PabloMorán Los campeonatos del mundo de Steinitz a Alekhine PABLO MORAN LOS CAMPEONA TOS DEL MUNDO De Steinitz a Alekhine EDICIONES MARTINEZ ROCA, S. A. BARCELONA Avda. José Antonio, 774, 7. Barcelona-B 0• C 1974, Ediciones Martínez Roca, S. A. ISBN 84-270-0278-5 Depósito Legal: B. 732-1975 Gráficas Diamante, Zamora, 83 · Barcelona-5 INDICE Símbolos 7 Introducción: A~ece un título 9 Primera parte LOS ENCUENTROS 11 Segunda parte LAS PARTIDAS 51 1 Steinitz-Zukertort, enero-marzo 1886 53 2 Steinítz-Tchígorín, enero-febrero 1889 63 3 Steinitz-Gunsberg, diciembre 1890-enero 1891 72 4 Steinitz-Tchigorin, enero-febrero 1892 81 5 Lasker-Steinitz, marzo-mayo 1894 92 6 Lasker-Steinitz, noviembre 1896-enero 1897 102 7 Lasker-Marshall, enero-abril 1907 111 8 Lasker-Tarrasch, agosto-septiembre 1908 119 9 Lasker-Janowski, octubre-noviembre 1909 128 10 Lasker-Schlechter. enero-febrero 1910 133 11 Lasker-Janowski, noviembre-diciembre 1910 139 12 Capablanca-Lasker. marzo-abril 1921 146 13 Alekhine-Capablanca, septiembre-noviembre 1927 153 14 Alekhine-Bogoljubov, septíembre-noviembre 1929 168 15 Alekhine-Bogoljubov, abril-jurño 1934 181 16 Euwe-Alekhine, octubre-diciembre 1935 195 17 Alekhine-Euwe. octubre-diciembre 1937 209 ÍNDICES 221 SIMBOLOS + Jaque + + Doble jaque ~ Ligera ventaja de las blancas ::¡:: Ligera ventaja de las negras ± Clara ventaja de las blancas ::¡::: Clara ventaja de las negras Posición igualada Buena jugada !! Jugada muy buena !? Jugada interesante ?! ..Jugada dudosa ? Jugada débil 1-0 Rinden negras '/1-~ Tablas 0--1 Rinden blancas. B o N al lado de cada diagrama indica a qué bando le toca [ugai , En el texto, un número entre paréntesis se refiere al número de un diagrama de la posición particular en ese momento. INTRODUCCIÓN APARECE UN T(TULO La creación del título de Campeón Mundial ha sido una obra per- sonal, y muy anterior a la aparición de un organismo que controlase las competiciones. Hasta la aparición de Steinitz a nadie se le había ocurrido emplear tan atrayente título, a pesar de que la superioridad de Staunton, Anderssen y Morphy sobre todos sus contemporáneos había quedado bien patentizada en determinados años. Cuando Steinitz salta a la palestra del ajedrez internacional, el norteamericano Morphy ya se había. alejado de las competiciones serias, así que la máxima figura entonces era el prusiano Anderssen, que había sido derrotado por Morphy convincentemente en el año 1858 en París por +2-7=2. Así pues, cuando en 1866 Steinitz venció en un disputado «match» a Anderssen por + 8-6 = O, en Londres, se autotí- tuló a sí mismo como «Campeón Mundial», ante la sonrisa de todos los aficionados, que no acababan de tomar en serio aquel pequeño jugador centroeuropeo. Objetivamente hablando, la superioridad de Steinitz en aquella época distaba de estar clara, pues al año siguiente, 1867, Kolisch y Winawer le superan en el Torneo de París, y en 1870 Anderssen se toma el desquite al vencer en el Torneo de Baden-Baden, derrotán- dole en las dos partidas que ambos jugaron. Sin embargo, Steinitz vuelve por sus fueros y vence en el gran torneo de Viena, 1873, con la satisfacción de obligar a Anderssen a rendir su rey en las dos par- tidas disputadas. Después de esta victoria estuvo bastante tiempo sin participar en torneos, pero en encuentros personales derrotó, entre otros, a Bird, 1866, en Londres, por + 7-5 = 5; Blackburne, Londres 1870, por +5-0=1; Zukertort, Londres 1872, por +7-1=4 y otra vez Blackburne por +7-0=0, igualmente en Londres, 1876. En el año 1882 reaparece en el gran torneo de Viena y obtiene el primer puesto, pero empatado a puntos con el polaco Simón Wina- wer, lo que indudablemente empalideció algo su triunfo. Durante el tiempo en que Steinitz había permanecido alejado de los torneos, nuevas figuras empezaban a brillar con fulgor propio y amenazaban el trono que él mismo se había creado. 9 Ahí están las cosas, cuando en el año 1883, en Londres, organi- zaron un torneo a doble vuelta con los mejores jugadores de la época, y que fue ganado brillantemente por Zukertort, aquel jugador que Steinitz había derrotado contundentemente en un «match» once años atrás. ¡Aquí comenzaron las tribulaciones de Steinitz!, pues hasta en- tonces, si bien nadie reconocía su título mundial, a nadie se le había ocurrido tampoco reclamar para sí tal galardón, pero he aquí que a Zukertort se le ocurrió la misma idea, y después de su triunfo -triunfo impecable. por otra parte-- se definió a sí mismo como Campeón Mundial ... Steinitz no podía consentir aquello, e inmediatamente desafió a Zukertort a jugar un encuentro decisivo en el que se aclarase quién tenía derecho a titularse Campeón Mundial. Las gestiones fueron lar- gas y laboriosas, y hasta 1886 estos dos formidables jugadores no se encontraron, tablero por medio, para disputar la supremacía. Primera parte LOS ENCUENTROS 1. STEINITZ-ZUKERTORT, 1886 El 11 de enero de 1886, en un local especial escogido por el Man- hattan Chess Club. de Nueva York, se encuentran frente a frente Steinitz y Zukertort para dirimir de una vez para siempre la supre- macía mundial. A Zukertort le corresponde la salida, y sin vacilar efectúa su pri- mera jugada: l. P4D. [La lucha que toda la afición mundial había esperado durante tres largos años había comenzado! Pero dejemos a Steinitz reflexionando su respuesta y veamos quiénes eran los protagonistas de este apasionante encuentro que acababa de comenzar. Wilhelm Steinitz había nacido el 17 de mayo de 1836 en Praga, en el seno de una familia judía que soñaba en convertirlo en un rabino. A los doce años ya mostraba en la escuela una buena dispo- sición para las matemáticas, por lo que a los 22 fue enviado a Viena a seguir unos estudios que jamás completó, pues desde los primeros días empezó a frecuentar los círculos de ajedrez, donde comenzó jugando al estilo que agradaba en aquella época, es decir, a base de brillantes ataques con sacrificios. Tanto es así, que pronto se le de- nominó como el «Morphy austríaco», por la vehemencia y la belleza de sus combinaciones. Su estilo de juego estaba muy lejos de lo que iba a ser más adelante, y nada en él presagiaba la enorme transfor- mación que aquel hombrecillo iba a imprimir en el mundo del ta- blero. El carácter hosco e independiente de Steinitz ya se manifestó en esta época, pues se cuenta que un día, jugando con un famoso ban- quero llamado Epstein, tuvo una disputa con él por motivos del jue- go. Epstein molesto le dijo: «¡Joven, tenga cuidado!, ¿no sabe usted con quién está hablando?» Steinitz rápidamente respondió: «¡Lo sé perfectamente, usted es Epstein, pero en la bolsa; aquí Epstein soy yo!» Algunos psicólogos, y con ellos el Gran Maestro Reuben Fine, cali- fican esta respuesta de Steinitz como un delirio de grandeza, pero no hay más remedio que reconocer que el futuro Campeón Mundial 13 tenía razón. pues ¡estaban jugando al ajedrez y no discutiendo sobre acciones! Durante su estancia en Viena ya se convirtió en un jugador pro- fesional, pues las partidas que disputaba, lo eran en general con una pequeña apuesta por medio. En 1862 partió para Londres para jugar un torneo internacional que fue ganado por Anderssen, y en el que finalizó en sexto lugar empatado con Barnes y Dubois. y en el que destacó por la brillantez de sus combinaciones. Londres era en aquella época la Meca del ajedrez, y no debe extrañar, pues, que allí fijase Steinitz su residencia, imponiéndose poco a poco a todos los adversarios que le opusieron. En 1874 comen- zó a colaborar en la famosa revista inglesa «The Field», analizando concienzudamente las partidas de su época y comenzando a mostrar su nueva concepción del juego. ¿Cómo se entendía el ajedrez hasta el advenimiento de Steinitz? Muy sencillo, si el objeto de nuestro juego es dar mate al rey, lo lógico era que todos los esfuerzos se concentrasen sobre el monarca enemigo para abatirlo, pero he aquí que Steinitz piensa de otra forma: lo importante es ganar la partida, y para ganar una partida hay que adquirir una serie de ventajas, con las que el jaque mate al rey lle- gará por sí solo. En unas palabras, Steinitz descubrió lo que actual- mente conocen todos los jugadores del mundo, el juego de posición. ¿En qué consiste éste? Como todos sabemos hoy, consiste en dominar las columnas abiertas, en aprovechar los peones y las casillas débiles, y en otros mil detalles que hasta entonces permanecían ignorados. Así pues, a nadie debe extrañar que, durante el torneo de Viena de 1882, el ejedrecista Adolfo Schwarz señaló a Steinitz y dijo: «Este pequeño hombre nos ha enseñado a todos a jugar al ajedrez». Allí estaban los más famosos de la época y nadie protestó, pues ya todos habían adoptado, por lo menos en parte, su doctrina, que años atrás pareció rebuscada y barroca a todos los críticos. Después del Torneo de Londres de 1883, Steinitz se traslada a los Estados Unidos, donde adquiere la nacionalidad norteamericana. ¿Qué le llevó a dicho país? Tal vez su disputa con el editor de «The Field», o tal vez el deseo de jugar con Morphy, que permanecía inactivo en Nueva Orleáns, y con quien consiguió entrevistarse, pero con la con- dición de no hablar sobre ajedrez. Seguramente, para un luchador de la categoría de Steinitz, el no poder enfrentarse con Morphy, fue una de las mayores decepciones de su vida. Retrocedamos a ese 11 de enero de 1886. A l. P4D de Zukertort, el pequeño Steinitz, el gran Steinitz, ha respondido l. ..., P4D. Los dos colosos de la época están frente a frente ... Johannes Hermann Zukertort es ahora el que medita. Había na- cido el 7 de septiembre de 1842 en la ciudad de Lublin (Polonia), de padre alemán y madre polaca. A los 13 años su familia se trasladó a Breslau y estudió química en Heidelberg y psicología en Berlín, doctorándose en medicina en la Universidad de Breslau en 1865. Ejer- 14
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