AnalesdeHistoriae/elArre 155N:0214-6452 2001,II: 93-230 Las Musas y la Inspiración de/poeta: A propósito de «El Parnaso» de Nico/as Poussin del Museo del Prado ANTONIO MANUELGONZÁLEZRODRÍGUEZ Todos lospoetas épicos, enefecto, los buenos poetas,recitan todosesos bellos poemas,no precisamentegracias aun arte, sinoporestarinspiradosporundiosypor estasposeídos de él. Otrotanto hayquedecirde losbuenospoetaslíricos: (...) desde el mismo momentoen quehanpuesto elpieen laarmoníay enelritmo, son arreba- tados portransportesbáquicos, ybajola influenciadeesta posesión, semejantesalas bacantes que, cuando están poseídas de su furor, beben miel y leche en los ríos, cosaqueno hacencuandoson dueñas de surazón, esomismo hacetambiénel alma delospoetaslíricos,comoellosmismos lodicen.Lospoetas, enefecto,nos dicenque ellosliban susversosen fuentesde miel, enciertosjardines yvallesdelas Musas. PLATÓN,Ion,533e-534b La obra pictórica que es objeto de este ensayo’ es El Parnaso de Nicolas Poussin, perteneciente alprimerperíodo de estancia del artistaenRoma, yreali- zadaentre 1631 y 1632. Fechaaceptada, comúnmente, por lamayorparte de los estudiososdel pintor. Fue contemplada porFélibien, uno de los primeros biógra- fosde Poussin,el28 deagosto de 1647’bis En 1684 esvendidade formaanónima a Banqueting House, Whitehall (Londres), como «Mount Parnassuss. El 4 de agostode 1701, apareceen el inventario de laCollectionJean Neyretde la Rayo- ye. En 1714, en la Collection Jacques Meyers de Rotterdam (proveniente del Gabinetedel Duque de Gramont). En 1746 se encuentraya enlas coleccionesrea- les de Felipe V, en el Palacio de la Granja de San Ildefonso, con el número 95. Probablemente ya se encontraba en dicha colección desde 1737-38. En 1827 es depositadaen el Museodel Prado procedentedel Palacio de Aranjuez.Sus medi- das aproximadas son 1,45 m x 1,97 m, pues el lienzo fue cortado cuidadosa- mente enfecha desconocida.La obrahasido sometidaados restauraciones cono- cidas: en 1854 fue forrado el lienzo y en 1982-83 fue objeto de una admirable ElpresenteensayofueleídoenelCiclodeConferenciasdelMuseoNacionaldel Prado,eldía25 defebrerode 2001, y,Delaporte,«AndréFélibien enItalie, l647-49. SesvisitesáPoussinetClaudeLorrain,, en ibis GazcítedesBeouxArts, LI, 1958,pp. 93-214,enespecial,p. 202,nota 18. 193 AntonioM. GonzálezRodríguez LasMusas ylaInspiración delpoeta... restauración y limpieza porparte de Rafael Alonso, uno de losmás prestigiosos restauradores,que enlaactualidad prestasus servicios enel Museodel Prado. Hoy podemos contemplarla entodo su esplendor. La obrareflejaunairede «apacibleplenitud esplendente»,como correspondeal Parnaso Apolo. rodeadoporelcoro delas NueveMusas y porungrupo de Poetas 2~ y eruditos laureadosofrece eldivino néctaro ambrosíaa unode ellos,que inclina- do le hace entrega de uno de sus libros, mientras una de las Musas le impone la coronadelaurel. Asus pies,aparece radiante, en lablancura inmaculadade su des- nudez, una ninfa, tal vez, la ninfa Castalia, hija de Aqueloo, que perseguida por Apolo en elParnasose ahogóen lafuente de laque tomará su nombre Todos los ~. poetas seprestan abeber de ladivinae inspiradora fuente,ayudados por losamor- cilIos, que solícitos, les acercan sendos cuencos. Encontramos aquíesadisposición teatral, a modo de estrado, que se convertirá en una característica esencial de sus obrasposteriores. Unagama cromáticaarmónica, abasede azules y ocres dorados completan estaatmósfera de claridad, simplicidady transparencía. Poussin debió realizar undibujo preparatorio deestecuadro, hoy conservadoen el Paul Getty Museum (Malibu), que Blunt fecha unos años antes que el lienzo, hacia l627~. El dibujo aligual que elcuadro parecen estar basadosen el Parnaso de Rafael de laStanza dellaSegnattn-a del Vaticano, realizado, fundamentalmente, apartirde ungrabadode Marcoantonio Raimondi sacadode un dibujo o de unesta- dio previo del fresco de Rafael, ajuzgar por los cupidos que revolotean sobre las figuras y que noaparecen en laobra definitiva delurbinate. Apesarde las influen- cias rafaelescas,encontramos en la obradePoussinnotables diferencias. En primer lugar, nuestro artista ha reducido el número de los poetas laureados. Apolo no ocupa el centro de lacomposición. Los árboles noaparecen tan distanciados como enel fresco delVaticano. EnlaobradePoussin,los árboles ordenan lacomposición de izquierda a derecha, siguiendo un ritmo muy peculiar y personal de nuestro artista.Estoselementos verticales amodode cesuras rítmicas, presentes en eldibu- jo, debían constituir ejes fundamentales de la composición. Contrastan con las horizontales que crean lasfiguras y los accidentes del terreno (laslíneas básicasdel suelo),como la caídadel agua de la fuente. Estas verticales dan a lacomposición general un equilibrio armónico a laagitación o movimientos de lasnueve Musas. Constituyen loqueen lamúsica delaépoca podíaser el hasso ostinato, que marca el ritmo cadencial sobre el que se estructura la línea melódica. Movimiento y quietud, he aquílos dos polosdeestedesplieguecoral delas inspiradorasde lacre- atividad (poética, artística, musical ycientífica). Se pueden notar, asimismo, gran- F.Calvo Serratíer,Nico/osPoussin(Elartey suscreadores),Madrid,Historia16, 995, p. 38. - HasidoidentificadaerróneamentecomolaninfaHipocrene,quetomasunombre delahomónima fuentesurgidacuandoPegasogolpeócon sucascola superficiedelMonteHelicón(Tebas).Vid. mfra. P. Rosenberg-L.A.Prat,Nico/osPoussin, 1594-1665, Catalogueraisonnédesdessins,Milán,Leo- nardoEditores, 1994,t. 1.PP.70-71.A. Bluní,Nico/asPoussin,Londres,Phaidon Pres~, 967. Ana/esdeHistoriae/elAro’ 194 200, :193-230 AntonioM. GonzálezRodríguez LasMusasylaInspiración de/poeta... des diferencias o discrepanciasentreel dibujo preparatorioylapinturadefinitiva, en especial, en la ausencia, en aquél, de la ninfa desnudaque, en cambio, sedestaca perfectamenteenelcuadro, yque modificatotalmentelaarmoníadel conjunto. Sólo la figura del poeta del extremo de la izquierda ha sido conservada en su aspecto general, eneldibujo. Inclusovaría completamente laubicación o disposición delas nueve Musas. La espontaneidady frescuradel dibujo se atempera en ellienzo. Si bien, se recupera en la brillantez y las pequeñas motitas blancas, que aparecen diseminadasportodo el cuadro, enparticular,en lashojas de loslaureles quecoro- nan las cabezasde lospoetas y eruditos, que dan al cuadro un casiimperceptible temblor que contrasta con la aparenterelajación o distensión de estas figuras, sin dudainspiradas enlaestatuadaantigua, por sus posesy ademanes. En el dibujo, Poussin sigue más de cerca la obra de Rafael: Apolo aparece tocando, al igualque en elfresco,lalirada braccio; laMusaque seencuentraenel centro, sentada,ala derechaescasi calcadade laque,en laobrade Rafael, aparece sentada en igualposición. El carácterpiramidal de lacomposición, en eldibujo, y que seencuentraenRafael, desapareceen el lienzo; aunque,enéste,notemosque la composición se abre en ángulodesde el centro inferiorhacialo lados (unaoblicua pasaporlafiguradel cupidode la izquierday continúaenelbrazode latercerafigu- ra de la izquierda, aligual que ocurre en el lado contrario. Un ángulo que se abre paradar paso alavisión central. El ParnasodePoussin es,porotraparte, ligeramente mas animadoque eldeRafael, sibienéste se nospresentaen todasu sublime quie- tud,pero mucho más estático que enel dibujo. El Parnasoes,junto alTriunfo de David (casi de la misma época, 1930-31, aunque otrosestudiosos lo sitúan ligera- mente anteriorentre 1927-29) las dosgrandes obras dePoussin, del primerperiodo romano queconservaelMuseo delPrado. Unaobramuy importanteenlaevolución 5. del artista,quecautivata aBellori,queladescribeensuVitadiNicolasPoussin ELPARNASO DEPOUSSIN: MÚSICAY PROPORCIONES Hemos descompuestoelcuadrode Poussin siguiendoun sistemamuy simplede proporciones. Paraello, hemos establecidounaprogresiónhabitual enlos pintores y arquitectos desdeelRenacimiento: laprogresión geométrica (4,6,9); estoes, elpri- mertérminoesal segundo, comoel segundoes altercero: Wby b/c; 4/6 esigual a 6/9, en ambos casos surge unmismo cociente: 2/3. Ya desdePlatón se nos advierteque para establecer una excelente proporción es indispensable, como mínimo, contar con tres puntos. Y aquí encontramos, el número sagrado para Platón: el tres (3). Poussinparecehaberlo tenidoen cuentaalahorade determinarelnúmerode figuras contenidas en la composición de El Parnaso. Partiendo delnúmero de las Musas, esto es, nueve, éstas no serían más que la suma tres veces el tres. Los personajes fi. P. Bellori,Leyutedepillorí, sculíoriedorc’hiteííimoderni,Turín, Ed.Finaudi, 1976. Analese/eHistoriae/e/Arte 195 200I, II: 93-230 AntonioM. GonzálezRodríguez LosMusasy laInspiración delpoeta... modernos (poetas, sabiosy artistas) sumannueve. El restode figuras: Apolo, lanin- fa Castalia, Erosy los Amorcillos, suman, igualmente, nueve. Por lotanto, tenemos tres vecestres quedan nueve, y tresveces nuevequedan veintisiete. Veamoslo que Platónnos dice ensu Timen: «Noes posibleunir biendoselementos aisladossin un tercero,yaque es necesario un vínculo en elmedioque losuna. El vínculomásbello es aquélquepuede lograrqueélmismo y los elementos porél vinculadosalcancenel mayorgrado posiblede unidad.Laproporción eslaquepornaturalezarealiza estode lamaneramás perfecta» (3Ib).Platónestablece una relaciónnumérica quenoexce- dedel número 27,relación proporcional queel constructor deluniverso utilizó para embellecera éste. Unarelación enlaque estabancomprendidos los intervalos musi- calesperfectos: el intervalo deoctava (diapason) (1/2), el intervalo dequinta (dia- pente) (2/3) y el intervalo de cuarta (diatessaron) (3/4). La proporción que hemos escogido (4:6:9)comprende dosquintas, es decir, dos fraccionesde (2/3).Porello,el (6),musicalmente haceuna simetríaentreel (4)y el(9), estoes, (2/3) y (2/3).Si nos fijamos en lacomposicióndePoussin,Apolo deberíaestaren elcentro geométricodel rectángulo,por ser lafigurade mayorrango. Pero no sucedeasí. Esel poeta queva a sercoronado quienocupadichaposición. El diosestáligeramentedesplazado haciala derecha. Estaincongruenciaesresueltamusicaimente, pues,Apoloocupa dehechoel centro,pero elcentro musical de este rectángulo, que es la cesura (6). La composi- ción,en general, estáperfectamente equilibrada, como puede verse por la descom- posición,peroel desplazamientodeApolo leconfiereuna ciertamovilidad, destina- da, sin duda,aanimar laaparente quietudque se respira en todala obra. Poussin estaba familiarizado con lateoría musicalde su época, queconocíaper- fectamente. En una carta dirigida a su amigo Jean Fréart de Chantelou, desde Roma, de 24de noviembre de 1647, Poussin seextiende en unalarga disquisición acerca de los modos musicales y su aplicación a la pintura. La carta utiliza frag- mentas extraídos del famosoensayo teórico de Giuseppe Zarlino,Istitutionihar- moniche publicado en Venecia en 1558, considerado unode los más grandes e 6 interesantes tratadosmusicalesdel Renacimiento italiano: «Nuestros buenos griegosantiguos -escribePoussin-, inventoresdetodas las cosasbellas,descubrieronvariosmodos pormediodeloscualesprodujeron maravillososefectos. Esta palabra ‘modo’ significapropiamente larazón o la medida (estoes, laclave de laquenos servimos para hacer unacosa, la cual nosconstriñeano irmás allá,haciéndonosoperar entodas lascosasconcierto equilibrioymoderación, y,porconsiguiente, talequilibrioymoderación noson sinociertamanerau ordendeterminadoy firme,pormediodel cuallacosase conservaen su Ser.» Aplicado alapintura, significaque las composicionesdebenestarelaboradas en función de unaclave, deun modo, comoen laMúsica; deben estar sometidasa una 6 ~, Zarlino,Leistiturioniharnioniche,Bolonia, EJ.A.Forni, 999. N.Poussin, Cortosyconsideracionesentornoa/arte~,Madrid, Visor, ¡995.p. III. AnalesdeHistoriadelArte 196 2001.11: 93-230 AntonioM. GonzálezRodríguez LosMusasyloInspiración delpoeta... dominante. Poussin, al igual que Zarlino, habla decinco modos fundamentales o básicos: elmodo frigio («vehemente,furioso, muysevero y provocadorde sorpre- saen laspersonas», elutilizado paratemas de guerras espantosas, porejemplo, en El Rapto delas Sabinas), elmodo dórico («estable, gravey severo» aplicado a materias graves, severas y llenas de sabiduría, reclama los colores austeros del dórico como en Paisaje con Píramo y Tisbe o en El Invierno o el Diluvio o Coriolano), elmodo lidio (grave y triste,aplicado aasuntos lamentableso patéti- cos, y asuntos amorosos, con largas curvas, con colores densos y sombríos, escan- sión vertical, comoen laLamentación sobreel Cristomuerto), el modobipolidio («que contiene en síuna cierta suavidad y dulzura, que deja el almade los obser- vadores henchida de alegría», acomodándose a materias divinas, a la gloria y al paraíso, como)y,por último, elmodojónico (alegrey vivo (movido)propiode las danzas, de lasbacanalesy de las fiestas «porserde naturalezajocosa»). El modo o clave musical que nuestro pintor aplicó a su Parnaso es, sin duda, el hipolidio, caracterizado por unagamacromática suave, de dulces tonos,porelentorno para- disíaco, por su dibujo yademanes suaves: una suave tonalidad azulada y dorada, evoca, sin duda, la frescura y encantamiento de la escena alegorizada. Todo ello encaja perfectamente, aquí, conestaclave omodohipolidio. Lateoríade los modos permite aPoussinabordar elcuadro y lacomposición a partir de una clave o de una dominante general, que esté en consonancia con la temáticay elespíritudel temaescogido. El artistadebe saberelegir en funcióndelo quequiere provocarenel ánimo o espíritudel observadorodelespectador; esto es, debeencontrar laproporción de las formas,los ritmos, los colores y los arabescos adecuados. Debe variarel tonoen funcióndeltema: megoque creanqueno soy «... de esos que cuando cantan usan siempre el mismo tono, y que sé variar cuando quiero», le escribe a su amigo Chantelou, desde Roma el 24 de marzo de 16478. Invocacomo argumentode autoridad, unejemplo delapoesía antigua: «Así ha hecho Virgilio en todo su poema, porque a sus tressuertes de hablar,acomoda el sonidoque lees propiodelverso contalartificio quepro- piamente parece que ponga ante los ojos con el sonido de las palabras las cosas querefiere, de suerteque,dondehablade amor, sevequecongran arte haelegido palabrasdulces,placenteras y llenasde graciaparaeloído;ydonde ha cantado un acontecimiento de armas o descrito unabatalla naval o una catástrofemarítima, ha elegido palabras duras, ásperas y desagradables, de 9 maneraquealoírlas,provocanespanto.» El pintorha de imitar a los «buenospoetas» conlos mediosque leofrece su arte, ysaber variarsu estilo según laconvenienciadel tema No se trata de sim- . píes recetas, aplicadas de forma mecánica. Encontramos en sus obras, más bien, =4P.oussin,op. cil.,p. 106. =4.Poussin, op. cil.,p. 112. 197 AnalesdeHistoriadelArle 2001,II: 93-230 AntonioM. GonzálezRodríguez LosMusas yloinspiracióndelpoeta... una conciencialúcidade los medios plásticos, usados de ordinariopornuestropin- tor, demodocasi instintivo y noracional o frío.Otorga acadaescenauna emoción peculiare inédita. La inspiraciónque reclama paraelpoeta, lareclama, también, para sí mismo. Sus obras están atravesadas por una íntimay cálida inspiración. Este método de Poussin resultabanovedoso para su época, pues lo normal eraque los artistas trataran de encontrar un estilopersona, reconocible, y adaptaran sus temas almismo. LoquePoussin reclama, encambio, esque los artistas adapten su estilo a los temas escogidos. Una alta exigencia, sin duda, la depermanecer uno mismo, apesarde estacontinuanecesidad de variar. Muchos artistas quetrataron de ponerlo en práctica, como Le Bmn, Watteau, Boucher, Fragonard e,incluso, Dejacroix, experimentaron grandes desasosiegos al cambiarsu maneraoestilo de cuadroencuadro. Es aquídondeencontramos, en efecto, laplenaoriginalidadde Poussin: laprimacía otorgadaa laIdeano se separa dela primacíadadaalaorga- nizaciónplásticadelcuadro. Unagenial síntesis, sin duda.Con su peculiarestilo y método, Poussin mostró a los pintores de la Escuela Moderna la vía de un retomo a la tradición sublime de los antiguos. Las recreaciones posteriores del Parnaso llevarán su huella: El Parnaso de Rafael Mengs y la Apoteosis de Homerode Ingres,en donde reconocemosa nuestroartista,bajo los rasgos desu último Autorretrato, encamando, en palabrasdel propio Ingres, «el legisladorde nuestraescuela». Esinteresante advertir que en ElParnaso de Poussin, los únicos instrumentos musicales que aparecen representados son los de «viento». Rafael en la Stanza della Segnatura había pintado el Desollamiento de Marsias, en dondeel pastor, tocadorde flauta, es castigado porApolo, el dios de la lira, por haber tratado de competir con su música. Dicho episodio puso en circulación el simbolismo de la confrontaciónentrelamúsica apolínea(laprovocada porlos instrumentosde cuer- da) y lamúsicadionisíaca (la provocadaporlos instrumentosde viento). Mientras laprimera lleva a lacontemplación y alequilibrio, la segundaagita las oscuras e irrefrenables pasiones. El suavey armonioso ambienteapolíneo que se desprende del lienzo dePoussin se tiñe,ligeramente,de un ciertocariz dionisíaco-báquico 0• La misma síntesis apololíneo-dionisíaca que encontraremos en otrolienzoposterior de nuestro artista,La Inspiración delpoeta (Hanovre), que será objeto, más ade- lante,de comentario. DuranteelImperioromanofueronfrecuenteslasrepresenraciones’demusasenfrescos,mosaícos ysarcófagos, enespecial,a partirdel sigloti. EnHispania seencuentranformandopartedelosciclos báquicos, comoel dela villadeTorrede Palma(Monforte, Portugal).ElprofesorGarcíayBellido,al estudiar lossarcófagos romanoshalladosen Hispania, haceunaalusiónexpresaa laestrecharelación entre las musas y Dionisos, como en tos ejemplarcs conservados en la catedral de Murciay en et MuseodeCarmo(Portugal, ambosdel sigloni,vinculados,probablemente,con elculto deDionisos- Sabazios.(A.Garcíay Bellido,EsculturasromanosenEspaña yPortugal, Madrid,CSIC, 1949,1vot, pp. 228ySs.; K.Lehmann-Hartlebcny Olsen,Dionysiacsorc’opl,agi inBo/tirnore,Baltimore,1942,Pp. 20sg.:J.Mt.BLázquez,Mosaicos,‘otnanosenEspaña,Madrid, Ed.Cátedra, 993, Pp. 283Ss.). AnalesdeHistoriae/elArle 198 2001.II: 93-230 AntonioM. GonzálezRodríguez LasMusas ylaInspiraciónde/poeta... LAS MUSAS El origen ycometido de las Musas son imprecisos, al menos en las primeras fuentes clásicas. Con el tiempo, sus funcioneso su distribución de actividades se irán precisando hastaelpunto deindicarse una paracadaMusa, que irá acompaña- da desu atributo específico. Ya en Homero se señalaelnúmeronueve paralas mis- mas: «Nueve Musascantandoporturno convozmelodiosa entonaron sustrenos» Losneopitagóricos, al igualque los neoplatónicos,verán enelnúmero nuevede las Musas una clara referencia al sentido supremo de la perfección. Como ya se ha hecho notar más arriba, el nueve es una cifraplena, pues contiene tres veces el númeroperfecto porexcelencia, esto es, el número que posee principio, medio y fin, el tres II bis Esta circunstanciapennitió vincular a Platón con el culto de las Musas. La tradición neoplatónica fijaba en 81 (nueve veces nueve) la edad del filósofo, una cifra evidentemente de significación apolíneo-musical. P. Boyancé señaló,en su espléndida monografía dedicadaal culto delas Musas, queel filósofo ateniense habíacolocado su famosaAcademiabajo laadvocación de las Musas ~. Arístides relatahaberleído unaobrapoética dePíndaro en dondese narraba la victoria de Zeus sobre los Titanes: al consultarZeus alos restantes dioses si era necesario, después de la hazaña, realizar algo más, estos respondieron que era menester lapresencia deseres que con sus cantos celebraran lagloriaimperecede- ra del padre de los dioses Fue entonces cuando Mnemósine, la diosa de la ~. Memoria, engendródeZeus,ennueve noches consecutivas, alas nueve Musas,epi- sodio que se encuentraya en Hesíodo: «Las alumbré en Pieria, amancebadaconel padre Crónida, Mnemósine, señora de las colinas deEleuter, como olvidode males y remedio depreocu- paciones. Nuevenoches se unióconellael prudenteZeus subiendoasu lecho sagrado, lejos de los Inmortales. Y cuando ya era el momento y dieron la vueltalas estaciones,conelpaso delos meses,y secumplieronmuchosdías, nuevejóvenesdeiguales pensamientos, interesadassólo porel cantoy conun corazón exento de doloresen su pecho, dioaluz aquélla,cerca dela más alta cumbredel nevado Olimpo. Allí forman alegres coros y habitan suntuosos palacios. Junto aellas viven, entrefiestas,las Gracias eRimero. Y unadcli- II Homero,Odisea,XXIV, 60. ~‘~ Pausaniasrecogeunatradiciónquefijaentresel númerodelasMusas: «LoshijosdeAloeocm- yeronquelasmusaseran tresylas llamaronMe/lete(Ejercicio),Mneme(Memoria)yAede(Canto). Más tarde,dicen,PierodeMacedonia,delcualtomósunombreelmontePleno,vinoaTespias yestableció las nuevemusas y lespusolosnombresque ahoratienen» (IX,2-3);vid. 8. A.Groningen, «Les trois Musesde lI-lélicon»,enLAntiquitéClassique, 1948,pp. 287-296. 12 p, Hoyancé,Le ‘u/te desMuses diezlesphi/osophes grecs: ¿ludesd’histoireel depsycho/ogie re/iglense,Paris,Ed.de Boccard, t993,p.250; W.F. Otto,LasMusas.E/origen divinodelcantoydel mito, BuenosAires,Eudeba, 1981,p.52. Arístides, II, 142. 199 Analese/eHistoriadelArte 2001, 1: 93-230 AntonioM. GonzálezRodríguez LosMusasylaInspiración delpoe/a... ciosa vozlanzandopor suboca, cantan y celebran las normas y sabiascos- tumbresde todoslos inmortales.»~ En laIlíada, Homerodestacalacondicióndivinade las Musasal hacerlasdiosas y «dueñas del olímpicas moradas» y poseedoras del conocimiento de todos los hechos t Porello,son invocadasporel poetacuando tratade dar aconoceraconte- címíentos delpasadoocuando realiza interminablesenumeraciones denombres,de tropas, de navíos, de comarcas o de pueblos, denominados Catálogos que ocupan, 16 generalmente,largas extensiones delpoema, llegandoinclusohasta los400versos DichosCatálogosjugabanunpapel relevanteenlospoemas épicos, pues eran através deellos cómo se fijabany transmitían los conocimientosnecesariospara descifrarel ~pasado~deun determinadogrupo social, deahí laapelación a las Musas comohijas deMnemósine (Memoria). Elcarácter divino delas Musas aparece, asimismo,corro- boradopor lapresenciade susrepresentaciones enlaestatuariagriega, conservadasen los templospreferentemente dedicadosa Apolo, como asílo atestigua Pausanias17 Comogenuinas divinidades,las Musas inundan latotalidad del serdelpoeta. En su acepción novulgar, Musa (kouoa) significa«palabra cantada», «palabra ritmada»: «palabracantadaque calmalas preocupaciones ineluctables», como apa- rece en el himno homéricodedicado aHermes ~ Hesíodo señala que la primera tareade las Musas enel Olimpo era lade cantarla alegría deZeus y delos demás dioses,asícomosu vidabienaventurada, su apariciónen el mundo, elorigen del ser yel destino de loshombres mortales: c~Ea, tú!,comencemosporlas Musas queaZeus padreconhimnosalegran su inmenso corazón dentro del Olimpo, narrando al unísono el presente, el pasado y elfuturo. Infatigable brota de sus bocas lagrata voz. Se toma res- plandecientelamansión del muyresonante Zeuspadre al propagarseel deli- cadocantodelas diosas yretumbalanevadacumbre del Olimpoylospalacios delos Inmortales.Ellas,lanzandoalvientosu vozinmortal,alabanconsucan- toprimero,desde elorigen, laaugustaestirpe delos diosesalosqueengendró Geayelvasto Uranoylos quedeaquellos nacieron,losdioses dadoresdebie- nes. Luego, aZeus padre de dioses yhombres. al comienzo y al finalde su canto,celebranlasdiosasí,cómosobresaleconmuchoentrelosdiosesyes el demás poder. Ycuandocantanlarazadeloshombresy losviolentosGigantes, regocijan elcorazón deZeusdentrodel Olimpo las MusasOlímpicas,hijasde Zeusportadorde laégida.» ‘~ ‘ Hesíodo, Teogonía,Mss. Homero, Ilíada,tI,484;Xl, 218;XIV,508; XVI, 112. M.Detienne, «Lamemoriadel poeta»,enLosmaestrosde verdadenlaGreciaorcoica,Madrid, Ed.Taurus, 1983,p. 21;también,j-P.Vernant,«Aspectosmíticosdelamemoriaydeltiempo’, enMito ypensamientoen laGreciaantigua,Barcelona, Ed.Ariel. 1983, p.93. ~Pausanias,DescripcióndeGrecia,Barcelona, Ed.Orbis, 1986, 3vols.(Trad.cast,deA.Tovar). ‘ Himno homéricoaHermes,447. Hesíodo,op. cil.,36ss. Ana/ese/eHistoria¿leíArle 200 2001.11: 193-230 AntonioM. GonzálezRodríguez LasMusasylaInspiraciónde/poeta... Las Musas,segúnHesíodo, habitabanen dos grandes lugares: elMonteHelicón en Beociay elMonte OlimpoenMacedonia, alnorestedeTesalia. En elHelicón se encontrabalafuente Hipocrene, la«fuente delcaballo»,pueshabía surgido cuando Pegaso golpeó con sus patasdichomonte.El tercerlugares elMonte Parnaso, en laFócide, consus doscimas CinayNisadedicadas aApolo y alasMusas respec- tivamente. Los griegos lo consagraron a Dionisos y a sus Ménades. Al pie del mismo, al noreste deDelfos,brotaba lafuente Castalia, cuyas aguas eran utilizadas paralaspurificacionesreligiosas. Paralos poetas latinos eralamoradapredilectade Apolo y lasMusas, ellugarporexcelencia dondeacudían abebersu inspiraciónlos poetas y los músicos. Los nueve nombres con los que selas conocencomúnmente aparecen mencio- nados porprimera vezen Hesíodo: dio, Euterpe, Melpóniene, Talía, Polymnia, Erato, Terpsícore, Uran¡a, yCalíope Los nombres significanrespectivamente: 20 «Laquedalafama»,«Lamuyencantadora»,«Lafestiva», «La quecanta», «Laque amael baile»,«Ladeseada», «Lacelestial»y «La debellavoz».Se ha señaladoque tales menciones vienende algunamanera anticipadas enladescripcióndeltextocon palabras oepítetos referidos adichos nombres.Asíelde dho porlacontinuarepe- tición del verbo «celebrar» (KXEI¿s) ye sustantivo «fama» (wXeoc); e deEnterpe porlautilizacióndelaforma-reprrouat en elverso 37;los de Melpómene, Talíay Terpsícore porlas constantes alusionesal canto,la fiesta y la danza; el de Erato por eluso del epíteto «deseado» (eprrrdc); el de Polyninia por la variedad de los himnos que se da alprincipio; elde Urania porel epíteto Olímpicas del verso 25, porque laPoesía seremontahastaelchelo de losdioses olímpicos; y, porúltimo,el de Calíope porlas bellas palabras que son utilizadasen el poema. Detodas ellas, Calíope, es, ajuicio de Hesíodo, lamás poderosa, la más honorable y principal, pueses laque acompaña alos reyesvenerables 2’ LasMusas favorecenlas actividades artísticas, especulativasy espirituales.Son, porotra parte, lasdadoras de labelleza físicayespiritual. Patrocinan lamúsica, el teatro, lalírica, laépica, la ciencia, etc.Para Plutarco lasMusas se aplican a dife- rentesaptitudes y pasioneshumanas, así: Calíope presidelarazóndel gobernante; dho elamoralagloria; Polymnia correspondealafán desaber; Euterpe el estudio de laNaturaleza; Tahíahace que eldeseo decomidaybebida seconvierta, de sal- vaje e inhumano, en algo adecuado a la convivencia social; Erato elimina del deseo sexual loselementos incontroladosy abusivos y lo convierteen afecto yfide- lidad; Melpómeneembellece elplaceracústico eliminando su atractivoirracional; y Terpsícore hacelomismo conel placervisual22 Falta,en este autor,lamención aUran¡a. Sin embargo, las atribuciones que sehanhechopopulares en latradición clásica sonlas queaparecenen los cinco epigramas, de los cuales dos son griegos Hesíodo, op.cit..75sg. Hesíodo, op.oit., 80; vid. B.SnelI,Losfuentesdelpensamientoeuropeo: estudiossobree/des- cubrimientodelosvaloresespiritualesdeOccidenteenlaAntiguaGrecia,Madrid.RazónyFe, 1965. 22 Plutarco, Qu.conv. IX 14, 746d-747a. Ana/es¿leHistoriae/elArle 201 2001,11: 93-230 AntonioM. GonzálezRodríguez Las Musasy laInspiración de/poeta... (APIX 504 y505) y tres latinos (Aníhologia Latina 88 y664~yAnthologiaLatina 664) yen el escolio(Schol.Apol. Rh.III 1), sibiencon algunasdivergencias odis- crepancias. Tan sólo hay unanimidaden elcaso deUrania,que ledan el patrocinio de laAstronomía. ParaTalia, los cincoepigramas leasignanlaComedia, elescolio le atribuye,en cambio, lainvenciónde laagriculturay de labotánica.A daliope le atribuyen la Poesía Epica (el epigramagriego 504 y el latino 664) o laPoesía en general (el escolio y los epigramas 88 y 664a), elepigrama 88 señalaque otorga a los poetas las coronas de laurel, en tanto el505 le concedela sabiduría. A dho le asignan la historia (el escolio, los tres epigramas latinos y el 505), la adivinación oracular(epigrama505); asícomo lainvenciónyelarte de lacítara (epigrama 504). AEuterpe lehacenla inventoradelaflauta(epigrama505y los tres latinos),de la tragedia (epigrama504) yde las matemáticas (el escolio). Melpómene, es lainven- toradel búrbito (unaespecie delira) paraelepigrama504 ylainspiradorade latra- gediaparalosepigramas latinos, aunque,también, aparecerelacionada con lapoe- síalírica olaoda(escolio). ATerpsícorele asignan laeducación (escolio)yelarte de lacítara (losepigramas latinos 88 y 664). Polimnia, inventó ladanzay laarmo- nía (epigrama504), asícomo laretórica(epigrama 664~) y lalira (escolio); elepi- grama 664refiere que hablacon lamano y elgesto: se larepresenta con elgestode su dedoen alto oen los labios,elgesto de los Oradores, de ahíque inspire, princi- palmente, el Artede la Oratoria. Por último, a Eratoel epigrama504 leconvierte en lainventora delos himnos y dela danzael escolto23 Lasrepresentaciones delas Musas, enel Artede laAntigUedad, gozaronde una cierta aceptación, ajuzgarporlos innumerables y bellos ejemplos conservados en los museos, así como porlos incontables testimonios escritos, en especial, los de Pausanias y Estrabón. Un ejemplo interesante es el relieve votivo denominado Apoteosis deHomero (British Museum, Londres), del siglo ua.C., realizado por Arquelao de Pirene y donado porun poetadesconocido al santuario consagrado a Apoloy las Musas, tras venceren unos certámenes literarios en Alejandría Un 24 ejemplo expresivo, sinduda,del «gustolibresco» delaesculturahelenísticade fina- lesdel siglo u.En élaparece, en el registro inferior, enun lugardestacado,elpoeta Homeroenel momentode sercoronadoporPtolomeo 1 y suesposaArsinoeIII, que representan aCronos (elTiempo) y aOicomene (el Mundo Habitado),respectiva- mente. Flanqueando la figura de Homero se encuentran, a su vez, dos pequeñas 23 Eratoesla Musaqueaparece más unidaala ElegíaoPoesíaerótica; sunombreviene precisa- mentedeldios Eros.Virgilio enel LibroVIIdelaEne/da, (versos37 ss.)lainvocaenunodctospasa- jesmásimportantesde laepopeya,enelquenarralallegadadelhéroealasdesembocadurasdelTiber, yelencuentroconelreyLatino,quienentregaráaEneasasuhijaLaviniacomoesposa,dandopasoasí alaunióndelaestirpetroyanaconlalatina.ElpoetadespuésdelainvocaciónalasMusas,personalizada enErato,introduceunos deesosCatálogosfrecuentesenlaépicagriega,quesirvepararatificar lafusión deambos pueblos: «Ahora,ohdivinaErato, voyadecircúsleseranlosreyesdelantiguoLacio,y qué ordensedesarrollaronlosaconrecimientosquenecesitorelatau )Sostén,pues,oh Musa,mi débilvoz». 24 J,J,Pollitt.Arteyexperienciaen/aGreciaClásica,Madrid,Xarail, 1924.p. 60 ss, AnulesdeHistoriadelArte 202 2001.11: 93-230
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