Cleo sabe que su trabajo roza lo poco ético, pero ella se dice a sí misma que los empresarios a los que espía son arrogantes y avariciosos. Además, pagan bien y ella necesita el dinero para las facturas médicas de su hermana y para hacer que vaya a la escuela de arte. Pero cuando la misma existencia de esa escuela de arte se ve amenazada por el último objetivo de Cleo, el billonario Reece Kavanagh, ella hará todo lo que esté en su poder para detenerle y mantener a su hermana feliz. Hasta que se enamora de él.
Se suponía que él era un gilipollas, pero Reece resulta ser todo lo que Cleo siempre quiso en un hombre. Su corazón no es frío ni está vacío como le informaron, sino que sólo late por Cleo. Así que cuando él le revela el oscuro secreto que le lleva a cerrar la escuela, ella sabe que tiene que detenerle, por su propio bien así como por el de su hermana. ¿Pero qué hará Reece cuando descubra que la mujer en la que confía le ha estado saboteando todo el tiempo?