Ariel Petruccelli Materialismo histórico: interpretaciones y controversias PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 55 0055//0088//22001100 2233::2244::1199 ©De esta edición, Prometeo Libros, 2010 Pringles 521 (C11183AEJ), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Tel.: (54-11) 4862-6794 / Fax: (54-11) 4864-3297 [email protected] www.prometeoeditorial.com Cuidado del texto, diseño, diagramación y edición técnica: Taller de Edición/Espinosa [email protected] [email protected] (54 11) 15 3557 1492 ISBN: 950-9217-.... Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Prohibida su reproducción total o parcial Derechos reservados PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 66 0055//0088//22001100 2233::2244::1199 ÍNDICE Prólogo ............................................................................9 I. En las huellas del materialismo histórico .................................13 II. La primacía de las fuerzas productivas: una crítica ....................25 1. La primacía de las fuerzas productivas según Gerald Cohen ......25 2. La tesis del desarrollo ...................................................33 3. Acerca de la racionalidad ...............................................39 4. Acerca de la escasez .....................................................48 5. La escasez en la historia .................................................56 6. La tesis del desarrollo ante la evidencia empírica ..................67 7. ¿Las fuerzas productivas explican el carácter de las relaciones de producción? ..............................................................72 8. Regresiones de las fuerzas productivas: ¿una rareza? ..............82 9. Interpretaciones tecnológicas “débiles”...............................89 10. Excursus: Gerald Cohen y el “giro normativo” .....................98 11. Algunas conclusiones ................................................102 III. Puesta a prueba de la teoría: decadencia y caída del Mundo Antiguo ...............................................................105 IV. Marx y la primacía de las relaciones de producción ................133 1. ¿Era Marx partidario de la primacía de las fuerzas productivas? ................................................................133 2. La primacía de las relaciones de producción en la obra de Marx .....................................................................136 3. Independencia de las relaciones de producción ...................141 7 PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 77 0055//0088//22001100 2233::2244::2200 V. La primacía de las relaciones de producción: una defensa ..........151 1. Correspondencia y determinación ..................................151 2. El problema de la primacía ...........................................159 3. Fuerzas productivas y relaciones de producción: marco conceptual ..................................................................169 4. Estructura económica, relaciones de producción, fuerzas productivas .................................................................183 5. El carácter primario de las relaciones de producción ............195 VI. El materialismo histórico como “pluralismo asimétrico” ...........203 1. Relaciones de producción: clase, género, etnia, Estado .........204 2. ¿Fuerzas productivas o lucha de clases?: una falsa disyuntiva ....219 3. Sobre la lucha y la conciencia de clase ..............................229 4. Monismo y pluralismo ................................................232 5. Alternativas a las clases ................................................241 6. Primacía no reduccionista de las relaciones de producción .....244 8 PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 88 0055//0088//22001100 2233::2244::2200 Prólogo El presente estudio es, a un tiempo, una conclusión y una introducción. Es la culminación de un prolongado esfuerzo por desarrollar y sistematizar una interpretación del materialismo histórico basada en la primacía de las relaciones de producción, contrapuesta por igual a las interpretaciones ortodoxas que conce- den la primacía al desarrollo universal de las fuerzas productivas, cuanto a las concepciones voluntaristas y en buena medida idealistas que hacen hincapié en la lucha política de clases. El primer fruto de este intento fue Ensayo sobre la teoría marxista de la historia,1 una obra en la que el empeño está concentrado en una re-conceptualización de las categorías marxistas de fuerzas productivas y relaciones de producción, basada tanto en un estudio exhaustivo de la obra de Marx como en el análisis y la crítica de las conceptualizaciones dominantes. En aquel trabajo la obra de Gerald Cohen, La teoría de la historia de Karl Marx: una defensa, constituyó una referencia ineludible, tanto para discutir y criticar su elogiada estructura conceptual cuanto para invalidar su interpretación tecnológica del materialismo histórico (que en verdad es la expresión más sofis- ticada de una concepción ortodoxa). Pero la primera tarea –esto es, la discusión de las categorías– concentró con creces el mayor espacio y el más sostenido esfuerzo, mientras que la segunda –la elaboración de una interpretación general alternativa– fue abor- dada más escuetamente. Con este libro me propuse concluir esa 1 A. Petruccelli, Ensayo sobre la teoría marxista de la historia, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 1998. 9 PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 99 0055//0088//22001100 2233::2244::2211 Ariel Petruccelli segunda tarea apenas esbozada en el ensayo anterior. Las presentes páginas contienen, pues, una discusión intra-marxista en la que se procura elaborar una crítica a ciertas concepciones dominantes (en particular las deterministas tecnológicas) y desarrollar una interpre- tación alternativa que creo se halla en la base de muchas obras de la historiografía marxista –entre las que, a mi juicio, se cuentan las mejores–, pero que no parece haber sido adecuadamente expuesta en términos teóricos. Pero este libro es, sobre todo, la introducción a un estudio considerablemente más extenso, cuya finalidad es explorar las encrucijadas ante las que se encuentra el materialismo histórico en el panorama intelectual contemporáneo. Aunque legítimo en sí mismo, este escrito forma parte de un proyecto intelectual más vasto y arriesgado: evaluar y analizar qué tiene para decir el mate- rialismo histórico ante los desafíos divergentes planteados por las diversas vertientes intelectuales que han dominado el campo en los últimos años. La tarea consiste en una exploración y un diálogo crítico con la sociología histórica de autores como Giddens y Mann; el giro lingüístico en filosofía y sus derivas anti-realistas, anti-re- presentacionistas y anti-objetivistas; la nueva “filosofía narrativista de la historia” impulsada por White y Ankersmit; los desarrollos de la historia pos-social; o la supuesta alternativa encarnada por el posmarxismo de Laclau y Mouffe. De todo esto me ocupo en El marxismo en la encrucijada.2 Aquí la misión es otra. Consiste en la tarea preliminar de identificar y sistematizar una determinada interpretación de la teoría marxista de la historia, exponiéndola de la mejor forma posible. Sólo ulteriormente se podrá poner en tensión esta teoría con sus rivales contemporáneas. La travesía recorrida en ambas obras demandó unos doce años de trabajo. Las deudas intelectuales contraídas en ese lapso, obvia- 2 A. Petruccelli, El marxismo en la encrucijada, Buenos Aires, Prometeo, 2010. 10 PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 1100 0055//0088//22001100 2233::2244::2211 Prólogo mente, son demasiado numerosas como para poder dejar debida constancia de todas ellas; aunque las más importantes serán detalla- das en El marxismo en la encrucijada. No quisiera dar por culminado este breve prólogo, sin embargo, sin mencionar al espacio colectivo sin cuya existencia es posible que estas páginas jamás hubieran sido escritas. En medio de lo que Omar Acha ha definido como un desierto intelectual, el círculo El Fracaso ha sido el pequeño e ignoto oasis de la estepa patagónica –tierra de ancestrales luchas y de nuevas resistencias– en el que un puñado de aventureras y aventureros intentamos aunar política y poesía, acción y reflexión, marxismo y posmodernismo, ironía y revolución, humor y seriedad, multiculturalismo y universalismo, ciencia y utopía. Walvg kvyen, 2009 xipantu mew, Newken waria, Wajmapu ñi Puel mew3 3 Luna de los Primeros Frutos del Verano de 2009, Ciudad de Neuquen, en el Este del Territorio Mapuche. 11 PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 1111 0055//0088//22001100 2233::2244::2211 PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 1122 0055//0088//22001100 2233::2244::2222 I. En las huellas del materialismo histórico La concepción materialista de la historia ha ocupado un lugar central en las discusiones sobre Marx y el marxismo. Si sus parti- darios solemos decir que el materialismo histórico es una ciencia de la historia, sus detractores acostumbran calificarla de pseudo- ciencia. Pero Marx mismo no escribió ninguna obra sistemática en la que expusiera su concepción. Podría suponerse que este vacío favorecería la pluralidad de interpretaciones; y si bien es cierto que las hubo variadas y contrapuestas, también es verdad que rápidamente se estableció una suerte de “consenso ortodoxo”, curiosamente compartido por partidarios y adversarios: la lectura del materialismo histórico en clave tecnológica. Durante mucho tiempo hubo un acuerdo prácticamente unánime respecto de que el Prefacio a la Contribución a la crítica de la Economía Política (1859) constituía la exposición más acabada –si bien somera– del mate- rialismo histórico. Tomando como base este escrito, los siguientes puntos fueron considerados notas fundamentales de la teoría mar- xista de la historia: 1. La concepción que supone que el entero proceso histórico está orientado por una tendencia universal al desarrollo de las fuerzas productivas, las cuales, al entrar en contradicción con las relaciones de producción que les habían servido como marco de desarrollo hasta ese momento, tienden a produ- cir el derrumbamiento de esas relaciones ya ineficaces, y su reemplazo por otras. 13 PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 1133 0055//0088//22001100 2233::2244::2222 Ariel Petruccelli 2. La distinción entre una base (económica) y una superestruc- tura (jurídico-política e ideológica) y la atribución de una indiscutible prioridad explicativa a la primera. 3. La tesis de que el ser social determina la conciencia social. 4. El establecimiento de una serie de etapas por las que atrave- saría el desarrollo social; etapas concebidas como sucesivos modos de producción, a saber, antiguo, esclavista, feudal, capitalista y socialista. La teoría esbozada en el Prefacio –aunque en particular la combinación de los puntos 1 y 4– tiene todos los atributos de las filosofías substantivas de la historia: se ocupa de la entera aventura humana, pasada, presente y futura; al tiempo que presume que la historia conduce teleológicamente hacia una meta definida.4 Estas características dan un sentido de inevitabilidad al triunfo del socia- lismo (objetivo político del marxismo revolucionario), que parece colocarlo más allá de los deseos, acciones, motivaciones y luchas de los hombres y las mujeres. Algunos marxistas, intentando matizar el férreo determinismo tecnológico del Prefacio, alegaron que debía ser complementado y/o contrastado con lo que Marx y Engels afirmaron en 1848 en el Manifi esto del Partido Comunista: “la historia (escrita) de la humanidad es la historia de la lucha de clases”. Y aunque no faltaron quienes se inclinaron a priorizar abiertamente la lucha de clases, por lo gene- ral lo hicieron sin desautorizar expresamente al célebre escrito de 1859. Otros pensaron, en fin, que el Prefacio y el Manifi esto cons- tituían algo así como las dos almas del marxismo: la determinista y la voluntarista. El problema, desde luego, consistía en establecer 4 A. Danto, Historia y narración, Barcelona, Paidós, 1989, p. 29; M. Mandelbaum, The Anatomy of Historical Knowledge, Baltimore, John Hopkins University Press, 1977; G. W. F. Hegel, Filosofía de la historia, “Introducción”, Buenos Aires, Clari- dad, 2008. El problema de la existencia de una filosofía sustantiva de la historia en Marx se aborda más extensamente en El marxismo en la encrucijada. 14 PPeettrruucceellllii((MMaatteerriiaalliissmmoo))--ffiinnaall--..iinndddd 1144 0055//0088//22001100 2233::2244::2222