SU NOMBRE INSPIRABA TERROR.
LAS CIUDADES SE RENDÍAN A SU PASO.
EL TIEMPO LO CONVIRTIÓ EN LEYENDA
Siglo V. Tras la muerte de su tío, Atila tiene solo veintinueve años y hereda, junto a su hermano, un imperio y un ejército que conoce mejor que ninguno el arte de la guerra. Hasta entonces las orillas del Danubio habían separado a los hunos de un Imperio Romano casi en ruinas y la paz había reinado entre ellos.