JERÓNIMO ATEHORT0A.ARTEAGA os~~ . ORVEN DIÁLOGOS CON AUTORES CONTEMPORÁNEOS LOS CINES PORVENIR: Diálogos con autores contemporáneos © Jerónimo Atehortúa Arteaga, 2020 © Editorial Planeta Colombiana S.A., 2020 Calle 73 n.0 7-60, Bogotá JerónimAot ehortúAar teaga ISBN 13: 978-958-42-8941-4 ISBN 10: 958-42-8941-1 Diseño de portada: Departamento de Diseño Grupo Planeta Primera edición: septiembre de 2020 Impreso por: Editorial Nomos S.A. Impreso en Colombia -Printed in Colombia No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el CRÍTICA permiso previo y por escrito del editor. Tabla de contenido Agradecimientos 9 Prólogo Todavía no hemos terminado por Pedro Adrián Zuluaga 11 Introducción El cineasta como productor 17 Capítulo O Béla Tarr: No hay historias, solo tiempo 29 Capítulo 1 Víctor Erice lQué es el cine hoy? 41 Capítulo 2 Mariano Llinás: Revindicación del cine como lujo 59 Capítulo 3 Rita Azevedo Gomes: El cine como enigma, la palabra como materia 93 Capítulo 4 Víctor Gaviria: El habla poética y plebeya del cine 113 Capítulo 5 Lucrecia Marte!: Por una representación sonora del mundo 131 Capítulo 6 Alice Rohrwacher: Creer en las imágenes 153 Capítulo 7 ApichatpongWeerasethakul: El cine, un animal imposible de domesticar 171 Capítulo 8 Carlos Reygadas:T rascender la realidad 189 Capítulo 9 Kelly Reichardt: Internarse en el bosque por un tiempo 211 Capítulo 10 Albert Serra: Una utopía material 229 Capítulo 11P edro Costa: El tiempo y el trabajo 251 Capítulo 12L av Diaz: Por un cine de resistencia 273 Capítulo 13R adu Jude: (Des)montaje de la historia 287 Capítulo 14A lbertina Carri: La posibilidad de una utopía 301 Capítulo 15 Luis Ospina: El triunfo sobre la muerte 321 Jean-Luc Godard: ¿Por qué hacer cine hoy? Fritz Lang: Tiene que hacerse. Le dinosaure et le bébé, dialogue en huit parties entre Fritz Lang et ]ean-Luc Godard (1967) André S. Labarthe AGRADECIMIENTOS No considero la coherencia un valor. En este libro están plasmadas las contradicciones de quienes intervienen en él y, sobre todo, las mías. Este libro es producto de un proceso de aprendizaje que siempre implica cambio. No hay en él ninguna intención de delimitar un canon o de dar una panorama exhaustivo y unívoco del cine contemporá neo. Acá presento una constelación personal de autores determinada por mi posicionamiento político y estético en el campo del cine. Las entrevistas fueron realizadas entre septiembre de 2016 y diciembre de 2019, sin embargo, los capítulos no siguen un orden cro nológico. La secuencia está determina por la necesidad de mantener un pulso narrativo en el libro, por la contigüidad de ideas entre autores y la necesidad de generar choques entre sus posturas. El criterio con el que he seleccionado las voces que intervienen en este libro es puramente arbitrario. En todos los casos lo que medió fue la admiración por la obra y el pensamiento de quien habla. En algunos casos intervino la amistad o la cercanía. Siempre fue determinante la disposición y el deseo de hablar sin restricciones sobre sus obras y el cine. Agradezco en primer lugar a todos estos directores y directoras. Este libro se debe a ellos. Creo necesario mencionar a Luis Ospina, cuyo fallecimiento, hace solo unos meses, fue un duro golpe para mí y para muchos otros. Recuerdo que la idea de incluirlo en el libro surgió durante el festival de cine de Las Palmas de 2018, en el que él oficiaba como jurado. A 10 LOS CINESP OR VENIR partir de allín os hicimos amigos. Aunque su obra se mantiene irradián donos con su lucidez, su presencia física será extrañada, todos quienes lo conocimos coincidimos en que era un hombre excepcional. Las primeras etapas de este proyecto tuvieron lugar en Sarajevo, durante mi tiempo como estudiante de MFA en dirección de cine, del programa/ilm.factory de la SarajevoF ilm Academy, perteneciente a la SarajevoS choolo / Sciencea nd Technologiesc, uyo director académico y mi motivo para estar allí era el director Béla Tarr. A él, a mis compañe ros, a los profesores y al personal debo mi gratitud, principalmente a Tanja Vrvilo y Mersiha Muranovic. PRÓLOGO Juan Cárdenas, Luciana Cadahia, Pedro Adrián Zuluaga y Juan Todavía no Sebastián Mora, cada uno en su momento, dieron el impulso necesa rio para poder adelantar y dar forma a este libro. Además de amorosos hemos terminado amigos han sido compañeros. El trabajo y pensamiento de ellos ha ejer cido una enorme influencia en todo lo que hago. También agradezco a Juan David Correa por haber decidido editar este libro desde el primer Por Pedro Adrián Zuluaga segundo; y a Alvaro Robledo por sus importantes correcciones al texto; también a Lorena Morín, Fabienne Morís y Roger Koza que prestaron su ayuda para contactar a más de uno de los directores y directoras. A mi padre y a mi madre gratitud absoluta, pues su apoyo, interés y Tres de las quince conversaciones con cineastas que conforman confianza en mi trabajo superan por mucho lo que dicta el cariño por este libro se publicaron por primera vez en el blog Pajarera del un hijo. A Federico, mi hermano, debo un agradecimiento especial. Medio, entre noviembre de 2016 y enero de 2017. Fueron con el< Con los años no solo hemos sido colegas, mejores amigos, también nos portugués Pedro Costa, el mexicano Carlos Reygadas y el tailandés hemos convertido en un equipo y compartimos el mismo proyecto esté Apichat-pong Weerasethakul. Se trataba de entrevistas más largas tico. A él toda mi admiración y cariño. de lo que indica o recomienda un supuesto saber sobre la lectura en Mi mayor gratitud es para Sonia, mi gran amor y compañera. Su medios digitales. Como editor del blog, decidí por entonces respetar exigencia y ausencia total de condescendencia han hecho de este libro íntegramente su extensión, pues consideré que en ello había un y de mi trabajo una mejor versión de lo que pudo ser. Sus ideas siem gesto -vamos a decirlo- político o, para robarle la palabra a otro pre renuevan mi forma de ver las cosas y sus agudos comentarios de los directores entrevistados, desobediente. El ir y venir de las son inspiración. preguntas y las respuestas, con su tanteos y progresiones, sus pliegues A ella dedico este libro. y recovecos, desbordaban la búsqueda del dato o de la anécdota, tan cara al periodismo, y se abrían a una voluntad de interrogar el cine, a partir tanto de convicciones como de ambigüedades y dudas. Eran, en sentido estricto, diálogos. ¿Y cómo editar un diálogo sin traicionar su dramaturgia particular? 12 LOS CINESP OR VENIR TODAVÍA NO HEMOST ERMINADO 13 Estas primeras entrevistas fueron realizadas por Jerónimo Atehortúa de tradiciones más robustas como la novela, el teatro o la pintura. Arteaga en Sarajevo, mientras estudiaba en la/ilm./actory, la escuela de Quizá no hay una respuesta más satisfactoria al porqué de esa pre cine dirigida por el húngaro Béla Tarr. Más adelante detallaré la marca, gunta, que la más simple: porque cada generación, cada tiempo, se nada aleatoria, que impuso esta escuela sobre algunas de las preguntas debe volver a hacer las mismas preguntas fundamentales. Esto supone que le dan su armazón al libro y en general sobre el gesto mismo de una idea que también es -de manera cabal- de índole política: no hay empezarlo a pensar desde ese ciudad y bajo el ala ambivalente de uno clausura de la Historia, ni ésta ni el cine han llegado a su fin. de los más grandes directores y artistas contemporáneos. Otras entre Y aquí es entonces indispensable volver a Sarajevo (y a Béla Tarr). vistas se publicaron posteriormente en la revista Visaje, también digital A pesar de ser una parte excéntrica o periférica de Europa, la capital y editada en Cali, o en versiones cortas en medios como la emblemá de Bosnia y Herzegovina parece encapsular la experiencia del hundi tica revista Kinetoscopio. Pero el grueso del libro, su organización, el miento de Europa como idea, en el lapso de tiempo que va desde el orden en el que están dispuestas l~s conversaciones -que desvirtúa la asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria (evento cono temporalidad cronológica- son experiencias inéditas en las que apa cido como el atentado de Sarajevo), que precipitó la primera guerra rece decantado un largo proceso del que tuve la fortuna de ser testigo. mundial, hasta la guerra de Bosnia de comienzos de los años noventa y En algún punto de este proceso, por ejemplo,Jerónimo se cuestionó su ensañamiento contra esa ciudad. por la ausencia de la voz femenina y buscó también un balance geo En 1993, Jean-Luc Godard realizó Je vous salue, Sarajevo, un gráfico que incluyera la suficiente presencia de cineastas del Sur global video-ensayo de dos minutos de duración sobre una única imagen de que pudieran entrar en diálogo, pero también en confrontación, con guerra. En 2004, en Notre musique otra película ensayística de Godard, el pensamiento del Norte o eurocéntrico. Tenía razón en ambas intui Sarajevo es la protagonista de su capítulo central: "Purgatorio". Hay en ciones. Si el libro se entrega como una topografía del estado actual del la ciudad uno de los Encuentros europeos del libro y los convidados cine, eso es así porque muchos de los problemas que tanto los entrevis allí se preguntan por la necesidad o la pertinencia de la poesía, como tados como el entrevistador se plantean, están vinculados a problemas en un eco deformado de la interrogación adorniana sobre la poesía como los del territorio o el lugar desde el que se habla. Esto modifica después de Auschwitz. Años después también Jerónimo filma a la ciu la experiencia y, por consiguiente, la voz con que ésta se enuncia. En el dad y se detiene sobre las huellas de las guerras en un corto que tiene libro, por ejemplo, tanto las mujeres como los cineastas que trabajan en como título Las ruinas. Estos ecos y espejos no constituyen solamente los países del Sur, tienen otro acento en sus preocupaciones. Suelen ser una acumulación de referencias. El cine de Godard tanto como el de menos categóricas/ os, más atados a lo que podríamos llamar "el mundo Béla Tarr sobrevuelan este libro con sus ideas sobre el cine y su forma de la vida", su entorno inmediato. particular de encarar la(s) historia(s); el cine como forma que piensa. Hablé antes de las preguntas que se instalan en las conversaciones Quien piensa la Historia piensa, inevitablemente, en principios y como mojones en el camino. Estas no parecen obvias: algunas entrevis finales. Desde Sarajevo, investido de un aura profética, también Tarr tas se centran en el proceso de creación de los autores, otras exploran hablaba del fin del cine, de la oclusión de sus posibilidades expresivas. tópicos más conceptuales. Sin embargo, la lectura completa del libro ¿Podían el estudiante Atehortúa Arteaga, las mujeres, los cineastas lati revela la recurrencia de algunas interpelaciones: qué es el cine, para noamericanos, filipinos o tailandeses, permitirse encajar dentro de su empezar. Por qué volver sobre esa pregunta que parece propia de otras propio pensamiento esa idea eurocéntrica del final? ¿Es posible pen épocas, las de las vanguardias históricas, cuando el nuevo medio bus sar el fin de los tiempos desde territorios y cuerpos que aún son pura caba afanosamente su autonomía y especificidad, bajo el peso evidente potencia, cuyo rango de posibilidades no se ha cumplido todavía? 14 LOS CINESP OR VENIR TODAVÍA NO HEMOS TERMINADO 15 La tensión entre cierre y apertura -de la Historia y las historias, En J ude, por ejemplo, el relato -que no necesariamente repercute del cine restringido y el audiovisual ampliado- es la espina dorsal del en una forma clásica de contar historias sino que puede ser también el libro. Si algunos cineastas europeos como Víctor Erice o Béla Tarr, desmonte de ese clasicismo o el análisis crítico de las distintas piezas incluso desde la periferia de esa vieja Europa, pero como atendiendo el con las que se ensamblan los relatos- sería una forma de oponerse a llamado crepuscular de imperios ya desuetos (el español, el austro-hún la clausura de la Historia. En Weerasethakul tanto como en la italiana garo), pueden admitir el pensamiento sobre las últimas cosas, desde Alice Rorhwacher, estaríamos ante modernidades en sentido estricto otras periferias, desde el extrarradio de la humanidad, otros cineastas periféricas, pero no por eso menos imbricadas en lo que se considera siguen filmando historias y afirmando el relato, como si cualquier cosa, como cine moderno, donde lo sagrado o la imagen que religa o reúne desentendidos, desobedeciendo la orden de cierre. serían la búsqueda y la respuesta. Weerasethakul o Rorhwacher expre Viene entonces aquí otra cuestión que atraviesa las conversaciones: sarían otra forma de ser modernos, ya no desde la sospecha de las ¿d ebe el cine superar el argumento como eje de sus transacciones con imágenes que supuestamente define a la modernidad cinematográfica, el público y con el aparato industrial-estatal que sostiene el flujo de sino desde la fe en el poder revelador de las imágenes; una revela capitales que lo hace posible? No hay sobre esto una respuesta uní ción no exenta de un sentido religioso, esa en la que creían el primer voca. "La gran torpeza de la actualidad audiovisual es confundir el cineasta moderno, Roberto Rossellini, y uno de sus primeros teóricos: argumento con la película. (. .. ) Si el mar es el mundo narrativo, el André Bazin. En suma, una sería la modernidad europea, convencida argumento es solo la espuma, una cosa superficial que define sus bor del fin y fascinada con la especulación apocalíptica y escatológica; y des nada más. Una película está muerta cuando se insiste en que lo otra, muy distinta, la modernidad paradójica y barroca del Sur global, que la debe estructurar es el argumento", afirma la argentina Lucrecia resistente frente a la obturación de la Historia y las historias. Martel. " ( ... ) más que interesarme el argumento de las historias, me Otro leitmotiv del libro es, a no dudarlo, una utopía y, como tal, un interesa el universo donde ellas suceden, porque es ahí donde se ve la indicio de que algo se cuece vivo en las discusiones sobre el cine. Es la tensión que existe entre los personajes y el espacio", dice el colombiano imperiosa necesidad, para la gran mayoría de cineastas entrevistados, Víctor Gaviria. de controlar los medios de producción, y la manera categórica como Si bien hay consenso en no reducir el cine a lo que puede ser conte insisten en que la invención de formas nuevas de lenguaje dependen en nido o contado en un argumento, también existe en muchos cineastas buena medida de una cierta forma de producción. Llamo a esto uto entrevistados una pulsión viva por el relato. Hay un "goce en el relato pía porque va en dirección contraria a como se piensa en el corazón de (. .. ) una pulsión clásica, cierta inocencia y creencia en el relato", la industria, en su mainstream. Y entonces es inevitable darse cuenta dice Atehortúa Arteaga sobre La flor, de Mariano Llinás. Más ade de que este cartografía del cine que contiene el libro es ante todo una lante, queda rondando otra pregunta: si, como suele decirse, el gesto exploración en sus orillas. Es un intento por arrojar luz sobre territorios máximo de modernidad está en la deflación del relato, en su adelgaza liminales o especulativos, que aún no han sido o que están en tránsito. miento o debilitamiento, qué tipo de modernidad representan cineastas El cine aparece como una experiencia posible, pero hay que ir en que, como el argentino Llinás, el rumano Radu Jude o el tailandés su búsqueda. El libro es como un peregrinaje hacia ese lugar de fe. Weerasethakul, al contrario expanden el relato, bucean en sus posi Donde el cine está vivo es a la vez potente y residual. Tiene la fuerza bilidades imprevistas, en sus derivas y digresiones, en su raíz popular de la excepción. Porque la norma sería, por el contrario, y como lo ("el fértil vínculo entre los relatos y la vida", dice Jerónimo sobre manifestó el crítico Serge Daney al final de Perserverancia, las "gran Apichatpong /Joe). des ceremonias audiovisuales masivas y [los] teletones gigantes sobre 16 LOS CINESP OR VENIR la pantalla grande". También Daney, francés y al borde de su propia muerte a causa de la 'epidemia' , se pregunta: "¿Terminamos aquí?". Veinticinco años después, desde Sudamérica, a donde ha regresado a escribir y dirigir, Jerónimo Atehortúa Arteaga, con la asistencia de los cineastas que entrevista, parece contestarle: "Todavía no". INTRODUCCIÓN El cineasta como productor "iEstimados invitados! Admito haber batido un récord mundial, pero si me preguntaran cómo lo conseguí, no podría ofrecerles una respuesta satisfactoria. De hecho, para serles sincero, no sé nadar. Siempre quise apren der, pero no se presentó la oportunidad. ¿cómo pudo ser entonces que mi patria me enviara a los Juego Olím- picos? Esa es precisamente la cuestión que me ocupa. En primer lugar debo constatar que ésta no es mi patria y que a pesar de todos los esfuerzos no entiendo ni una palabra de cuanto aquí se dice." El gran nadador, FranzK afka,1 920 Quizá el reto más importante de dedicarme al cine ha estado en hacer de él una forma de vida; este libro hace parte de ese esfuerzo. Hacer del cine un modo de vida lo entiendo de dos formas. En el sentido material y pedestre de lograr que el cine, como actividad,