Alberto Flores Galindo LOS ROSTROS DE LA PLEBE * Crítica LOS ROSTROS DE LA PLEBE CRÍTICA/HISTORIA DEL MUNDO MODERNO Director: JOSEP FONTANA ALBERTO FLORES GALINDO LOS ROSTROS DE LA PLEBE Presentación de MAGDALENA CHOCANO CRÍTICA BARCELONA Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribu ción de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Cubierta: Joan Batallé Ilustración de la cubierta: fotografía de mediados del siglo xix. estudio fotográfico Courret Her manos (Lima). © 2001: Cecilia Rivera © 2001 de la Presentación. Datos biobibliográficos. Glosario y Cronología básica: Magdalena Chocano Mena © 2001 de la presente edición: Editorial Crítica, S.L., Provenga. 260. 08008 Barcelona e-mail: [email protected] http://www.ed-critica.es ISBN: 84-8432-289-0 Depósito legal: B. 38110-2001 Impreso en España 2001.—A&M Gráfic. Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona) PRESENTACIÓN La obra del historiador peruano Alberto Flores Galindo (1949-1990), que significó una renovación de perspectivas para la historia peruana y latinoa mericana, ha circulado de un modo restringido en España. Los estudios y en sayos aquí reunidos dan una idea precisa de los problemas que abordó a lo largo de su actividad como historiador. Se trata de estudios que examinan la formación de una sociedad particular la peruana, no limitándose a los mo mentos espectaculares y épicos como la conquista o las rebeliones, sino inda gando con profundidad en los procesos de cambio en las percepciones, los modos de entender la vida social y la historia, las condiciones de vida de las élites y de las mayorías. También brindan un punto de partida para conocer una tradición historiográftca y sus debates, los cuales no son un simple refle jo, más borroso y menos lúcido, de los debates planteados en la historiografía europea. Por el contrario, estos debates se enraízan en tradiciones culturales e historiográficas de largo aliento y con su propia racionalidad. Desde este pun to de vista, creemos que la obra de Alberto Flores Galindo es una salida a la «galería de los espejos» en que a veces se ha encontrado la mentalidad euro pea al entablar contacto con otras realidades.1 La historia de los países americanos es peculiarmente problemática por que sus semejanzas institucionales e históricas con las formas europeas allí implantadas desde hace quinientos años pueden llevar a no ver las tradicio nes culturales diferentes que allí también florecen e influyen. Asimismo, la existencia de formas propias y de una fuerte tradición autóctona puede lle var a concebir la identidad americana como algo absolutamente diferencia do, una «otredad» cerrada e inescrutable. Flores Galindo fue consciente de esta duplicidad del acontecer histórico en un país concreto: el Perú, y dedicó un esfuerzo paciente y sutil a captarlo. Le tocó cultivar la historia en una época especialmente desgarrada y a la vez sumamente prometedora para el país andino. En la década de 1970, el Perú se hallaba bajo una dictadura militar que en nombre de la reforma social se esforzó por encuadrar al movimiento po pular en una serie de aparatos burocráticos. El discurso nacionalista y el po pulismo del régimen concitaron la colaboración de algunos sectores izquier 1. Josep Fontana. Europa ante el espejo, Barcelona: Crítica. 1994, pp. 148-156. 8 LOS ROSTROS DE LA PLEBE distas, entre los que estuvo el Partido Comunista Peruano (que seguía las directrices de la antigua URSS), pero no logró convencer a multitud de fac ciones en que se dividía la izquierda peruana (guevaristas, maoístas, trotskis- tas). Fueron años en que una vez más los militares se fortalecieron econó mica y socialmente a costa de las mayorías, aunque una vez desgastados por el ejercicio del poder, dieron paso a la democracia y regresaron a sus cuar teles en 1980. El ciclo de violencia que se abrió en 1980 con la declaración de la «guerra popular y prolongada» por parte de la facción comúnmente llamada «Sendero Luminoso»,2 les dio un nuevo protagonismo bajo el man to de gobiernos democráticos, hasta que al despuntar el nuevo milenio los publicitados hallazgos de insólita corrupción les han hecho perder, por aho ra, el control de la vida pública del país. Alberto Flores Galindo no llegó a ver el desenlace de este ciclo político, pero publicó obras importantes para La historiografía peruana que marcaron el curso de los debates intelectuales de la década de 1990. Aunque las preo cupaciones que aparecen en su trabajo sólo pueden entenderse en el marco de esta situación y de las polémicas, a veces bizantinas, que desgarraron a la izquierda peruana, no lo encontraremos devanándose los sesos para deter minar los modos de producción predominantes en la sociedad peruana o si ésta tenía un carácter feudal o capitalista. Asumió los aportes del marxismo, pero para volcarlos en un proyecto intelectual de izquierda creador que exi gía la investigación constante. Con esa actitud hizo un gran servicio a los jó venes historiadores que se estaban formando y querían cultivar la historia como empresa de conocimiento y no de confirmación dogmática, pues los alentó a estudiar los diversos temas que la historiografía peruana tiene aún pendientes. Una preocupación central en la obra de Flores Galindo fue desentrañar la historia de los sectores populares. Para él, el «pueblo», como se solía decir en aquella época, no era una categoría abstracta sino un universo de análisis, una posibilidad de perspectivas nuevas y multiformes. Ensayó varios enfo ques para tratar de aprehender la experiencia popular que se podía desbro zar a través de los documentos de archivo: la «utopía andina» y la «plebe» fueron concepciones tentativas que utilizó para dar cuenta de la complejidad de una realidad cambiante. No se trataba de forjar «héroes» alternativos que sustituyeran a los héroes de la historia oficial; se trataba de poner en cues tión la misma noción de heroicidad que ha venido impregnando los discur sos populistas de izquierda y derecha, para centrarse en las condiciones de vida de las clases populares. Otra preocupación central de su trabajo fue in dagar en el papel del pensamiento y de los intelectuales en los proyectos de cambio social. Su curiosidad por la combinación entre lo autóctono y lo cos mopolita, entre lo popular y lo culto, no lo hizo restar un ápice de importan 2. Su nombre es Partido Comunista del Perú. Su sobrenombre de «Sendero lumino so», procede del lema que usaban habitualmente: «Por el sendero luminoso de José Car los Mariátegui». Su línea política se inspiraba también en Mao Tse Tung. PRESENTACIÓN 9 cia al estudio de las percepciones de los sectores populares para entender la historia peruana. Los artículos que hemos seleccionado en esta compilación obedecen gros- so modo a un orden cronológico. El primer texto, «Europa en el país de los incas: La utopía andina»,3 nos adentra en el tema de la «utopía andina»,4 for mulación que tendría un fuerte impacto en el medio intelectual peruano susci tándose una polémica sobre su contenido. Era habitual entonces que los histo riadores, en especial los llamados etnohistoriadores, se refirieran a la «cultura andina» como una entidad que había permanecido intacta pese a la coloniza ción. En cambio, para Flores Galindo lo importante era entender la historia de esa cultura examinando la conciencia campesina como memoria histórica pe culiar, generadora de una identidad cultural, que no permanece en un estado puro, siempre idéntica a sí misma, sino que es una forma de entender el mundo y de enfrentarse a sus injusticias. Encontró allí la raíz de una mitificación del pasado fundada en la idealización del imperio incaico como un proceso que acompañó la resistencia al régimen colonial. Estudió cómo en distintos mo mentos de la era colonial los portadores de esta idealización colectiva trataron de plasmarla en la historia misma, subrayando que no existía una utopía, sino varias utopías: la variante culta de los llamados intelectuales, la utopía aristo crática de los caciques y la desplazada nobleza inca, la utopía criolla, influida por la ilustración, la variante popular y anónima, transmitida oralmente a tra vés del tiempo. En la constitución de estas utopías históricas, el olvido de lo local y el «recuerdo» dulcificado del imperio inca constituyó un particular te jido de la memoria colectiva campesina que se fue desarrollando durante el si glo XVIII para culminar en la gran rebelión de Túpac Amaru.5 Con el siguiente estudio, «Los rostros de la plebe»,6 cambiamos radical 3. Apareció este trabajo (Lima. 1986) como anticipo del libro del que forma parte: Buscando un Inca: identidad y utopía en los Andes (La Habana: Casa de las Américas. 1986). ganador del premio Casa de las Américas, y del cual se realizaron varias ediciones corregidas y aumentadas (Lima, 19872,19883: México, 19934). 4. Alberto Flores Galindo publicó «Utopía andina y socialismo». Cultura popular. n° 2 (1981). pp. 28-35. Posteriormente publicó con Manuel Burga. «La utopía andina». All- panchis (Cuzco), vol. xvii, n° 20 (1982). pp. 85-101. Manuel Burga ha examinado la utopía andina, definida básicamente como restauración inca, en su obra Nacimiento de una uto pía: muerte y resurrección de los incas (Lima. Instituto de Apoyo Agrario. 1988). 5. Además de la obra pionera de Carlos Daniel Valcárcel Esparza, La rebelión de Túpac Amaru (México, 1947), esta rebelión ha sido exhaustivamente estudiada por Scar- lett O'Phelan. Un siglo de rebeliones anticoloniales: Perú y Bolivia. 1700-1783 (Cuzco) Centro Bartolomé de las Casas. 1985) y La gran rebelión en los Andes: De Túpac Amaru a Túpac Catari (Cuzco) Centro Bartolomé de las Casas, 1995). 6. Este estudio fue primero publicado en la Revista Andina (1986), de donde lo he mos extraído. Después se integró en Aristocracia y plebe: Lima 1760-1830 (Lima. Mosca Azul Editores, 1984), libro basado en su tesis doctoral. Hay una segunda edición titulada La ciudad sumergida: aristocracia y plebe en Lima. 1760-1830 (Lima, Editorial Horizonte. 1991). Un comentario más extenso de la obra puede verse en M. Chocano, «Aportes y li mitaciones de una visión del siglo XVIII peruano. Debate», Allpanchis (Cuzco), vol. XXII. >26(1985), pp. 275-285.