Memoria de Sefarad Memoria de Sefarad Toledo, Centro Cultural San Marcos Octubre 2002 – Enero 2003 Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior SOCIEDAD ESTATAL PARA LA ACCIÓN CULTURAL EXTERIOR, SEACEX Presidente FELIPEV. GARÍNLLOMBART Consejeros JUANMANUELBONETPLANES CARLOSCARDERERASOLER ALICIADÍAZZURRO JUANCARLOSELORZAGUINEA JOSÉJAVIERESPARZATORRES AMPAROFERNÁNDEZGONZÁLEZ JAIMEGARCÍA-LEGAZPONCE JONJUARISTILINACERO SANTIAGOMIRALLESHUETE ARTUROMORENOGARCERÁN JAIMEPÉREZRENOVALES JOAQUÍNPUIGDELABELLACASAALBEROLA RAFAELRODRÍGUEZ-PONGASALAMANCA JESÚSSILVAFERNÁNDEZ ANTONIOTORNELGARCÍA MIGUELZUGAZAMIRANDA Secretario del Consejo PEDRORAMÓNYCAJALAGÜERAS La Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior agradece su colaboración a las siguientes personas: Francisco Javier Albajez Giménez; Mª Ángeles Alonso; José María Álvarez Martín; Jean-Pierre Angremy; Marcelino Angulo García; Luis Aznar Fernández; Xavier Aquilué; Mª Dolores Baena Alcántara; Rita Barberá Nolla; Margarita Becedas González; A. Bouwman; Adolfo Calatayud Sierra; Santiago Calvo Valencia; Luis Campoy Zueco; Carlos de la Casa Martínez; Pere Castanyer; Belén Castillo Iglesias; Miguel Castillo Montero; Rosalyn Clancey; Jaime Coll Conesa; Concepción Contel Barea; Natividad Correas González; Carmen Crespo Tobarra; Agustín Díaz de Mera; Emilio Diz Ardid; Tomás Domingo; Antonio Domínguez Valverde; Peter Ellis; Cristina Emperador Ortega; Carmen Escriche Jaime; Hartmut-Ortwin Feistel; Genoveva Fernández; Ignacio Fernández del Amo; Fernando Fernández Gómez; Álvaro Fernández Villaverde y de Silva, Duque de San Carlos; Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, Duquesa de Alba; Jesús Gaite Pastor; Emiliano García Esteban; Rafael García Serrano; Michel Garel; Mayte Garrido; Juan Garrido Mesa; Mercé Gárriz;Carmen Godia; Francisco Godoy; Teresa González Rosado; Ramón Gonzálvez Ruiz; Julián Gorostiza; Luis Grau Lobo; Miguel S. Gros; Sonsoles Guillén Ruiz- Ayúcar; Assumpció Hosta i Rebés; Ramón del Hoyo; Antero Hombría; Dale Idiens; Julia Irigoyen; Cheryl Jaffee; Antonius Jammers; Jean-Nöel Jeanneney; Jonathan Joel; Mark Jones; Teresa Laguna Paúl; Josep Vicent Lerma; Ana María López Álvarez; Carlos López Rodríguez; Mª Teresa López de Guereño Sanz; Alicia Manso; Juan José Martinena Ruiz; Juan Carlos de la Mata González; Raquel Menes Ortega; Isidoro Miguel; Barbara O’Connor; Ángel Ortega López; Francisco Ortiz; Santiago Palomero Plaza; Vinyet Panyella; Consolación Pastor; Eduardo Pedruelo Martín; María Peña; Devon Pyle-Vowles; Mayer Rabinowitz; Luis Racionero; Tomás Ramírez; Jacinto Ransanz Ortega; Camino Redondo; Miguel Ángel Recio Crespo; Josep Lluis Ribes Foguet; María Rivas Palá; Brigitte Robin-Loiseau; José Luis Rodríguez de Diego; Julia Rodríguez de Diego; Honorio Romero Herrero; Mª Jesús Ruiz y Ruiz; Cleofé Sánchez; Mª Cruz Cabeza Sánchez-Albornoz; Antonio Ángel Sánchez Domínguez; Manuel Sánchez Mariana; Ángel Sancho; Wilhelm Richard Schmidt; Jerry Schwarberd; Julio Segura Moneo; Eyal Sela; M.ª Pía Senent Díez; Tova Szeintuch; Francesc Tarrats Bou; Elías Terés Navarro; Alberto Torra; Rafaela Valenzuela Jiménez; José Luis del Valle; Agustín Velázquez Jiménez; Jaime D. Vicente Redón; Carmen Vidal Huguet; Alfonso Villadangos; Antonio Viñayo González; David Vivó Codina; Jan Just Witkam; Alonso Zamora Canellada. La Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior agradece su colaboración a las siguientes instituciones: Adler Planetarium and Astronomy Museum, Chicago; Archivo de la Corona de Aragón, Barcelona; Archivo Diocesano de Cuenca; Archivo Diocesano de Vic (Barcelona); Archivo General de Navarra, Pamplona; Archivo General de Simancas (Valladolid); Archivo Histórico Nacional, Madrid; Archivo Histórico Provincial de Ávila; Archivo Histórico Provincial de Huesca; Archivo Municipal de Tudela, Navarra; Archivo de la Real Chancillería, Valladolid; Ayuntamiento de Ágreda (Soria); Ayuntamiento de Ávila; Ayuntamiento de Girona; Ayuntamiento de Valencia; Biblioteca de Catalunya, Barcelona; Biblioteca General de la Universidad de Salamanca; Biblioteca Histórica de la Universitat de València; Biblioteca Nacional, Madrid; Biblioteca de la Universidad Complutense, Madrid; Bibliothèque nationale de France, París; The British Library, Oriental and India Office Collections, Londres; Cabildo Metropolitano de Zaragoza; Catedral de El Burgo de Osma (Soria); Catedral de Calahorra (La Rioja); Catedral de Sevilla; Catedral de Toledo; Colegiata de Covarrubias (Burgos); Delegación Provincial de Córdoba; Delegación Territorial de Patrimonio Cultural, Junta de Castilla y León; Fundación Casa de Alba, Madrid; Fundación «El Conventet», Barcelona; Ilustre Colegio Notarial de Zaragoza; Jacob M. Lowy Collection, National Library of Canada; The Jewish National and University Library, Jerusalén (Israel); The Jewish Theological Seminary of America, Nueva York; Leiden University Library, Leiden (Holanda); Museo de Burgos; Museo de Segovia; Museo de Teruel; Museo Arqueológico de León; Museo Arqueológico de Sevilla; Museo Arqueológico Comarcal, Orihuela (Alicante); Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba; Museo de Arte Romano, Mérida; Museo Diocesano de Palencia; Museo Nacional Arqueológicode Tarragona; Museo de El Greco, Toledo; Museo Numantino, Soria; Museo de Santa Cruz, Toledo; Museo Sefardí, Toledo; Museu d’Arqueologia de Catalunya – Empúries, L’Escala (Girona); Museu Arqueologic de L´Institut D´Estudis Ilerdencs, Lleida; Museu D’Historia dels Jueus, Patronat Municipal Call de Girona; National Museums of Scotland; Obispado de Cuenca; Patrimonio Nacional, Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid); Real Colegiata de San Isidoro de León;Red de Juderías de España-Caminos de Sefarad; Stadt und Universitätsbibliothek, Frankfurt am Main; Stadtsbibliothek zu Berlin, Preußischer Kulturbesitz Orientabteilung, Berlín; Victoria and Albert Museum, Londres. Entre las múltiples dimensiones, desigualmente estudiadas y difundidas, que abarca la historia de España, la de la comunidad sefardí es, sin duda, una de las más apasionantes y necesitadas de revisión. La trayectoria de aquel pueblo que durante siglos supo mantener una inquebrantable querencia por la tierra y las tradiciones de los reinos de España, des- de su lejano asentamiento en la Antigüedad tardía, constituye un testimonio de la fideli- dad demostrada por aquellos compatriotas a cuyo tesón y creatividad debemos algunos de los mejores logros de nuestra propia cultura. En consecuencia, nos corresponde afrontar con rigor el análisis científico de ese pasa- do, aunque no por ello podemos dejar de recordar la fuerza ejemplar de la dramática aventura histórica protagonizada por el pueblo sefardí. A esa dimensión esencial de nues- tra historia nos remite esta exposición organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cul- tural Exterior y en la que vuelve a quedar de manifiesto, una vez más, el valor de la difu- sión de la cultura para afrontar los retos del presente, ante los que España pretende servir de puente entre sensibilidades políticas y culturales más alejadas quizás en apariencia que en su realidad recóndita, como demuestra el hecho de que nuestro país fuera espacio co- mún de creencias y civilizaciones diversas. Sefarad, su historia, su arte, el sueño colectivo de una comunidad injustamente mar- ginada y expulsada tras siglos de convivencia surcados también por crónicas tensiones, nos incita a reflexionar sobre las luces y las sombras de un pasado compartido por múlti- ples comunidades a lo largo de todo el mundo en las que aún resuena, más que reliquia, el testimonio vivo del bello español tardomedieval, congelado por la tragedia de la diáspora pero enriquecido por las aportaciones de las tierras que les dieron acogida. Al mostrarnos los ejes de esa trayectoria humana excepcional antes y después de la barrera legendaria de la expulsión, esta muestra permite contemplar de un modo global y libre de prejuicios la historia de una lealtad colectiva a la fe y a la tierra, de un esplendor cultural mantenido incluso en las más difíciles circunstancias, y de una exigencia nunca suficientemente re- novada de comprensión hacia los otros como única fuente de convivencia creadora a par- tir de las profundas redes que unen a los pueblos más allá de estériles y mixtificadas sepa- raciones. ANAPALACIO Ministra de Asuntos Exteriores Sefarad, el nombre de legendarias evocaciones con el que los judíos españoles identifica- ron la península ibérica durante cientos de años, constituye una fascinante aventura his- tórica desde sus orígenes en la Antigüedad romana hasta los albores de la Edad Moderna. Como vivencia colectiva transmitida durante generaciones en un sueño sublimado por la memoria posterior al trauma de la expulsión y la diáspora, ese nombre encierra una reali- dad casi inabarcable de dimensiones sociales, económicas, políticas, culturales y artísticas a la que esta exposición pretende brindar una aproximación global y sugestiva, a modo de estímulo para el conocimiento de los especialistas y del conjunto de la sociedad empeña- da en desentrañar tanto las claves de su pasado como las potencialidades que éstas encie- rran para construir un futuro de rigor, libertad y tolerancia. Como parte indisociable de la historia de nuestra nación, Sefarad y la memoria del pueblo sefardí plantean un reto a la investigación y a la necesaria divulgación de una historia que, en gran medida, sigue viva en las numerosas comunidades que a lo largo de todo el mundo conservan aún el recuerdo de esa herencia. El análisis desapasionado de los hechos históricos es el mejor tributo que cabe rendir a la experiencia acumulada de esas comunidades, hermanas en el más profundo sentido del complejo devenir a través del tiempo y el espacio abarcado por el concepto de hispanidad. Por ello, cualquier es- fuerzo para restituir la memoria histórica del pueblo sefardí y, por tanto, de la trayecto- ria del propio pueblo español en su conjunto, constituye una necesidad en el marco de una programación como la trazada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exte- rior, entre cuyos objetivos prioritarios figura la difusión de la memoria de España en Europa y en el mundo. De acuerdo con esos planteamientos, la presente muestra pretende facilitar una visión de los principales aspectos del universo histórico de Sefarad, de los testimonios fragmen- tarios de su vida cotidiana, pautada por la cadencia litúrgica y el solemne esplendor festi- vo, de las actitudes colectivas ante la muerte, de los espacios sagrados y profanos, públi- cos y privados, que poblaban los más diversos núcleos urbanos de los reinos de España y, por supuesto, de la reinterpretación del gusto y las técnicas artísticas, expresión de una sen- sibilidad hondamente compartida con los fieles de las otras creencias pero capaz de desarro- llar una creatividad propia, específicamente sefardí, al igual que sucede en el cultivo de las letras y los notables avances de unos saberes que contribuirían a cambiar de manera subs- tancial la cosmovisión de Occidente. Junto a los logros incuestionables de una civilización estrechamente entrelazada con las otras realidades culturales españolas -islámicas y cristianas-, la muestra traza también la silueta del conflicto que iría ensombreciendo la convivencia hasta estallar en el drama de la expulsión y el exilio. El recorrido por las sendas cada vez más estrechas del prejuicio y la intolerancia culmina en el establecimiento de la Inquisición que, más allá de los tópi- cos acumulados, formó parte de una compleja coyuntura ideológica, española y del con- junto de Europa. Las piezas arqueológicas, muebles, códices, esculturas, cuadros..., se acompañan con maquetas, mapas y un abundante material audiovisual, para hacer comprensibles las dis- tintas secciones de esta ambiciosa indagación en la memoria y el legado de esa otra Espa- ña, fecunda y aún viva tanto en los descendientes de la diáspora como en nuestra propia herencia, que configuró el sueño de Sefarad, cuyas tramas podemos vislumbrar gracias al trabajo del equipo científico dirigido por el profesor Isidro Bango, con la diligente cola- boración de cuantas instituciones y prestadores han hecho posible esta muestra —muy especialmente del Ayuntamiento de Toledo— y a los que deseo expresar mi más sincero agradecimiento. FELIPEV. GARÍNLLOMBART Presidente de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior EXPOSICIÓN ORGANIZA Y FINANCIA DISEÑO Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, SEACEX Macua & García Ramos, Equipo de Diseño, S.A. COLABORAN MONTAJE Ministerio de Asuntos Exteriores Exmoarte, S.A.L. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte Ayuntamiento de Toledo AUDIOVISUALES Y MULTIMEDIA COMISARIO Lunatus. Comunicación audiovisual, S.L. Isidro G. Bango Torviso MAQUETAS SUBCOMISARIA HCH Model, S.L. María del Carmen Muñoz Párraga ENTORNOS DE REALIDAD VIRTUAL «CAMINOS DE SEFARAD» ASESORES CIENTÍFICOS Énoe, Realidad Virtual. Universitat de Barcelona Carlos Carrete Parrondo Cedido por: Red de Juderías de España – Caminos Fernando Galván Freile de Sefarad Luis García Iglesias Santiago Palomero Plaza TRANSPORTES Juan Carlos Ruiz Souza T.T.I. Técnicas de Transportes Internacionales, S.A. Julio Valdeón Baruque SEGUROS COORDINACIÓN Axa Art Versicherung AG. Sucursal en España Illana Bango García Aon Gil y Carvajal, S.A. Correduría de Seguros RESTAURACIÓN Carlos Mª Costa Palacios CON LA COLABORACIÓN DE: IBERIA y VOLVO Inmaculada Latorre Vázquez IKONOS. Taller de Restauración CÓDICE. Conservación y Restauración del documento gráfico: Alejandra Arévalo Clemente Isabel Martín Marcos Departamento de Restauración de Patrimonio Nacional: Angel Balao González, Jefe del Departamento Camino Criado Olmos M.ª del Carmen del Cura de la Torre Rosario Martín Arribas Sagrario Moreno Herranz Alba Pérez Martín Josefa Sánchez Huete M.ª del Mar Sanz García Una historia demasiado preocupada por complacer los intereses y los sentimientos geo- políticos de nuestra sociedad actual pretende, durante los últimos tiempos, reinterpretar el concepto de Sefarad. Ha surgido así la idea de que Sefarad no se corresponde con Es- paña, sino con al-Andalus o Castilla en su sentido más amplio. El problema se ha creado porque algunos historiadores en vez de trabajar en el análisis objetivo del hecho histórico, lo que hacen es escribir una historia sesgada por nacionalismos, ya sean españolistas co- mo antiespañolistas. Para unos cuantos, España parece que ha sido siempre una sola na- ción, llegando incluso a negar la pluralidad de reinos formados durante la Alta Edad Me- dia. Otros, ensimismados en esta pluralidad surgida a finales del primer milenio, se olvidan de que la vieja Hispania romana se convirtió en la primera nación de Europa tras la caída del Imperio Romano, circunstancia que marcó definitivamente el devenir de las gentes peninsulares. Sin duda, después de la invasión islámica, surgieron estados perfectamente definidos por las leyes y la geopolítica peninsular, pero en todos ellos pervivió la idea de que les hermanaba la herencia de un pasado común y un sentimiento de lo hispano. Sefarad debe interpretarse como España en hebreo. Según la época, el concepto Espa- ña/Hispania tendrá diferentes matices. Así, para las crónicas asturianas del siglo IX, His- pania es todo el territorio peninsular gobernado por los musulmanes. Con el transcurso de la Reconquista el concepto sufrirá importantes modificaciones, pero siempre enten- diendo que la pluralidad de reinos peninsulares constituían la vieja Hispania romana y, especialmente, la de la monarquía goda. Las fuentes hebreas utilizarán el término Sefa- rad/Hispania en este mismo sentido. «Memoria de Sefarad» pretende ser una aproximación a la España que vivieron los ju- díos, desde la óptica de sus vivencias, aunque en muchos momentos nos hayamos visto obligados a integrar en la muestra referentes hispanocristianos o hispanomusulmanes. El hecho dramático de la expulsión y el no menos tenebroso de la actuación inquisitorial ha borrado muchos aspectos del patrimonio judío hispano. Es evidente que esto ha debilita- do la memoria de lo judío en territorio hispano, pero conviene no engañarse, la integra- ción de lo judío en lo hispano ha sido tan grande que resulta prácticamente imposible desentrañarlo. Desde este último punto de vista, justo es reconocerlo, muchos de los su- puestos lapsusde memoria no son tales, sino que resulta imposible diferenciarlos del resto del patrimonio hispano. Los mil quinientos años que duró la presencia judía en España hicieron que su cultu- ra no sólo se identificase con las vicisitudes de la hispana, sino que se llegó a integrar ple- namente en ella. Sólo un aspecto de la tradición judía permanecerá refractario en apariencia al fenómeno hispano, el religioso; pero, incluso éste, adquirirá entre los sefardíes unas ca- racterísticas propias que les harán muy diferentes al resto de los judíos de la Diáspora.
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