Description:El alba había hecho su aparición. A aquella hora, la tierra del desierto de Nevada aparecía roja y su aridez ayudaba a presentir aquel lugar, especial para pruebas automovilísticas, como un paisaje extraterrestre, marciano. El bólido amarillo rabioso contrastaba con el negro de las ruedas recién estrenadas, unas ruedas grandes, enormes, pues su radio era de tres pies y cinco pulgadas. —Impresionante, ¿verdad? —preguntó Jack Foster mientras ceñía las correas del casco protector de barbilla que se estaba colocando, un casco especial para pilotos a reacción. —Diabólico —opinó Randall, famoso periodista deportivo, especializado en el mundo del motor. —Diabólico no, es fantástico, excepcional. Es lo mejor que han producido nuestros talleres —dijo un tercer personaje ampulosamente, abriéndose de brazos como receptor de un gran triunfo.