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Manual de escritura académica: guía para estudiantes y maestros PDF

209 Pages·2006·2.983 MB·Spanish
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Raúl Vallejo MANUAL DE ESCRITURA ACADÉMICA Guía para estudiantes y maestros CORPORACIÓN EDITORA NACIONAL Quito, 2006 Primera edición: 2003 Séptima reimpresión ISBN: (10) 9978-84-329-9, (13) 978-9978-84-329-1 Derechos de autor 018409 • Depósito legal 002463 Impreso en el Ecuidor, agosto 2006 O Corporación Editora Nacional, Roca E9-59 y Tamayo, telf.: (593-2) 255 4558, 255 4658, 256 6340, fax: ext. 12, e-mail: [email protected], Quito-Ecuador Impresión: Edicioies Fausto Reinoso, Av. Rumipamba El-35 y 10 de Agosto, oí'. 203, Quito Supervisión editorial: Jorge Ortega • Diseño gráfico y cubierta: Edwin Navarrete " La ilustración de la portada se basa en la obra “Reptiles” de M. C. Escher ' Fotografía del autor: Alina Vera CONTENIDO Introducción 7 1. Barreras para la cultura de la investigación 11 2. Ética académica 16 3. Recomendaciones para evitar el plagio 19 4. Tipos de trabajos académicos 24 5. La monografía 28 6. Formato 36 7. Cómo citar las fuentes 42 8. Pautas para la redacción 52 9. Pautas para elaborar la bibliografía o lista de textos consultados 58 10. El párrafo: base de la escritura académica 73 1 li Tres cualidades de la escritura académica 88 12. El proceso de la escritura académica 95 13. Él ensayo de cinco párrafos 100 14. Modelos de ensayos académicos 120 15. El ensayo a base de ejemplos 123 16. El ensayo de comparación y contraste 133 17. El ensayo de persuasión 147 18. Criterios de evaluación de los ensayos académicos 160 Anexo 1 Recomendaciones para el uso no sexista de la lengua 167 Anexo 2 Modelo de monografía 172 Anexo 3 Modelos de ensayo 199 Textos consultados 209 El autor 211 INTRODUCCIÓN Estoy convencido de que la sistematización de la es­ critura académica es ya una necesidad que el sistema educativo tiene que asumir. Lastimosamente, tanto en la antigua escuela secundaria como en la universidad, he­ mos preferido la expresión escrita basada en la esponta­ neidad puesto que ella produce la ilusión de libertad. Como consecuencia de ello, hemos relegado la riguro­ sidad formal porque parecería -desde los prejuicios que la falta de método ha introducido en var ias generaciones de maestras y maestros-, la causa que inmoviliza la pa­ labra. En realidad, la práctica de la escritura académica nos descubre lo contrario. Es justamente la rigurosidad de la estructura aquello que nos permite movemos con absoluta libertad expresiva en el planteamiento y susten­ to de las ideas. Asimismo, es solo a partir del dominio de la forma como podremos en un futuro romper con la forma y escribir de tal manera que nuestro planteamien­ to construya desde sí mismo una forma expresiva pro­ pia. El problema se prolonga hasta la universidad porque en la escuela la escritura, tanto de carácter académico como de carácter creativo, carece de espacios de siste­ matización y práctica. Los esfuerzos que existen para cambiar esta situación son pocos y aislados y se ven fre­ nados por los prejuicios de las y los docentes frente al método. En la enseñanza de literatura, tanto en la edu­ cación general básica como en el bachillerato, hay quie- 8 nes se oponen a un método de análisis porque imaginan que va contra el desarrollo del gusto; y, sin embargo, se ha comprobado que entre más profunda es una lectura, gracias a las herramientas de análisis, mayores son las posibilidades de generar lectoras y lectores voraces. De igual manera, la falta de método para la escritura no ha contribuido a la libertad expresiva sino que, por el con­ trario, aquella carencia ha devenido en una especie de pánico escriturario y el estudiantado encuentra enormes dificultades para realizar sus trabajos, no tanto porque carece de ideas cuanto porque carece del vehículo ade­ cuado para expresarlas. Un problema paralelo es que la investigación, conce­ bida como materia, se incorporó al pénsum recién en los 80. Este ingreso tardío tuvo resultados poco satisfacto- ríos por la carencia de sistematización e integración del proceso de investigación como una práctica cotidiana a lo largo de los años escolares. Hoy, maestras y maes­ tros hemos concl uido que la investigación debe ser en­ tendida como una tarea permanente cuya práctica habrá de iniciarse desde los primeros años de escolaridad. No se trata de crear otra materia sino de generar una prác­ tica en las tareas sistema de evaluación debería considerarse además de pruebas, deberes y lecciones, un breve trabajo de inves- tigación por períi)do académico. Así, el alumnado que egrese del colegio, iniciado desde su niñez en el espíri­ tu inquisitivo, crejativo y crítico, enfrentará su etapa uni­ versitaria con una sólida mentalidad científica. La cultu­ ra de la investigación, en resumen, incluye a la escritu­ ra académica como su fundamental instrumento expre­ sivo. 9 Consciente de lo expuesto arriba, desde mi experien­ cia como inaestro, he concebido y dirigido varios pro­ yectos educativos destinados a crear uiia cultura de la in­ vestigación y a desarrollar las destrezas que requiere la escritura académica con resultados bastante exitosos. A partir de tales proyectos, desarrollé e:i este manual al­ gunos esquemas básicos que llevarán a quien los aplique hacia una escritura que sea clara en la exposición de las ideas, que sea fluida en su expresión, que sea precisa en el sustento de sus argumentos y que utilice un adecuado tono académico. Este manual es el resultado de mi experiencia docen­ te en el nivel secundario y universitario. Una primera versión la preparé, en 1997, para el Liceo Internacional. La segunda versión corregida, aumen:ada y adaptada a los requerimientos institucionales fue trabajada en el 2000 para el Colegio Alberto Einstein. En el 2002 pre­ paré una nueva versión para uso del estudiantado de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. En­ rique Ayala Mora, rector, Femando Balseca, director del área de Letras, y Luis Mora, director ejecutivo de la Corporación Editora Nacional, amigos y cómplices de varios proyectos editoriales, me animaron a preparar es­ ta versión concebida para su uso generalizado en nues­ tro sistema educativo. Este Manual de escritura académica no pretende de ninguna manera y por ningún motivo ser un texto de au­ toría original de quien lo ha preparado ya que para su elaboración he adaptado, ciertamente con mucha liber­ tad de mi parte, varias fuentes -todas ellas escrupulosa­ mente señaladas- a los requerimientos que considero in­ dispensables para nuestro sistema escalar. Este manual, 10 pensado para principiantes, ha sido elaborado con el fin de contribuir a lá práctica de una cultura de la investi­ gación en la escuela y sí pretende convertirse en un ins­ trumento de trabajo que guíe al estudiantado, sobre to­ do de los últimos grados de la Educación General Bási­ ca y del Bachillerato, en los fundamentos de la escritu­ ra académica y los aspectos formales que atañen a la presentación de los trabajos de investigación. Raúl Vallejo Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador Nayón, agosto de 2003 1. BARRERÁS PARA LA CULTURA DE LA INVESTIGACIÓN ■i Con el fomento de la cultura de lá investigación en las escuelas no solamente desarrollaremos la lectura comprensiva y la escritura académical, en tanto destre­ zas del lenguaje, sino que también fomentaremós y mantendremos la curiosidad científica del alumnado, cuestión indispensable para formar personas críticas; además, motivaremos el acercamiento sin prejuicios a las distintas fuentes de información de tal manera que entreguemos a nuestro país seres de visión amplia so­ bre el mundo y el tiempo de cambios continuos que les ha tocado vivir; y, finalmente, contribuiremos a la valoración de las diversas formas cuiturales del cono­ cimiento. Para conseguir todo ello, hay que sortear las siguientes barreras que entorpecen la expansión de una cultura de la investigación1: Etnocentrismo: consiste en erigir los valores y cos­ tumbres del grupo en que uno ha nacido y ha sido edu­ cado como normas de valoración de las conductas de cualquier otro grupo sociocultural. Es común, por Los obstáculos para desarrollar lo que he denominado una cultu­ ra de la investigación señalados en este apartado han sido resumi­ dos del ya clásico libro sobre la materia de Felipe Pardinas, Me­ todología y técnicas de investigación en Ciencias Sociales (Méxi­ co D.F., Siglo Veintiuno Editores, 1976): 4-6. Los ejemplos, sin embargo, son de mi cosecha. 12 ejemplo, pensar que el patrón de vida llamado occi­ dental y cristiano, debe ser el modelo que todas las culturas del mundo tendrían que seguir; que los cam­ pesinos deberían adquirir las costumbres de las perso­ nas de la ciudad para ser considerados ‘cultos’; que la gente de la Costa tendría que tener los modales de convivencia social que son practicados en la Sierra -o viceversa. Esta barrera nos conduce a otra denominada este­ reotipo, que consiste en una imagen no comprobada que desde la infancia nos ha sido formada, o hemos formado nosotros mismos, respecto de, particular­ mente, grupos étnipos, culturales, nacionales, etc. Así, se hace generalizaciones como que los europeos no se bañan, que los norteamericanos son ignorantes de lo que sucede en el mundo, que los judíos son per­ sonas obsesionadas por el dinero, que los costeños son vivarachos, que los serranos son taimados, que los co­ merciantes de tela libaneses estafan en la medida de los cortes, que los hombres no lloran, que las mujeres son chismosas, o que los maestros de escuela usan lentes y son jorobados. En realidad el estereotipo es­ conde prejuicios culturales ampliamente diseminados, Subjetivismo; consiste en juzgar los hechos obser­ vados tomando como base la afectividad, favorable o adversa, que una persona, un grupo o un hecho des­ pierta en nosotros, dejando a un lado las razones de nuestro juicio respecto de estos. Por ejemplo, si estu­ viéramos investigando el origen de los problemas li­ mítrofes que afectaron la relación de Ecuador y Perú durante más de siglo y medio, deberíamos despojar­ nos del sentimiento patriótico con el que hemos sido criados para no manipular los hechos históricos a fa­ 13 vor de la posición oficial de la cancil eria ecuatoriana sobre el asunto. Una variante del subjetivismo es e impresionismo, que consiste en afirmar de toda una clase de gente o de un grupo de hechos lo que únicamente nos consta de una persona, un pequeño grupo de personas o al­ gunos hechos particulares. En nuestro país, a raíz de la crisis bancaria del año 1999, se llegó a afirmar que todos los banqueros eran ladrones; de la misma for­ ma, se ha generalizado la idea de que todos los políti­ cos son corruptos. Autoritarismo: consiste en aceptar como verdadera una afirmación porque la ha dicho una persona de cierta importancia; no por las razones, experimento o investigación llevados a cabo por esa persona. Por lo general, utilizan este tipo de afirmaciones determina­ dos seguidores de ciertas tendencias: algunos marxis- tas-leninistas, al citar a Marx y a Lenirn ; o algunos psi- coanalistas freudianos al citar a Freud; o, por ejem­ plo, cuando se cita lo que dice Gabriel García Már- quez, que es un escritor de literatura,, sobre la políti- ca, las costumbres o la moda, como si sus opiniones en esas materias fuesen juicios irrebatibles. Otra forma de este obstáculo es el dogmatismo, que tiene que ver con el erigir fórmulas, que expresan co­ nocimientos, en verdades indiscutibles al margen del estudio, la crítica y la discusión. Se cae en dogmatis­ mo, por ejemplo, cuando se cita senjencias de libros religiosos, como la Torah, el Corán cj los Evangelios, y se pretende con ello finiquitar, de manera excluyen- te, cualquier debate. Estos obstáculos a la cultura de la investigación son, en términos generales, expresiones diversas y ex­

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