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Los Origenes Orientales De La Civilizacion De Occidente PDF

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JOHN M. HOBSON / LOS ORIGENES ORIENTALES DE LA / CIVILIZACION DE OCCIDENTE Traducci6n castellana de TEOFILO DE LOZOYA CRITICA BARCELONA A Ia inf1uencia indirecta de mi bisabuelo, John Atkinson Hobson, cuyas obras <<henSticas» impregnan en gran medida mi forma de explicar el mundo. Vaya para ti toda mi gratitud. Tu solitaria luz crepuscular nunca se apagan\. A Ia inf1uencia directa de mi amada Cecilia y de mi familia, Evangeline, Michael y Gabriella, cuyas carifiosas y comprensivas acciones impregnan en gran medida Quedan rigurosamente prohibidas, sin Ia autorizaci6n escrita de los titulares del copyright, todo lo que se sobre el mundo, lo que siento por el bajo las sanciones establecidas en las !eyes, Ia reproducci6n total o parcial de esta obra el. y lo que entiendo de por cualquier medio o procedimiento, comprendidos Ja reprografia y el tratamiento in form<itico, y Ia distribuci6n de ejemplares de ella mediante alquiler o prestamo ptiblicos. Vaya para vosotros toda mi gratitud. Vuestra esplendorosa luz matutina es lo unico que me da calor cada dfa. Titulo original: The Eastern Origins of Western Civilisation Press Syndicate of the University of Cambridge. Cambridge University Press Realizaci6n: Atona, SL Disefio de Ia cubierta: Jaime Fernandez Ilustraci6n de Ia cubierta: placa de marfil y lapislllzuli de Nimrud en Ia que aparece una leona devorando a un etiope (Londres, British Museum). © 2004, John M. Hobson © 2006 de Ia traducci6n castell ana para Espana y America: EDITORIAL CRfTICA, S.L., Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona e-mail: [email protected] http://www .ed-cri tica.es ISBN: 84-8432-7!8-3 Deposito legal: B. 38-2006 Impreso en Espafia 2006. A & M Grafic, Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona) PRO LOGO Y AGRADECIMIENTOS Para tranquilizar a! posible lector que piense lleno de angus tia: «iNo! iOtro tfpico libro sobre Ia ascension de Occidente!», permftaseme decir que no se trata de nada parecido. Pues a dife rencia de casi todos los libros sobre dicha materia, este no vuelve a contar los temas de siempre segun el marco de referencias habi tual, de caracter europeo y etnocentrico. En Iugar del relato de costumbre, he escrito uno que pone en primer plano a Oriente. Por lo tanto, aunque en determinados aspectos mis objetivos son dis tintos de los de Felipe Fernandez-Armesto en Millennium, lo mis mo que el me divierto sorprendiendo a/lector. Centro mi atencion en los numerosos descubrimientos, pueblos y lugares de Oriente que permitieron Ia ascension de Occidente, y que son pasados por alto en los estudios convencionales. Si se me permite, me gustarfa basarme en Ia fraseologfa que aparece en el prologo de Millen nium para transmitir una idea de /o que trata y de lo que no trata mi libro. En Ia presente obra e/ lector no encontrara nada relacionado con Ia Cuestion de las Investiduras, Ia guerra de los Treinta Afios o Ia Paz de Westfalia. Aunque hablamos de los communi mercan tiles de Italia, en todo momenta se presentan como resultado de los desarrollos innovadores mas generales iniciados en Ia economfa 10 LOS ORIGENES ORIENTALES DE OCCIDENTE PRO LOGO Y AGRADECIMIENTOS 11 globalliderada por Oriente. El Renacimiento europeo y Ia revolu derno. El hecho de que el lector encuentre o no Iota/mente convin ci6n cientifica son vistos mas desde Ia perspectiva del Oriente Me centes los argumentos concretos expuestos en Ia obra me preocupa clio Y el norte de Africa islamicos que desde Ia Toscana.1 Leonar me nos en cierto sentido que el de que considere dichos argumentos do da Vinci, Marsilio Ficino y Copernico se postran de rodillas nuevos, interesantes y perspicaces. Y me interesan mas las cuestio ante personalidades como al-Shdtir, al-Khwdrizmf, y a!-Tiisf. La nes y los temas generales planteados por los argumentos expuestos jigura de Vasco de Gama desaparece en Ia sombra proyectada por a lo largo de estas paginas, que las respuestas concretas que pue el esplendor de Asia. Esta sera Ia {mica menci6n que hagamos a dan ofrecer. Puedo, por tanto, tranquilizar ami posible lector ase Isabel I de lnglaterra, a Oliver Cromwell o a Ia reina Victoria. gurandole que efectivamente no esta ante otro libro al uso sobre Ia Luis XIV y Federico el Grande salen s6/o a escena para pedir dis ascension del mundo occidental. Espero, pues, que, cuando lo coja culpas. Durante Ia mayor parte de Ia epoca analizada en ellibro, entre sus manos, el lector intrepido disfrute del viaje anticonven Madrid, Lisboa, Londres y Venecia son s6lo ciudades provincia cional que representa mi libro al mundo hasta lafecha tenebroso de nos, charcos de agua estancada comparadas con Bagdad, E/ Cai lo que durante tanto tiempo ha permanecido en e/ olvido. ro, Canton o Calicut. La Exposici6n Universal de Londres es sim Permftaseme ahora expresar mi agradecimiento a varias per plemente una manifestaci6n de arrogancia, habida cuenta de que sonas que de maneras muy diversas me han ayudado a moverme Ia industrializaci6n de Gran Bretafta no es mas que e/ ultimo esta por estas aguas con mas soltura de Ia que habria tenido de no ser por dio de Ia transmisi6n de los inventos realizados mucho antes en ellos. Mi gratitud para las siguientes personas que me ofrecieron China. Discutimos y abordamos, sf, los procesos de industrializa sus utilfsimos consejos: Robert Aldrich, Brett Bowden, Jeff Groom, ci6n y proteccionismo dirigidos por el estado y de caracter milita Steve Hobden, David Mathieson, Leanne Piggott, Tim Rowse, Ah rista, pero en el contexto de Gran Bretafta y no en el del Jap6n del mad Shboul y Richard White. Vaya tambien mi gratitud para las si periodo Meiji. Y por ultimo, en Iugar de hablar de Ia <<industriali guientes personas, que leyeron y comentaron importantes secciones zaci6n tardia>> de Alemania, ofrecemos a! lector un estudio del del manuscrito: Amitav Acharya, Ha-Joon Chang, M. Ramesh, Lily «desarrollo temprano" del Jap6n del periodo Tokugawa. En gene Rahim, Leonard Seabrooke y Vanita Seth. Doble agradecimiento ral, e/ lector adquirira un conocimiento mejor de Oriente --espe para Ha-Joon por invitarme a presentar mis ideas en el Departa cialmente del Oriente Medio musulman, e/ norte de Africa, Ia In mento de £studios sobre el Desarrollo de Ia Universidad de Cam dia, e/ Sudeste Asiatica, Jap6n y sobre todo China-, aunque de bridge. Ben Tipton tuvo Ia amabilidad de leerse el manuscrito ente paso aprendera cosas nuevas relacionadas con Occidente y sus ro y me ofreci6 los consejos siempre mas adecuados, como es origenes. habitual en H Mi gratitud para Michael Mann, de quien he apren Por consiguiente, effector que espere que se le ofi·ezcan los de dido muchisimo sobre historia universal y al que sigo estando pro tal/es especificos del desarrollo de Occidente presentados exclusi fundamente agradecido por el generoso apoyo que ha venido pres vamente bajo un prisma europeo, se sentira por fuerza defraudado. tandome desde que en 1986 tuve Ia suerte de asistir a sus clases No obstante, mi intencion es justamente defraudar a ese tipo de lec magistrales de teo ria sociologica en Ia LSE. Tambien Linda Weiss tor, aunque a/ mismo tiempo lo que pretendo es contarle Ia historia me ha ayudado de manera parecida durante los ultimos diez aftos. o/vidada de como Oriente permitio Ia ascension del Occidente mo- Y vaya especialmente mi gratitud para Eric Jones, que tambien me 12 LOS ORfGENES ORIENTALES DE OCC!DENTE ha ayudado a conocer mucho mejor Ia historia universal a troves de sus escritos [especialmente en Growth Recurring] y de nuestras conversaciones particulares a lo largo de los aiios. Mi mas sincero agradecimiento a John Haslam, de CUP, cuya paciencia y sabios consejos en el ambito editorial he tenido, como siempre, muy en cuenta. Quisiera dar las gracias tambien a Trevor Matthews, encargado de Ia confecci6n del indice analftico, por los heroicos esfuerzos que tuvo que llevar a cabo, e igualmente a Hi lary Scannell porIa correcci6n y el montaje del manuscrito. Deseo expresar ademas mi especial gratitud a las tres personas que de manera an6nima escribieron sendas resefias de mi libra y me pro porcionaron numerosfsimos comentarios utiles y cr(ticas construc tivas, proponiendome llevar a cabo Ia revision mas completa que he realizado en toda mi carrera. Les doy las gracias en particular por permitirme escribir un libra m~jor, y del que desde fuego estoy mas satisfecho. Y por supuesto sigue siendo valido el tfpico co mentario final: el unico responsable de los errores soy yo. Por ultimo, deseo expresar mi amory mi agradecimiento mas profunda a mi prometida, Cecilia Thomas, que me ha servido de gufa y tabla de salvaci6n sacrificandose por mf de muchfsimas for mas a lo largo de los tres afios mas tumultuosos y llenos de cam bios de mi vida. Su humanidad, su capacidad de sacrificio, su sen sibilidad y su simpatfa representan lo mejor de cuanto de bueno existe en este alborotado planeta , y arrojan luz y calor sobre ellu gar que yo ocupo en el. Y llegados a este punto sigue siendo valido otro comentario final menos tipico que e/ anterior: el unico res ponsable de mis errores personales soy yo. Capitulo I CONTRA EL MITO EUROCENTRICO DEL OCCIDENTE PRIMORDIAL El descubrimiento del Occidente oriental La his tori a no puede escribirse como si sOlo perte neciera a un grupo [de personas}. La civilizaci6n ha ido construyendose poco a poco, unas veces a partir de las aportaciones de unos, y otras de las de otros. Cuando se atribuye toda Ia civilizaci6n a los [e uro peos], estamos ante el mismo tipo de afirmaci6n que puede ofr un antrop6logo de }abios de los representan tes de cualquier tribu primitiva: s61o ellos cuentan la historia de su pueblo. Tam bien ellos creen que todo lo que hay de importante en el mundo comienza y acaba con ellos ... Nosotros sonreimos a! escucharles (a las tribus primitivasj hacer semejantes afirmaciones, pero ese mismo ridfculo podrfa volverse contra nosotros ... Es posible que el provincianismo reescriba Ia historia y ponga de relieve s6lo los logros alcanzados por el grupo al que pertenezca el historiador, pero no dejad. de ser provincianismo. RUTH BENEDICT 18 LOS ORIGENES ORIENTALES DE OCCIDENTE EL DESCUBRIMIENTO DEL OCC!DENTE ORIENTAL 19 Nos han ensefiado, en !as aulas y fuera de elias, nion tradicional, los europeos se expandieron hacia el exterior con que existe una entidad Hamada Occidente, y que po quistando Oriente y el extremo Occidente a! tiempo que abrian !a demos pensar que ese Occidente es una sociedad y senda del capitalismo, a traves del cual el mundo entero serfa libe una civilizaci6n independiente de otras sociedades y civilizaciones [es decir, Oriente} y opuesta a ellas. rado de las fauces de Ia pobreza y Ia miseria y alcanzarfa !a radiante Muchos de nosotros nos hemos educado incluso cre Iuz de Ia modemidad. Por lo tanto, a Ia mayorfa nos parece perfec yendo que ese Occidente posee una genealogfa (aut6- tamente natural y obvio mezclar el relato progresivo de Ia historia nomaj, segt1n Ia cual la antigua Grecia engendr6 a universal con Ia ascension y el triunfo de Occidente. Esta postura Roma, Roma engendr6 a Ia Europa cristiana, la Euro tradicional podrfa ser calificada de «eurocentrica>>, pues en el fon pa crlstiana engendr6 el Renacimiento, el Renaci do de ella subyace Ia idea de que Occidente merece dignamente miento ala Ilustraci6n, la Ilustraci6n a Ia democracia ocupar el protagonismo de !a historia del progreso del mundo pasa polftica y la revoluci6n industrial. El cruce de la in dustria y la democracia dio a su vez lugar a Estados do y presente. Pero (.realmente lo ocupa? Unidos, que personifican los derechos a Ia vida, ala Ii La tesis fundamental del presente libro es que esta teorfa euro bertad y a Ia b!lsqueda de Ia felicidad ... [Se trata de un centrica, tan bien conocida de todos, pero engafiosamente seducto concepto J err6neo en primer lugar porque convierte la ra, es falsa por varias razones, entre otras porque Occidente y historia en un relato acerca del triunfo moral, una ca Oriente han estado ligados de manera fundamental y constante por rrera en el tiernpo en la que cada corrector [occidental] los lazos de Ia globalizacion desde el afio 500 e. v. Y curiosamente entrega la antorcha de la libertad al siguiente relevo. La historia se convierte asf en un cuento sobre el av ance debemos sefialar, a modo de analogfa, que Martin Bernal sostiene de Ia virtud, sobre el modo en que los nifios virtuosos que Ia civilizacion de !a antigua Grecia surgio en gran medida a [es decir, Occidente] vencen a los nifios rnalos [Oriente]. partir de Ia del anti guo Egipto. 1 Del mismo modo, Ia presente obra sostiene que Oriente (que estaba mas adelantado que Occidente en ERIC WOLF tre los afios 500 y 1800) desempefio un papel decisivo que permitio Ia ascension de Ia civilizacion occidental modema. Por ese motivo La mayorfa de nosotros damos por supuesto, como si fuera Ia pretendo sustituir Ia idea del Occidente autonomo o primordial por cosa mas natural del mundo, que Oriente y Occidente son y han Ia del Occidente oriental. Oriente facilito Ia ascension de Occidente sido siempre dos entidades distintas y aparte. Por lo general cree a traves de dos grandes procesos: el difusionismo y asimilacionis mos tambien que el Occidente «autonomo» o «primordial>> abrio mo y el apropiacionismo. En primer Iugar, a partir del afio 500 los por sf solo Ia senda de Ia creacion del mundo moderno; eso a! me pueblos de Oriente crearon una economfa global y una red de co noses lo que a muchos nos han ensefiado en el instituto, cuando no municaciones tambien global a traves de Ia cuallas «carteras de re en Ia universidad. Es habitual que demos por sentado que el Oc cursos>> (por ejemplo, ideas, instituciones y tecnologfas orientales) cidente primordial se situo en !a cima del mundo hacia 1492 (re mas adelantadas se difundieron por Occidente, donde fueron poste cordemos a Cristobal Colon), debido a su racionalidad cientffica riormente asimiladas, por medio de lo que yo llamo Ia globaliza singularmente genial, a su inquietud racional y a sus cualidades de cion oriental. Yen segundo Iugar, el imperialismo occidental a partir mocraticas y progresivas. A partir de ese momento, segun !a opi- de 1492 llevo a los europeos a apropiarse de recursos economicos 21 20 LOS ORIGENES ORIENTALES DE OCCIDENTE EL DESCUBRIMIENTO DEL OCCIDENTE ORIENTAL orientales de todo tipo que permitieron Ia ascension de Occidente. debate es una especie de no debate, pues en estos momentos da Ia En resumen, Occidente no abrio Ia senda de su desarrollo de mane impresion de que todos esos planteamientos no son mas que varia ra autonoma, sin Ia ayuda de Oriente, pues su ascension habria sido ciones menores o sutilfsimas en torno a! mismo tema eurocentrico inconcebible sin las aportaciones realizadas por este. La tarea que (vease Ia proxima seccion). Por consiguiente, el presente libro en se propane este libro, pues, es rastrear las multiples aportaciones tra en este nuevo debate para rebatir cada una de las grandes tesis orientales que condujeron a !a ascension de lo que yo llamo el Oc sostenidas por el eurocentrismo al uso, proponiendo al mismo cidente oriental. tiempo una explicacion alternativa. El presente libro se incorpora a! debate entre eurocentrismo y Cabria replicar, sin embargo, que el marco «eurocentrismo antieurocentrismo. Durante los ultimos afios un pequefio grupo de frente a antieurocentrismo» en el que se mueve este libro supone estudiosos ha sostenido !a tesis de que todas las teorias al uso en una simplificacion excesiva y constituye a su vez un «no debate». torno a Ia ascension de Occidente -marxismo y teo ria de los siste Presuponer Ia existencia de una especie de lucha maniquea entre mas universales, liberalismo y weberianismo----son eurocentricas.2 dos ideologias coherentes resulta problematico especialmente par Todas dan por supuesto que el Occidente «primordial» <<triunfo» que, segun podrian objetar algunos, no existe un paradigma cohe por propia iniciativa debido a !a superioridad de sus virtudes y cua rente l!amado «eurocentrismo>>. En efecto, yo creo que seria un lidades innatas. Semejante tesis da por supuesto que Europa se de en'Ol' suponer que Ia mayoria de los estudiosos luchan para defen sarrollo de manera autonoma gracias a una ferrea logica de inma der una vision <<lriunfalista» de Occidente explicitamente eurocen nencia. En consecuencia, todas esas teorfas dan por supuesto que !a trica. Y, si bien hay algunos (como, por ejemplo, Landes y Roberts) ascension del mundo moderno puede contarse como si fuera el re que se alian explicitamente con el eurocentrismo, la mayoria no lo lato de !a ascension y el triunfo de Occidente. Cabe destacar que !a hace. No obstante, yo creo firmemente que el eurocentrismo im postura eurocentrica ha recibido una nueva inyeccion de vida o se pregna todas las explicaciones aluso de !a ascension de Occidente, ha visto revigorizada gracias especialmente a la publicacion en aunque casi siempre esto ocurre sin que lo sepa el propio interesa 1998 del libro de David Landes The Wealth and Poverty of Na do (vease Ia proxima seccion). Considero, por tanto, !icito desarro tions,3 obra que implicitamente trae a !a memoria The Triumph of llar mi propia explicacion evaluando criticamente las multiples te the West de John Roberts.' Ellibro de Landes en particular Ianza un sis planteadas por el eurocentrismo. ataque apasionado y despectivo contra algunos estudios antieuro El principal argumento de este libro va en contra de uno de los centricos recientes (a unque, eso sf, con un ingenio y un estilo que presupuestos basicos mas importantes del eurocentrismo, a saber, el hacen que su lectura resulte especialmente agradable). Acaso el de que Oriente ha sido un espectador pasivo en el relata del desa servicio mas significativo que haya prestado Landes sea el de haber rrollo historico del mundo, ademas de una victima del poderio de contribuido a transformar el viejo debate teorico mantenido entre Occidente, destinada a cargar con el, y que por lo tanto debe que marxismo y teoria de los sistemas universales, liberalismo y webe dar justamente a! margen de !a historia del progreso del mundo. rianismo en una nueva disputa que podrfamos !lamar «eurocentris Aunque el presente volumen difiere en varios aspectos del magni mo frente a antieurocentrismo». Ahi es donde radica, ami juicio, !a fico libro de Felipe Fernandez-Armesto, Millennium, comparto con verdadera lucha intelectual. Y es que podemos decir que el viejo el Ia opinion de que

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