ebook img

La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt PDF

100 Pages·2014·0.59 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt

TRABAJO FIN DE ESTUDIOS Título La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt Autor/es Cristina Blasco Roy Director/es José María Aguirre Oraa Facultad Facultad de Letras y de la Educación Titulación Master en Patrimonio (Historia, Cultura y Territorio) Departamento Curso Académico 2013-2014 La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt, trabajo fin de estudios de Cristina Blasco Roy, dirigido por José María Aguirre Oraa (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright. © El autor © Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2014 publicaciones.unirioja.es E-mail: [email protected] Trabajo de Fin de Máster  LA SUBJETIVIDAD EN EL  PENSAMIENTO ÉTICO‐POLÍTICO  DE HANNAH ARENDT    Autora: Cristina Blasco Roy Tutor: José María Aguirre Oraá       Máster en Gestión del Patrimonio Cultural  Facultad de Letras y de la Educación    AÑO ACADÉMICO: 2013/2014  ÍNDICE C. Blasco / La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt I. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………...... 4 II. ESTUDIO ONTOLÓGICO DE LA SUBJETIVIDAD.…......………………. 10 1. Subjetividad y ser………………………….………………….…………….. 10 1.1 Una antropología de la cautela………………………………………….......10 1.2 La existencia de la subjetividad…………….……………………....…...12 1.2.1 Crítica a las tesis naturalistas del ser humano: el hombre como ser condicionado…………………………….....… 13 1.2.2 El yo como espíritu: cuerpo, pensamiento y voluntad…….…… 18 1.2.3 Subjetividad como singularidad y pluralidad.……….…….…....... 22 1.2.4 Ser humano como actor en el mundo………………….……..…….. 27 1.2.5 Subjetividad y libertad……………………..…….…………..……..... 34 1.3 Subjetividad y natalidad…………………………………………................. 38 1.4 la amenaza de la subjetividad: terror y totalitarismo………………….... 40 2. Subjetividad y tiempo………………………………….………………….…. 41 2.1 La temporalidad del yo………………………………………………………. 42 2.2 La posición del sujeto en la Historia………..……………………...….. 44 III. ESTUDIO ÉTICO DE LA SUBJETIVIDAD…………….......................... 51 1. Una ética de la cautela……………………………………………………….. 51 2. Subjetividad, juicio y responsabilidad……………………..……...………..... 52 3. Subjetividad y mal………………………………………………...……...….. 54 4. Una ética del límite………………………………………………………....... 58 IV. ESTUDIO POLÍTICO DE LA SUBJETIVIDAD…...……………............. 61 1. Necesidad de una nueva teoría: la decadencia del sujeto tradicional….....… 61 2. La constitución del nuevo sujeto político: Subjetividad, acción, discurso y juicio…………………………………………………………..... 69 3. Distintas lecturas de la subjetividad política en Arendt: ¿Sujeto Página 2 C. Blasco / La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt biopolítico?...................................................................................................... 74 V. CONCLUSIONES.…………………………………………………...………….. 82 VI. ÍNDICE CONCEPTUAL.……………………………………………………… 89 VII. BIBLIOGRAFÍA.…………………………………………...…………………. 94 I. INTRODUCCIÓN Página 3 C. Blasco / La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt Hannah Arendt - llamada Johanna Arendt, judía nacida en Hannover, (Alemania) el 14 de octubre de 1906 y fallecida en Nueva York (Estados Unidos) el 4 de diciembre de 1975-, debe figurar, sin duda, entre los grandes pensadores políticos contemporáneos. Su obra, difícilmente encuadrable en alguna escuela o corriente, aborda una gran variedad de temas y queda marcada en su conjunto por un acontecimiento crucial que la autora experimentó en su vida: el horror que sufrieron muchos individuos, especialmente los judíos, debido a la Segunda Guerra Mundial y el totalitarismo que se inició desde el ascenso al poder del partido nacional-socialista en Alemania. Arendt elaborará varios textos en los que intentará “comprender” dicho acontecimiento con el fin de buscar el modo de evitar que se vuelva a repetir. La comprensión, a diferencia de la acumulación de información o conocimiento, es un proceso complejo que implica un pensar siempre inacabado en el sentido de que es una tarea sin fin y, por tanto, en constante movimiento y cambio. Gracias a ella somos capaces de reconciliarnos con la realidad y sentirnos a gusto en el mundo. Por tanto, en este ensayo nos proponemos reflexionar sobre tres problemas básicos: 1) Relación pasado-presente; 2) Relación pensar-actuar; 3) Relación pensar-juzgar. Arendt empezará haciendo un diagnóstico sobre el mal del totalitarismo y sobre la decisión de la solución final (exterminio total de los judíos que los nazis intentaron llevar a cabo) a través de tres preguntas: ¿Qué ha pasado?, ¿Por qué ha pasado? y ¿Cómo ha sido posible? Ante esta tarea, Arendt escribe una de sus primeras obras, Los orígenes del totalitarismo, donde estudia el campo de concentración como figura emblemática del hecho totalitario y lo caracteriza como algo totalmente nuevo que no puede ser reducido a una tiranía. La novedad del totalitarismo reside, según Arendt, en que éste promociona una ley no positiva sino natural y, por tanto, innegable, con el fin de legitimar el terror. Es decir, mientras que la ley positiva es contingente y diversa, (pues es aquella derivada de las leyes o del orden jurídico y, por tanto, diferente según el lugar, la época, etc.), la ley natural, con la que se corresponde la ley totalitaria, es dada por Dios y fácilmente captada por la razón de los individuos, por lo que se considera inmutable y eterna, como si ya viniera dada en todos los individuos por naturaleza. La conclusión a la que llegará la autora es que el origen del totalitarismo reside en el desarrollo de la burguesía y la confusión que se produjo en tal desarrollo entre dos espacios de la vida: el dominio de lo público y el dominio de lo privado. Lo que ocurrió con el totalitarismo es que se creó una imagen de sujeto ideal que se Página 4 C. Blasco / La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt correspondía con la de un sujeto sin sentido político (sin afectividad, conciencia, sentido común, etc.), es decir, un sujeto que no se diferencia de los demás sino que se identifica con todos ellos por ser uno más de la especie. Y la asunción de este sujeto ideal por parte de los individuos supuso una atomización de la sociedad. El diagnóstico de Arendt respecto al totalitarismo será, en consecuencia, la identificación de éste con la eliminación de aquello que Arendt denomina como lo político: el espacio público en el que todos los individuos pueden actuar libremente. Y Arendt califica la destrucción de lo político como un fallo intelectual y moral, que es lo que lleva al mal radical, que más adelante, en Eichmann en Jerusalén, denominará como mal banal. La originalidad de la tesis del mal banal sitúa a Arendt en una posición muy particular, objeto de polémicas y de numerosas valoraciones críticas y comentarios diversos (Jonas, Hilberg, Schelling, Habermas, etc.). Tal posición llevará a la autora a adoptar lo que podríamos denominar como una fenomenología existencia1 de lo político, en la que la singularidad y la novedad representarán la acción y el pensamiento de los hombres. Según la teoría del mal banal, algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin pararse a reflexionar sobre sus actos. Es decir, los hombres banales no son “monstruos” sino hombres normales que no se preocupan por las consecuencias de sus actos sino, únicamente, por el cumplimiento de las órdenes. En consecuencia, actos tan malvados como la tortura o el asesinato no son considerados a partir de sus efectos siempre que las órdenes para ejecutarlos provengan de estamentos superiores. Por ello, Arendt reflexiona sobre la complejidad de la condición humana y nos previene de que debemos estar alerta ante la aparición de este tipo de mal tan característico. Una vez diagnosticado el mal del totalitarismo, Arendt se centrará en sus obras posteriores, especialmente en La condición humana, en proporcionarnos una solución al totalitarismo, que consistirá fundamentalmente en la rehabilitación de la actividad política. La autora se preguntará a partir de ese momento por los medios o condiciones que necesita una sociedad para que el totalitarismo no vuelva a suceder. De este modo desarrollará toda una teoría donde el pensamiento, el diálogo y la acción serán los elementos necesarios para la restauración de lo político. Para Arendt, gracias al pensamiento y a la acción política el hombre se compromete con la ciudad activamente y toma conciencia de los otros, es decir, de la pluralidad (aquello que podría denominarse como la “condición” del hombre político), y crea, a través del diálogo, una Página 5 C. Blasco / La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt comunidad de iguales en el sentido de que todos son igualmente valorados y respetados con sus diferencias (y no alienados bajo ese sujeto ideal homogeneizador). La respuesta de Arendt al totalitarismo se basa, por tanto, en la reivindicación de la pluralidad de los sujetos como elemento esencial para la posibilidad de realización de un mundo sin destrucción ni violencia, lo cual ha llevado a la mayoría de los comentaristas o estudiosos de esta pensadora a tratar el tema de la pluralidad como el eje central de su pensamiento. Esta atención privilegiada a la pluralidad ha supuesto en muchos casos el olvido o falta de atención hacia otro elemento que, tal y como intentaremos defender en este ensayo, es necesario para comprender el pensamiento ético-político de Arendt. Nos referimos aquí a la subjetividad. Planteamos por tanto la hipótesis de que, si bien es cierto que la pluralidad es la clave de lo político, esta pluralidad sólo existe en tanto que existen sujetos individuales y singulares, y en consecuencia la subjetividad debería ser entendida como el fundamento último que da sentido al pensamiento arendtiano. Siguiendo esta línea, la pregunta que nos hacemos en este ensayo es la siguiente: ¿queda lugar para la subjetividad en el pensamiento arendtiano? Y si es así, ¿qué lugar le corresponde? De ahora en adelante, veremos cómo, a pesar de que el sujeto que nos propone Arendt se defina como un “ser-entre- los-otros-, un ser cuyos pensamientos y actos se inscriben siempre bajo la asunción de ser un “nosotros”, no deja de poseer una subjetividad singular y única desde la cual se constituyen dichos pensamientos y acciones. La noción de subjetividad en Arendt quedará definida como la diferencia que cada persona es en sí misma. Se trata del yo de cada individuo como sujeto particular, que se siente empujado a aparecer y actuar en el mundo con los otros seres humanos para poder mostrar su unicidad. Veremos cómo este modo de comprender la subjetividad lleva a Arendt a posicionarse a favor de una concepción antropológica del hombre que se aleja de las tesis naturalistas y de aquellas que identifican al yo con el cuerpo, el pensamiento y la voluntad, desligándose de la filosofía tradicional. Frente a estas corrientes, Arendt apuesta por una noción de subjetividad que incide en la singularidad y la pluralidad humana. Tal perspectiva sobre lo humano tendrá implicaciones tanto en la posición a la que quedan relegadas las personas en el mundo (ya no serán creadores del mundo sino actores en él), como en el grado de libertad que se le atribuye a la humanidad (la libertad ya no será entendida como algo personal –libre arbitrium- sino como libertad política, como libertad para actuar). Además, Arendt propondrá a los humanos aprender a situarse en lo que denomina la “temporalidad del yo pensante” Página 6 C. Blasco / La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt frente a la “temporalidad del yo biográfico”, esto es, nos incita a pensar continuamente nuestro presente en vez de anclarnos en el pasado o en un futuro utópico. Además, esta nueva concepción de la subjetividad humana tendrá implicaciones éticas y políticas. Por un lado, Arendt se verá obligada a situarse en una ética de la cautela, según la cual el sujeto, en su comportamiento moral, deberá guiarse siempre por la cautela o precaución de evitar el totalitarismo. Este tipo de ética podría también denominarse como una ética del límite, en el sentido de que el sujeto se sitúa entre lo público y lo privado. Esto significa que la ética debe tener principios universales (lo público) pero sin olvidar que estos se elaboran desde un contexto determinado (lo privado), pues reflexionamos siempre a partir de una situación dada (somos sujetos con un sexo dado, raza dada, etc.). Por ello, Arendt procura no presentar nunca las ideas y las acciones como algo impersonal, sino en su rostro y en su significado humanos. Esta situación que nos es dada a todas las personas desde que nacemos, vendría a ser el límite que nos separa de los otros sujetos pero que a su vez nos permite el acercamiento a ellos, llamándolos sin dictarles condiciones. Desde esta panorámica, podemos observar cómo el papel de la subjetividad es crucial en la ética que nos propone Arendt. Es por eso que Arendt resaltará los conceptos de responsabilidad y juicio. Dirá que somos responsables de nuestros actos aún en el caso de que tengan consecuencias que no deseábamos, y que por ello es sumamente importante tener la cautela de usar el juicio, de actualizar e integrar nuestros pensamientos en los asuntos intersubjetivos para saber qué es lo que está bien y lo que está mal, teniendo en cuenta a los demás. Y esta posición recalca la teoría del mal banal de Arendt, en el sentido de que, si cada persona tiene la responsabilidad de juzgar sus actos, un acto malo se producirá siempre por no haber sido pensado o juzgado. Por otro lado, el pensamiento político arendtiano también presenta perspectivas subjetivas. La definición que Arendt nos propone de la subjetividad, alejada de todas las tesis naturalistas, presta relevancia a la condición humana de ser estructuralmente un ser político. La comprensión del totalitarismo no puede llevarse a cabo a través de las categorías tradicionales, sino que es necesaria una nueva teoría, y con ella, una nueva concepción del sujeto como la que Arendt nos propone. Por eso, la pensadora rechaza la noción clásica de sujeto metafísico como un “ser universal”, y apuesta por una nueva idea de sujeto, la del sujeto político. El concepto de sujeto político es aquel que acoge la heterogeneidad del hombre, y por tanto aquel que posibilita “lo político”, aquel espacio público que mantiene a los hombres unidos y separados al mismo tiempo, debido a la Página 7 C. Blasco / La subjetividad en el pensamiento ético-político de Hannah Arendt irreductibilidad de la diversidad de perspectivas. Este nuevo sujeto político será, dice Arendt, aquel que muestre su “quién” o diferencia ante la comunidad, gracias a su capacidad de actuar y de usar el discurso y el juicio. En esta línea, este trabajo tiene como objetivo principal clarificar y resaltar la importancia que tiene la noción de subjetividad en el pensamiento ético-político de Arendt, ya que, tal y como hemos señalado anteriormente, la mayoría de los autores que han analizado a esta pensadora se han centrado en su concepto de pluralidad por constituir éste la condición que permite al hombre establecer aquello que la autora más valora, el espacio político. No obstante, el presente ensayo pretenderá demostrar que el concepto de pluralidad no tiene sentido sin el reconocimiento de la existencia de la subjetividad, la cual será, en último término, el cimiento sobre el que se asienta todo el pensamiento ético y político arendtiano. Por otro lado, esta investigación también se propondrá como meta responder a la pregunta de si ya está todo dicho sobre el tema en cuestión. De no ser así, se propondrán temáticas más concretas en torno a la subjetividad que podrían ser interesantes para futuras investigaciones. Finalmente señalaremos que, para alcanzar dichos objetivos, hemos llevado a cabo un enfoque teórico basado en el análisis crítico de un conjunto de textos, tanto de la autora que vamos a investigar, Hannah Arendt, como de los pensadores que han comentado su obra en torno a la cuestión de la subjetividad. El plan de trabajo se ha organizado del siguiente modo: 1) Trabajo de Archivo: hemos acudido a las hemerotecas de la Biblioteca Nacional de España, en primer lugar, y de la Biblioteca de la Universidad de la Rioja, en segundo lugar, con el fin de establecer una bibliografía que recopilase todas aquellas obras que nos pudiesen ser útiles para investigar el tema en cuestión. 2) Selección y categorización de fuentes: tras un análisis, se han seleccionado aquellas fuentes que se centraban más específicamente en el tema a tratar, que posteriormente han sido organizadas en varias categorías. Para empezar, hemos diferenciado las obras de Hannah Arendt – entre las cuales cabe destacar La condición humana (1958), De la Historia a la Acción (1953-1979) y La vida del espíritu (1978)- de las de aquellos autores que hablan sobre ella, ordenando las primeras por orden cronológico (de modo que fuera visible la evolución de su pensamiento) y las segundas según la temática (estudios ontológicos, éticos o políticos sobre la subjetividad, y subtemas concretos dentro de estos ámbitos, tal y como aparecen en el índice). Página 8

Description:
Hannah Arendt - llamada Johanna Arendt, judía nacida en Hannover, . la autora que vamos a investigar, Hannah Arendt, como de los pensadores que .. (Richard Dawkins y Antonio Damasio), aunque no nos detendremos ahora
See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.