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Meditaciones Sobre la Vida PDF

241 Pages·2002·8.579 MB·Spanish
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Robert Nozick Meditaciones sobre la vida Filosofía Meditaciones sobre la vida «[Nozick es] uno de los pensadores modernos más osados y estimulantes.» The New York Times Book Review Imaginemos... a un amigo extraordinariamente inteligente, curioso e ingenioso, increíblemente culto, que nos visita des­ pués de la cena... para hablar largas horas sobre temas que nos interesan. Leer Meditaciones sobre la vida es una experiencia similar. Robert Nozick, uno de los filósofos más originales de este siglo, renueva brillantemente el intento socrático de descubrir la vida que merezca ser vivida. En osadas y conmovedoras meditacio­ nes sobre el amor, la creatividad, la felicidad, la sexualidad, los padres y los hijos, el Holocausto, la fe religiosa, la política y la sabiduría, Meditaciones sobre la vida devuelve la filosofía a su tema preeminente, las cosas que más importan. Acompañamos a Nozick en sus reflexiones, evaluando nuestras experiencias y juicios junto con pensadores del pasado, para embarcarnos en nuestra propia travesía de comprensión y cambio. Robert Nozick es autor de Anarchy, State and Utopia (National BookAwardde 1975) y Philosophical Explanations(Ralph Waldo , Emerson Award Phi Beta Kappa, de 1982), entre muchas otras obras. Es profesor de filosofía en la Universidad de Harvard. ISBN 8W*32-*2?-7 Código: 2.386 9 788474 32429? Colección Hombre y Sociedad Qúrío MEDITACIONES SOBRE LA VIDA Robert Nozick Título del original: The Examined Life. Philosophical Meditations © 1989 by Robert Nozick Traducción: Carlos Gardini Diseño de cubierta: Gustavo Macri Primera edición: Barcelona, 1992 Primera reimpresión: junio del 2002, Barcelona Derechos reservados para todas las ediciones en castellano © Editorial Gedisa, S.A. Paseo Bonanova, 9 1°-1* 08022 Barcelona (España) Tel. 93 253 09 04 Fax 93 253 09 05 Correo electrónico: [email protected] http://www.gedisa.com ISBN: 84-7432-429-7 Depósito legal: B. 29192-2002 Impreso por: Carvigraf Col, 31 - Ripollet Impreso en España Primed in Spain Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modificada, en castella­ no o en cualquier otro idioma. Indice Prólogo Agradecimientos 1. Introducción............................................................................................. 11 2. Morir.......................................................................................................... 18 3. Padres e hijos............................................................................................ 24 4. La creación................................................................................................ 28 5. La naturaleza de Dios, la naturaleza de la fe................................... 38 6. La sacralidad de la vida cotidiana...................................................... 45 7. La sexualidad........................................................................................... 49 8. El vínculo del amor................................................................................. 55 9. Emociones................................................................................................ 69 10. La felicidad............................................................................................... 79 11. Enfoques................................................................................................... 94 12. Ser más reales........................................................................................... 102 13. Abnegación............................................................................................... 113 14. Posturas.................................................................................................... 121 15. Valor y significado.................................................................................. 130 16. Importancia y peso................................................................................. 136 17. La matriz de la realidad......................................................................... 145 18. Oscuridad y luz...................................................................................... 164 19. Explicaciones teológicas........................................................................ 174 20. El Holocausto........................................................................................... 189 21. La iluminación......................................................................................... 194 22. A cada cosa lo suyo................................................................................. 202 23. ¿Qué es la sabiduría y por qué los filósofos la aman tanto?........ 213 24. Lo ideal y lo real...................................................................................... 222 25. El zig zag de la política.......................................................................... 227 26. La vida de la filosofía............................................................................. 235 27. Retrato del filósofo adolescente.......................................................... 240 Indice de nombres 241 Prólogo Nozick, el explorador Aristóteles llamó escritos "esotéricos" a aquellos que estaban destina­ dos exclusivamente a sus estudiantes; los apuntes de clase. "Exotéricos" eran, en cambio, los escritos para el gran público. Desgraciadamente casi nada queda de éstos aunque, según antiguos testimonios, igualaban en be­ lleza a los "Diálogos" de su maestro Platón. Tenemos, en cambio, una buena cantidad de escritos esotéricos; secos, breves, esenciales. La vida literaria de Robert Nozick es un viaje de ida y vuelta de lo exotérico a lo esotérico. En 1974 conmovió al mundo filosófico y literario con Anarquía, Estado y utopía, una aguda y brillante reflexión sobre los fun­ damentos y alcances del poder político donde polemizaba con el por enton­ ces indiscutible John Rawls, su colega y predecesor en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Harvard. Anarquía..., que ya ha sido traducido al castellano, obtuvo un inmenso éxito de librerías. Había llegado, entonces, el tumo de lo esotérico. En 1981 Nozick publicó Explicaciones filosóficas, aún no traducido al castellano y sin embargo uno de los libros de filosofía capitales de nuestro tiempo, cuyo ob­ jeto es fundamentar el valor de la vida humana, la de cada cual, como un aporte único e irremplazable al vastísimo cuadro de la Creación. Explicacio­ nes filosóficas fue leído por una cantidad sustancialmente menor de perso­ nas. Aquellos que lo leyeron, empero, difícilmente lo olvidarán. Robert Nozick ha vuelto a lo exotérico en estas Meditaciones sobre ¡a tri­ da cuyo primer borrador mimeografiado ya se distribuía en Harvard en 1986 bajo un título tentativo: "La filosofía de la vida". Basta un dato para corroborar el carácter exotérico de este nuevo libro de Nozick: no tiene no­ tas. En sus instancias esotéricas, el filósofo profundiza sin concesiones sus interrogantes, su investigación; en sus fases exotéricas, tiende puentes en dirección de los demás. Como era previsible, esta obra ya ha alcanzado a un vasto número de lectores en los Estados Unidos. A la inversa que Rawls, Nozick es un nómade intelectual. Mientras aquél es hombre de un solo libro, su monumental Teoría de la justicia publi­ cada en 1971, a la cual vuelve y de la cual parte una y otra vez, éste explora sin cesar nuevas fronteras invitándonos, de vez en vez, a acompañarlo. El li­ bro que el lector tiene entre sus manos, es una nueva invitación. Rawls es un escolástico, un hombre de la academia y de la universidad; Nozick vive i a fondo cada etapa, cada idea. Cuando desplegó un intenso interés por las religiones dedicándoles varios cursos, por ejemplo, se recluyó por un buen tiempo en un monasterio budista. Pensar no es sólo leer o escribir; también es vivir. Es imposible buscar en Nozick un sistema perfecto, acabado, ina­ movible. Lo de él es un viaje sin retomo. En este libro podrá advertirse, por ejemplo, cómo Nozick revisa su extremo liberalismo de los años Ochenta porque, después de absorber la experiencia Reagan, ha aprendido que si el Estado y sobre todo el presidente no transmiten a la sociedad una aguda preocupación por los que están peor, la sociedad se desliza hacia el egoís­ mo. El presidente tiene un irrenunciable liderazgo moral. He aquí una rei­ vindicación de la política en su papel de correctora y compensadora de los efectos sociales del capitalismo por parte de quien la había reducido al mí­ nimo absoluto en Anarquía... A partir de Meditaciones sobre la vida, Nozick volverá a lo esotérico. En verdad, ya lo está haciendo. Sus cursos más recientes en Harvard giran en tomo del nuevo tema que ahora lo apasiona: ¿hasta dónde es racional la ra­ cionalidad? Detrás de los impecables silogismos que indican la presencia de lo que más admiramos en Occidente, una mente "racionar, ¿hasta dónde no gravitan la intuición y lo inconsciente, la magia y la pasión? ¿Cuán racio­ nales somos los seres racionales? De estos interrogantes, de los cursos que ahora desarrolla en tomo de ellos, probablemente salga un nuevo libro se­ vero, riguroso, en la línea de Explicaciones.... Quizás ésta sea después de to­ do la vocación íntima de Nozick: abrir nuevas fronteras y, sobre todo, in­ quietar. Hay filósofos que nos aquietan con sistemas. Otros, nos inquietan con preguntas que desestabilizan a los sistemas. Aquellos que esperaban de Nozick un sistema liberal, los numerosos lectores de habla hispana que lo leyeron a partir de Anarquía... como quien lee la Biblia, también aprenderán con él que la Biblia pertenece a una dimensión probablemente superior, pe­ ro en todo caso no filosófica. También sabrán con él que un verdadero libe­ ral, no bien presiente la tentación del dogma, vuelve a indagar. Porque el liberalismo no es una doctrina sino la curiosidad fundamental que precede y sucede a las doctrinas, superándolas una y otra vez en ruta hacia el saber perfecto que nunca llegará, aun cuando alguna de esas doctrinas se llame a sí misma 'liberal". Mariano Grondona II Agradecimientos Este libro sufrió muchas revisiones y estoy muy agradecido a mis ami­ gos y familiares por sus comentarios y su estímulo. Eugene Goodheart, Bill Puka y Stephen Phillips leyeron varias versiones del manuscrito y brindaron extensos y útiles comentarios y consejos; Emily y David Nozick mantuvie­ ron el interés y la curiosidad; Hilaiy Putnam, Sissela Bok, Harold Davidson y Robert Asahina insertaron serviciales comentarios o advertencias en diver­ sas ocasiones. Mi esposa, Gjertrud Schnackenberg, cuidó del libro y de mí. La realización tardó cuatro años y comenzó con una estancia de un mes en Yaddo en 1984-85, durante un año sabático de Harvard; se completó durante otra licencia de un año, 1987-88, pasada en Roma merced a la hos­ pitalidad de la American Academy de Roma. Yo preparaba este proyecto desde 1981. Una etapa temprana de pensamiento fue respaldada por una beca de la Sarah Scaife Foundation, y la última etapa por una beca del Na­ tional Endowment for the Humanities. Revisé intensamente el manuscrito durante una estancia en la Villa Serbelloni, centro de estudios de la Rockefe- 11er Foundation en Bellagio. Agradezco la ayuda de estas instituciones. 1 Introducción Quiero pensar sobre el vivir y lo que es importante en la vida, para clarificar mi pensamiento y también mi vida. Sufrimos la tendencia —y en esto me incluyo— a vivir en piloto automático, ateniéndonos a perspectivas y propósitos que adquirimos tempranamente, sólo con ajustes menores. Sin duda, perseguir irreflexivamente objetivos tempranos sin modificarlos de­ masiado acarrea ciertos beneficios, una ganancia en ambición o eficiencia, pero también hay una pérdida, pues andamos por la vida guiados por la imagen inmadura que nos formamos en la adolescencia o la primera adul­ tez. Freud describió reveladoramente los fuertes y persistentes efectos de una edad aun más temprana, señalando que los apasionados deseos del ni­ ño, su limitada comprensión, su ámbito emocional restringido y sus recur­ sos limitados se fijaban en su vida emocional y sus reacciones adultas y con­ tinuaban afectándolo. Esta situación es (cuando menos) insatisfactoria: ¿di­ señaría usted una especie inteligente continuamente modelada por su in­ fancia, una especie cuyas emociones no caducaran ni estuvieran sometidas a estatutos de prescripción? Algo parecido se aplica a la primera adultez. No es una afrenta para los jóvenes adultos pensar que ellos no podrían saber entonces lo suficiente para fijar o comprender el rumbo de una vida. Sería triste que no se pudiera aprender nada importante sobre la vida a lo largo del camino. La vida o el vivir no constituyen un tópico especialmente atractivo pa­ ra los filósofos. Si nos desafían a solucionar problemas específicos y resol­ ver paradojas o interrogantes agudos de cierta magnitud, a abordar o modi­ ficar estructuras intelectuales complejas, podemos bosquejar una teoría, lle­ var principios intuitivos a consecuencias sorprendentes y realizar malaba- rismos intelectuales, satisfaciendo claras pautas de éxito. Sin embargo, pen­ sar sobre la vida es como digerirla, y la comprensión más plena que esto produce no se parece a cruzar esforzadamente una línea de llegada sino al crecimiento. Las meditaciones filosóficas sobre la vida presentan un retrato, no una teoría. Este retrato puede estar constituido por elementos teóricos: interro­ gantes, distingos, explicaciones. ¿Por qué la felicidad no es lo único que im­ porta? ¿Cómo sería la inmortalidad y qué objeto tendría? ¿La riqueza here­ dada se debería legar a través de muchas generaciones? ¿Son válidas las doctrinas orientales de la iluminación? ¿Qué es la creatividad y por qué la 11 gente posterga la iniciación de proyectos promisorios? ¿Qué se perdería si nunca sintiéramos emociones pero aun pudiéramos tener sensaciones pla­ centeras? ¿Qué efecto ha tenido el Holocausto sobre la humanidad? ¿Qué anda mal cuando una persona se interesa principalmente en la riqueza y el poder personal? ¿Puede una persona religiosa explicar por qué Dios permi­ te la existencia del mal? ¿Qué valor especial tiene el modo en que el amor romántico altera a una persona? ¿Qué es la sabiduría y por qué los filósofos la aman tanto? ¿Cómo interpretar la brecha entre ideales y realidad? ¿Algu­ nas cosas existentes son más reales que otras, y podemos nosotros volver­ nos más reales? No obstante, la concatenación de estos retazos teóricos constituye un retrato. Pensemos en la sensación de plantamos ante un retra­ to pintado —por ejemplo, una obra de Rafael, Rembrandt o Holbein— y permitir que habite dentro de nosotros. Pensemos también en la diferencia entre esto y la lectura de la descripción clínica de una persona, o una teoría psicológica general. La comprensión que se obtiene al examinar una vida llega a impreg­ nar esa vida y dirigir su rumbo. Vivir una vida examinada es realizar un au­ torretrato. El Rembrandt que nos mira desde sus últimos autorretratos no es simplemente alguien que tiene ese aspecto sino alguien que también ve y se sabe así, con el coraje que ello requiere. Lo vemos conociéndose a sí mismo. Y él mira gravemente a quienes lo vemos mirarse tan gravemente, y esa mi­ rada no sólo lo muestra ante nosotros como alguien que se conoce, sino que aguarda pacientemente a que también nosotros nos conozcamos a nosotros mismos con la misma franqueza. ¿Por qué la fotografía de una persona no posee la profundidad de un retrato pintado? Ambos encaman diferentes cantidades de tiempo. Una fo­ tografía es una "instantánea", háyase posado o no para ella; muestra un momento particular del tiempo y cómo luda esa persona en ese instante, qué mostraba su superfide. Durante las largas horas en que alguien posa para un retrato, en cambio, muestra una gama de rasgos, emociones y pen­ samientos revelados bajo diferentes luces. Combinando diversos atisbos de la persona, escogiendo tal aspecto, una tensión de los músculos, un destello de luz, una profundización de las arrugas, el pintor entrelaza estas pordo­ nes de superficie, nunca antes exhibidas simultáneamente, para producir un retrato más pleno y más profundo. El retratista puede seleccionar un di­ minuto aspecto de todo lo que se mostró en un momento para incorporarlo a la pintura final. Un fotógrafo podría tratar de imitarlo, aislando y super­ poniendo aspedos de muchas fotografías del rostro en diversas ocasiones; ¿podrían estas diminutas elecciones resultar en una fotografía final que al­ canzara la plena profundidad de una pintura? (Vale la pena intentar el ex­ perimento, al menos para identificar qué hay de especial en la pintura en contraste con los procesos fotográficos más manipulados: qué aportan, por ejemplo, las tonalidades especiales del óleo y la resonancia táctil de los di­ versos modos de aplicar y construir la pintura.) Sin embargo, durante las horas que pasa con su modelo, un pintor puede, llegar a conocer cosas que la superficie visible no mostraba —qué dijo la persona, su conducta ante los 12

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