Los pueblos y ** / f señoríos teocrátMi c9 os El periodo de las ciudades urbanas Segunda parte Los pueblos y señoríos teocráticos El periodo de las ciudades urbanas Segunda parte México, panorama histórico y cultural, VIII Coordinador de la serie: Ignacio Rernal Coordinador del volumen: Román Pina Chán Alfonso Medellín Zenil/José García Payón/Adela Ramón Lligé/Román Piña Chán/ Amalia Cardós/Noemí Castillo Tejero Los pueblos y señoríos teocráticos El periodo de las ciudades urbanas Segunda parte Instituto Nacional de Antropología e Historia Portada: diseño de Sergio Fernández Bravo. Ilustración: Diosa “13 serpiente" con el numeral que le da nombre. Monte Albán, Oax. Primera edición: 1976 © Instituto Nacional de Antropología e Historia Córdoba 47 México 7, D. F. Impreso y hecho en México/Printed in México I. La costa del Golfo Alfonso Medellín Zenil Las culturas del centro de Veracruz A l finalizar el periodo denominado Remojadas Inferior, en el cual se inician los centros ceremoniales, el territorio del centro de Veracruz se encontraba poblado por numerosos grupos que man tenían relaciones con el Altiplano Central, y parece que de esta zona partieron algunas influencias que contribuyeron a la inte gración de la cultura teotihuacana, pues en Tolome, municipio de Paso de Ovejas, se han encontrado cabecitas de barro del tipo Teotihuacan I, que podrían ser antecedentes de las de ese centro ceremonial (lámina 1). Estas figurillas, que corresponden al periodo Remojadas Su perior I, y sus materiales plásticos, conservan numerosos elemen tos del periodo anterior; pero se distinguen por la aparición de nuevas formas de expresión, como el vigoroso realismo en la es cultura antropomorfa, las actitudes dinámicas, la indumentaria, etc., todo lo cual acusa un evidente progreso que culminará en el siglo vi de la era cristiana. Durante este periodo, que podría llamarse Totonaco Clásico temprano, los grupos humanos continuaron usando los mismos centros ceremoniales de sus antecesores; pero los ampliaron y los recubrieron con piedra labrada o sin labrar, en forma de taludes superpuestos, erigiendo los primeros basamentos piramidales de la, costa central veracruzana. En esta época sigue utilizándose la técnica del pastiilaje y casi desaparece la incisión en la escultura en barro, continua el uso del chapopote o asfalto, siguen algunas formas de vasijas con asa vertedera, así como los tipos cerámicos: rojizo, negro, guinda y café pulido, que son característicos del periodo anterior, y la 9 Lámina 1. Gabecita de barro del tipo Teotihuacan I, encon trada en Tolome, Veracruz, la cual podría ser antecedente de las del centro ceremonial de Teotihuacan. 10 cerámica de esta nueva fase es más fina, mejor cocida, más deco rada, acusa mayor dominio de la técnica y revela más amplios contactos culturales. La escultura en barro es de tipo realista. Las figuras pueden ser sólidas, pero predominan las huecas de tamaño grande; nos muestran mujeres con el pelo recogido en turbantes y enredos, luciendo faldillas y ceñidores, collares y orejeras (láminas 2, 3 y 4), con algunos toques de pintura de chapopote, característica del centro de Veracruz. Otras figuras visten el quechquémitl, rectan gular o redondeado, que cae sobre una falda larga. Casi todas ellas van descalzas. Entre las representaciones masculinas se observan guerreros con escudo y macana o maza, con especies de yelmos en la cabeza, barbiquejos y con el rostro pintado de negro (lámina 5); y tam bién se han encontrado mazas de piedra en sitios como El Ca rrizal. Los dioses narigudos, llamados así por la prominencia de su nariz, son el resultado de una larga evolución que viene desde el Preclásico; el personaje, que representa al Sol, aparece de pie o sedente, tocado con un penacho en el que se destaca como distintivo un ave que desciende con las alas desplegadas y las plumas de la cola abiertas en forma trapezoidal (Medellín, 1960: p. 69). Estos dioses son más realistas mientras más antiguos, y más abstractos durante el Clásico (lámina 6), expresándose los ojos por medio de hendeduras almendradas y las caras a veces son más grandes que el cuerpo, muy simplificado. Pueden ser femeninos y son comunes en Remojadas, Tenenexpan, Tolome, El Tejar y muchos otros lugares de la costa central. Otros rasgos del Clásico temprano son la costumbre femenina de vestir únicamente falda o cuéitl, dejando el torso desnudo, práctica que persistió entre los popolucas y nahuas de la zona íst mica, y ciertos monolitos en forma de cabeza humana, como los de La Vigía en Soledad de Doblado, los de Remojadas, Polva redas y Santa Bárbara en el municipio de Manlio Fabio ¿\lta- mirano, que muestran supervivencias del estilo olmeca. La cerámica representativa de esta fase temprana no es fácil de determinar pues se confunde con la del Clasico tardío; pero hav formas decoradas en rojo sobre blanco, o bien rojiza, guinda 11
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