Desde Londres, París y Nueva York llegaban reportajes sobre acontecimientos sobrenaturales. Oro estrechamente guardado, uranio y otros metales preciosos iban desapareciendo en presencia de los hombres que montaban guardia.
Llamado para efectuar una investigación sobre estos misteriosos acontecimientos, Neil Vaughan pronto se convenció que no podía hacerse responsable de ellos a ningún agente HUMANO. Las informaciones sobre un platillo volante que había aterrizado en Inglaterra, proporcionaron la prueba de que alguna fuerza extraña estaba actuando.
Neil y su colega americana Ann Delmar, fueron a inspecccionar esta captura de capital importancia y, de pronto, se encontraron envueltos en una extraña y horripilante aventura que les condujo a un rápido viaje a través del espacio y a una visita a la bella aunque traicionera Luna.