló . on e Ciertos lechos perceptibles a concept<>< Whitehead tropez(l, quizá sin pensarlo, con el prc¡u'c1o <.le tr~:-matemáti~s. Pero se progresa muy poco. Quizá se armonía, cuando intentó quo los hechos lógicos-matem~ticos P · ce con la <hficultad de un leng~•aje cuvas connotaciones se extendiesen a los hechos perceptible.•. Se encontró con son to.t a. lmcnte m· t m·t i·v as, como ocurre po· r e¡·emplo con la eJtpres¡on • 1 'ó .. • los distintos niveles de hechos a los que no podía aplicar ol la d(fl revo UCl n ' o crisisn " otras semejantes, pero criterio de armonía y se limitó a aplicar el mismo método n en cu~u~~d mayor ~stá ~n el prejuicio de armonía, segú;, unos .v otros, haciendo caso omiso de cualquier problema ti o lo <Jue percibimos se puede expresar correla- metafísico que se refiere ¡¡ la rclucióu entre la estructura Yarncnte Y con exactitud por la ra7.ón discurriendo lógica· 10 11 \ mente. Esto es inexacto; no hay medio de formular exac tamente, dando un valor cienti6co a la palabra "exacto'", qué es un rapto colecti\'o. El libro que sigue, bien pensado y construido, expresa con probidad el rudimentario nivel de los métodos cientl Jk,ls en sociología, politica y disciplinas aRnes. Después de ,".Lu.~ ckncins. ideoi6Uicas, mornles y leerlo el lector está en condiciones de preguntarse si pueden púlthcfl.s $On, después tiC todo ciet\clas c~lmd l3s otras-, c·on la pctjueñ~ diftr<:-u· o no lu.s disciplinas que investigan los fenómenos poHticos y <.'u ~ gue aqucllos que nu..oca les ha.n sodalcs, seguir el <-:uninO seguro de la ciencia. ;r:¡•drodo ..t áir de t•n bu•n• fe p<"lSUII- En todo caso, almque lá respuesta sea en un tanto por l os de sa~rJa'i f)tlP. .se creeu <·n e.~f!"'do de pronullCJarsc sobre tllns.n ciento muy elevado negativa, no debe descorazonarse el es· tudiuso <le sociología. Los n1étodos empíricos s<m la base de DI!s·!'\!'1·1· n~ TR..o,cr Elcmi!':Ht}l d..e ickologfa una futura codific-oiCión preliminar de lo Mil y lo inútiL y la Primom Par<e (1801) suma de las experiencias de Jos rc.sultados obtenidos por las aproximacíoncs da base cmpirica pueden coincidir en una metodología crítica. tstc '" un avuncc considerable y el co la s~:;;c~bro¡¡~f~:~ció !?rimero. con el título da Méthodes d(! tniC1l7.0 de un L-amino que ha~tll ahora no se ha seguido. liceociatuJ:n be;:,h~uddel ~~taSr~c a los programas de la Precisamente lo que falta a las ciencias sociales en su nivel listas no se de·aron n - e · }n embargo, los especia actual es una critica de los métodos que hast.1 ahora se han d_c un manual]d e infct~~~~·aPI~~~tán~ose de que _se ~ataba seguido. Es urgente, cada día má.•. que dispongamos de un Clales en general'. E! decreto <1 écrucas de las etenc.as so balance- seguro do qué es metodológicamcnta aprovechable permite intitularlo con prop"ed 0 10 d~ ag_osto de 1960 nos 1 y de qué no lo cs. Quizá no sea exacto hablar de métodos, a la obra ma ·or id d ' u< ' y, a mismo tiempo, dar de refcr~se 2ólo ~n a '/eu~sto <¡uc_la intr.oduceión, en veo: sino de procedimientos, y una gran parte de los procedi polll:it-a- una . e las cienctas soc~ales - la ciencia mientos que hasta ahora se utilizan son rigurosamente inc más 'tiJ · nos Propor~ona 11na ,·isi6n de <-onjuoto tanto Jlc;lccs. La metodología l"rÍtica que todos esperaiiK>s ha de u cuanto 1a creaente espcci 1. . • . , la interdependencia de tod· d~ ~C!on t1cnde a diluir empe1.ar c:on libros <1ue ofrezcan una visión de conjunto como 1 el contrario hemos procu adas as ¡IS·dctplmas. Nosotros, por éste, que me honro en presentar, l"U)'O autor ofrece, por Sll r•·o s capt, tulo' s especlahn r t o 1n o o VI ari.a , modili can d o va mucho saber y merecido prestigio, las maxlmas garantías. ci6n docume~tal en e e que conCierno a la observu- l"inalrncote el nu~·~ltlq ue trata _de la. metodologia general. c .. Enrique Tu:.K. SO ~L\'Á~ vactón del ~nteoido. tulo tambtéo correxpondc a una reno- Pl"i11ceton, 1962 ced~:PJ;fl~t _que este man~al sen\ más justamente mere - og10 que a su pnmera edición dedicó cierto so- l Ct, H. )f.r.Nt>U.~ P.~tu (ronruiu '' • .-u.:_ _ , • """"'""""· !960. ftl.r. 1-'IS. .. )2 13 dólogo, c~iimaudo que ~grach" a él el espíritu cicntllico nuevos métodos de propa anda hombres pueden ,.a camb~r la ~tren~adramicolo de los realíz11rá inmcr~sos progresos en las ciencias sociales" y que profundamente cÓmo la utilizac·ó" ;¡e ra del mundo tan acudiendo a él los estudiantes e investigadores "ya no po· Sin embar o n n e 1a energla nuclear 1 drán alegar ning¡lna excusa por limitarse a descripciones de la nnl'ti~ ' .o son posiblcm. ente más que la última fas~ aprot.xsitma aetsiv, aesn oto dliot ecraarsioa,s s"u"· finalidad principal, así como .la ser marn .i.p 1u lacad oms cpooors Csulesn ljc~ fcesn p loar q0~ ~e ig1o s pue1b lo s pueden de medir el alcance exacto do las nuevas técnicas de invcs· mos de fa manipulación. El desarroUll: a dneor ~n _.os ~ecan!S· permite entrever la posibilidad de l.a. c1enc1a ~octal ligación sociológica, descubiertas hace algunas déc.~das y que eu su n'ayoria no han dado por ahora rnás que cléhiles ~n la que los hnm bres dejarán de ser política co_nsClenle, resultados, en maniResla desproporción con los esfuerzos manos de sus dirigentes. Es de csp cosas,) ofib¡etos, en será falsa esta fórmula de erar r¡ue a n un dfa llevados a cabo. Esto no justifica, $'n emhargo, que s" las verdadera· "Gobem h Maqulavelo, por desgracia aún ignore o desprecie, pero no hay q <~o exagerar su alcance · ar es ncer creer~. actual. Hay que moderar el entosiasmo que suscita su ioge· niosidad y tener en cuenta Sll carácter primitivo. :.1aurice DUVERGER Lu sociología, la más joven de las disciplinas cicntUicas, se encuentra ~ún poco desarrollada en muCho> aspectos. Se podía sonreír cuando, n fines del 'iglo pasado, las extravagan tes mú.quinas de volar construidas tras largos años de esfuer zos y con grandes gastos conseguían elevarse penosamente a.lgunos centímetros antes de estrellarse, o. máS a mentido todavía, se destrozaban sin haber j10dido abandonar el sue lo. Pero sin ellas no habría hoy aviones a reacción. Y no tenían derecho a sonreír Jos apegados a los métodos anti guos. a los procedimientos cUISicos qne habrían condenado a la humanidad a ir siempre 11 pie. Por otra parte, no hay duda de que las sociedades huma nas no se suíetan por C<Jntpleto al análisis eicntíllco. Hay con toda probabiltdad un misterio del hombre que no podrá. ja· más ser enteramente penetrado, y sobre cr cual los poetas proy~ctan más luz qtte los t~cnicos. Pero muchos pseudo misterios no son más l¡uc sombras producidas por nuestra ignorancia. En vastas extensiones del universo social la in vestigación científica lleva <'Onsigo la posibilidad de transfor maciones cnnsiderables. El siglo xx no es sólo el siglo del átomo: también es el siglo de las 6encias sociales. Los 14 I:\TRODUCCIO~ LAS CIENCIAS SOCIALES Hoy día, las ciencias sociales ecouocen aplicaciones a\m más importantes que las de la fisica nuclear. La propaganda de los estados totuliturios, la publicidad romcrcial de Jos pnl· ses "capitalistas", la guerra revolucionaria y la "acción pSi· cológicu.", las "rtllaciones públicas'', son técnicas que, rnnchu más que la fisión del átomo, han !ransforn,ado la vida de los hombres de nuestro tiempo. Sin embargo, existe a este respecto cierta <'<.mtradicci(m entre la teoría y la práctica. En la actualidad, y en el cam· po de las ciencias flslcas, los progresos de la segunda deri· van de Jos progresos efectuados por la primera, mienllas que ep las ciencia.< sociales, por el contrario, la práctica pa· rece hoy más avanzada que la teoría. El contraste entre la importancia de sus aplicaciones y el estado anárquico de sus principios es bastante notable. Los sociólogos no están de acuerdo ni siquiera sobre las definiciones elementales, los . conceptos básicos ni las da.<ilicaciones fundamcota)t!$; cada uno de ellos habla su propio lenguaje, lo que difícil· mente les permite entenderse con los demás. Nn hay d\IUIL eJ.\. que esto explica eJ retrüSO de las ciencias sociales resrect<l de las ciencias flslcus, en las que también hubo una epvc·o. en que la procti<-~ precedía a la teoría, antes de invertirse estos términos. Por esta ra7ÁÍn, lus ciencias soG'iales fi~urnn en ciertos aspectos como poco desarrolladas a pesar <le la importanci•l de sus modernas aplicaciones. Esta situación e.• probable mente provisional, pero como e:óste y pare<:e que va a durar algún tiempo, es preciso tenerla en <"Uenta. Es particular· 17 ' mente indispensable realizar un esfuer;zo para d;fin.ir las a discusiones aceren de la noe~on de los "fenómenos so ciencias sociales antes de pasar al estud1o de sus teen•cn.s y ciales", no hay duda que éstas resultan mM concrcht<, pues métodos de investigación, pero este esfuer<o es mu)' dtf~cü, se refieren a cada uno ele los caracteres de los fenómenos. pues es necesario evitar, so penn de aumentar la confusiÓn, núadir nuevas definiciones, nuevos conceptos o n~1evas. cJa. § l. EL DESARJIOLLO RlSTÓR!CO DO: us (3t,..CIAS SOCI.,L>:'; sülcacloues, a las definiciones, conceptos y clas¡RcaciOlles existentes. Por el contrario, hay que buscar todo lo que sea No: ~imitaremos a w\3 visión esquemátka y superficial común :.\ éstas. cuyo um~-o fin es arudar a comprender la• dificultuiles que In de6nidóu de los fení.mcnos sociales entruüa en la actu3· lidad. En este punto nos encontramos con dos hcchos ful1· <.lamentalcs: 1-• En primer lugar, la primitiva confusión, que perduró varios siglos, entre el punto de -..ista científico La noción de ciencia social objetivo y el punto ele vistu moral o metafísico; 2.• En s~ !,'\lndo lugar, la reciente tendencia a la desmembración en A primera vista, la noción de cien<.ia social parece fácil múltiples disciplinas part.icularcs, a la S\JstitucUJO de la de delinir Las ciencias sociales estudian el hombre que v1ve ciencia SO<:iul por las ciencias sociales. Estas referencias n<l$ e~ socied~d, el "animal político" de Aristóteles, ana~aodo permiten delimitar, en genc.ral, tr._, grandes periodos; p~ro los grupos humanos, las colectivi?ades, las comurudodcs~ su separación no es absoluta y no es posible asignar una fe. "Pero, eu real idnd, iue]uso la noctoll de grupo h.um~~o e, cba exactu al paso de unn a otro, que se ef~ctúa casi insemi· difícil de precisar; uno sitnple nglomcrución ele mdlvtduos hlemente. _ por ejemplo: la gente que hace c-ola a. la puerta de 110 cine- no constituye una verdadera colectivtdad (pero pue A) l.<J primítivo conf!lsión entre ciencia social de llegar a s~do). Además, Liecir por un" parte que y fil<lSofia social las cicodas sociales estudian "al honibrc que vwe e~ so <.iedad" y, por otra, que analizan "los grupos humano~ , O? En un primer momento se pretendió u"tenninar las re es afirmar la misma cosn; ambas expr~siones no son smbrn· gl:u de lu organizadón social tal como debe ser, má< que mas, sino que en el primer ~-aso se pone el acento sobre analizar uicha orguÍiizaci6n tal como es. Es decir, se hacía los miembros del .rrupo y en el segundo sobre la comun! ciencia social mas <¡ue filosofía social, aditud que persistió da(L De hecho, la~ ciencias sociales se ~ncuentran tod.a"a durante siglos y .que aún hoy !'o ha desaparecido por com divididas por graves conflictos c¡ue concterucn a su m1smo pleto. Hasta el stglu J>'v¡n el numero de autores en 'lu e prc· objeto y noción. . .., domina el punto de vista cieutiOco sobr~ el fllosólico e~ Con el fin <.le evitar estos confbctos y una dcRoi;t.on par- lnruno. Después sufre gran. aumento basta que, a ¡)artir cial, abordaremos el problema de un !"od? genetico ..E n del siglo lOX, la proporción tiende a invcrUrse y ~1 punto primer Juaar trazaremos el desarrollo lmtó~tco .de las Cien· de Vista clcntí6co empieza a predominar. cías sociaels; eUo nos permitirá situar las discUSiones a~ca a) Los c•R.<CIEIIE.~ CE.'>EMLEs IJEL nniono.-Para in de su objeto y noción. Después tratare~os de ue6mr .l?s vestig.ar los prindplos d~ una o_rgauizaei6n ideal, hay qu" caracteres generales de Jos fenómcMS soc¡alcs. La. defin!cJOn c~tudiar necesar1amente el I uncmnnmiento de la organiza. de las ciencias sociales como ·' den<.ias de Jos fenumenos so C!Ón •oda] c.xistentt~; por esta causa Jos Rlósofos soeia)es ha· ciales" es la más general y la mfts neutra, y aunque da lugar <:Jan ciencia social. lS :1,9 1.• El predominio del punto de olsta filosófico Y. mo filósofo, y el razonamiento abstracto constituye su ins ral.-La ciencia social, en su estado prumhvo, y al •gua) tnw,ento fundamental de an,\lisis. Cierto también '1"~ que el metal se halla mezcla~o coll; In ganga, ·~ encuentra Aristóteles posee un notable talento de observador y que su inme.r.m en una se.rio de consideraciOnes nonnati\·as, de ca reflexión fUosófica se basa en e.\iensas y variadas investi rácter moral o filosófico. La p1trte de observadoues cicnti· gaciones <'Oncrctas; sabido es que escribió una serie de rncr !leas respecto de las con~ideracione.s normativas, es rnnyor r1ografía.s sobre las Constituciones de 158 ciudades griegas o menor según los autor~.s; la ganga es más o menos rka. y extranjeras, de la.• que sólo una ba llegado a nuestros dlas Siempre v en todo c-.1so, predomina el punto de \'ista norma (1.4 Constitución de )\leM.S). Pero a pesar de ello, el des tivo, q\tc.'oricnt-a la actividad del iovestigudor o incluso d!ri¡¡c arrollo intelectual de Aristóteles es ante todo Alósofo y su inVC-"tigación. Las primeras teorías cientiJlcas son, pur J~> su metafísica se halla en la base de S\1 t'Orll'cpción de la so tanto, reflejo de doctrinas metaffsicas y morales y do poS!· ciedad, que esencinlmcntc refleja. l'or otro lado, en Platón cioncs npriorista.s. hallamos un • esfuer¿o para tratar científicamente los hechos 2." LA importancia de /JL~ obsenx.tcio~tes rec?g~dos. oconórnicos y sociales" (L. Robin) y tiene conciencia, P.,,. A pe.<at de todo. la aportación dc este penodo ptumtivo al pecinlmcnte, de la importancia de las condiciones geográ desarrollo de lu.~ ciencias sociales es importante. Muchos de lic:ts, dem<>b.-r.tficas y económicas de la vida social. Incluso estos autores poseen un agud11 sentido de la observación Y puclriamos descubrif en él el esbo>.o de la teoría de la lucha se esfut'rz.an en aplicarlo. El ambiente normativo y mela de clases cuando escribe: "Una ciudad si~mpre comprende fhico no impide el análisis preciso de las realidades ni el dos al menos, que están en guenu cntre sf: la de lo.• ricos descnvulvimiento del método compamtivo; Aristóteles pue y la do los pobres".' - de ser modelo de ello. Casi siempre se pueden distinguir 2.• J-:n la. Edad Media, la filosofía social viene " ser el dos temperamentos intelectuales: uoo que se lnc~a .a la rcSejo de la religión cristiana y d., su moral. Los métodos reflexión sobre los hechos ya conoc•dos, y otro mas •nch escolásticos, por otra parte, acentúan la tendencia al pre nado hacia la investigación de hechos nuevos. En el caso dominio uel razonamiento deductivo sobre la observación del pcrfodo consider.tao la tcndcncia &losófica favorece los de los hechos. La grandiosa síntesis de Santo Tomás de priutcros, pero sin ahogar completamente Jos segund~. l'ur Aquino tiene la amplitud de la de !'latón, ~ro la oricnt11- otra pnrtc la abundatlte cosecha de observaci<lllcs "'~' reco ci6n propiamente científica de la inve.,i:igaci6n social tiende gidas, a ~1enudo tiene rn:ís valor que la.' teorías generales má.~ bien a disminuir. No obstante, los principios btísicos del legadas por los autores d~ ~te primer período, las cuales, cristianismo. y especialmente los dogmas del pecado ori al interponer un cuadro artific:•al entre el observador y la rea ginal y de la redención, ccmduccn a una concepti6n histó lidad, han constituido frecuentes obstáculos p;ua el desa· ti~a de la sodedacl, cuyu.< pr!mcrus huellas aparecen en la rrollo de las ciencias sociales. Cuulad de Oros de San Agustm. Por otra parte. el Trai# de b) LAs E't'APAS FVJ';oA.\IENTALES.-)(os limitaremos a la premiere inventlon de.r monnniu (13i0). do Nicole Oresme, recordar alauoos jalones fundamentales. Señalemos, por una constin•ye el primer ejemplo de ohra experimental, al mis· parte, la c:O"'nc,ión con las doctrinas metafísicas y, por otra, mo tiempo que el nac.imicnto de una ciencia social parli· fa oposición c-J.si permanente entre los dos tempcr.!mcntos cular: la economía política. de investigador: filósofos y ob$ervadores. 3:• El Renacimiento 11 la. Reforma, que transforman el l." En In Antigiietlud, cstu oposición se encuentra en -umbtente intelectual con los graneles viajes transoceánicos, carnada en la dualidad clásica Platón-Aristóteles, si bien es predso no exagerarla. Cierto: Platón e.< esencialmente 20 21