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Lecciones sobre economía mundial PDF

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Lecciones sobre economía mundial [Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales]. 9ª ed., mayo 2019 ARANZADI 2020 - 10 - 26 PÁGINA 1 Lecciones sobre economía mundial [Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales]. 9ª ed., mayo 2019 Páginas iniciales LECCIONES SOBRE ECONOMÍA MUNDIAL INTRODUCCIÓN AL DESARROLLO Y A LAS RELACIONES ECONÓMICAS INTERNACIONALES Novena Edición (Director) José Antonio Alonso Rodríguez (Autores) Sara Barcenilla Visús Miguel Carrera Troyano Miguel Cuerdo Mir Dorotea De Diego Carmen Fillat Castejón Carlos Garcimartín Juan Carlos Jiménez Francisco Maeso Fernández Raquel Marín Jaime Turrión Sánchez Francisco J. Velázquez Primera edición, 2003 Segunda edición, 2005 Tercera edición, 2007 Cuarta edición, 2009 Quinta edición, agosto 2011 Sexta edición, septiembre 2013 Octava edición, julio 2017 Novena edición, 2019 El editor no se hace responsable de las opiniones recogidas, comentarios y manifestaciones vertidas por los autores. La presente obra recoge exclusivamente la opinión de su autor como manifestación de su derecho de libertad de expresión. La Editorial se opone expresamente a que cualquiera de las páginas de esta obra o partes de ella sean utilizadas para la realización de resúmenes de prensa. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45). Por tanto, este libro no podrá ser reproducido total o parcialmente, ni transmitirse por procedimientos electrónicos, mecánicos, magnéticos o por sistemas de almacenamiento y recuperación informáticos o cualquier otro medio, quedando prohibidos su préstamo, alquiler o cualquier otra forma de cesión de uso del ejemplar, sin el permiso previo, por escrito, del titular o titulares del copyright. Thomson Reuters y el logotipo de Thomson Reuters son marcas de Thomson Reuters Civitas es una marca de Thomson Reuters (Legal) Limited © 2019 [Thomson Reuters (Legal) Limited / José Antonio Alonso Rodríguez (Dir.) y otros]© Portada: Thomson Reuters (Legal) Limited Editorial Aranzadi, S.A.U. Camino de Galar, 15 31190, Cizur Menor Teléfono: 902404047 Fax: 902400010 [email protected] www.thomsonreuters.es Depósito Legal: DL NA 1284-2019 ISBN 978-84-9197-867-1 2020 - 10 - 26 PÁGINA SM-1 Lecciones sobre economía mundial [Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales]. 9ª ed., mayo 2019 Contenido Contenido Introducción Lección 1. Medición de la actividad económica (JOSÉ ANTONIO ALONSO) Lección 2. Etapas del desarrollo de la economía mundial (JUAN CARLOS JIMÉNEZ) Crecimiento y desarrollo Lección 3. Radiografía de la economía mundial (JOSÉ ANTONIO ALONSO) Lección 4. Crecimiento económico, innovación y cambio estructural (JOSÉ ANTONIO ALONSO, CARLOS GARCIMARTÍN y CARMEN FILLAT) Lección 5. Demografía y movimientos migratorios (SARA BARCENILLA) Lección 6. Problemas ambientales internacionales (MIGUEL CUERDO MIR) Relaciones Económicas Internacionales Lección 7. Balanza de pagos, equilibrio externo y tipo de cambio (JOSÉ ANTONIO ALONSO y FRANCISCO MAESO) Lección 8. Comercio internacional (MIGUEL CARRERA y DOROTEA DE DIEGO) Lección 9. La inversión extranjera y las empresas multinacionales (JAIME TURRIÓN y FRANCISCO J. VELÁZQUEZ) Lección 10. Mercados financieros internacionales (FRANCISCO MAESO) Prácticas y ejercicios por Raquel Marín I Autores 2020 - 10 - 26 PÁGINA I Lecciones sobre economía mundial [Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales]. 9ª ed., mayo 2019 Introducción Introducción. Una de las tendencias que con más fuerza caracterizan este comienzo de siglo es el manifiesto impulso que ha cobrado el proceso de integración internacional, acentuando la interdependencia entre países, por encima de las fronteras nacionales. Una parte creciente de los bienes y servicios consumidos en cualquier país tiene hoy su origen en mercados ajenos, al tiempo que hacia el exterior se encaminan parte de los esfuerzos productivos nacionales, en forma de exportaciones; los capitales fluyen entre países con una libertad notable más allá de las fronteras, sea para buscar nuevas oportunidades de inversión productiva, sea para identificar activos financieros más rentables o seguros; y, en fin, aunque con más restricciones, también las personas se desplazan más allá de sus lugares de origen a la búsqueda del empleo y de las oportunidades de progreso que sus países les niegan. Crecen, pues, las transacciones internacionales y, con ellas, los niveles de integración e interdependencia de la economía mundial. Al tiempo, acompañando a ese proceso, en ciertos ámbitos –particularmente, en los ambientales– se han acentuado las externalidades transfronterizas, cuyo tratamiento obliga a una acción coordinada a escala internacional. Es el espacio propio de los bienes públicos globales: aquellos que afectan a todos sin posibilidad de exclusión. Como consecuencia, las fronteras económicas entre los países se han vuelto más porosas, haciendo que la realidad internacional incida de modo más visible sobre las posibilidades (y riesgos) a que se enfrenta toda estrategia de progreso económico. Las afirmaciones anteriores adquieren mayor relevancia, si cabe, en un momento como el presente, en el que las economías, tras una severa crisis, parecen abocadas a un período de crecimiento más lento que en el pasado y a una visible relocalización de los centros de dinamismo económico a escala internacional. Nuevas potencias emergen procedentes del mundo en desarrollo, al tiempo que los centros de gravitación económica parecen desplazarse hacia el Pacífico. Todo ello en un contexto en el que tradicionales potencias, como Europa o Japón, parecen sumidas en dificultades económicas que afectan a su potencial de crecimiento. Estudiar esas tendencias de cambio es crucial para avizorar lo que puede ser el mundo del mañana. El conocimiento del entorno internacional se ha convertido, por tanto, en una exigencia para cuantos operan en la realidad económica. Difícilmente cabe entender los problemas económicos de un país, las tendencias vigentes en los mercados o el marco en el que se desarrollan las relaciones internacionales sin tener un buen conocimiento de los condicionantes que impone y de las oportunidades que brinda la economía mundial. Es esa realidad la que conforma el entorno internacional en que opera cualquier agente económico. Pues bien, al estudio de esa realidad global y comprensiva se dedica el presente libro. Pese a su amplitud de propósitos, la estructura del libro es deliberadamente selectiva, acogiendo aquellos aspectos que se consideran más relevantes. Una opción fácil de entender, habida cuenta de la inagotable relación de aspectos, de importancia diversa, que podrían ser objeto de tratamiento en un texto sobre la economía mundial. En este como en tantos otros ámbitos la amplitud de la materia suele estar reñida con la profundidad con la que se pueden abordar los temas. De ahí que en este caso se optara por seleccionar diez grandes lecciones, que definen otros tantos ámbitos centrales para entender la configuración de la economía internacional. Merece la pena hacer una presentación sumaria de los contenidos del libro. La primera Lección está orientada a una presentación de las macromagnitudes económicas y de los instrumentos de análisis propios de la economía aplicada, herramientas necesarias para entender el resto del libro. La Lección segunda está dedicada a realizar un recorrido histórico por las principales etapas por las que discurrió el sistema económico internacional a lo largo del siglo XX. Esta Lección se complementa con otra, igualmente introductoria, dedicada a presentar una radiografía de las principales regiones de la economía mundial, a través de sus magnitudes sociales y económicas más relevantes. La cuarta Lección se dedica a estudiar la dinámica económica y los cambios estructurales que acompañan al proceso de crecimiento y el papel de la innovación y la educación en todo ello. La dinámica demográfica mundial, incluida una consideración a los movimientos migratorios, es la materia a la que se dedica la Lección quinta. La sexta aborda otro tema de extraordinaria actualidad: los condicionantes que el entorno natural y ambiental imponen a los procesos de crecimiento económico de los países. Las cuatro lecciones siguientes se centran en ámbitos propios de las relaciones económicas internacionales. Así, la Lección séptima introduce la balanza de pagos, su estructura e interpretación, como marco general de registro de las transacciones internacionales de un país, estudiando, al tiempo, los regímenes y políticas de tipo de cambio y su relación con la política macroeconómica. La octava Lección se orienta a estudiar las relaciones comerciales, discutiendo tanto las ventajas de la inserción en los mercados internacionales como los factores que determinan la especialización comercial de los países. La novena Lección discute el papel de la inversión extranjera y de las empresas multinacionales en la configuración de los mercados internacionales. Por último, la décima Lección trata sobre el funcionamiento de los mercados financieros internacionales, prestando atención a la crisis más reciente de la economía internacional. El recorrido termina con un amplio capítulo final de Ejercicios resueltos o con solución, para que el lector compruebe el grado de comprensión adquirido con la lectura. En todas las lecciones se ha tratado de manejar la información empírica más actualizada y solvente de las existentes en el ámbito internacional. Al tiempo, se ha sido sensible a los nuevos fenómenos y tendencias que nos presenta la realidad económica internacional, para de este modo servir mejor a la interpretación del contexto en el que operan los agentes económicos. Con relación a ediciones anteriores del libro, la presente ha tratado de subrayar algunas tendencias que la realidad económica ha revelado como cruciales. Entre ellas, el papel de la formación y del capital humano en la promoción del progreso, la relevancia adquirida por las tendencias migratorias internacionales o la nueva configuración de la internacionalización empresarial a través de cadenas globales de valor. Como en ediciones anteriores, el libro persigue un doble objetivo. En primer lugar, pretende ofrecerse como material formativo para los estudiantes que han de seguir la asignatura Economía Mundial –o Estructura Económica Internacional–, que forma parte obligada del programa curricular de diversos Grados en el panorama universitario español, pero muy especialmente de los de Ciencias Económicas y de Administración de Empresas. Y, en segundo lugar, trata de constituirse en un texto útil para cuantos, más allá de las aulas universitarias, quieran adentrarse en el estudio del entorno internacional, de su configuración y de sus principales tendencias. En relación con este doble objetivo, el texto ha tratado de combinar claridad expositiva, obligada para cualquier material pedagógico, con exigencia y rigor en el análisis. La propia configuración de los capítulos, con un texto básico, recuadros aclaratorios y prácticas y ejercicios de autocomprobación, permite que tanto alumnos como lectores determinen el nivel de profundidad con el que quieren introducirse en el estudio de los diversos temas. Respecto a otras publicaciones de temática similar, la que el lector tiene entre sus manos viene caracterizada por su manifiesta voluntad analítica, de fundamentación teórica del análisis, aportando la introducción requerida a la doctrina para el análisis de los problemas económicos del presente. Es decir, se pretende ir más allá de la descripción o de la interpretación de la realidad a la que se alude, para proporcionar al lector una introducción a los instrumentos conceptuales y analíticos que la teoría económica provee. De este modo, se persigue que la lectura del libro no sólo facilite la comprensión de las claves interpretativas de la economía mundial, sino que también sirva para acercar al lector el marco teórico desde el que analizar esa realidad. El nivel al que están formuladas estas aportaciones pretende ser deliberadamente introductorio, accesible para lectores con limitados conocimientos de economía. Esta presentación del libro no quedaría completa sin hacer explícito el agradecimiento a todos cuantos participaron en el proyecto: una generación de profesores de la Universidad española que unen a una decidida vocación académica su afán por elevar los niveles formativos en las aulas, a través de una cada vez más exigente fundamentación doctrinal de los estudios de economía aplicada. La disponibilidad para acomodarse al plan original del libro y al estilo requerido para mantener la unidad de conjunto merece ser agradecida. Un agradecimiento que ha de extenderse, de forma obligada, a quien, no participando directamente en el proyecto, constituye su mentor intelectual: el profesor José Luis García Delgado. Ciertamente, sin el ánimo que imprimió José Luis García Delgado a quien suscribe estas páginas, sin su apoyo y estímulo, difícilmente se hubiese puesto en marcha esta empresa colectiva. En todo caso, la última palabra la tienen los lectores, que son los que han de juzgar si se ha acertado en la selección del tono y de los contenidos. Al fin, el propósito último del libro es hacer más comprensible el entorno económico internacional, desvelando sus factores constitutivos y sus tendencias básicas. Seguros como estamos de que ello contribuirá a hacernos a todos más conscientes de los problemas y posibilidades del mundo que habitamos. JOSÉ ANTONIO ALONSO Madrid, marzo de 2019 2020 - 10 - 26 PÁGINA RB-1.1 Lecciones sobre economía mundial [Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales]. 9ª ed., mayo 2019 Lección 1. Medición de la actividad económica (JOSÉ ANTONIO ALONSO) 1. Introducción 1. INTRODUCCIÓN A diferencia de la lógica o de las matemáticas, la economía, como la física, la biología o la sociología, constituye una ciencia empírica; es decir, una disciplina que debe dar cuenta de una realidad externa, cuya estructura y evolución pretende explicar y frente a la que debe contrastar la validez de sus hipótesis. En este caso el objeto de análisis lo constituye el sistema de relaciones sociales implicadas en los procesos de producción, distribución y consumo de los bienes y servicios que la sociedad demanda. Como consecuencia, la economía está obligada a mantener un continuo diálogo entre construcción teórica y análisis empírico, entre capacidad interpretativa y observación de la realidad. Lo que sugiere la necesidad de contar con un sistema ordenado y fiable de información para el seguimiento de la actividad económica. Tal es lo que se proponen los sistemas de contabilidad nacional, de los que se derivan buena parte de las macromagnitudes más relevantes –y de mayor uso– en el diagnóstico y análisis de una economía. Los primeros ensayos de medición económica se remontan varios siglos atrás, teniendo una finalidad dominantemente fiscal: se trataba de hacer inventario de los activos económicos de un país para derivar las posibilidades de financiación de la Corona. Más adelante, diversos autores trataron de ofrecer una visión integrada del flujo económico a través de una representación contable: es el caso de la Aritmética Política (1670) del mercantilista inglés William PETTY o de la Tableau Économique (1758) del fisiócrata francés François QUESNAY. No obstante, el punto de partida de los sistemas actuales de contabilidad nacional se produjo en la segunda mitad del siglo XX. En su configuración influyó no solo el progresivo perfeccionamiento de los sistemas estadísticos nacionales, sino también la creciente ascendencia de la nueva visión que sobre la economía aporta el pensamiento keynesiano. La contribución de Keynes es doble: en primer lugar, al crear el marco teórico propio de la macroeconomía, generó las categorías analíticas básicas –demanda agregada, consumo, inversión...– sobre las que, después, se erigirá la contabilidad nacional; en segundo lugar, al argumentar la necesidad de una más activa implicación de las autoridades económicas en la regulación del ciclo económico, justificó la necesidad de que estas dispusieran de una información precisa y continuada sobre la vida económica. Sobre estas bases, y bajo la dirección del premio Nobel de Economía Simón KUZNETS, se elaboró la metodología básica para la determinación del PIB y para la posterior definición de las Cuentas Nacionales. La necesidad de disponer de procedimientos comunes de registro a escala internacional motivó que Naciones Unidas se implicase en la elaboración de una metodología internacionalmente homologada para medir la actividad económica. Esa metodología se adapta después, con precisiones menores, a las condiciones de los diversos países o regiones. Pues bien, en España, por ejemplo, se aplica la versión elaborada por la Unión Europea, el llamado Sistema Europeo de Cuentas o SEC-2010, que es la metodología a la que se referirá esta Lección. Una Lección que comienza con la representación del ciclo de la actividad económica como punto de partida para conocer las diversas vías a través de las que se puede estimar la renta de un país, al tiempo que se define el concepto del valor añadido, base sobre la que se configura el Producto Interior Bruto (PIB) como principal macromagnitud económica. El epígrafe tercero está dedicado a discutir el significado del PIB y sus limitaciones para medir el nivel de desarrollo de un país, presentándose también los diversos métodos de estimación de esa macromagnitud. El epígrafe termina con el estudio de otros agregados económicos, derivados del PIB, de igual relevancia para el diagnóstico de una economía. Conviene advertir, sin embargo, que no se pretende hacer una exposición detallada de la estructura del sistema de cuentas nacionales: para ello existen otras publicaciones especializadas que se citan en la orientación bibliográfica del capítulo. Lo que se pretende es introducir al lector al significado de las macromagnitudes y al sentido de las operaciones básicas para el manejo de la información económica: un requisito para alcanzar la adecuada comprensión del resto de los capítulos del libro. Una parte importante de los problemas que plantea el manejo de la información económica es que las variables evolucionan con el tiempo, reflejan las consecuencias del cambio en el nivel de los precios y se expresan, en ocasiones, en monedas diferentes: el modo de afrontar estos problemas es tratado en el epígrafe cuarto, que expone un instrumental analítico sencillo para las comparaciones de las magnitudes económicas en el tiempo y en el espacio. Para diagnosticar la situación de una economía en ocasiones no basta con tener información de sus magnitudes agregadas, también importa conocer cómo esas magnitudes se distribuyen en la sociedad: este es el tema al que se refiere el epígrafe quinto. Por último, se estudiará el intento más exitoso de definición de un indicador alternativo al PIB para determinar el nivel de progreso de un país: el índice de desarrollo humano (IDH), propuesto por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La Lección termina con un epígrafe de recapitulación, donde se hace recuento de las principales ideas expuestas a lo largo del capítulo. 2020 - 10 - 26 PÁGINA RB-1.2 Lecciones sobre economía mundial [Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales]. 9ª ed., mayo 2019 Lección 1. Medición de la actividad económica (JOSÉ ANTONIO ALONSO) 2. La representación de la actividad económica 2.1. El circuito económico 2.1. EL CIRCUITO ECONÓMICO Una forma intuitiva de aproximarse a los problemas relacionados con la medición de la actividad económica es a partir de un esquema simplificado de las transacciones que realizan los distintos agentes en el seno de una economía. Para ello, y en un primer paso, se considerarán solo las transacciones reales (es decir, las asociadas a la producción de bienes y servicios) en una economía cerrada, para pasar, posteriormente, a abrir la economía a las transacciones internacionales. Pues bien, en ese tipo de economía existirán dos mercados, el de bienes y el de factores, y tres tipos de sectores institucionales, los hogares, que son unidades consumidoras, las empresas, que son unidades productoras, y las Administraciones Públicas, que son unidades mixtas. En principio, las familias brindan sus factores –trabajo y capital– a las empresas, que los requieren para la puesta en marcha de la actividad productiva. A cambio, la empresa retribuye los servicios de estos factores con las correspondientes rentas, en forma de sueldos y salarios o de intereses, alquileres y dividendos. A su vez, las empresas generan bienes y servicios que venden en el mercado para que sean adquiridos por los hogares. Por último, las Administraciones Públicas contratan factores, aportados por los hogares, a cambio de su correspondiente retribución, y generan servicios que son consumidos por los hogares y por las empresas. Buena parte de estos servicios no tienen precio de mercado, por lo que las Administraciones Públicas recurren para financiarlas a la detracción de impuestos, tanto a familias como a empresas. Al tiempo, las Administraciones Públicas realizan actividades redistributivas entre los agentes económicos, lo que da lugar a la canalización de transferencias (a través de subvenciones y subsidios) (Gráfico 1). A la vista del esquema ofrecido, la renta de una economía podría aproximarse en cualquier parte del circuito: bien estimando el valor de los bienes y servicios finales producidos por las empresas y las Administraciones Públicas, bien considerando el gasto realizado por los hogares y las Administraciones Públicas al adquirir esos bienes y servicios, bien valorando las rentas de donde procede la capacidad de gasto de los hogares y de las Administraciones. En principio, estas tres opciones –que anticipan las tres vías de estimación del PIB– necesariamente deben arrojar el mismo valor. Gráfico 1. Circuito de la renta de una economía cerrada Este primer esquema puede complicarse abriendo la economía al mercado internacional, introduciendo las transacciones con el exterior. Tres son las variaciones básicas que la incorporación del resto del mundo comporta: en primer lugar, han de considerarse las transacciones de bienes y servicios, registradas como exportaciones e importaciones; en segundo lugar, se registra el cobro por los servicios de factores (trabajo y capital) nacionales en el exterior y el pago por los servicios de factores extranjeros que operan en el país; y, finalmente, deben tomarse en cuenta las transferencias, operaciones sin contrapartida (ingresos y pagos) que puedan existir con el resto del mundo (Gráfico 2). La consideración de este conjunto de transacciones incorpora ciertas alteraciones en la estimación de la renta. Si se adopta la perspectiva del gasto habrá que considerar que parte de los bienes y servicios consumidos por los hogares no han sido producidos en el país (son importaciones); y, a la inversa, hay bienes y servicios producidos que no se consumen en el interior (son exportaciones). Si se adopta la perspectiva de la renta, habrá de tenerse en cuenta que una parte de los factores nacionales puede estar operando en el exterior, mientras que puede haber factores extranjeros que operen en el país. Este hecho da pie a distinguir entre magnitudes nacionales (por ejemplo, el Producto Nacional Bruto o PNB) y magnitudes interiores (como es el caso del PIB): en el primer caso habrá que sumar, a las rentas de los factores en el mercado doméstico, las obtenidas por la actividad de los factores nacionales en el exterior, restando las correspondientes a los factores extranjeros que operan en el país. Por último, la existencia de transferencias no altera la estimación del PIB, pero sí la capacidad de gasto del país, lo que determina la Renta Nacional Bruta Disponible (RNBD). Gráfico 2. Circuito de la renta en una economía abierta Cabe enriquecer el esquema incorporando las transacciones financieras, lo que requiere incorporar un nuevo mercado donde operan los intermediarios financieros (banca, cajas de ahorro, instituciones de seguro o bolsa) vendiendo y comprando títulos financieros. Una parte de las rentas que obtienen los hogares las dedican a financiar el consumo, pero otra la pueden ahorrar para futuros consumos. En ese caso, cederán su ahorro a los intermediarios financieros en forma de depósitos o de la adquisición de otros títulos de mayor rentabilidad. Y, a la inversa, puede haber hogares que deseen, en un momento determinado, un gasto superior al que permite su renta, lo que les obligará a pedir prestado o a deshacerse de depósitos o títulos previamente adquiridos. De igual modo, las empresas pueden acudir a los mercados financieros para financiar su actividad inversora, a través de la emisión de títulos o del endeudamiento; y pueden colocar sus ahorros en forma de depósitos o de adquisición de títulos. Y similares operaciones pueden realizar las Administraciones Públicas, al demandar financiación o realizar préstamos al conjunto de la economía. Finalmente, si se considera una economía abierta, habrá que tomar en cuenta los préstamos o la compra y venta de títulos en el mercado internacional. En el recorrido realizado se han realizado dos omisiones que conviene precisar. En primer lugar, no se ha considerado la existencia de las instituciones privadas sin fines de lucro, que es otro sector institucional contemplado por la contabilidad nacional. Se otorga esa denominación a un conjunto heterogéneo de entidades que prestan servicios (igualmente diversos) a los hogares, entre las que se encuentran, por ejemplo, las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las fundaciones; su limitado peso económico justifica que no se hayan considerado en esta presentación simplificada del circuito económico. En segundo lugar, se ha supuesto que todos los bienes y servicios generados por las empresas están destinados a ser consumidos por los hogares o las Administraciones Públicas: se trata de una evidente simplificación, ya que parte de los bienes y servicios son destinados a las propias empresas para nutrir sus respectivos ciclos productivos, a través de los consumos intermedios. Este hecho es el que permite distinguir entre bienes y servicios finales e intermedios, así como acceder al concepto de valor añadido al que se refiere el siguiente subepígrafe. 2020 - 10 - 26 PÁGINA RB-1.3 Lecciones sobre economía mundial [Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales]. 9ª ed., mayo 2019 Lección 1. Medición de la actividad económica (JOSÉ ANTONIO ALONSO) 2. La representación de la actividad económica 2.2. Producción y valor añadido 2.2. PRODUCCIÓN Y VALOR AÑADIDO La simplificación de la que se ha partido en el subepígrafe previo es admitir que coincide el valor de los bienes y servicios generados y las rentas pagadas por el servicio de los factores productivos que se han utilizado. Semejante coincidencia solo tiene lugar en ausencia de consumos intermedios. Este es un supuesto que resulta poco plausible porque en la mayor parte de los casos las empresas requieren materias primas o componentes, consumos intermedios en suma, en su proceso productivo. Es claro que el valor de estos consumos intermedios se desplazará al valor de los bienes y servicios finales que los contienen. Lo que sugiere la conveniencia de distinguir entre el valor de la producción efectiva (o total), que es el valor de los bienes y servicios generados por la empresa, y el valor añadido, que es la parte de valor agregada por ese proceso productivo, respecto del que aportan los input intermedios consumidos. Así, por ejemplo, si para producir 1 euro de pan se requiere consumir 10 céntimos de harina, 1 céntimo de agua y 4 céntimos de energía eléctrica, el valor de la producción efectiva del panadero será equivalente a 1 euro, pero el valor añadido de su proceso será 85 céntimos. Es decir, el valor añadido bruto (VAB) es equivalente a la diferencia entre el valor de la producción efectiva –o valor de la producción total (VPT)– y el coste de los consumos intermedios (CI) utilizados en esa producción. Esa diferencia irá destinada bien a la remuneración de los asalariados (RA), a través de sueldos y salarios, bien a retribuir el capital empleado –alquileres, intereses o dividendos–, que representan el excedente bruto de explotación (EBE). En términos generales: VAB = VPT – CI = RA + EBE (1) Para entender el problema que plantea la existencia de consumos intermedios conviene trasladarse desde la visión de un proceso productivo concreto al de la economía en su conjunto. Si el valor de lo producido por una economía fuese estimado a través de la agregación de la producción total de todos y cada uno de los procesos productivos se estaría incurriendo en una doble contabilización, ya que los consumos intermedios formarían parte del valor de la producción final tanto de quienes generan esos bienes como de quienes los consumen. Para evitar este problema se puede recurrir a dos procedimientos que conducen a resultados estrictamente equivalentes: bien se considera el valor de los bienes y servicios finales (omitiendo el de los consumos intermedios empleados), o bien se recurre a sumar los valores añadidos por cada uno de los sectores de una economía. Cuando estos cálculos se refieren al conjunto de una economía dan lugar al concepto de Producto Interior Bruto o PIB. El PIB nace como macromagnitud económica que trata de estimar el valor de los bienes y servicios generados por una economía sin incurrir en doble contabilización, por lo que considera solo los bienes y servicios finales (que es lo mismo que considerar la suma de los valores añadidos de todos y cada uno de los sectores productivos). Antes de analizar el PIB conviene advertir que el valor añadido se puede aproximar a través de diversos criterios de valoración, de acuerdo con el tratamiento que se le dé a los impuestos. Hasta el momento, para determinar el valor añadido se estaba considerando que solo existían productores y consumidores: no obstante, la presencia de las Administraciones Públicas incorpora impuestos y subvenciones que pueden alterar el valor de los bienes y servicios producidos. Esos impuestos se denominan, de forma agregada, impuestos (y subvenciones) sobre la producción y las importaciones. A su vez, dentro de este amplio grupo cabe distinguir dos tipos de figuras que participan de forma diferente en los criterios de valoración: los impuestos (y subvenciones) sobre los productos, que se pagan en función de la cantidad o del precio de los bienes y servicios producidos o importados (estarían dentro de esta categoría figuras como el IVA, los impuestos especiales sobre la gasolina, el tabaco o las bebidas alcohólicas o los aranceles); y los otros impuestos (y subvenciones) sobre la producción, que se pagan por la actividad en sí, con independencia de la cantidad o precio de los bienes y servicios producidos (que acoge figuras como el impuesto sobre la actividad económica, sobre bienes inmuebles o las licencias). A partir de esta diferencia, la contabilidad establece tres criterios básicos de valoración: • Precios básicos: corresponde al valor con que el producto sale de la unidad económica que lo genera. Es equivalente, por tanto, a la suma de la retribución de los factores y el importe correspondiente a otros impuestos (netos de subvenciones) sobre la producción. Si el importe de estos impuestos no se tuviese en cuenta se daría lugar a la antigua valoración a coste de factores, que ya no existe en los criterios contables actualmente vigentes. • Precios de productor: resultan de agregar a los valores a precios básicos los impuestos (netos de subvenciones) sobre productos e importaciones, con la excepción del IVA. Se corresponde con el antiguo criterio de valoración de precios de salida de fábrica. • Precios de adquisición: se corresponde con los precios efectivamente pagados por los consumidores en el mercado: al precio de productor en este caso ha de sumarse el IVA que grava los productos en el momento de su adquisición y los márgenes correspondientes a la distribución y transporte de los bienes y servicios. Esta valoración recibe también el nombre de precios de mercado. De estos tres criterios, dos son los que se suelen utilizar para determinar el valor añadido: precios básicos y precios de adquisición (o de mercado). Conviene advertir que cuando se determina el valor añadido, cualquiera que sea el criterio de valoración, los consumos intermedios se deducen del valor de la producción total valorados a precios de adquisición: no en vano para el productor ese es el coste que le supone obtenerlos en el mercado. Para cerrar este apartado conviene hacer una última precisión: antes se aludió al valor añadido bruto, sin explicar su significado y sin distinguirlo del valor añadido neto. La diferencia entre ambos radica en el consumo de capital fijo que, si bien entra en el primero de los conceptos, se excluye del segundo. Parte de las rentas de la propiedad derivadas del proceso de producción (el excedente bruto de explotación) han de dedicarse a reponer el capital empleado (amortización), sea por su deterioro físico, sea por su obsolescencia técnica. Cuando este coste se deduce del valor añadido bruto, se obtiene el valor añadido neto (de igual forma, si se deduce ese componente del excedente bruto de explotación se obtiene el excedente neto de explotación). ANOTACIONES

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