Description:El juez Clem entró en la cárcel y gritó: —¡Eh, señor Telebuantekelt! Fulton estaba tumbado en la litera. Se levantó con gesto infinitamente aburrido. —¿Qué le ocurre? ¿Va a acusarme ahora de haberle robado sus plumas a un apache? —No, señor Telebuantekelt Quiero interrogarle de nuevo sobre las ilícitas actividades a que hasta ahora, tan inconsciente como impunemente se dedicaba. ¡Ya estaba otra vez! ¡Clem con sus parrafadas! Fulton se apoyó en los barrotes y empezó a mirarle de arriba abajo. —¡Qué chato va, juez!