Description:—¡No salga de París, Radnay! ¡Es un anzuelo! —advirtió la joven francesa, Marise Delin. El británico se quedó mirándola, sonriente, en afectuosa burla. Le chocaba que aquella muchacha, que al fin y al cabo era novata en los trabajos clandestinos, se atreviese a darle consejos a él, uno de los más experimentados agentes del Intelligence Service. La expresión de alarma que había en el rostro de la joven la embellecía. Sus ojos dorados, con luces verdes, se hincaban en los del británico. —¡Presiento que es una encerrona, Radnay! ¡Hágame caso! ¡No salga de París!… El británico le puso una mano sobre un hombro y dijo: —Siéntese… Es usted una chiquilla, con alarmas de niño. Veamos, punto por punto, qué la hace pensar así. Nos ha costado mucho seguir los pasos de Jules Diemer. ¿Es cierto?