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Martha Sosa PDF

20 Pages·2014·6.53 MB·Spanish
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Historias de Vida: Martha Sosa 2 Historias de Vida Martha Sosa EL TEJIDO FINO DE MARTHA SOSA. Coordinación: Rita Borquez Elaborador Por: Elisa Weiner Diseño y Diagramación: Corporación PROCASUR 3 Martha estaba dispuesta a ir en ese instante al lugar en donde Aprender de las abuelas habían encontrado la paja. “Es, estoy segura que es, vamos ahora mismo”. Tenía en sus manos varios cogollos de paja de En Pedregal Grande el tejido en paja es una labor de mujeres. color verde que la Directora de Artesanías del Gobierno Regional Hubo un tiempo en el que los hombres también tejían pero luego de Piura le había entregado para que le dijera si era o no toquilla. esta práctica se perdió y los conocimientos sobre el tejido se Antes de ella varias mujeres habían dicho que no, que con eso fueron transmitiendo al interior de las familias solo entre mujeres. no se tejía nada. Finalmente la comitiva había llegado a donde Hoy las cosas están cambiando y los hombres están descubriendo Martha quien luego de abrir algunas tramas los miró emocionada que ayudando a sus esposas en el tejido del sombrero podrán y les dijo con certeza que esa era realmente paja toquilla nacida lograr más ingresos para la familia. Aun así, en Pedregal Grande, en el Perú. la historia del tejido del sombrero le pertenece a las mujeres. En sus palabras la historia del tejido en paja toquilla es un relato María Martha Sosa –hoy con 43 años- se crio con su madre, sus épico. Martha, la mujer de los sombreros de paja de Pedregal tías y sus abuelas en el pueblo de Pedregal Grande en la costa Grande que aprendió a tejer a los siete años carteritas pequeñitas de Piura. “Este es tejido de los ancestros que se ha transmitido con el junco verde que crece en los canales de los campos de de generación. Ellas desde muy jovencitas se han dedicado al cultivo, nunca se imaginó que llegaría tan lejos con el arte de tejido del sombrero, desde sus abuelas y tatarabuelas”. Así sus manos. Martha, la mujer que exportó diez mil sombreros; la aprendió ella, viendo cómo lo hacían las demás y siendo parte que convocó a decenas de mujeres para elaborar el sombrero de las costumbres que en ese tiempo existían alrededor del de paja más grande del mundo para registrarlo en el Libro de tejido con paja. Las abuelas tenían sus secretos, dice Martha. A Records Guinness; la que empezó con veinte mujeres dentro de los siete años, cuando empezó a tejer, sus abuelas le frotaron su asociación y terminó convocando a trescientas; la que enseña lombrices en las manos. Con los ojos cerrados, para no ver el a hacer sombreros a presos de máxima seguridad en el Penal animal, Martha tuvo que frotar las lombrices durante dos horas y a mujeres con discapacidad; la que ha ganado más de diez hasta que murieran. Y así tres veces. Las lombrices permitían primeros puestos, más de siete medallas y que ha sido noticia lograr un tejido fino. Solo así el sombrero les saldría “bien doble, en los periódicos locales muchísimas veces. Martha, la mujer que bien parejito”, porque el sombrero doble es un buen sombrero, reconoció la paja toquilla y con ello logró cambiar el mercado y mientras que el sobrero suave que no tiene peso no está bien la calidad de la artesanía hecha en paja, renovando al mismo hecho. tiempo la producción de paja toquilla en la sierra de Piura. Su historia es excepcional, pero es también la historia de muchas mujeres que como ella viven de la paja. Su historia nos habla de una fuerza imparable por crecer como persona y como profesional, pero buscando que ese camino de realización propia le sirva a otras para alcanzar sus sueños. 4 Historias de Vida La finura del sombrero también tenía que ver con la luna. “Para Nuevos aprendizajes y trabajo organizado que salga un buen sombrero había que esperar que la luna salga, que esté la luna en crecimiento cuando van a cortar el carrizo “La primera vez que hice un sombrero con un diseño diferente o a cortar el monte, para que así se pueda trabajar un buen tenía 16 años”. Hasta ese momento todos los sombreros que sombrero con los secretos de la luna”. En esa época solo se había hecho Martha eran de modelo clásico y de color natural. tejían sombreros. Una persona puede hacer un sombrero a la La paja no pasaba por ningún proceso, solo se tejía. Hasta que semana, pero en la época de las abuelas “se velaba el sombrero” apareció una señora que le pidió que le hiciera sombreros calados para lograr hacer dos por semana en madrugadas en las que las y carteras con tapa. Como Martha nunca lo había hecho utilizó mujeres tejían alumbradas bajo la luz de las velas. un modelo que la señora le dejó. De ese modo ella aprendió a hacer diseños diferentes y a producir no solo sombreros sino Los primeros tejidos de Martha a la edad de siete años fueron también otros artículos utilitarios. carteritas pequeñitas que hacía con las tramas que encontraba cuando salía a “travesear”. Había aprendido a tejer, como todas en aquella época, con el junco verde de las chacras y luego había pasado a la paja toquilla. Primero hizo un abanico para “ventear” el fuego de las cocinas a leña y carbón de la época. Luego aprendió a deshilachar la paja, a sacar cuatro hilachas de una trama para que salga un buen sombrero. Entonces hizo su primer sombrero: un sombrerito “los tarritos” al que le dicen “huambrerita” por ser pequeñito. En ese tiempo empezó a estudiar la primaria. Siempre llevaba paja al colegio. En los recreos tejía; se hacía carteras para En el momento en el que su trabajo empezaba a dar un giro, llevar sus útiles; monederos; bolsos para los cuadernos. Todo decide casarse a los 18 años enamorada del hombre que sería pequeñito. No podía parar, era como un vicio. Al terminar la padre de sus gemelas, Lady y Julissa que hoy tienen 24 años. primaria dejó el colegio y aprendió corte y confección, pero no Estuvieron juntos solo dos años. El hombre la maltrataba, “me le gustó. De ahí aprendió el tejido a crochet. Eso le gustó más salió malo” dice Martha, “no le gustaba que yo trabajara el pero no podía dejar el sombrero. Tanto era su gusto por la paja sombrero, me quitaba los materiales, me los botaba”. Fue el que empezó a tejer a crochet con paja y lana. Su madre le decía único tiempo en el que Martha no pudo tejer libremente como lo que no se podía mezclar paja con lana. Pero para Martha esa había hecho desde los siete años. Cuando se separó de su marido “era su manera como niña, así yo me inspiraba”, relata. Entonces sus hijas tenían seis meses y a partir de ese momento Martha empezó a dedicarle más tiempo a los sombreros. Cada semana volvería a tejer ya no solo por su amor a la paja, sino también terminaban de tejer y ella junto con su madre y sus tías los para poder mantener a sus hijas y a ella misma. El tejido, al ser llevaban al Percal para venderlos. A los catorce años ganó su una práctica principalmente de las mujeres, es una actividad que primer concurso en sombrero fino y se dio cuenta de que lo que ellas mimas reivindican como una vía para sobrevivir de forma hacía tenía valor. Entonces se esmeró más, los hacía más finos, autónoma en una sociedad machista en la que muchas de ellas, más flexibles, le dedicaba más tiempo y cariño a los sombreros. como Martha, han tenido que separarse de sus parejas por Así empezó una relación con la paja y con los sombreros que haber sido víctimas de violencia. tendría innumerables ramificaciones. 5 Por eso, cuando Martha empezó a ir nuevamente al Percal a la que participaron, Martha recuerda la vergüenza que sintieron vender sus sombreros, se encontró con que lo que compartía de mostrar sus productos: “La primera vez que nos invitaron con sus amigas, que como ella llegaban a ese lugar cada a exponer nuestra artesanía sinceramente nos sentíamos semana, no solamente tenía que ver con el comercio de los avergonzadas, nos daba mucha vergüenza, nos avergonzábamos sombreros sino también con las historias, poco felices, que de exponer el producto, nos escondíamos de las personas. Era cada una vivía dentro de su matrimonio. Las unía un oficio y una vergüenza tremenda porque nunca habíamos exhibido los también un impulso de lucha y una fuerza que se expresaba productos solo habíamos llegado al Percal”. Fue en esa feria en en el temple de los sombreros que tejían. Fue así como un la que hicieron contacto con la ONG Asociación y Desarrollo que grupo de veinte mujeres decidieron que era mejor trabajar de a partir de ese momento inició un trabajo con ellas para lograr forma organizada y en 1997 crearon la “Asociación de Artesanas su formalización como asociación, facilitándoles el proceso de de Pedregal grande” con Martha como presidenta. El día de inscripción en registros públicos y brindándoles capacitación hoy la asociación congrega a trescientas mujeres. En la zona en diseño y acabados para mejorar su trabajo. Una profesora existen otras cinco asociaciones conformadas solo por mujeres les enseñaba la teoría y les mostraba modelos dibujados o en dedicadas al tejido en paja, sin embargo, la articulación entre fotografías, pero no les enseñaba a tejerlos, así que ellas mismas éstas no se ha producido. Para Martha, el fracaso que han tenían que trasladar los modelos al tejido. Como Martha ya había tenido los intentos de lograr una articulación mayor se derivan tenido la experiencia de trasladar diseños a la paja solo con de la competencia que existe entre las organizaciones. En vez mirarlos, no le fue tan difícil hacerlo: “yo me las ingenié y saqué de traerles mayores beneficios, estos procesos han terminado los modelos y diseños que hasta ahora tenemos, toda una rama produciendo situaciones de acaparamiento de un grupo por de colores, una rama de acabados”. Fue así que terminó siendo sobre otro; utilización del colectivo para ganancias individuales; contratada por la ONG para que ella misma les enseñe a sus poca coordinación, etc. compañeras. Formar parte de una asociación es importante, entre otras Luego la escogieron para que participe en diversas pasantías cosas, porque permite involucrarse en procesos de producción en la sierra y en la selva del país. Un hecho importante de ese más grandes. Las asociaciones reciben grandes pedidos y eso momento fue el viaje que hizo Martha al Ecuador como parte de significa trabajo. En Catacaos, la Municipalidad ha impulsado una pasantía. El país del norte, tan cercano a Piura, es uno de la organización de las artesanas. En otros distritos vecinos, los más representativos en la confección de sombreros así que en cambio, esto no se ha producido de la misma forma. era fundamental aprender la técnica que ahí utilizaban. Aquella Martha también ha participado en promover la articulación de vez la curiosidad de Martha se dirigió sobre todo al proceso de tejedoras en distritos como La Arena, pero no encontró el apoyo cosecha y trabajo de la paja toquilla, de la materia prima. En institucional suficiente. Para ella, lograr que otras mujeres se esa época la paja toquilla que se usaba en el Perú venía del , organicen significa avanzar en el posicionamiento del tejido en así que era interesante ver cómo se trabajaba ese material en paja como una actividad económica rentable que le sirve a la su estado natural: “Como yo ya sabía tejer yo me metí a ver mujer para salir de la pobreza. la planta, me fui con los agricultores y empecé a mirar cómo hacían los procesos” (…) “cuándo lo sacan de la chacra los En el caso de la “Asociación de Artesanas de Pedregal Grande”, agricultores, cómo cosecharlo cuando está maduro, cuándo desde un inicio, la Municipalidad de Catacaos las apoyó y las está verde, cómo cocinarlo, cómo deshilacharlo, cómo cortar empezó a invitar a ferias y exposiciones. De la primera feria en los palitos, en todo eso me he capacitado”. Años después, este 6 Historias de Vida aprendizaje que Martha resalta en su relato, le serviría para Nuevos mercados: exportación y empresa cosechar los primeros cogollos en tierras peruanas. Años después la ONG dejó de trabajar en Piura para concentrarse en zonas de la sierra y la selva del País. Otras ONG como Manuela Ramos e IDEAS entraron a trabajar a Pedregal, sin embargo, luego de Asociación y Desarrollo no hubo ninguna que tuviera la misma importancia en el desarrollo de la asociación y el aprendizaje de artesanas. Es por ello que en los últimos años la asociación funciona de forma autónoma y sostenible gracias a la venta de los productos que las tejedoras elaboran. Además cuentan con el apoyo del Gobierno Regional, de la Municipalidad de Catacaos y de Piura. La actual gestión regional, en particular, ha mostrado un gran interés en apoyar el tejido fino de sombreros. En 2012 aprobó por una ordenanza regional el uso obligatorio del sombrero de ala ancha para toda la población con la finalidad de que las personas estén protegidas del fuerte sol piurano, e inició una campaña para difundir la importancia que tenía su uso para la salud. A nivel nacional el sombrero de Catacaos también ha vivido uno de sus mejores momentos al ser declarado, en mayo de 2013, Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura. En 2005 Martha y cientos de tejedoras exportarían diez mil Pero a inicios del presente siglo la situación del sombrero era sombreros de paja Toquilla a Estados Unidos en lo que sería diferente. Las ventas eran bajas, el sombrero se había dejado la más grande movilización de tejedoras en la zona y la mayor de usar, la competencia con productos chinos era mayor y en exportación de sombreros tipo Chalán que se hubiera producido ese contexto las tejedoras de Pedregal Grande sufrieron una en la región. Nunca antes había producido una cantidad tan crisis importante. Cuando se formalizaron en 1997, la asociación grande, no conocía los dólares y nunca había conducido a tantas recibía un pedido de cien sombreros al mes, pero en ese momento tejedoras. Sin embargo todo salió bien. Ese primer pedido de la producción descendió significativamente. Sería a mediados de exportación, hecho por un empresario peruano residente en la década pasada que la historia daría un giro fundamental con Texas que conoció en una de las feria en Piura, sería el inicio el inicio de la exportación de sombreros de paja. de la ampliación del mercado de sombreros y otros artículos de paja producidos por Martha y por muchísimas mujeres piuranas. Empezó con una entrega de mil sombreros. Salvo por algunos errores en el manejo de los papeles para poder exportar, el proceso de producción había sido un éxito. Las ganancias habían sido muy buenas y las tejedoras habían logrado salir de la crisis en 7 la que se encontraban. Aún así, frente a los nueve mil que faltaban de un llamado público que hizo Martha a través de una emisora por producir Martha pensó que sería imposible: “yo le dije que del pueblo. No solamente participaron las trescientas mujeres no le iba a aceptar porque era demasiado el pedido y no sabía si que forman parte de la Asociación, sino muchas más mujeres la gente me iba a cumplir o no y que podía terminar mal, porque tejedoras de diferentes distritos de la zona que no están al momento del contrato él me hacía firmar”. Pero finalmente asociadas. aceptó. El empresario le ayudó a organizar un cronograma de Toda la casa de Martha estaba llena de petates en los que entrega y eso le permitió creer que era posible. Mientras volvía decenas de señoras tejían sombreros. A cada tejedora le pagaba a casa luego de haber recibido en su cuenta bancaria el 50% por sombrero y esto las motivaba a aumentar su producción del adelanto, Martha pensaba con mucha preocupación en lo semanal involucrando a otros miembros de su familia en el que se había metido: tenía poca experiencia; tenía que mover a tejido. De pronto al finalizar la semana una tejedora podía la gente; tenía que conseguir nueve mil paquetes de paja – uno aparecer con ocho sombreros. De ese modo llegado el mes de por sombrero- nueve mil moldes, etc. Había que organizarse. diciembre lograron tener nueve mil sobreros embalados listos para ser enviados a Texas. Una vez cumplido el pedido, Martha le preguntaría al empresario texano cómo así había confiado en ella: “Don Manuel ¿qué me miró que usted confió en mí y depositar tantísimo dinero a mi nombre? Me dijo: no, yo tengo muchos años exportando y yo conozco la mirada de las personas, yo te conozco que eres una persona seria, buena y que nunca vas a fallar, y mira, me cumpliste, como mujer y con muchas mujeres. Y ahora mira, ya no tienes miedo, si te dicen quinientos no hay problema”. Cuenta Martha que en esa época su casa no era como hoy hecha de material noble, sino una construcción más humilde y rústica. Es decir, vivía en una situación muy precaria que podía no ser garantía de que pudiera cumplir con un encargo de tal dimensión. Sin embargo, muchas personas seguirían confiando en ella. Dos amigos piuranos le ayudaron en la tramitación de papeles: Luego de esta experiencia llegarían otras hasta consolidar un pago de impuestos, certificado de la Cámara de Comercio, guías mercado externo importante que ayudaría significativamente a de remisión, emisión de facturas, aduanas. Esta vez no habría la economía de Martha y a la de muchas mujeres de Pedregal fallos. Una amiga le ayudó a cambiar los dólares a soles. Una Grande. Las ferias ayudaron mucho en la generación de contactos de sus hijas se encargó del control de calidad y la otra del pago y oportunidades, pero también el internet. La exportación de los semanal a las señoras. Así se inició una producción en serie diez mil sombreros y dos años después las condecoraciones que que no paró de junio a diciembre cuando los sombreros fueron recibiría, fueron noticia en los periódicos locales y eso haría que embalados y enviados a Texas. La única forma en la que esto se Martha también se hiciera conocida en las redes. De ese modo pudo hacer realidad fue congregando a la mayor cantidad de la contactó, por ejemplo, una empresaria israelí que hasta el mujeres. Nunca antes el tejido de sombreros había involucrado día de hoy le hace pedidos de flores y floreros cada quince días tantas manos a la vez. Las mujeres fueron convocadas a través 8 Historias de Vida para venderlos en su tienda: “ella ahorró solo para venir desde con mayor rapidez. A esto habría que agregar que desde el Israel a mi casa para conocerme a mí y conocer cómo hacíamos año 2000 Martha formó una empresa que se llama “Artesanías el trabajo, porque a ella le habían dicho que lo hacíamos con una Mis Gemelas” con la marca “Pedregal Perú”. Bajo este nombre máquina, no sabía que lo hacíamos con la mano. Es por eso que responde principalmente a los pedidos de exportación cuando el ella ha valorado el producto y no deja de pedir”. La empresaria cliente requiere que la venta sea hecha por una entidad privada Israelí vende los productos bajo la descripción de hecho a mano con fines de lucro. Cuando el cliente quiere realizar una compra y en el Facebook de Martha se pueden ver las fotos de las flores a la asociación entonces la venta sale a nombre de esta. Si bien y floreros en las estanterías de la tienda de Jerusalén. ambos espacios tienen un carácter diferente, en tanto la empresa es exclusivamente de Martha, el funcionamiento es similar pues siempre se va a requerir la participación de las tejedoras ya sean de la asociación o independientes y en ese sentido implica una ganancia para las tejedoras por sombrero producido. Si trabajan como empresa, señala Martha, implica otros gastos: el envío, el IGV, el pago del contador, etc. En el caso de la asociación se considera una inversión de la ganancia para garantizar un fondo común: “Lo que ganamos como asociación, por decir, un sombrero cuesta 70 soles, a la tejedora se le paga 70 soles pero si no hay fondo le pagamos 68 soles. Ahora tenemos un fondo como asociación de una materia prima, tenemos material, se les entrega el material para hacer el sombrero. Por ejemplo, si son 100 sombreros se les da 100 paquetes. Entonces cuando entregan el sombrero se les descuenta el material y ese fondo es para mantener el material, para no dejar perder ese capital.” Otro beneficio de trabajar como asociación es que pueden ser beneficiarias de capacitaciones en diseños, acabados, manejo de precios, etc. Ya sea como asociación o como empresa, la producción dirigida por Martha ayuda a dinamizar la economía de muchas mujeres tejedoras de Pedregal. Como veremos más adelante, cultivar la relación con las tejedoras, el compartir y enseñar a otras son principios fundamentales para la Además de Israel y Estados Unidos, su mercado internacional sostenibilidad de este trabajo colectivo. se extiende a España y Ecuador. Con sus diferentes clientes establece contacto a través de internet y los pedidos los recibe a través de correo electrónico. Sus hijas le ayudan a gestionar su página de Facebook y sin duda el acceso que tiene a internet desde su casa le ayuda a concretar los acuerdos comerciales 9 habían transmitido las mujeres de su familia. Eran muchos los La recuperación de la paja toquilla y su nueva motivos que impulsaban a Martha a apostar por esa planta. dinámica comercial La motivaba el hecho de que ya no dependerían de la paja ecuatoriana; que ya no tendrían que pasar por los avatares “Me emocioné cuando supe que había paja allá. que significaba sacar materia prima de otro país: el pago de Cuando yo descubrí que había esa materia prima favores a los controladores de aduanas, el miedo a perder el que es nuestra herramienta de trabajo”. material, el peligro que corrían en cada trasladado hasta llegar a las fincas de los campesinos ecuatorianos, tomando tres Hasta el 2012 las mujeres de Pedregal Grande tejían con paja autobuses y dedicando hasta tres días en un viaje agotador. La ecuatoriana. La especie denominada toquilla de la que están motivaba también enseñarle a los campesinos de La Capilla cómo hechos los típicos sombreros del norte del Perú se hacían procesar ese material para que pudieran venderlo y mejorar su con materia prima importada. Pero no siempre fue así. La economía. Ese acto de reconocimiento que parecía tan simple, paja se había mantenido oculta y olvidada como parte de las desencadenaría una serie de acontecimientos que nadie había transformaciones sociales que se dieron en el campo durante la previsto para la economía de la región. década del sesenta. Antes de la reforma agraria, en los campos de la sierra de Piura crecía paja que era cosechada para elaborar los sombreros que los antiguos hacendados usaban. Cuando la propiedad pasó a los campesinos de la zona el uso de esa planta se fue perdiendo porque no sabían donde vender la paja, hasta que se olvidó totalmente y fue tratada como maleza. Luego vinieron los pájaros y se sentaron en las plantas dejando su guano y botando unas pepitas rojas de las que nacieron las plantaciones de café que hoy existen en esa zona. Para darle sitio al nuevo cultivo, los campesinos contrataban peones exclusivamente para cortar esas plantas silvestre que aparecían una y otra vez. Esta es la historia que le contó el señor Paulito Huamán –un campesino de la zona ya anciano y ciego- al grupo de estudiantes y funcionarios del Gobierno Regional de Piura que habían llegado a La Capilla, en el poblado del Higuerón del Fue así que empezó una movilización para lograr un pequeño distrito del Faique, a realizar una investigación sobre el café y que proyecto piloto que financiara un nuevo viaje a la sierra de una sin querer encontraron una planta que parecía ser paja toquilla. comitiva que incluía a autoridades del Gobierno Regional, de la Municipalidad de San Miguel del Faique y a Martha, con el objetivo La representante del Gobierno Regional recogió varios cogollos de identificar las plantas y procesar una cantidad que permitiera y los llevó a Pedregal Grande para que alguna mujer pudiera verificar que efectivamente era paja toquilla que sirviera para dar fe de la utilidad de esa planta. Y así fue como llegó a donde tejer. Martha fue contratada para evaluar la calidad de la paja y Martha quien no dudo en confirmar que esa planta era paja enseñarle a los campesinos de la zona a cosechar la planta y a toquilla. La certeza de Martha frente a aquella planta era el procesar el material. Cuando llegaron a la chacra de uno de los reflejo del conocimiento que generación tras generación se campesinos encontraron una gran cantidad de paja: 10

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la historia del tejido del sombrero le pertenece a las mujeres. María Martha Sosa –hoy con 43 años- se crio con su madre, sus tías y sus abuelas en el
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