UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOSOFÍA Departamento de Teoría del Conocimiento, Estética e Historia del Pensamiento TESIS DOCTORAL La construcción del individuo moderno en dos discursos ejemplares: Giovanni Pico della Mirandola y René Descartes MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Lorena Esmorís Galán Directora Ana Isabel Rábade Obradó Madrid, 2016 © Lorena Esmorís Galán, 2015 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOSOFÍA Departamento de Teoría del Conocimiento, Estética e Historia del Pensamiento LA CONSTRUCCIÓN DEL INDIVIDUO MODERNO EN DOS DISCURSOS EJEMPLARES: GIOVANNI PICO DELLA MIRANDOLA Y RENÉ DESCARTES MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Lorena Esmorís Galán Directora Dra. Ana Isabel Rábade Obradó Universidad Complutense de Madrid Madrid, 2015 - 2 - La ocupación del hombre es el ensanchamiento de su existencia hacia lo infinito. Novalis1 Oír el corazón en un silencio nuevo, advertir el destino donde estaba el deseo. Ah verdadero amor, qué sensación de tiempo poseído, pensar en el mundo y en ti en sólo un pensamiento. Antonio Gamoneda2 A Sarah Martín y al pequeño Foucault, mis verdaderos amores, mis infinitos. 1 Novalis. Gérmenes o Fragmentos. Versión española de J. Gebser. Sevilla: Renacimiento, 2006, 27. 2 A. Gamoneda. Esta luz. Poesía reunida (1947-2004). Epílogo de M. Casado. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2004, 79. - 3 - - 4 - «A dos pasos de mí, estás tú. A dos pasos de ti, está él. A dos pasos de él, estábamos nosotros», decía un sabio. Generosidad de lo invisible. Nuestra gratitud es infinita. Edmond Jabès3 La labor de investigación y redacción de una tesis doctoral suele concebirse como un trabajo eminentemente solitario, o al menos así lo creía antes de abarcar este proyecto. Sin embargo, ahora que echo la vista atrás, he de reconocer que ese no ha sido mi caso. He contado con un trabajo de dirección impecable. En todo momento me he sentido arropada y acompañada, nunca ha habido silencio ni esperas como respuesta, pues he recibido los mejores consejos desde el respeto por el trabajo ajeno: sin imponer puntos de vista, pero cuestionando, objetando y matizando sin dejar de valorar la singularidad. Me siento profundamente afortunada por haber dispuesto de una directora de tesis excepcional. Conocí a Ana Isabel Rábade Obradó hace ya bastantes años, en un curso de doctorado sobre el Romanticismo alemán. Después, decidí empezar la Licenciatura, ¿cómo iba a doctorarme en Filosofía sin haber cursado la carrera?, por lo que me matriculé y a lo largo de los años me he ido encontrando con ella en diversos cursos y prácticas hasta que, finalmente, le propuse dirigir esta tesis doctoral. He tratado de agradecer su confianza y, sobre todo, su implicación, con la mía: he trabajado lo mejor que he podido, lo mejor que he sabido, y para mí es un privilegio presentar, bajo su dirección, esta investigación. Tras el ámbito inicialmente académico, el vínculo de la amistad me ha recompensado con toda una familia que me ha abierto las puertas de su casa y que ha soportado a «las cogito», y a sus intempestivas conversaciones sobre individuos más o menos ejemplares o libertades más o menos metafísicas… Javier, Sergio, Inés, Clara, Pablo, Mateo y Pepe, ¿cómo agradeceros esas veladas inolvidables? La solidaridad, el apoyo y la amistad no han dejado de tejer nuevas redes complutenses: Rufino Lancho gestionó con gran paciencia préstamos, reservas, peticiones y búsquedas bibliotecarias; Gemma Muñoz-Alonso me asesoró sobre el sistema de 3 E. Jabès. El libro de la hospitalidad. Traducción y presentación de S. Martín. Madrid: Trotta, 2014, 24. - 5 - citación y las referencias bibliográficas; Nuria Sánchez Madrid me facilitó textos, referencias y contactos; Mariapia Lamberti me brindó una traducción que finalmente no ha entrado en este corpus, pero con la que trabajaré en un futuro; Fernando Rampérez y Julián Santos Guerrero comparten la felicidad por este trayecto y sé de su amistad y de su alegría. Pero la fraternidad no se agota entre los muros de la academia. Miguel Ángel Muñoz Sanjuán me permitió embarcarlo en la búsqueda de libros descatalogados y clásicos perdidos en los fondos de una editorial. La verdadera recompensa tras cada hallazgo llegaba con su sonrisa. La deuda se sabe perpetua, Canívaco. Y cómo traducir a una lengua universal el afecto de Isa Bastos y Marvin Liberman, que han sabido acompañar durante todo el recorrido y brindar su ayuda siempre y cuando resultaba preciso: suyas son la generosidad y la entrega; mía, la suerte de su amistad. Lupe Grande y Paca Aguirre encarnan la familia madrileña que nos acogió cuando llegamos hace ya muchos años; con ellas discurren las charlas, inolvidables, y las tardes, rebosantes de afecto. Pepa López, Xelo López y Daniel Martín, mi familia valenciana, mi otra casa, desdibujan los kilómetros de distancia con su amorosa presencia y su constante mimo. Al otro lado del océano, la gran familia americana se concentra en dos palabras: Candace Hendrickson. Con ella completé los estudios con el montaigniano o incluso cartesiano «trato con el mundo»: viajando y conociendo gentes de diversos credos y lugares. Francisco Esmorís y María Galán hicieron posible el sueño, al inculcarme, desde la infancia, su profunda convicción acerca de la importancia de la educación, de adquirir una formación universitaria, de que nunca se sabe lo suficiente… Ellos trabajaron duro para ofrecerme lo que no estuvo a su alcance. Sé que este doctorado es la mejor manera de agradecérselo y de responder a su amor y esfuerzo. Tampoco puedo olvidar al resto del núcleo familiar gallego con el que comenzó este largo trayecto, a quienes leía el periódico, los domingos, subida encima de una mesa: Manolo, Maruja, Manolito y Gonzalo. Por último, porque todo cobró sentido al encontrarte y trenzar amorosamente nuestro tiempo de vida, descubriendo la utopía de una felicidad cotidiana; porque has sido el impulso cuando el cansancio frenaba, mi tierno aguijón contra el desánimo con tu ejemplo inigualable de perseverancia y talento; porque has asistido, con el oído atento, a cada lectura, a cada duda, a cada instante de exaltación; porque has recortado el mundo y - 6 - sus rutinas para hacerle hueco a este trabajo y regalarme tiempo fuera del tiempo para escribirlo; para ti guardo estas últimas líneas, para que en las naves cóncavas donde nuestros días se recuestan, resuene eterno el eco de estas palabras de amor y agradecimiento en el nombre propio que las convoca: Sarah Martín. - 7 - - 8 - Índice - 9 -
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