LA VERDAD Y LA MEMORIA: Controversias en la imagen de Hildebrando Pérez Huarancca Mark R. Cox www.pasacalle.pe ― 1 ― I Edición: junio 2012 Tiraje: 500 ejemplares © Mark R. Cox, 2012 [email protected] © Editorial Pasacalle EIRL RUC 20515674471 Jr. Bella Unión 672 SMP Lima 31 Telf. 955855206 [email protected] www.pasacalle.pe Editor responsable: Javier Garvich Portada Pasacalle: Imagen digital de Marca Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Reg. Nº 2012-07337 Impreso en HV Editorial Gráfica SRL RUC 20513294493 Jr. Ica 386, Lima 1. ― 2 ― Mark R. Cox La Verdad y la Memoria: Controversias en la imagen de Hildebrando Pérez Huarancca ― 3 ― The first casualty, when war comes, is truth. La primera víctima, cuando llega una guerra, es la verdad. Hiram Johnson (1866-1945), gobernador y senador de California, EEUU Among the calamities of war may be justly numbered the diminution of the love of truth, by the falsehoods which interest dictates and credulity encourages. Entre las calamidades de la guerra pueden justamente incluirse la disminución del amor a la verdad, por las falsedades que el interés dicta y la credulidad promueve. Dr. Samuel Johnson (1709-1784) ― 4 ― Introducción Hildebrando Pérez Huarancca publicó poca obra narrativa, pero ocupa un lugar distinguido en el ca- non literario peruano. Igual que Manuel Scorza, su obra tuvo una influencia fundamental en la narrati- va peruana post-arguediana, a lo que hoy se llama la narrativa andina. A pesar de su impacto e impor- tancia literaria, para muchas personas es más cono- cido por su vida fuera del ámbito literario. Sin em- bargo, buena parte de este conocimiento se basa en información errónea. Al igual que muchas personas, me he pregun- tado cómo el escritor y profesor universitario Hil- debrando Pérez Huarancca pudo convertirse en el cabecilla de la masacre de Lucanamarca. Sus ami- gos y familiares me han insistido que ese día no se encontraba en ese lugar y que no pudo ser capaz de cometer tal atrocidad. Sin embargo, como muchas personas, yo pensaba que las investigaciones ha- bían probado su culpabilidad. Se cita con frecuen- cia estos dos párrafos en la página 38 del tomo VII del informe final de la Comisión de la Verdad y Re- conciliación: Con relación al responsable de ejecutar esta de- cisión del PCP-SL, los testimonios obtenidos sindican directamente a Hildebrando Pérez Huarancca como ― 5 ― responsable del ataque del 3 de abril de 1983. Los testigos entrevistados por la CVR identifican con este nombre al líder senderista y lo describen de la siguiente manera: “[...] estaba uniformado de militar, llevaba dos pistolas, blanquiñoso, mestizo, de ojos vi- vos, pelo lacio, de 1.70 m de estatura aproximada, nariz aguileña, voz resonante como de mando mili- tar, agarrado, no era gordo, era un profesor”.37 Asimismo, estas mismas fuentes afirman que Hil- debrando Pérez Huarancca fue la persona que orga- nizó la masacre de Lucanamarca en las localidades de Totos y Espite,38 y que el día de la masacre fue reconocido a pesar de llevar pasamontañas: “[...] el que dirigía todo en general era Hildebrando Pérez Huarancca [...] es de Vilcanchos, es profesor que anda por aquí, la gente conoce, es alto, flaco, mesti- zo, estaba con pasamontañas”.39 Muchas personas citan estos dos párrafos y lue- go se preguntan cómo fue posible. Me di cuenta de un problema grave cuando miré en detalle las notas a pie 37 y 39. Hay una entrevista por la CVR y una por la COMISEDH, pero es con el mismo testi- go. En vez de varios testigos, la acusación de la CVR se basa en el testimonio de una sola persona. La descripción en el primer párrafo de Pérez Huaranc- ca como uniformado de militar no se refiere al día que ocurrió la masacre, sino meses antes. La cita en el segundo párrafo es del mismo testigo, pero en la entrevista él dice claramente que no estuvo en Lucanamarca el día de la masacre. La cita es lo que él había escuchado de otros. En un juicio con- tra un maestro acusado de pertenecer a Sendero Luminoso y de haber participado en la masacre, el ― 6 ― único testimonio contra él es del mismo testigo y los jueces lo descartan. Es increíble que la CVR y el gobierno hayan acusado a Hildebrando Pérez Hua- rancca de encabezar la masacre basados solo en el testimonio de un hombre que ni se encontraba en Lucanamarca ese día. Al hacer la investigación para este estudio, he encontrado errores, omisiones o pura especulación por parte de la CVR, los gobiernos, organizaciones de derechos humanos, militares, la prensa, críticos literarios, y en los documentos de Sendero Lumino- so para el Megaproceso solo lo mencionan como uno de los acusados. Este estudio es un esfuerzo por analizar las acusaciones y rumores acerca de Hildebrando Pérez Huarancca. Sin duda, hay per- sonas que conocen mayores detalles de su vida y su muerte, y espero que este libro sirva para con- vencerlos de dar sus testimonios. No niego su afi- liación al PCP-SL, pero sí creo que no hay pruebas contundentes de su participación en la masacre de Lucanamarca. Al publicar este libro espero 1) que el gobierno vuelva a investigar el caso y decida si hay evidencia o no, 2) que se proporcione la informa- ción a su familia de dónde está enterrado, 3) que los estudios sobre Hildebrando Pérez Huarancca dejen de difundir información errónea, 4) que los estudios acerca de ese período tan doloroso no se pierdan en rumores y falta de información, y 5) que se resuelvan los casos de los acusados tan pronto como sea posible.1 1 Por ejemplo, el general EP (r) Juan Rivero Lazo no ha sido sentenciado aunque se encuentra preso hace más de once años. ― 7 ― Un resultado de la guerra interna que azotó al Perú en los años ochenta y noventa ha sido la creación de varias imágenes exageradas acerca de personas involucradas en la subversión. En el libro “Gonzalo”: el mito (1990), Julio Roldán ana- liza muchos de los mitos y rumores propagados por la prensa y el público sobre Abimael Guzmán Reinoso, el Presidente Gonzalo y el líder indiscutido del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL). Roldán señala que la prensa había anun- ciado su captura o que estaba herido por lo menos unas veinte veces. Y unas cincuenta veces que ha- bía muerto. Pero también hay historias que narran cómo Guzmán se había convertido en pájaro, ser- piente o piedra para escapar de las fuerzas del or- den. E incluso hubo testimonios que creían que era la realización del mito del Inkarrí (pp 112-13). La distribución del video “Zorba el griego” (apelativo popular del conocido video sobre una celebración de la cúpula maoísta donde Guzmán y otros danzan el célebre sirtaki) y su captura le quitaron mucho del misterio sobre Abimael Guzmán. Edith Lagos es otro ejemplo de esta mitificación. Cuando miles de ayacuchanos asistieron a su fune- ral en 1982, surgió la idea de que era una de las principales líderes del PCP-SL, pero hoy ya es cono- cido que ella no tenía un rango muy alto. Hildebrando Pérez Huarancca consiguió fama al publicar su libro de cuentos Los ilegítimos (1980) y recibir una recepción crítica favorable. Al ser arres- tado en enero de 1982 bajo la acusación de perte- necer al PCP-SL, llegó a tener más notoriedad aun, la cual aumentó cuando fue uno de los prisioneros ― 8 ― que escapó del CRAS2 el 2 de marzo de 1982. Ade- más, terminó siendo acusado de encabezar la ma- tanza en el distrito de Santiago de Lucanamarca el 3 de abril de 1983. Según la fuente, allí murieron de 67 a más de 100 personas.3 Ahora, se le conoce como escritor y líder de la masacre de Lucanamar- ca. Sin embargo, en el llamado Megaproceso solo los autores intelectuales fueron enjuiciados y en- contrados culpables. Sin embargo, de las personas acusadas de participación directa en la matanza, un hombre fue absuelto, se retiró a una mujer de la lista de los acusados por confirmarse su muerte y ninguno de los otros acusados ha tenido un juicio. Se afirma que la primera víctima en una guerra es la verdad. Al analizar diversos estudios, artículos e informes acerca de la guerra interna, es obvio que el caos de la guerra ha impedido que se llegue a la verdad completa y que haya muchos rumores sin fundamento. Propongo que no hay ninguna prueba de la participación de Hildebrando Pérez Huaranc- ca en la masacre de Lucanamarca y que su papel en la guerra interna fue mínimo. Él escribió todos los cuentos para Los ilegítimos antes de 1975, el año en que ganó el concurso “José María Arguedas”. Sin embargo, algunos lectores interpretan dichos cuentos como si fueran un comentario directo y anticipado sobre una guerra que apenas comenza- ría varios años después. En este estudio analizaré 2 CRAS significa Centro de Reclusión y Adaptación Social. 3 Varían los números. La Comisión de la Verdad y Reconciliación pone el número a 69, pero con frecuencia aparece el número 67 también, mientras que Abimael Guzmán lo pone cerca de 80 y el General José Rolando Valdivia Dueñas estima 105. ― 9 ― la vida de Hildebrando Pérez Huarancca y su aporte a la literatura peruana antes de enfocarme en las acusaciones y rumores acerca de su participación en el PCP-SL. ― 10 ―