φ φ ||} Marcial Pons Historia Los judíos en España Joseph Pérez Joseph Pérez (1931, Ariège, Francia) es catedrático de la Universidad de Burdeos y entre 1989-1996 fue director de la Casa de Velázquez. Miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia y doctor honoris causa de la Universidad de Valladolid, además cuenta entre otros honores con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, es Comen dador de la Orden de Isabel la Católica y Oficial de la Legión de Honor france sa. Entre sus obras más importantes se pueden destacar La revolución de las comunidades de Castilla, Isabel y Fer nando. Los Reyes Católicos, Historia de una tragedia. La expulsión de los judíos de España y La España de Felipe II. JOSEPH PÉREZ LOS JUDIOS EN ESPAÑA Marcial Pons Historia 2005 Esta obra ha sido publicada con una subvención de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura. Cubierta a partir de un detalle de una fotografía de Luis Arenas en Memoria de Sefarad, SEACEX, 2002. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del «Copy right», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento infor mático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. © Joseph Pérez © Marcial Pons, Ediciones de Historia, S. A. San Sotero, 6 - 28037 Madrid ® 91 304 33 03 ISBN: 84-96467-03-1 Depósito legal: M. 21.343-2005 Diseño de la cubierta: Manuel Estrada. Diseño Gráfico Fotocomposición: Infortex, S. L. Impresión; Closas-Orcoyen, S. L. Polígono Igarsa. Paracuellos de Jarama (Madrid) Madrid, 2005 índice Pág. De la Sefarad bíblica a la Sefarad de hoy......................................... 9 Preludio: los judíos en España antes de 711.................................... 15 La España de las tres religiones.....................................;.................. 27 La España musulmana............................................................... 29 Los judíos en la España cristiana.............................................. 51 El antijudaísmo en la España cristiana..................................... 84 La Edad conflictiva............................................................................. 105 Las matanzas de 1391................................................................ 124 El judaismo español en el siglo xv............................................ 138 El problema converso................................................................. 141 La Inquisición y la expulsión de los judíos....................................... 161 El caso dej Santo Niño de la Guardia...................................... 185 El decreto de expulsión.............................................................. 187 La diáspora sefardí.............................................................................. 219 Judaismo y criptojudaísmo......................................................... 241 Las redes marranas en la Europa moderna.............................. 256 Sefardíes frente a askenazíes...................................................... 259 8 Indice Pág. Españoles sin patria............................................................................. 267 Antijudaísmo sin judíos.............................................................. 285 España frente al antisemitismo moderno.................................. 293 El retorno de Sefarad................................................................. 296 Filosefardismo oficial................................................................. 304 Franco y los judíos....................................................................... 312 Sefarad hoy........................................................................................... 337 Guía de lecturas.................................................................................. 345 Indice onomástico............................................................................... 349 De la Sefarad bíblica a la Sefarad de hoy El judaismo consta de dos grandes ramas, la sefardí y la aske- nazí. La primera tiene sus orígenes en la Península Ibérica y, desde allí;, ha irradiado hacia la Europa occidental y el Mediterráneo; su lengua es el judeo-español. Los askenazíes, en cambio, tienen sus raíces en la Europa germánica, en la cuenca del Rin, y desde allí se difundieron por la Europa central y oriental; su lengua es el yídish, dialecto compuesto de alemán medieval y de hebreo; en los siglos xvi y xvn, Polonia fue la cuna principal de la comu nidad askenazí; luego las persecuciones empujaron a muchos judíos polacos a emigrar hacia la Europa occidental y el Nuevo Mundo, movimiento que cobró más importancia a finales del siglo XIX, cuando Rusia —à la sazón dueña de Polonia— se ensañó contra los judíos. Pero, ¿de dónde viene la costumbre de designar como sefar díes a los judíos procedentes de España? En el libro bíblico de Abdias (v. 20), se lee: «los desterrados de aquel ejército, los hijos de Israel, ocuparon Canaán hasta Sarepta, y los desterrados de Jerusalén que están en Sefarad ocuparán las ciudades del Negeb». La palabra Sefarad es, pues, un topónimo bíblico, pero de difícil interpretación: <a qué se refiere concretamente? La edición fran cesa de la Biblia conocida como Biblia de Jerusalén —porque fueron eruditos de la escuela bíblica de Jerusalén los que la edi taron, tradujeron y comentaron— propone en nota el siguiente comentario: «Canaán es Fenicia; Sarepta es una ciudad fenicia situada en la costa entre Tiro y Sidón; Sefarad es una ciudad desconocida a la que fueron desterrados los habitantes de Jeru salén. Se ha sugerido identificarla con Sparda (Sardes), ciudad 12 Joseph Pérez de Lidia (Asía Menor), o con Shaparda, ciudad del suroeste de Media, no muy lejos de Babilonia, a no ser que se trate de la Sefarva'im que habla el Π libro de los Reyes (17, 24, y 18, 34); en este caso Sefarad podría ser Sabarian o Sibraïm, cerca de Hama (Siria)»1. Lo que se saca en limpio de aquel comentario autorizado, es que la Sefarad bíblica se refería a una ciudad del Oriente Pró ximo; no tendría nada que ver con cualquier fínisterre situado en el oeste, como podría ser la Península Ibérica. ¿Cuándo se empezó a identificar la Sefarad bíblica con la España judía? Pro bablemente muy tarde. En una sesión de la Real Academia de la Historia (21 de febrero de 1992), el arabista Emilio García Gómez, que, a la sazón, era director de aquella corporación, sos tuvo que la palabra Sefarad nunca fue usada en la España medie val y que sólo se empezó a utilizar después de la expulsión de los judíos de España; de esta manera habrían pretendido algunos rabinos distinguir a los judíos procedentes de España de los que residían en otros lugares, los llamados askenazíes; los medieva- listas presentes en aquella sesión de la Academia no presentaron el más mínimo reparo a la observación del director. Esto no obstante, una larga tradición sigue identificando Sefa rad con España. De ahí la inveterada costumbre de designar como sefardíes a los judíos procedentes de la Península Ibérica, para distinguirlos así de los askenazíes que serían los de la Europa central u oriental. Teniendo en cuenta aquellas dudas y aquella tradición, nos ha parecido lo más prudente reservar las palabras Sefarad y sefardí a la época posterior a 1492, hablando, para la época anterior, de judíos que vivieron, sea en al-Andalus (España musulmana), sea en la España cristiana. El tema judío o sefardí siempre ha suscitado un inmenso inte rés entre los especialistas e incluso en el gran público. ¿A qué se debe esta solicitud tan extraña? Probablemente al gran número y a la cultura de los judíos que residían en la península y tuvieron que salir de ella en 1492. Los judíos expulsados de otros países 1 La Sainte Bible traduite en français sous la direction de l’Ecole biblique de Jerusalem, Joel. Habaquq. Abdias, traducción de J. Trinquets, Paris, Ed. du Cerf, 1953, p. 59. De la Sefarad bíblica a la Sefarad de hoy 13 en fechas anteriores —Inglaterra, Francia, sobre todo— no repre sentaron grandes cantidades de personas, de modo que su ausen cia se notó poco en aquellas naciones. No fue así en España. Los judíos que vivían en ella eran tantos y ocupaban a veces pues tos tan importantes en la vida económica y cultural que su salida forzosa significó un trauma para ellos, al tener que abandonar una patria a la que tanto querían, a la par que a la nación que se separó de ellos y trató de justificarlo de un modo u otro. Duran te siglos, muchos de aquellos desterrados conservaron, respecto de España, sentimientos ambiguos: por una parte, el resentimien to normal contra una madrastra que renegó de ellos; por otra parte, la nostalgia por una patria que, conforme pasaba el tiempo, se les antojaba cada día más llena de méritos y ventajas; fueron así los mismos sefardíes los primeros en idealizar la «Edad de Oro» del judaismo medieval y en forjar el mito de una España en la que las tres religiones del Libro habrían vivido en buena armonía, mito que se fue fortaleciendo con las canciones, los cuen tos, las tradiciones, muchas veces anteriores a 1492, que se trans mitían de generación en generación con la lengua que hablaran los abuelos, aquel judeo-español que se ha conservado hasta la actualidad, admirable testimonio de fidelidad a España a pesar de todos los sufrimientos que supuso la marcha al exilio. La presencia de lo judío y de los judíos en España ha pasado por tres grandes etapas: 1. Durante las edades antigua y media estamos ante una España con judíos; los judíos son parte integrante de la sociedad; lo judío pudo ser en ocasiones algo extraño o malquerido, pero nunca ajeno; formaba parte inseparable de un rico y complejo entramado social. 2. En 1492 se abre una nueva era: España sin judíos; más aún, una España en la que se intenta borrar toda huella del pasado judío; España acaba desinteresándose de los judíos de la diáspora. 3. A partir de la segunda mitad del siglo xix y de modo más claro en el último cuarto de siglo, España descubre con sorpresa que miles y miles de ex compatriotas siguen hablando un español arcaico en el mundo musulmán y los Balcanes; al mismo tiempo, lo sefardí atrae y se vuelve tema de estudio para eruditos y fol- cloristas; los políticos, por su parte, piensan en apoyarse en aque-
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