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Lévi-Strauss : el estructuralismo y la teoría sociológica PDF

176 Pages·1983·4.148 MB·Spanish
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L E V I - S T R A U S S el estructuralismo y la teoría sociológica por C. R. BADCOCK Traducción de Juan A lmela FONDO DE CULTURA ECONÓMICA MÉXICO Primera edición en inglés, 1975 Primera edición en español, 1979 Primera reimpresión, 1983 Título original: Levi'Straussr Structuralism and Sociolosical T he ovo ©I975.C..R. Badcock Publicado por Hutchinson & Co. Ltd., Londres D. R. © 1979, Fondo de Cultura Económica Av. de la Universidad 975, 03100 México, D. F. ISBN 968-16-0356-7 Impreso en México La antropología debe ser ecuménica. Salvador D alí (Descharnes, World of Dali, p. 68) PREFACIO No es este un libro escrito por un creyente en el estructuralismo. Si lo fuera, no creo que ayudase gran cosa a aquellos a quienes ante todo se dirige. Es un libro escrito para quienes se interesan en el estructuralismo, y en Lévi-Strauss en particular, principalmente a propósito del lugar del estructu- ralismo y de su máximo exponente en la sociología y la antropología modernas. Lo he escrito en gran medida desde el punto de vista de la teoría socio­ lógica y la historia del pensamiento sociológico. Espero que lo encuentren útil los estudiantes de ciencias sociales y el lector general que tenga cierta familiaridad con el tema. Quienes sepan más acer­ ca del estructuralismo, y en particular sobre Lévi- Strauss, seguramente no siempre estarán de acuerdo conmigo, aunque confío en que hallarán digno de consideración lo que digo. A los especialistas segu­ ramente les escandalizará la ausencia de jerigonza estructuralista y un enfoque que acaso parezca de­ masiado sencillo para las obras de un autor como Lévi-Strauss. No me arrepiento por ello, y opino que, dados los limitados propósitos del libro, la in­ teligibilidad cuenta más que la fiel adhesión al rastro —frecuentemente indescubrible— del maestro por el laberinto del estructuralismo. Si lo he recorrido en seguridad, lo debo en buena medida a los profesores Donald MacRae, David Martin y Ernest Gellner, y especialmente al profesor Percy Colien. C. H. I. ORÍGENES EN COMTE, DURKHEIM Y MAUSS Propósitos de este libro El principal interés de Lévi-Strauss, tanto para los estudiosos de ciencias sociales como para el públi­ co lector en general, reside en que es el mejor co­ nocido y más leído de los autores pertenecientes a lo que hoy por hoy se llama escuela estructuralis- ta. Es claro que él acepta esta etiqueta, pues la emplea reiteradamente en sus libros, incluso en los títulos de un par de ellos. A decir verdad, por lo que toca a las ciencias sociales puede llamarse con con­ fianza a Lévi-Strauss guía del movimiento o, cuan­ do menos, su exponente más destacado en los cam­ pos de la antropología y la sociología. El interés del estructuralismo como movimiento en las ciencias sociales procede de su pretensión, implícita o explícita, según el caso, de propóhcio- nar un nuevo modo de ver, o de captar, el hombre y sus actos. Esto es algo fundamental para todas las ciencias humanas, y para la sociología, la an­ tropología y la psicología en particular. En vista de que el hombre participa subjetivamente en ser hombre, y como sus obras constituyen su propia apreciación subjetiva, todas estas ciencias se han empeñado desde el principio en dar al hombre una nueva visión de sí mismo y una nueva conciencia de la sociedad de la que forma parte. El principal atractivo del estructuralismo reside en el hecho de q ^ h a mteijtadq hEmergesto..de una manera que pa- rece3iqn,.jrmeya. Ha .proporcionado explicaciones del hombre y la cultura en términos de lo que Chomsky llama ‘‘es­ tructuras, profundas”. Son éstas principios de funcio­ namiento mental que son inconscientes pero que el estructuralismo intenta revelar y3 en antropología y sociología cuando menos, mostrar como auténtica base del fenómeno de la cultura. En el intento de ...i- sacar a la luz estos determinantes colectivos e incons­ cientes del comportamiento, el estructuralismo de**-, empeña en las ciencias sociales un papel análogo al del psicoanálisis1 en la psicología individual. Uno y otro sostienen que proporcionan una,nueva apre­ ciación, una visión más honda de los procesos que nos afectan, pero de los que no nos percatábamos antes de que surgieran estas disciplinas. Como he­ mos de ver, uno de los propósitos principales "de este libro es mostrar precisamente cuánto debe el estruc- turaíismo.al psicoanálisis. El deseo de disponer de una. nueva conciencia de la sociedad, de una nueva visión de la cultura es, en mi opinión, el atractivo principal de las ciencias sociales en general, tanto para los estudiantes que ingresan en cursos univérsitarios sobre estas discipli­ nas, como para el público general que lee al respec­ to; Ni que decir tiene, la naturaleza'de la esperada nueva conciencia varía mucho. Hay quien considera el'estudio de "la sociología y la antropología social un medio de liberación personal de las fuerzas so­ ciales, que antes lo constreñían, pero que, una vez captadas en lo. que son, pueden ser trascendidas por i el -individuo. = Vistas asi, las ciencias" sociales hacen de desenmascaradoras de engaños, destrona- COMTE, DURKHEIM Y MAUSS doras de mitos, y la universidad se vuelve un ma­ tadero de vacas sagradas. Otros buscan en las cien­ cias sociales conciencia de las realidades subyacen­ tes a la estructura social, que nos afecta a , todos y en cuyos procesos participamos todos. Como la participación es en gran medida obligatoria, siem­ pre valdrá la pena adquirir alguna inform&Vióri digna de confianza acerca de qué es exactamente aquello de lo que formamos parte. La sociología, y el estudio de las estructuras sociales contemporá­ neas en particular, es vista como un medio que aspira a una apreciación más racional de las reali­ dades sociales,-políticas y económicas, y —es de es­ perarse— a una base más digna de confianza para tomar decisiones en este terreno. Otros más consideran que las ciencias del hombre y de la sociedad proporcionan más que nada un ahondamiento en nosotros mismos, al ampliar nues­ tra apreciación subjetiva de tal suerte que, por ejemplo, el ritual ininteligible de pueblos primiti­ vos, o incluso las acciones irracionales de miembros de nuestra propia sociedad, se tornan comprensi­ bles y parte de un cuadro significativo de nuestra propia experiencia social. Parece que el estructuralismo tiene algo que ofre­ cer a todos estos intereses, y como nueva visión del hombre y la sociedad merece, al menos prelimi­ narmente, nuestro interés serio y un intento genui­ no, por nuestra parle, de comprender lo que tiene que decir. No se trata, por supuesto, del primer movimien­ to en las ciencias sociales que formula semejantes esperanzas. De hecho, como ya he indicado, f,t?odos los científicos sociales han ofrecido, de una u otra manera, algo por el estilo; todos han pretendido proporcionar al tnenos alguna clase de discerni­ miento nuevo en;. la realidad social, y creo que si en realidad queremos entender el estructuralismo y a Lévi-Strauss —y rio sólo aprender a parlotear en su jerigonza y a repetir en momentos oportunos sus frases hechas-', debemos ver el estructuralismo, y Ja contribución de Lévi-Strauss a él, ante el fondo de las ciencias sociales en general y de la historia de la teoría sociológica en particular. Éste es, pues, el primer propósito del libro, y al que dedico el primer capítulo. Procuraré mos­ trar.que los problemas a los que se enfrenta la- obra de Lévi-Strauss le fueron legados por una ge­ neración anterior de sociólogos, por Durkheim en particular. Además, por lo general sólo se consigue apreciar como es debido la importancia de la con­ tribución de alguien a cualquier campo si se la ve en el contexto de lo que hubo antes y lo que la ge­ neró. Hasta ahora ningún libro sobre Lévi-Strauss ha intentado hacer esto, y al realizarlo me ha resul­ tado necesario, como el lector no tardará en ver, remontarme a los fundamentos de la sociología, a Comte y la Ilustración. Esto se debe a que 3a tradi­ ción sociológica francesa, a la que Lévi-Strauss per­ tenece, se inicia allí, y a que, según veremos dentro de un momento, en mi opinión sólo puede apre­ ciarse bien la posición de Lévi-Strauss en la historia de la sociología ante el fondo de su alcance íntegro. Mi segundo propósito principal es examinar a Lévi-Strauss desde el punto de vista sociológico. Se han publicado abundantes libros y artículos que consideran su obra desde el punto de vista de la antropología, la lingüistica, la crítica literaria o el estructuralismo en general (estos últimos suelen ser los más ininteligibles), pero pocos, o ninguno, se han escrito del modo como estamos acostumbra­ dos a que nos presente a Durkheim, Marx o ComLe. En mi opinión, la gran debilidad de los estudios anteriores es que, al tratar a Lévi-Strauss como a un antropólogo, o un estructuralista, o como un toro lingüfstico-estructural suelto en una cristalería socioantropológica, han reducido la importancia de sus escritos, no tomando en cuenta sus vastas im­ plicaciones filosóficas, sociológicas y metodológicas. En consecuencia, mi tercer pi*opósito importante será tratar de penetrar en este nivel de interés so­ ciológico y metodológico general en la obra de Lévi- Strauss y revelar, por vez primera según creo, los cimientos fundamentales filosóficos y metodológi­ cos de su estructuralismo. Procuraré mostrar que, como sociólogo y teórico, Lévi-Strauss puede ser comparado provechosamente con otros sociólogos, sobre una base análoga a la que nos permitiría comparar, por ejemplo, a Comte y a Pareto. Más aún, aspiro a mostrar que precisamente los m'iknos puntos teóricos y metodológicos que los sociólogos están acostumbrados a hallar y discutir en las obras de autores clásicos, aparecen también en el estruc­ turalismo de Lévi-Strauss. Esto nos conducirá a fin de cuentas a considerar el que probablemente es el más importante de tales puntos, tanto por lo que toca a entender lo que dice Lévi-Strauss como para apreciar lo que puede marchar mal en su enfoque. Me refiero a su reduccionismo. Casi todos los que leen sus obras no tardan en caer en la cuenta de que de un modo q otro está reduciendo algunos aspectos de la cultura a la operación de la mente, pero pocos aprecian cómo se las arregla para esto, y atin menos notan cómo intervienen en su sistema nociones como la de Naturaleza, a modo de expli­ cación reductiva' final. Pocos autores han dedicado especial atención a estó, pero yo me propongo re­ velar a qué precisamente se reduce el reduccionisnio de Lévi-Strauss, y demostrar que en realidad no es ni' mucho menos tan incomprensible, metafísico y original como muchos parecen sospechar. Por últi- mo intentare mostrar como el estructuralismo de Létá-Stráüss es de hecho una nueva versión del psicoanálisis, ni más ni menos, pero tal que, como jtodas Jas ...herejías psicoanalíticas, mega el cuerpo y en este caso atavía las ideas de Freud coil los aderezos de la cibernética. La' sociología cómo religión No hay ni cjue decir que los movimientos intelec­ tuales nuevos, como el estructuralismo, no se ori­ ginan de la nada. El nacimiento virginal es desco­ nocido como fenómeno' intelectual. Siempre existe la paternidad, por dudósa que sea muchas- veces. En este libro tengo el propósito de demostrar jus­ tamente Tuál es la paternidad del estructuralismo de Lévi-Strauss, y de indicar que, lejos de ser algo nuevo y desacostumbrado, se remonta en realidad a problemas de teoría sociológica y de práctica antropológica que ya existían desde el surgimiento mismo de estas disciplinas, y que desde entonces no han dejado de afectar su curso. Tal como he ob­ servado, trataré de mostrar que la versión del estruc­ turalismo debida Lévi-Strauss, probablemente la

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