Description:—¡Ha llegado Tommy Kent! —¿No sabes?… ¡Tommy Kent está ya de vuelta! Se lo decían irnos a otros en la calle, en las tabernas, en los comercios… Y los rostros distendíanse expresando satisfacción. Ningún personaje, por importante que fuera, habría producido interés análogo. Porque Tommy Kent, el tarambana, el cabeza loca, mitad señorito mitad ranchero, era el ídolo de Bell Springs y demás poblaciones limítrofes. Se había arruinado tres veces y rehecho otras tantas. Mientras se consideraba rico no concedía importancia al oro. Nadie hubiera podido tildarle de derrocharlo estúpidamente. Se divertía, eso sí, sosteniendo que el dinero se había hecho para gastarlo, procuraba que se divirtiesen los demás, rindiendo tributo a la alegría; mas la causa esencial de sus descensos económicos debíase al prurito de que a su alrededor no anidasen amarguras fácilmente remediables con billetes. No hubo una persona necesitada que acudiese en su busca y se marchara con las manos vacías.