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Marxismo y dialectica de la naturaleza PDF

103 Pages·2017·30.19 MB·Spanish
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= PINOS NUEVOS ROGNEY PIEDRA ARENCIBIA Marxismo y dialectica de la naturaleza . ~a. ----------C~ -Cien-cia-s So1ciales1 11111 ROGNEY PIEDRA ARENCffiiA Marxismo y dialectica de la naturaleza Rompi6 de pronto el sol sabre un clara del bosque, y all(, a/ centelleo de Ia luz st'ibita, vi par sabre La yerba amaril/enta erguirse, en tomo al /ronco negro de los pinos cafdos, los racimos gozosos de los pinos nuevas: ;Esos somas nosotros: pinos nuevas! JosE MARTi Unilmonos, unGmonos a tiempo, que todos mtestros corazones palpiten como sifuesen uno solo y as{ wzidos, nuestras veinte capitales se trocardn en otras tantas centinelas que, al divisar a/ orgulloso enemigo cuando este les pregunte: zQuien vive? le respondan wuinimes, con tada la fuerza de los pulmones, jLa America Latina! MANUEL UGARTE EDITORIAL DE CIENCIAS SOCIALES, LA HABANA, 2017 Jurado Virgilio L6pez Lemus, presidente del jurado Jorge Angel Hernandez Raidel Aroz Escaneado por Gabriel Torres Beregovenko A mi hijo, Gabriel, el tlnico materialista dialectico que todav{a usa paiiales. Edici6n y correcci6n: Lilli am Rodriguez Berlanga Diseno de cubierta: Seidel Gonzalez Vazquez Ajuste de diseno y composici6n digitalizada: Jdalmis Valdes © Rogney Piedra Arencibia, 2017 © Sobre Ia presente edici6n: Editorial de Ciencias Sociales, 2017 ISBN 978-959-06-1917-5 INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO Editorial de Ciencias Sociales Calle 14, no. 4104, entre 41 y 43, Playa, La Habana. Cuba [email protected] PR6LOGO Tengo el gusto de presentar al lector el resultado de Ia pasi6n investigadora de un autor joven, comprometido con Ia ciencia y maduro en sus reflexiones. No es, sin embargo, un libro para cualquier lector. Presu pone uno interesado en el dcvenir hist6rico del marxismo, el Iugar de Federico Engels en el, y el debate en tomo a esta fi gura y varios conceptos centrales iO no?, en Ia teorfa de Marx. Un debate que ha tenido Iugar en el pensamiento marxista a lo largo de 170 afios se requiere entonccs un lector, que sin ser necesariamente un especialista o un estudiante de ciencias sociales, este interesado en sumergirse en los argumentos y contra argumentos, aOadir informaci6n y pensar par sf mismo. Es un libro apasionado, donde el autor trabaja con las herra mientas propias de Ia ciencia y Ia filosoffa. Combinaci6n extraiia esta, que despierta Ia sospecha de Ia ciencia social ra· cionalizadora. Para ella, involucrar Ia pasi6n y el compromise social son pecados capitales de los que deberfamos distanciar nos. Y no obstante, todos sabemos que no hay obra ciemffica sin el inten~s genuine del investigador que sacrifica tiempo, esfuerzo, y se involucra con todo su ser espiritual en ella. La diferencia de Ia raz6n cientifica con el subjetivismo y con Ia escritura libre, consiste en que para sostener las tesis y postu lados que se enuncian, el autor debe comprometerse crftica mente con lo investigado (acontecimientos y lecturas), y con los argumentos que han sido expuestos previamente par Ia VII comunidad academica, para volver sobre ellos y reelaborarlos nc a Ia filosofia, a! pensamiento politico y social, a su historia, para construir los nuevas. y a Ia de una vertiente tan rica, diversa, controvertida y actual, A diferencia de las ciencias experimentales, donde los como Ia que emana del pensamiento de Carlos Marx. fundamentos paradigmiiticos remiten a procedimientos de Noes equivalente hablar del marxismo como ciencia, como comprobaci6n objetivables, en las ciencias sociales y las hu doctrina y como ideologia, pero es inevitable referirse a los manidades, no es posible prescindir de Ia argumentaci6n y trcs, pues el marxismo se manifiesta, cobra forma, en los tres. contra argumentaci6n. El sustento no radica ni en "hechos"' Y no solo que el marxismo ha generado y se presenta a Ia vez incontrovertibles, ni en Ia imerpretaci6n Jibre y "certera" de como teorfa, doctrina e ideologfa, sino que lo haec en estrecho un autor iluminado. Radica en Ia responsabilidad con que se y controvertido vfnculo con Ia polftica; adem3.s de ser parte reconstruye ese camino hist6rico de Ia configuraci6n de los inalienable de las estrategias b<isicas de Ia ciencia social con "hechos" y Ia argumentaci6n, de los cuales ningUn autor pue 'tcmpon1nea, en Ia que estti enraizado. Par eso es sumamen de prescindir. tc diffcil acercarse sin pasiones a Ia historia del marxismo, y A su vez, cuando el tern~ investigado involucra Ia polftica abordar cualquiera de sus aristas, mucho m:is Ia del vinculo Y Ia formaci6n de escuelas de pensamiento con notable in entre Marx y Engels, y el Iugar de Engels en el marxismo, que fluencia hist6rico-social, y completa actualidad en el debate es el caso de este libro. ideol6gico y polftico, noes posible construir una obra cientf Por otra parte, es tarea diffcil el ejercicio del pensamien fica que sea ajena al compromiso con determinada tendencia to te6rico y comprometido con el quehacer cientffico, en esta en el debate. epoca de confusiones, y abdicaciones polfticas posteriores al Sabemos que no es posible estudiar Ia historia del pen dcrrumbe del socialismo de Estado. Por un I ado, el fracaso de samiento politico social, o un fragmento de ella, sin que se nquel proyecto politico supuestamente basado en el marxis hagan presentes en cada conocimiento que se somete a escru mo, y ciertamente basado en una interpretaciOn de Ia teoria tinio los grandes sistemas de ideas: teorfas, doctrinas e ideo de Marx que es parte del marxismo, obliga a una reflexi6n logfas. Y aunque solemos asociar y reconocer a Ia polftica y crftica y a un compromiso sOlido con Ia argumentaci6n y Ia lo polftico como mediaci6n inmediata, en cada asunto social comraargumentaci6n cientffica. Por otra parte, no falta quien humane, seri'a err6neo reducir esta riqueza solo a mediacio hace escrutinio del pasado en busca de ideas olvidadas, mal ncs, intereses y motivaciones polfticas. Hay sicmprc mas en cl interpretadas o tergiversadas, sin percatarse que es ficil caer conocimiento social, desde el mito que reelabora el mundo en en Ia trampa que supone existentes en el pasado, respuestas el imaginario, hasta las elaboraciones mas te6ricas y depura hechas para el presente. No existe en el marxismo de Marx ni das, sin que falte Ia solidez del escrutinio empirico alii donde en el posterior, Ia interpretaci6n adecuada y las verdades ~ue es posible realizarlo. deben ser retomadas hoy para encauzar los procesos sociales Siempre es importante por ello, que en el estudio de lo por un rumba "luminoso". social, el compromise y Ia responsabilidad del autor se tra Aiiadase que parte de las confusiones proviene tambien de duzcan en honestidad academica, es decir, en capacidad de Ia desorientaci6n te6rica y el vaciamiento y falta de contenido comprender Ia ubicaci6n te6rica, hist6rico social y personal de positive que tienen algunos terminos de moda, como "socia Ia cual se parte. Y lo es, sobre todo, cuando el asunto concier- lismo del siglo xxt", y se completa un cuadro bien abigarrado. VIII IX Todo esto manifiesta Ia importancia de volver al pasado con montan a un segmento polemico en Ia historia del marxismo, una mirada crftica que permita repensar, reinterpretar, y re del cual no pocos autores extraen consecuencias y derivacio construir. Parte fundamental de Ia honestidad academica con ncs de arden te6rico. siste precisarnente en asumir el riesgo de errar a! tamar este La teodicea del marxismo se pregunta por Ia historia del camino inevitable. marxismo desde el angulo de su diversidad,las tendencias que Que un profesional joven, egresado de Ia educaci6n supe han tenido preeminencia en el, Ia oposici6n entre elias, y ellu rior precisarnente en este perfodo convulse investigue por sf gar que Ia filosoffa yen especial Ia dialectica tienen como cri mismo, desde sus circunstancias y proceso de aprendizajes, teria delimitador. Se trata de una controvertida historia, pues esta complejfsima trama; que preste atenci6n al pasado para si bien es cierto y destacable el papel de autores como Lukacs comprenderlo, no para encontrar en eJ respuestas que ilumi para que se prestase atenci6n a las diferencias entre Marx y nen el presente y el futuro de rnanera definitiva, es alentador. Engels a prop6sito de Ia dialectica, Ia historia m<ls precisa de Y para el maestro que escribe este pr61ogo, motivo de orgullo c6mo ocurri6 todo esto en cada contexte es anterior a Lukacs, adicional al comprobar que el esfuerzo del colectivo de docen y tiene una relaci6n directa con Ia interpretaci6n del marxismo tes .encontr6 recepci6n y continuidad en Ia nueva generaci6n en Bernstein, y el contexte especffico de Rusia, Ia interpreta de au tares que desde Ia academia y apegados al rigor que ofre ci6n del marxismo en Plejanov, y el debate epistemol6gico en ce el trabajo te6rico, no pretenden explicar el presente desde el perfodo posterior a Ia primera revoluci6n rusa. el presente, sino que se preguntan (,de d6nde venimos?, para El vfnculo eli recto con Ia politica y Ia tensi6n entre Ia te6ri pronosticar hacia d6nde vamos, no para decimos hacia d6nde co. lo doctrinario y lo ideol6gico en el marxismo, no deben sin deberfamos ir. embargo, ocultar el problema filos6fico de base que nuestro Para quienes estudiamos Ia historia del pensamiento politi autor destaca, como antes hicieron los autores cl3sicos antes co social y del marxismo, este es un libra importante tambien, mencionados: Ia filosoffa del marxismo, su existencia real o porque pone sabre Ia mesa asuntos que durante aiios estuvie ficticia, y Ia interpretaci6n de si es o no, Ia dialectica -o cual ron solo a disposici6n de algunos lectores y no del pUblico interpretaci6n de ella-, Ia filosoffa del marxismo. No ha sido lector. Nuestra historia de asimilaci6n y divulgaci6n del mar poco ademas, el papel que hajugado en esta historia Ia traduc xismo en los ltltimos cuarenta aiios tiene tam bien sus secta rismos dogm<lticos, adornados de ideas y autores marxistas ci6n de los textos de Marx, en especial £1 Capital. omitidos. Las omisiones podrfan motivar que resulte sorpren Sabre Ia supuesta diferencia "radical" entre Marx y Engels dente para algunos lectores que se discuta min hoy acerca de nos adentra un poco mtis en el asunto que ha sido motivo de asuntos considerados "resueltos", y que este libra aborda pro diferenciaci6n, obsesiones y rupturas en el marxismo occi blematizados, como las diferencias, radicales o no, entre Marx dental, y devoci6n cuasi religiosa en el marxismo-leninismo y Engels, ellugar del trabajo en Ia teoria de Marx, Ia dialectica y sovietico. El autor de nuestro libra, quizcis con premura, pero el determinismo, Ia historicidad del pensamiento y Ia teorfa con suficiente claridad, coloca el dedo en Ia llaga y adopta del reflejo, o Ia relevancia del pensamiento dialectico. una postura en contra de lo que rotula como antiengelsianisrno Asf, este libro reU.ne siete escritos que, con Ia agudeza del marxista, y revisa con cuidado los argumentos que sostienen. ensayo polftico-social y el rigor del articulo cientffico, se re- Se nota, sin embargo, Ia ausencia de un procedimiento similar X XI en los argumentos de quienes en el marxismo sostienen Ia pos Jill csta secci6n, el rigor de nuestro autor, y el recurso de Ia tura contraria. pi'Ucba sobresalen frente a otras lnterpretaciones; como el caso Sobre este asunto tan delicado, convendrfa al lector con Uc NCstor Kohan, que pasa par alto, -y con ella amite y tergi siderar, que Ia colaboraci6n entre Marx y Engels no fue solo vorsa-, el pensamiento de Federico Engels. el resultado de una amistad. La correspondencia entre ambos El enfasis del marxismo en el trabajo noes una casualidad. muestra una colaboraci6n real e intercambio de ideas a lo lar Ill capitulo quinto del primer tomo de El Capital, ex plica Ia go de toda Ia vida, yen especial con respecto a £1 Capital. Y forma mas universal de pnktica, concepto fundamental, para no obstante, Ia existencia de diferencias, algunas de elias pro digmatico en el marxisrno. fundas, resultan inevitables en cualquier colaboraci6n intelec Engels zdeterminista? continUa Ia polemica acerca de Ia fi tual. No solo los intereses y Ia problem3tica polftica iluminan losorfa del marxismo y su relaci6n con resp ee to a Ia economla. nn este asunto con luces de colores que distorsionan, y se explica una epoca en que nos toea escuchar mil veces repetida Ia detalladamente en ellibro. upologfa capita\ista de Ia economfa y su centralidad en Ia vida Tambien hay un problema de base en el marxismo, que t-~ocial, Ia polemica sabre el determinismo econ6mico desde es Ia relaci6n con los amplios dominies de las ciencias, y Ia sicmpre atribuido al marxismo se reviste. Pareciera que un relaci6n del pensamiento te6rico con respecto a elias. Digo Marx y un Engels deterministas econ6micos le dieran Ia mana pensamiento te6rico y no filosoffa, para enfatizar lo delicado 111 neoliberalismo que apologiza al capitalismo contemponl de este asunto, pues para Ia epoca, filosoj(a significaba algo nco. Y no obstante, asi parece en las pnicticas polfticas que completamente distinto a lo que significa en nuestros dlas, y tnmbien desde Ia oposici6n al capitalismo enfatizan Ia centra puesto que no construfan sistemas filos6ficos, nuestros auto lidad de lo econ6mico, y descuidan Ia dialectica inherente a lo res se distanciaban del usa de ese termino. En El Capital, solo social, que noes reducible a unajerarqufa estructurada, donde se usa filosofia para referirse a otras filosoflas, LSignifica esto en Ia cima, Ia polftica y Ia economfa lo regulan todo. que no filosofaran y que no exista una filosofla real o posible o Sumamente polernico y Util, este ensayo nos in vita a pensar una interpretaci6n filos6fica posible desde el marxismo, con el Iugar de las relaciones de determinaci6n en el marxismo. centrada y expuesta, por ejemplo, en terminos como dialecti Ccntrado en Ia polemica dentro del marxismo con respecto ca? En Ia pregunta esta Ia sustancia te6rica de un debate que nl asunto y al pensamiento de Engels, podrfa ayudar al lec par su rostra politico confunde y desvfa todavia en nuestros tor, dar una mirada al contexte contempor!lneo de las teorias dfas, pero que no puede ocultar que una dialectica de Ia natu cicntfficas y las interpretaciones filos6ficas de Ia ciencia, que raleza no es un simple afladido interpretative: va en relaci6n han aportado formas completamente nuevas y desconocidas directa con Ia pregunta porIa filosoffa del marxismo, y Ia idea para el siglo XIX y para muchos autores marxistas contempo marxista de que el mundo tiene orden y esta regido por !eyes. riineos, que centrados en Ia sociedad y de espaldas a Ia natura El vfnculo naturaleza-hombre: el trabajo nos presenta un lcza y las ciencias naturales, ignoran estos avances. Conviene as unto fundamental, objeto de crfticas fundadas y otras no tan I'Ccordar que el interes de Marx y de Engels en Ia ciencia no to. iExagera el marxismo el papel deltrabajo? wuede consi responde exclusivamente al valor descriptive que puedan te denlrsele unajilosoj(a (y de nuevo emerge Ia palabra maldita) ner estas form as de generaci6n de conocimientos. No hay que centrada en el trabajo y descuidada con respecto a lo demas? olvidar que Ia ciencia de Ia segunda mitad del siglo XIX es una XII XIII ciencia que alcanza desarrollo te6rico, y que estaba mas avan <,;~.;pto central en una teorfa, y es una debilidad compartida por zada en ese plano, que Ia mayor parte del conocimiento social. <1uienes se han involucrado en esta polemica. Noes fortuito en esas circunstancias que Ia ciencia tenga para Pero indudablemente, en el caso del marxismo, el reconoci el marxisrno originario un valor especial. Yen Ia acrualidad, miento de Ia centralidad de uno u otro concepto noes solo una cuando Ia ciencia y Ia tecnologfa son igualmente producci6n cucsti6n te6rica. Es un asunto que hist6ricamente ha configu de conocimiento te6rico y a Ia vez, motor de Ia transformaci6n rado tendencias dentro del marxismo. Y clara esta, nose trata pr3ctica y productiva, siguen teniendo. para el marxismo un de que sea o no necesario optar entre pnictica o materia, sino valor relevante entre todas las formas de actividad humana las consecuencias que esto tiene para una comprensi6n solo productoras de conocimientos. del mundo social (practica), o del mundo en general (materia). Si existiera alguna duda acerca del vfnculo entre Ja natu Esta polemica tiene indudables malices escolasticos y po raleza y Ia sociedad, mas alia del trabajo y las ciencias; asf liticos. Convendrfa, para una profundizaci6n en esta aguda como Ia necesidad de pcnsar Ia dialectica de Ia naturaleza y ',. problematica, que el lector volviera la mirada hacia los textos Ia sociedad, convendrfa acercarse tambien a las ciencias y las dond e Marx ex pone su comprensi6n de Ia materia social (rela filosoffas contemponlneas. Elias Jes han prestado atenci6n, y ciones sociales materiales). Fue una gigantesca anticipaci6n, descubierto, que aunque los procesos y las sustancias de los pues en su epoca el concepto de materia se asociaba al de sus procesos sean tan distintos y distantes como lo son, en efecto, tancia (masa final en reposo), y Ia ciencia natural lleg6 a una Ia estampida de una manada, y una situaci6n de emergencia comprensi6n distinta de Ia materialidad, cercana a Marx, solo par incendio en una sala de teatro, las dinUmicas subyacentes a fines del siglo XIX. Para Marx, materia noes "cosa", y plan pueden ser las mismas. Desafortunadamente, rnuchos autores tendo asf el asunlo, Ia relaci6n deja de ser ontol6gica. El plan contempor3neos, tan apegados al estudio de Ia sociedad hu teamiento gnoseol6gico significa que hasta en Ia comprensi6n mana que no disponen de tiempo ni de espacios para dar una de este concepto tan general, Ia idea de Ia praxis y Ia relaci6n mirada al estado de las ciencias, ignoran complemmente estes cognosciti va humana est<l en Ia base gnoseo16gica. Par eso, avances, y lo nuevo y sorprendente que Ia ciencia contempo siempre que se han contrapuesto en las interpretaciones de nlnea nos presenta con respecto a los determinismos concebi- Marx los conceptos de materia y praxis, se ha pagado el pre bles y presentes en Ia naturaleza y Ia sociedad. cio de no comprender, que para Marx estaba ya absolutamente claro, que Jo que decimos del mundo no es el mundo, es ape El concepto cellfral del marxismo: praxis "o" materia nos nas el resultado de nuestra relaci6n material-cognoscitiva con remite a otro de los aspectos mas controvertidos de Ia pole el. El malentendido que reduce el alcance del planteamiento mica en rorno a Engels. Aunque sigue siendo un asunto filo de Marx solo a lo social, o que lo ontologiza, sin embargo, s6fico, el giro de Ia polemica es hacia Ia centralidad o no de nos acompafia, y es posible que todavfa nos acompafie mucho ciertos conceptos en Ia teorfa de Marx y el marxismo. tiempo mas, pues el debate rara vez alcanza altura filos6fica, Salta para este lector Ia pregunta £.CS necesario que una y sucumbe ante los intereses de las interpretaciones polfticas. concepciOn te6rica, en este caso el marxismo, gire en torno a La historicidad deL pensamiento y la teorfa tiel rejlejo colo determinado concepto? Plantearse Ia centralidad de Ia practica ca ante nosotros uno de los problemas mas llevados y trafdos o Ia materia pasa par alto que no tiene por que existir un con- en Ia crftica a Engels: Ia teorfa del reflejo. XIV XV El aut or nos sumerge en Ia polt~mica que ha despenado este mologfas complejas, el pensamiento del Sur y las epistemolo as unto en el marxisme, las crfticas a Engels por asumir supues gfas del Sur, que dan cuenta de Ia diversidad epistemol6gica tamente pesturas de realismo ingenue, y el vfncule que existe del mundo. El estudio que nos presenta este ensayo en el libra entre objetividad e historicidad. No queda muy clara, sin em podrfa muy bien tener continuidad en esa direcci6n, ya sea bargo, el valor intrfnseco de Ia idea del reflejo, como marco por el autor en textos futures, o par los lectores en su propia para plantearse Ia relaci6n cognoscitiva, y su contrapesici6n indagaci6n. a las ideas constructivistas. Si colocamos Ia atenci6n en los Dialectica en Ia naturaleza pone el punta final a este inte extremes que representan el reflejo especular y el censtructi resante y polemico libra, y nos adentra en detalles de Ia po vismo radical, hay una enorme distancia entre ellos. Todos los Iemica acerca de Ia relaci6n entre marxismo y ciencias, Ia autores marxistas se han colocado en algU.n punta intermedio importancia de las ciencias yen especial de aquellas que estu en esa relaci6n. Tambien Marx, que tiene imponantes memen dian Ia naturaleza. Por eso Ia imponancia del vfnculo, presente tos donde combina Ia comprensi6n del conocimiento como re en Engels y enfatizado en este libra, entre lo hist6rico y lo presentaci6n y como construcci6n. dialectico en Ia naturaleza. Habria que decir, en favor del marxismo en general, que si Queda un poco fuera de Ia perspectiva que se presenta, el algunas tendencias como el rnarxismo-leninismo desviaron Ia hecho incontrovertible de que todas las ciencias, incluidas atenci6n hacia el !ado mas representacionista, mientras otras, aquellas que estudian Ia naturaleza, son sociales e hist6ricas, y como Ia filosoffa de Ia praxis se situaron mas hacia el extrema consecuentemente, ebjeto del mas genuine interes para quie de Ia construcci6n, ninguna se coloc6 completa y absoluta nes pretendan una comprensi6n total izadora, sea esta Ia dia rnente en esos extremes. Y Ia raz6n para ella radica en el pen Jectica, o cualquier otra. Y a! adentrarse en los detalles de Ia samiento de Marx, que trafa ya una comprensi6n mixta, muy polemica entre marxistas, queda tambien un poco fuera de Ia avanzada para Ia segunda mitad del siglo XIX. No hablo en este perspectiva que se aporta, el cambio radical que han tenido caso de una contradicci6n, sino de una mixtura, que deneta las ciencias desde Ia segunda mitad del siglo xx: un cambia Ia presencia en Marx de conceptos cempletamente cltisices paradigm3.tico que reafirma Ia dialectica de Ia naturaleza. Pero Y comprometidos con Ia idea de Ia existencia de un mundo esta nueva reafirmaci6n es a Ia vez una ruptura radical con objetivo y ordenado, regido por !eyes (como es el caso de for ideas heredadas de Ia racionalidad ch'isica, como Ia del arden maci6n econ6mico social), y conceptos que hoy podrfamos preestablecido o universal, o "dado" en Ia .. naturaleza" y Ia considerar no clasicos, comprametidos con Ia idea de que el "rcalidad"; o Ia de aquella dialectica parametrada en las for arden del mundo aparece en Ia medida en que ese mundo "se mas heredadas de Ia filosoffa hegeliana con las cuales Marx hace" o "se construye" (materia social, determinaci6n de Ulti confes6 que "coqueteaba" en£/ Capital, con las que Engels se ma instancia). Y somas nosetros con nuestra actividad, quie comprometi6 bastante en textos como el Anti Diihring, y que nes panicipamos de esa construcci6n. fueran canonizadas por el Diamat en el marxismo-leninismo. Pueste el asunto en t6nninos contemponlneos, no estaba Un apartado relevante es el de Ia bibliografia que referenda tan errado Marx al evitar los extremes. Asf interpreto Ia cer el autor. Es la evidencia inequfvoca de una selecci6n cuidado canfa que existe en este delicado asunto epistemol6gico entre sa de fuentes y autores, de interes adicional para el lector que Marx y las ciencias contempor3neas, las teorfas y las episte- decid.a revisarla. Seguir Ia bibliograffa referenciada le ayudarfi XVI XVII

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