Description:Carlos Desmare observó su linterna con cierta alarma. La luz era cada vez más débil. Empezaba a temer que la pila se iba a consumir antes que pudieran salir de aquel laberinto. Ana Gelabert y Pierre Argent también se dieron cuenta y se agitaron inquietos detrás de él. —Te has perdido, Carlos —dijo la chica apretándole con fuerza el brazo. —No —replicó él queriendo dar a su voz un tono de seguridad que no sentía—. Estoy cierto de que pasamos por aquí. El suelo estaba lleno de suciedad y maderas, cajas de cartón y otras mil cosas inidentificables a causa de la oscuridad. —Ya casi debe ser la hora del refrigerio y llevamos mucho retraso —resopló Pierre—. Si nuestros padres se enteran que nos hemos perdidos por la Zona Prohibida... No quiero ni pensado. Y todo por culpa tuya, Carlos.