Rev. Mus. Argentino Cienc. Nat., n.s. 20(1): 71-81, 2018 ISSN 1514-5158 (impresa) ISSN 1853-0400 (en línea) La trayectoria del zoólogo José Yepes: Colecciones, viajes y zoogeografía en las décadas de 1930 y 1940 Susana V. GArcÍA Archivo Histórico del Museo de La Plata, Edificio Anexo Laboratorios del Museo (Lab. 125-Archivo Histórico), Facultad de ciencias naturales y Museo, Avenida 122 y 60, La Plata (c.P. 1900), Argentina. E-mail: [email protected] Abstract: The scientific career of the zoologist José Yepes: collections, travels and zoogeography in the decades of 1930s and 1940s. For almost fifteen years, José Yepes organized and increased the collection of mammals of the Argentine Museum of natural Sciences of Buenos Aires. this zoologist was mainly dedicated to the study of the argentine xenarthrans and rodents as well as to the promotion of zoogeography. He made observations and collections in several regions of western Argentina, predominantly in mountainous and hilly areas. He also participated in wildlife protection movements in the 1940s. this article relates some biographical information of this zoologist and some material and institutional aspects of his scientific practices. Key words: History, regional studies, wildlife protection, mammals, Argentina. Resumen: Por alrededor de quince años, José Yepes organizó e incrementó la colección de mamíferos del Museo Argentino de ciencias naturales “Bernardino rivadavia”. Este zoólogo se especializó en el estudio de edentados y roedores y fue un activo promotor de la zoogeografía. realizó observaciones y colectas en diversas regiones del oeste de Argentina, principalmente en zonas montañosas y serranas. también participó en movimientos de pro- tección de la fauna en la década de 1940. En este trabajo se presentan datos biográficos y la trayectoria científica de este investigador, así como las condiciones materiales e institucionales de sus prácticas científicas. Palabras clave: Historia, investigaciones regionales, protección de la fauna, mamíferos, Argentina. _____________ IntroduccIón era contar con una autorización o una ayudan- tía, que permitiera frecuentar los laboratorios, Hacia 1930 las universidades argentinas ha- colecciones y bibliotecas de los museos o las re- bían producido un cierto número de egresados en particiones nacionales de investigación aplicada ciencias naturales. Estos jóvenes se especializa- (García, 2010). rían en una rama de estas disciplinas y en el es- En el campo de la zoología, los egresados tudio de determinados grupos biológicos, acumu- universitarios cuestionarían la contratación de lando varios cargos de manera tal de poder de- científicos extranjeros para los grandes museos dicarse a la ciencia. En una caracterización que o para el profesorado universitario, como ocurrió también comparten los escritores de la época, en el Museo de La Plata (Podgorny, 1996; García, la mayoría procedía de familias de clase media, 2010), mientras que otros conflictos se produci- inmigrantes sin fortuna, pero con confianza en rían entre los diplomados y no diplomados, como el ascenso social que podía proveer la educación se manifestaron en el museo porteño (Parodiz & superior. Gran parte de los graduados en ciencias Balech, 1992). Si bien varias de esas disputas se naturales carecía de recursos propios para for- basaban en las alianzas y enfrentamientos entre mar grandes colecciones comparativas y bibliote- grupos internos de las instituciones y los escasos cas para desarrollar sus investigaciones. Por otro espacios laborales, como trasfondo de las mismas lado, sus posibilidades laborales eran escasas, por aparecía la preocupación por valorizar el diploma lo que debieron combinar cargos docentes en dis- de “doctor” en ciencias naturales frente a otras tintos establecimientos con algún otro empleo en profesiones y oficios. Los intentos por consolidar instituciones del Estado. Por esos años, un paso una “autoridad científica” y una voz en los asun- importante para iniciar una carrera científica tos vinculados con la naturaleza corrieron para- 72 Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, n. s. 20(1), 2018 Fig. 1. José Yepes en viajes de campaña: A y B: En la provincia de Mendoza, al sur de Malargüe viejo (A) y en el Salto de nihuil (B) (tomadas de Yepes, 1936); C y D: Viaje al territorio de neuquén a principios de1938, acompañado por su familia (tomadas de Yepes, 1939); E y F: En la localidad de Patquia, Provincia de La rioja (tomadas de Yepes, 1938). lelos a la divulgación de las investigaciones y la esos problemas y las medidas para el manejo de la valorización de sus objetos de estudio (Podgorny fauna, aparecería como importante la determina- 1997). ción de las especies y subespecies y sus patrones Entre la décadas de 1930 y 1940, las inves- de distribución geográfica. La actuación científi- tigaciones zoológicas adquirieron una amplia ca y profesional del mastozoólogo José Yepes ilus- difusión en el contexto argentino, en parte por tra sobre ciertas cuestiones de la configuración la propaganda realizada por los zoólogos y las que entonces tenía el campo de la zoología, como asociaciones naturalistas, pero también por el in- se intenta examinar en las siguientes páginas. terés generado por el movimiento de protección El objetivo de este trabajo es presentar algunos de la fauna autóctona y el estudio de los anima- datos biográficos de este investigador y revisar les transmisores de enfermedades. Vinculado con las condiciones materiales e institucionales de García: La trayectoria del zoólogo José Yepes 73 sus prácticas científicas. Este análisis se basa en mientras era estudiante, colaborando como ads- la correspondencia y otros documentos inéditos cripto en la Sección de Zoología (Vertebrados), conservados en la división de Mastozoología del por entonces dirigida por el ornitólogo roberto Museo Argentino de ciencias naturales “Ber- dabbene. En julio de 1928, al producirse una nardino rivadavia” y en distintas publicaciones vacante, accedió a un cargo de ayudante técnico e informes oficiales de la época. en esa sección. Al finalizar sus estudios universi- tarios consiguió un nombramiento como jefe de EL “GALLEGo” YEPES trabajos prácticos de la cátedra de Zoología ge- neral en la facultad donde cursó y donde llega- Por alrededor de quince años, José Yepes ría a ser profesor titular entre 1942 y su retiro organizó y aumentó la colección de mamífe- en 1953. de forma paralela a la docencia uni- ros del Museo Argentino de ciencias naturales versitaria y al trabajo en el Museo se desempe- “Bernardino rivadavia”. Según sus contemporá- ñó, desde 1939, como profesor de Zoología en el neos, era un hombre de estatura baja, frente alta, colegio nacional de Buenos Aires. Además tuvo locuaz, que le gustaba practicar la mordacidad y un cargo auxiliar (maestro de segunda categoría) la crítica (Parodiz & Balech, 1992), por lo que se en el consejo nacional de Educación hasta 1933 ganó varios enemigos. Sin embargo, también con- y posteriormente recibió periódicamente ayuda tó con el apoyo y la amistad de varios científicos económica de la Misión de Estudios de Patología destacados de la época y supo manejarse en las regional Argentina (M.E.P.r.A.), fundada y diri- antesalas ministeriales. En el museo porteño lo gida por el médico Salvador Mazza y dependiente apodaban “gallego” por su origen español, aun- de la Facultad de Medicina de la universidad de que no había nacido en la región de Galicia sino Buenos Aires. como otros graduados en cien- en Valladolid (castilla) a fines de 1897 (Parodiz cias naturales, Yepes acumuló varios cargos pero & Balech, 1992). En 1913, la familia Yepes se ra- también procuró una fuente de ingresos alter- dicó en la Argentina, donde José y su hermano nativa a partir de su pericia en la clasificación y Genaro comenzaron su formación en el circuito preparación de ciertas colecciones. Esta pericia de las escuelas normales, continuando con los es- y su experiencia en el trabajo de campo las puso tudios universitarios, uno en ciencias naturales al servicio de las investigaciones de Mazza y la y otro en medicina veterinaria. José se recibió de MEPrA como se menciona más adelante. maestro en 1918 y de profesor normal en ciencias Sus ascensos en la cátedra universitaria y en 1922. Este último diploma permitía el acceso secundaria contaron con el apoyo del profesor a los estudios universitarios y ejercer la docencia de zoología Juan nielsen, vinculado al colegio en colegios secundarios. En 1925, comenzó a des- nacional y a la Facultad. otros profesores de empeñarse como ayudante de clases en el colegio esta última unidad académica también recluta- nacional de Buenos Aires, mientras cursaba la ron alumnos para colaborar en las reparticio- carrera de ciencias naturales en la Facultad de nes donde trabajaban y les facilitaron el uso de ciencias Exactas, Físicas y naturales. Allí, se colecciones y bibliotecas para confeccionar sus doctoró a fines de 1927 con una tesis referida tesis doctorales (camacho, 1971). En el caso del a la sistemática y distribución geográfica de los Museo nacional de Historia natural (luego lla- edentados argentinos, basada en el estudio de las mado Museo Argentino de ciencias naturales), colecciones del Museo nacional, de la Facultad, durante la larga dirección del profesor Martín del Instituto Libre de Segunda Enseñanza, del doello Jurado entre 1923 y 1946, se invitaron colegio nacional y algunas colecciones particu- a varios estudiantes y graduados de la Facultad lares. Por esta investigación recibió, en 1929, el de ciencias Exactas, Físicas y naturales y del premio municipal “Eduardo Holmberg”, otorga- Instituto nacional del Profesorado, a revisar do por la Academia nacional de ciencias Exactas, y clasificar algunas colecciones y avanzar en el Físicas y naturales. Ese reconocimiento había inventario de la naturaleza argentina. como re- sido creado el año anterior para homenajear al conoció el propio director del Museo, esto formó mejor trabajo sobre ciencias naturales publicado parte de un mecanismo para seleccionar perso- en la ciudad de Buenos Aires por autores argen- nal y contar con un cuerpo de colaboradores: tinos o extranjeros con más de dos años de resi- “algunos realizan a la vez una labor que es de dencia en el país. Por entonces, se auguraba una utilidad para la Institución. de entre ellos han carrera prometedora para José Yepes. sido elegidos ya varios empleados efectivos y como otros alumnos y aficionados a las cien- podrán serlo otros” (doello Jurado, 1929: 464). cias naturales, Yepes frecuentó el Museo nacional unos cuantos de ellos hicieron sus tesis doctora- 74 Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, n. s. 20(1), 2018 les y/o publicaciones a partir de esos materiales y luego en 1946 realizó una expedición de ocho y se incorporaron primero como adscriptos ad- meses por el norte y los países vecinos. Para en- honorem, luego como auxiliares rentados y final- tonces, la dirección del Museo había sido interve- mente como encargados de alguna nueva sección nida, asumiendo el geólogo Agustín riggi como del museo, como sucedió con José Yepes, a quien director interventor (Parodiz & Balech, 1992; se le delegó la colección de mamíferos a partir de de Azúa, 2012). 1928. cuatro años después, al conseguirse una durante los años que José Yepes trabajó en ampliación del presupuesto y tras un nuevo es- el Museo fue asistido por su hermano Genaro, a tatuto del Museo, la colección de mastozoología quien logró emplear como auxiliar de la Sección conformó una nueva sección museística y Yepes y quien lo supliría en la institución durante sus fue ascendido a jefe de sección. Por esa época, esa ausencias por enfermedad o prolongados viajes sección contaría con un ayudante (su hermano de campaña. En esas exploraciones participaron Genaro Yepes) y con un empleado supernume- su esposa Marina y su pequeño hijo José Vicente, rario. Hacia 1939 se disponía de más personal: quienes colaborarían en la recolección de especí- la señorita Elisa Kantis, ayudante técnica con menes, armado de etiquetas y tareas editoriales, tareas de conservadora, Jesús Scencia, Mauro mostrando otro aspecto de la práctica de la cien- Volpe y Joaquín názara, ayudantes a cargo del cia como emprendimiento familiar. armado de esqueletos y pieles, curtido de cueros y otras tareas diversas. también frecuentaban la LAS coLEccIonES dE MAMÍFEroS Y Sección algunos naturalistas aficionados y estu- LA coLABorAcIón con LA MISIón dE diantes para examinar alguna colección o expe- EStudIoS dE PAtoLoGÍA rEGIonAL rimentar en procedimientos de conservación de ArGEntInA piezas anatómicas. El trabajo de la Sección implicó diversas ta- Las colecciones de mamíferos del Museo reas de preparación de ejemplares y la cataloga- Argentino de ciencias naturales se organiza- ción de las colecciones propias de la institución, ron e incrementaron significativamente bajo así como la determinación de ejemplares y la el cuidado de Yepes, quien aportó alrededor de atención de las consultas de varias reparticiones 2000 especímenes a este acervo (Flores, 2012 ; estatales y particulares, la elaboración de infor- pero véase cassini & teta, 2018). A partir de su mes periódicos sobre la marcha de la sección, nombramiento en 1928, el cuidado de esos mate- montar ejemplares para escuelas y otras institu- riales se independizó del de otros grupos de ver- ciones y participar en el dictado de cursos y de los tebrados. desde ese momento, los especímenes ciclos de conferencias radiales organizadas por el de mamíferos, cuyo registro más antiguo databa Museo. Yepes se quejaría de la falta de personal y de 1892, contaron con un libro de entrada pro- recursos para atender esas tareas y encontraría pio y con número de inventario particular. Las un descanso, especialmente de la rutina admi- piezas inventariadas se cuadruplicaron, pasando nistrativa y de los conflictos institucionales, en de 2.761 ejemplares a finales de 1928 a 10.538 los viajes de exploración. Por otra parte, Yepes se en 1943. una pequeña parte se debió al inven- sumó a los reclamos de otros graduados universi- tario de antiguos materiales que fueron “descu- tarios empleados en el Museo por la equiparación biertos” al desalojarse los viejos locales ocupados del sueldo mínimo con el de otros profesionales por el Museo y reacomodarse las colecciones en universitarios, como arquitectos e ingenieros, en el nuevo edificio de Parque centenario. nuevos la administración pública (doello Jurado, 1939). materiales ingresaron principalmente por do- Hacia 1940, la situación de José Yepes en el naciones, compras y encargos a coleccionistas y Museo comenzó a complicarse por problemas cazadores y las excursiones y colectas realizadas con otros empleados y con el director. Según se por Yepes y por otros empleados y colaboradores consigna en su curriculum vitae conservado en voluntarios de la institución. Además, la Sección la división de Mastozoología del Museo, Yepes se mantuvo un bioterio de pequeños mamíferos, es- desempeñó como jefe de Sección de forma efecti- pecialmente roedores y algunas aves carnívoras. va hasta diciembre de 1943, presentando su re- La colección de ejemplares vivos mantenida como nuncia en 1947. durante 1944 y 1945 siguió co- una pequeña experimentación, según informaba brando el sueldo y figurando como empleado del Yepes, “presta buenos servicios tanto para la ob- Museo pero con lugar de trabajo en la Biblioteca servación de ejemplares, y toma de fotografías y nacional, a donde fue comisionado para un rele- cintas cinematográficas, como para alcanzar el vamiento bibliográfico sobre la fauna argentina, estado adulto de la mayoría de los ejemplares cap- García: La trayectoria del zoólogo José Yepes 75 turados en edad juvenil” (Informe de la Sección esposa, pudo contratar por años a cazadores de Mamíferos correspondiente al año 1932, Archivo distintas partes del mundo, reunir una de las co- del Museo Argentino de ciencias naturales). lecciones más importante en el museo británico En cuanto a la compra de colecciones se ad- y describir cerca de 2900 nuevas formas de ma- quirieron ejemplares a cazadores dedicados al míferos para la ciencia. Sus publicaciones sobre comercio de pieles de animales silvestres, un ru- los mamíferos neotropicales se constituyeron en bro que alcanzó una importancia significativa en una referencia ineludible para los mastozoólogos la década de 1930 y que generaría preocupación sudamericanos. José Yepes tomaría de base esos por la protección de ciertas especies que se vis- trabajos y buscaría ampliarlos con la indicación lumbraron en peligro de extinción. Aunque con de nuevas especies y subespecies para la fauna fluctuaciones, por la demanda y precios, hubo argentina y su distribución geográfica específica. un tráfico importante de cueros de nutrias, gato Para ello, Yepes recurrió a la información provis- onza, gato montés, chinchillas, zorros, coma- ta por Budín, sobre localidades y ambientes don- drejas y guanacos pequeños, estos últimos muy de había colectado los ejemplares para thomas. apreciados en el mercado de nueva York. Mulitas Yepes realizó muchas observaciones de campo, y otros armadillos del chaco serían explotados pero también tuvo en cuenta los comentarios de con mano de obra indígena y por casas comercia- cazadores locales y los especímenes de distintas les de Buenos Aires, como el negocio de peletería regiones enviados al Museo por médicos, ingenie- y taxidermia de oscar Hilzinger, para la confec- ros agrónomos, maestros, directores de museos ción de canastas y otros elementos decorativos de provinciales y aficionados a las ciencias natura- moda por entonces. Algunos naturalistas y mu- les. Yepes procuró guiar las tareas de recolección seos recurrían a este comercio para completar las de sus colaboradores, remitiéndoles indicaciones colecciones de ciertos grupos de animales o de de- sobre las especies a buscar, los datos a registrar y terminadas localidades. otros cazadores hábiles cómo enviarlos al Museo. como en otros casos, el en la preparación de especímenes se dedicaron a tendido de una red de colaboradores de campo y proveer material de estudio a zoólogos extran- el control de objetos dignos de ser coleccionados jeros, coleccionistas e instituciones nacionales implicó instrucciones sobre los procedimientos así como a los distintos museos regionales que a seguir así como una cierta popularización so- se expandieron por esos años en la Argentina. bre la importancia científica de esos materiales Entre ellos, se puede mencionar al suizo Emilio (García, 2011). Budín, quien proveyó con cerca de 900 ejempla- La Sección de Mastozoología continuó re- res a las colecciones de mastozoología del museo cibiendo ejemplares del Jardín Zoológico de de Buenos Aires (Flores, 2012). Budín realizó Buenos Aires pero con una disminución consi- una intensa labor de recolector de especímenes derable con respecto a las primeras décadas del y observaciones entre 1898 y 1934, un año antes siglo XX. otras donaciones provinieron de perso- de su muerte. Alternó el trabajo administrativo nal y colaboradores del museo, de miembros de en oficinas del interior del país con el de natura- las asociaciones científicas en las que participaba lista y coleccionista independiente para distintos Yepes y de distintas personas e instituciones que museos del país y del extranjero, especialmen- acercaban ejemplares para su determinación y te para el Museo Británico de Historia natural consulta. En estos casos, la Sección se quedaba (Barquez, 1997; Barquez & díaz, 2014). En 1930, con los ejemplares de interés o nuevos para las realizó una expedición de colecta por el noroeste colecciones, ofreciendo a cambio información argentino financiada por el museo de Buenos sobre la especie enviada. En otras ocasiones, si Aires (castello, 2014). Anteriormente, había sido se recibían varios especímenes de un mismo or- un importante proveedor de especímenes para el ganismo, se devolvían los ejemplares duplicados, zoólogo inglés oldfield thomas, quien describió acondicionados para su exhibición y con su nom- varias especies nuevas de mamíferos sudameri- bre científico. En la década de 1930 se dio una canos a partir de esos materiales, dedicándole el colaboración importante con las instituciones nombre de algunas de ellas, como el tucu-tuco sanitarias para la determinación de animales sil- Ctenomys budini. como señalaran Barquez y vestres que podían estar relacionados con la pro- díaz (2014), con los ejemplares enviados por pagación de enfermedades en humanos. como Budín, thomas describió 96 formas nuevas de parte de esto, se auxilió a médicos del Instituto mamíferos, entre los que figuraron cuatro géne- Bacteriológico y del Servicio de Profilaxis de la ros y 86 especies colectadas en territorio argenti- peste del departamento nacional de Higiene y no. Este zoólogo inglés, gracias a la fortuna de su de la Misión de Estudios de Patología regional 76 Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, n. s. 20(1), 2018 Argentina. como reconoció Yepes, se recibieron nombres vernáculos en diferentes regiones y ta- “numerosas consultas de índole taxonómica so- blas de mediciones de ejemplares documentados lucionadas en estos últimos años desde la sec- del Museo Argentino de ciencias naturales y de ción de Mastozoología del Museo Argentino de otras instituciones y de particulares. continuó ciencias naturales para fines de investigación con esta línea de trabajo en la revisión de varios médica” (Yepes, 1936). grupos de armadillos y roedores y ampliando el En los inicios de la década de 1930, aparecie- repertorio de las especies argentinas. Además, ron casos de peste en territorios de La Pampa y buscó corregir los errores de enumeración y del río negro, en zonas rurales de pobreza extrema empleo de denominaciones de especies exóticas donde no se detectaron ratas “europeas” en los bastante alejadas de la fauna indígena, como en alrededores de las viviendas sino cuises infec- el caso de nombres científicos que se habían dado tados y se sospechó que también podían estar anteriormente para hurones, ardillas y vizcachas afectados los tuco-tucos y las vizcachas. Médicos de la sierra, “hoy clasificadas en numerosas es- del Instituto Bacteriológico comenzaron a estu- pecies netamente argentinas” (Yepes, 1936: 690). diar otros mamíferos en vista del posible rol en de esta forma, la “argentinización” de la fauna la difusión de ectoparásitos infectados y a hacer implicaría la formación de colecciones, catálogos experiencias de trasmisión de la enfermedad con publicados y una nomenclatura que diera cuenta cuises vivos. Las investigaciones sobre la peste de la originalidad de las especies locales. implicaron la determinación de las especies ani- Hacia mediados de la década de 1930, Yepes males infectadas y los ectoparásitos de las mis- comenzó a promover el estudio de las faunas re- mas, la extensión de la epizootia y relación de gionales, apoyado por el médico Salvador Mazza la misma con la infección humana. La cuestión desde la Misión en Jujuy y la Sociedad Argentina de la peste en los roedores agrestes incentivó las de Patología regional. En 1926, la universidad de consultas sobre la identidad específica de estos Buenos Aires había creado la Misión de Estudios animales y la formación de colecciones y biote- de Patología regional Argentina (MEPrA) bajo rios para estudio. Por invitación del Instituto la dirección de Mazza. En 1929, se instaló el la- Bacteriológico, Yepes revisó el material reunido boratorio central en Jujuy para la exploración y por esa institución y preparó un catálogo con co- estudio de las enfermedades de la zona. Al año nocimientos accesibles para los no especialistas, siguiente, Mazza publicó sobre infecciones de poniendo al día la sistemática y distribución geo- la mulita y de otros armadillos en el norte por gráfica de los roedores argentinos. La aparición el Trypanosoma cruzi, comprobando por prime- de brotes de peste en otras provincias incentiva- ra vez fuera del Brasil la infección natural de ron las consultas a Yepes sobre estos animales y edentados. Poco después, con la identificación su distribución en ciertas regiones, así como las de los primeros casos agudos de la enfermedad formas de combatirlos. como señaló uno de los de chagas en la Argentina, las actividades de la médicos promotor de estas investigaciones: “el MEPrA se concentraron en el estudio de esta en- estudio de los roedores de nuestra fauna y de fermedad, de sus condiciones de transmisión, de sus dermoparásitos, era parte integrante de un su extensión y de sus diferentes cuadros clínicos, mejor conocimiento de la peste en la Argentina” que llevarían a un cambio fundamental en la con- (Yepes, 1935: 21). cepción de esa enfermedad (Zabala, 2009, 2010). En diálogo con los médicos y las preocupacio- Al frente de la MEPrA, Mazza impulsó el estu- nes sanitarias de la época, Yepes extendió sus in- dio de esta afección demostrando innumerables vestigaciones sobre los edentados a los roedores aspectos sobre sus insectos vectores, mamíferos y, en menor medida, revisó los quirópteros y car- hospedadores, epidemiología y patogenia. En ese nívoros (crespo, 1961). Sus trabajos científicos marco, la institución estimuló los estudios zoo- comenzaron con la revisión de los “Edentata”, lógicos y zoogeográficos en relación con los pro- especialmente los que se encontraban en el te- blemas epidemiológicos y parasitológicos, propi- rritorio argentino. En su tesis doctoral, trató ciando investigaciones sistemáticas y regionales de poner al día la sistemática y la distribución (Yepes, 1941a). geográfica de las formas vivientes de estos ani- Yepes entró en contactó con Mazza en 1930, a males, ofreciendo una clave sencilla con crite- partir de los especímenes que este enviaba desde rio geométrico sobre caracteres visibles de los el norte del país para las colecciones del Museo escudos, bandas y extremidades de los armadi- y su determinación científica. La colaboración llos. revisó la nomenclatura de cada especie y mutua y los lazos de amistad, surgidos del in- presentó la sinonimia de géneros y especies, los terés común en la identificación de mamíferos García: La trayectoria del zoólogo José Yepes 77 y enfermedades, se mantuvieron por dieciséis muy activa en la promoción de los estudios geo- años hasta la muerte de Mazza en 1946. Existe gráficos en aquellos años. correspondencia entre Mazza y Genaro Yepes, Yepes fue un activo explorador y coleccionis- quien contesta por su hermano, en la división de ta (Fig. 1). realizó observaciones y colectas en Mastozoología del Museo Argentino de ciencias varias regiones del oeste de Argentina, princi- naturales. Además hay cartas de José Yepes en palmente en zonas montañosas y serranas de la “colección Salvador Mazza” de la Biblioteca las provincias de Mendoza, neuquén, córdoba, central “Juan José Montes de oca” de la Facultad La rioja, Jujuy y Salta. Varios de estos viajes, de Medicina de la universidad de Buenos Aires. los hizo en compañía de su esposa, su joven hijo Mazza fue un importante promotor de las y alguno de los “muchachos” que lo asistían en colecciones del Museo Argentino de ciencias la Sección del Museo. Para las exploraciones, naturales, enviando cientos de especímenes de contó con “modestos recursos oficiales” que mamíferos, aves, reptiles e insectos no solo des- buscó complementar con ayudas de varias insti- de Jujuy sino desde las distintas regiones que visitaba, o lo que le mandaban otros médicos y tuciones. desde mediados de la década de 1930 colaboradores. En la colección de Mastozoología y hasta 1946, los principales recursos y apoyos del Museo están registrados 800 ejemplares re- para sus viajes fueron suministrados por Mazza mitidos por Mazza (Flores, 2012). En 1930 Yepes y por la MEPrA. A cambio de esa ayuda, Yepes se ofrecería a Mazza como un “decidido coopera- remitió miles de muestras de vinchucas, sangre dor en la determinación del material de mamí- y parásitos de animales y humanos. En sus via- feros” y lo estimularía a enviar ejemplares con- jes al norte, Yepes combinó sus propios intereses servados con formol o vivos. Entre el material científicos con los de Mazza, siguiendo las ins- enviado, Yepes encontró una especie nueva de trucciones particulares de este médico sobre las mulita, que nombró en honor a su colaborador localidades a visitar, las búsquedas especiales y (Dasypus mazzai), y luego una nueva forma de los procedimientos para la toma de las muestras pichi ciego (Burmeisteria retusa clorindae), cuyo de sangre de niños, aves y mamíferos silvestres nombre dedicó a la esposa de Mazza, clorinda y domésticos, mientras se reunían colecciones Brígida razori, colaboradora de las investigacio- para el Museo Argentino de ciencias naturales. nes de su esposo y organizadora de las coleccio- La fama de “destripabichos” seguía a Yepes y nes de la Misión. Esta institución mantenía un su comitiva en las visitas a los ranchos pobres pequeño jardín zoológico y colecciones regionales de las provincias de Jujuy y Salta (correspon- de animales en su museo. El inventario de estas últimas, registraba en 1941, 1200 ejemplares dencia de José Yepes a Mazza en la “colección de insectos, 2000 especímenes de aves, reptiles Salvador Mazza” de la Biblioteca central “Juan y anfibios y 9000 de mamíferos (Yepes, 1941a). José Montes de oca” de la Facultad de Medicina Yepes participó de la formación de ese museo, de- de la universidad de Buenos Aires). En esos via- volviéndole varios de los especímenes remitidos, jes, Yepes promocionaba los trabajos de Mazza y montados para exhibición. La formación de una registraba contactos y posibles ayudantes locales colección de ejemplares preparados y determina- para nuevas investigaciones de campo sobre el dos fue considerada como retribución a la coope- “mal de chagas”. Mazza, por su parte, le ayuda- ración prestada a la Sección de Mastozoología. ba a gestionar las licencias para sus viajes ante La colaboración incluyó el intercambio de pu- la universidad de Buenos Aires. En sus distintas blicaciones y de opiniones sobre la clasificación publicaciones, Yepes agradeció la ayuda de este de ejemplares y sobre planes de investigación. médico. también, tomó partido por Mazza en las En relación con esto último, Yepes bosquejó un disputas con otros médicos y contribuyó a la divul- proyecto de publicar catálogos faunísticos de dis- gación de las actividades de la Misión a través de tintas provincias “basado en colecciones metódi- la Revista Argentina de Zoogeografía que publicó cas efectuadas en distintos puntos de una misma en la década de 1940. después de la muerte de región”. comenzó con la fauna de Mendoza, que Mazza en noviembre de 1946, la Misión sufrió una presentó en una de las reuniones de la Sociedad Argentina de Patología regional; luego conti- serie de avatares políticos-institucionales, una nuaría con la de La rioja y bosquejaría parte de sucesiva pérdida de apoyo universitario y agonía, Jujuy, con ayuda de la MEPrA. Para un releva- hasta su disolución en 1959 (Zabala, 2009, 2010). miento de la fauna de neuquén, recibió ayuda de La producción científica de Yepes estuvo muy la Sociedad Geográfica Argentina, una asociación ligada a esa institución y a su activo fundador. 78 Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, n. s. 20(1), 2018 LA ZooGEoGrAFÍA Y LA ProtEccIón dE nerlo en relación con el movimiento de protección LA FAunA de la fauna. Según él, la zoogeografía implicaba un gran trabajo de reunión y confrontación de Yepes participó en varias asociaciones científi- datos de diversas procedencias, ya sea de observa- cas argentinas y comisiones de estudio. Fue socio ciones en el terreno, como de los relatos de viaje- de la Sociedad ornitológica del Plata desde 1920, ros antiguos y otros naturalistas, envolviendo un de la Sociedad Argentina de ciencias naturales, importante trabajo de revisión bibliográfica y co- en cuya revista publicó trabajos, y de la Sociedad lecciones bien documentadas. desde las páginas Entomológica Argentina, creada en 1926, de la de esa revista trató de dar un marco conceptual cual ejerció la presidencia algunos años. Además, a la zoogeografía en relación con una orientación participó de reuniones y publicaciones de la ecológica general, tomando consideraciones de Sociedad Argentina de Estudios Geográficos tipo ambiental, biocenosis e interacción biótica. (GAEA), una asociación fundada en 1922 con el Al igual que en otros países, como Brasil, la zoo- objetivo de “encarar el estudio de la geografía geografía se asoció a la protección y conservación general en sus variadas disciplinas”, incluida la de la fauna autóctona (duarte, 2014). biogeografía. Asimismo, Yepes contó con el apo- Las preocupaciones por los efectos de las so- yo y la amistad de naturalistas del Ministerio ciedades humanas sobre el ambiente y la fauna, de Agricultura y otros científicos importan- comenzaron a ser denunciadas en la década de tes de la época, como el zoólogo español Ángel 1920 desde notas periodísticas y las páginas de El cabrera, uno de los principales especialistas en Hornero, la revista de la Sociedad ornitológica mamíferos de habla hispana, quien se instaló en del Plata. Mientras primero se focalizó en la ex- la Argentina en 1926, donde se incorporó como plotación indiscriminada de ciertas aves de caza Jefe de la división de Paleontología del Museo y los efectos de la expansión de las áreas agríco- de La Plata y fue profesor universitario. cabrera las sobre las poblaciones de aves, en la siguiente visitó frecuentemente la Sección de Mamíferos década se ampliarían las preocupaciones por los del museo de Buenos Aires, donde estudiaba el mamíferos terrestres, por un lado por el extermi- material e intercambiaba ideas con Yepes sobre nio de los animales de pieles finas y por otro, por la identidad sistemática de ciertos especímenes. el problema de la introducción de especies exóti- En 1940, estos zoólogos publicaron en coautoría cas fomentada por la caza deportiva. La creación Mamíferos sudamericanos, un libro de 370 pági- de los parques nacionales y la ampliación de las nas ampliamente ilustrado por el artista carlos actividades turísticas sumaron otras cuestiones c. Wiedner, que se transformó en una obra de en las discusiones sobre la protección de la natu- consulta general dentro y fuera del continente raleza. A ello se agregaría la búsqueda de canales americano. Por ese trabajo recibieron el Primer para unificar las medidas a nivel nacional y pro- Premio en ciencias naturales y Biológicas de la vincial y entre países vecinos. comisión nacional de cultura. Posteriormente, En 1924, en el cuarto congreso científico escribirían juntos un tomo dedicado a la zoogeo- Panamericano, celebrado en Perú, la delegación grafía argentina (1947) para la obra Geografía de argentina advirtió sobre la necesidad de una ac- la República Argentina, editada por la Sociedad ción más directa con respecto a los problemas Argentina de Estudios Geográficos. propios de los conjuntos faunísticos de América Yepes participó de la promoción de los estu- del Sur, proponiéndose la conveniencia de crear dios zoogeográficos, que cobraron importancia comisiones protectoras en esta parte de América en la divulgación científica de mediados de la dé- y la adhesión de los gobiernos para la sanción de cada de 1930 y parte de la siguiente. dictó cursos un convenio entre los países sudamericanos des- libres para alumnos del doctorado de ciencias na- tinado a proteger los animales silvestres. A fines turales y conferencias radiales sobre nociones de de 1926, el gobierno nacional decretó la constitu- zoogeografía y la distribución de algunos mamí- ción de una comisión argentina, la cual fue más feros terrestres y aves sudamericanos. Siguiendo tarde oficializada con el nombre de comisión algunos conceptos esbozados hacía tiempo por nacional Protectora de la Fauna Sudamericana Ángel cabrera, remarcaba la importancia de (cabrera & Yepes, 1940). Sucesivamente se crea- considerar la distribución geográfica para las in- ron comisiones con los mismos fines en México, terpretaciones de la sistemática moderna. Entre uruguay, Brasil, chile, colombia y Paraguay. 1941 y 1946, Yepes organizó y dirigió la Revista Entre 1939 y 1950, Yepes integró la comisión Argentina de Zoogeografía, una publicación don- nacional Protectora de la Fauna sudameri- de se buscaría definir este campo de estudio y po- cana, presidida por Hugo Salomón e integrada García: La trayectoria del zoólogo José Yepes 79 por abogados y por los zoólogos Angel cabrera, A principios de la década de 1940, al agu- George dennler de la tour (secretario), Luciano dizarse la situación conflictiva de Yepes en el Valette, José J. carbonell, J. Liebermann y car- Museo Argentino de ciencias naturales, comen- los A. Lizer y trelles. La comisión desarrolló zó a buscar otros espacios de inserción y alterna- amplias tareas de divulgación, participando en tivas laborales. A fines de 1942, obtuvo el nom- ciclos de conferencias y disertaciones radiales bramiento como profesor titular en la Facultad para informar al público general sobre las activi- de ciencias Exactas Físicas y naturales. Al año dades propias de la comisión y al mismo tiempo siguiente, logró que el ministro Zuviría lo desig- despertar el interés por los problemas faunísti- nara en “comisión de estudio” para planear una cos (las actividades y memorias de la comisión “ordenación ecológica de los mamíferos y aves se publicaron en la revista Argentina de Zoo- de la Argentina”, que se iniciaría con un trabajo geografía y en periódicos de la época). Los zoólo- de revisión bibliográfica. En relación con ello, la gos de la comisión difundieron diferentes cues- resolución ministerial le fijó como lugar de tra- tiones, como los inconvenientes generados por la bajo la Biblioteca nacional, permitiéndole seguir introducción y aclimatación de animales exóti- cobrando su sueldo en el Museo, aunque ya no cos (cabrera & Yepes, 1940) y la necesidad de concurriera diariamente. Alejado de las coleccio- fiscalizar la importación de animales silvestres nes del Museo, proyectó algunas publicaciones mediante un servicio biológico del país. también, relacionadas con ellas a partir de sus notas perso- advirtieron sobre el retroceso de la fauna a con- nales. Paralelamente y de acuerdo a la resolución secuencia de la expansión de la ganadería y agri- ministerial de 1943, trabajó en un fichaje biblio- cultura y de la persecución de algunas especies, gráfico para la enumeración de especies de aves especialmente las cotizadas en el comercio pel- y mamíferos, con los conjuntos repartidos por zo- etero, para lo que se propondría fomentar la cría nas biológicas para constituir una guía general de en cautiverio de algunas de ellas (dennler, 1941). información faunística. El cambio de ministro no Asimismo, cuestionaron la clasificación antro- le aseguró la continuidad de dicha tarea. Aunque pocéntrica de los animales en especies “útiles” de las reuniones con el nuevo ministro no logró y “perjudiciales”. Por otra parte, señalaron las una nueva resolución al respecto, mientras tan- contradicciones entre las medidas seguidas por to continuó vinculado a la Biblioteca nacional. las distintas reparticiones públicas, ya que mien- Alternativamente, en 1944, por sugerencia de tras una sugería la protección de cierta especie un investigador norteamericano, se presentó sin otra promovía su explotación. Entre ello, critica- éxito a una beca de la Fundación John Simon ron el manejo de los parques nacionales y la falta Guggenheim. Su proyecto era hacer un estudio de control de la caza y las actividades turísticas de los armadillos andinos, vizcachas y chinchillo- en esos espacios de protección de la naturaleza, nes, entre Argentina y colombia. Entusiasmado donde se debía prohibir absolutamente la caza con esa posibilidad, Yepes invirtió en equipos y la o recolección de especímenes, la portación de compra de una camioneta para el viaje, que luego armas por parte de turistas y la adquisición de ofreció a Mazza para hacer viajes oficiales a cargo terrenos particulares en los parques (dennler, de la MEPrA. con apoyo de esta institución y la 1942). En ese sentido, los naturalistas reconoci- autorización de las autoridades de la Biblioteca eron la complejidad que planteaban las medidas nacional, emprendió a principios de 1945 una de protección de la naturaleza, por los diver- excursión por córdoba y San Luis. sos intereses en juego. Frente a ello insistían A fines de 1945, ante la difícil situación políti- en que estos temas debían estar en manos de ca que se vivía en Buenos Aires, proyectó un viaje un cuerpo técnico, encargado de la defensa de más ambicioso de estudios y relaciones científi- la flora, fauna y bellezas naturales como patri- cas por los países de América del Sur. recién ter- monio nacional, con comisiones integradas por minada la Segunda Guerra Mundial, parecía un doctores de ciencias naturales, quiénes podían momento oportuno para reforzar los vínculos en- ser eficientes asesores científicos (Perez Moreau, tre científicos sudamericanos. Para este proyec- 1941). Por su parte, Yepes preconizaría la im- to, denominado “Primera Expedición Americana portancia de los estudios biocenóticos y censales de contribuciones Ecológicas (P.E.A.c.E.)”, logró que debían preceder a las medidas protectoras nuevamente el apoyo y las credenciales de la de cada especie, las cuales además “deben tener MEPrA. El viaje de ocho meses abarcó el nor- sus primeros fundamentos en las observaciones te argentino, Bolivia y Perú, contó con auspicios directas de la naturaleza y de los problemas bi- oficiales y de sectores privados, entre ellos la ológicos que en esa se plantean” (Yepes, 1941b). compañía Administradora del Guano en Perú, 80 Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, n. s. 20(1), 2018 la cual les habilitó embarcaciones para el tras- y, como tal, digna de ser protegida al igual que lado por la costa y por las islas adyacentes. La los monumentos históricos o las obras de arte. comitiva estuvo compuesta por su esposa, encar- Al mismo tiempo, la protección de la naturale- gada de taxidermia y archivo, y su hijo, a cargo za adquiriría una dimensión internacional pro- de colecciones generales y el arreglo de los vehí- moviendo el surgimiento de cuerpos de expertos culos. también participó el naturalista Augusto en estos temas. como ha sugerido regina Horta c. Llanos, antiguo colaborador de Yepes y por en- duarte (2014) para el caso de Brasil, en esos años tonces empleado del Ministerio de Agricultura, hubo una estrecha relación entre nacionalismo, y dos ingenieros coordinadores de las rutas en zoogeografía, internacionalismo y conservación Bolivia y Perú. Se lograron varias resoluciones y de la naturaleza, como también se detecta en los certificaciones como representantes oficiales de trabajos de José Yepes. instituciones y reparticiones públicas argentinas Por último, interesa remarcar que en este para presentarse ante consulados e instituciones artículo no se ha buscado reconstruir la biogra- de los países vecinos. Aunque el viaje se anuncia- fía de un científico olvidado en el desarrollo de ba con objetivos científicos, pareció adquirir un la ciencia nacional sino mostrar, a través de un carácter más bien diplomático. La crónica de la momento de la misma, el carácter colectivo y aso- expedición, publicada en el último volumen de la ciacionista de la ciencia y la sociabilidad urdida Revista Argentina de Zoogeografia, no menciona alrededor de la formación y el ordenamiento de resultados científicos, sino los actos culturales y las colecciones y posteriormente, de los intereses las conferencias dadas por Yepes, donde difundi- por la protección de la naturaleza. Por otra parte, ría la importancia de las investigaciones zoológi- la trayectoria de este investigador permite obser- cas y la ecología. var el espectro de posibilidades y transacciones Sus actividades como “diplomático” de la cien- de quienes querían hacer ciencia (o por lo menos cia continuarían en Europa. En 1948, participa- vivir de ella), los conflictos cotidianos en las insti- ron con su hijo como delegados argentinos en la tuciones y entre grupos científicos, pero también conferencia de Fontainebleau (Francia) que da- el lado colectivo, a veces familiar, de la produc- ría origen a la unión Internacional de Protección ción del conocimiento. En ese sentido, se ha tra- de la naturaleza. Luego integró el primer comité tado de evitar la tentación de analizar la vida y ejecutivo de esta asociación con sede en Bruselas. obra de un científico como si fueran resultados En ese viaje, Yepes aprovechó para asistir al XIII de la voluntad de agentes individuales, separa- congreso Internacional de Zoología reunido en dos de sus aliados, colaboradores y localizaciones París. En la capital francesa recibió la distin- institucionales y culturales. En los últimos años, ción de la gran medalla “Isidore Geoffroy Saint muchos trabajos de historia de la ciencia, en vez Hilaire”, otorgada por la Sociedad nacional de de centrarse en “los grandes científicos”, han se- Aclimatación y Protección de la naturaleza de guido a una serie de actores casi invisibles en las Francia. Poco se conoce de su actividad posterior. historias convencionales de cada disciplina, pero En 1953 se retiró de la docencia universitaria y ineludibles para entender la dinámica de la pro- en 1976 falleció en la ciudad de Buenos Aires. ducción del conocimiento y de la circulación de objetos, ideas y saberes en el mundo de la ciencia conSIdErAcIonES GEnErALES y fuera de él. La actuación científica y profesional del zoó- AGrAdEcIMIEntoS logo José Yepes, entre las décadas de 1930 y 1940, permite examinar algunos aspectos de la configu- Agradezco a Guillermo cassini y Pablo teta ración de las ciencias naturales en esos años: las por la invitación a participar de este homena- emergentes especializaciones, los estudios regio- je y el acceso a los documentos de la división nales y biogeográficos y el movimiento de protec- Mastozoología del Museo Argentino de ciencias ción de la naturaleza, que creció internacional- naturales “Bernardino rivadavia”. Asimismo, mente durante el período de entreguerras. En el quiero reconocer la colaboración prestada por el marco de esas preocupaciones y comisiones, los Jefe de división colección Museológica y Archivos zoólogos argentinos encontraron un nuevo papel de este museo, Ignacio Legari, en la búsqueda de como asesores de funcionarios y legisladores en material para este trabajo y al dr. Hugo López, torno a las medidas a implementar para la con- Jefe de la división de Zoología Vertebrados del servación de la fauna autóctona, que pasó a ser Museo de La Plata, por facilitarme bibliografía considerada como parte de los bienes de la nación de la época estudiada. Este trabajo también se