ebook img

La Sociedad De Los Simulacro PDF

118 Pages·9.161 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview La Sociedad De Los Simulacro

De Mario Perniola en esta colección La sociedad de los simulacros Contra la comunicación Milagros y traumas de la comunicación 't.. Mario Perniola Amorrortu editores Buenos Aires -Madrid Colección Nómadas La societa dei simulacri (seconda edizione), Mario Perniola Índice general e Mario Perniola, 2009. Todos los derechos reservados. Traducción: Carlo R. Molinari Marotto e Todos los derechos de la edición en castellano reservados por Amorrortu editores España S.L., C/L6pez de Hoyos 15,3° izquierda - ¡ 28006 Madrid Amorrortu editores S.A., Paraguay 1225,7° piso -CI057AAS Buenos Aires www.amorrortueditores.com 9 Prefacio a la segunda edición La reproducción total o parcial de este libro en forma idéntica o modi­ ficada por cualquier medio mecánico, electrónico o informático, inclu­ yendo fotocopia, grabación, digitalización o cualquier sistema de alma­ 13 Primera parte. Simulacros y política cenamiento y recuperación de información, no autorizada por los editores, viola derechos reservados. 15 1. Simulacros del poder y poder de los simulacros Queda hecho el depósito que previene la ley nO 11. 723 15 1.·Real e imaginario en la política yen la cultQra Industria argentina. Made in Argentina 19 2. Los simulacros del poder 26 3. El poder de los simulacros ISBN 978-950-518-664-8 (Argentina) ISBN 978-84-610-9038-9 (España) 33 11. Po/{tica cultural y operaci6n cultural 33 1. La transición cultural 39 2. El marxismo, de la ideología al simulacro Perniola, Mario La sociedad de los simulacros. -1" ed. -Buenos Aires: 53 111. Socializaci6n del pensamiento y del imaginario Amorrortu, 2011. 240 p. ; 20x12 cm. -(Colección Nómadas) 53 1. Socialización del pensamiento y aculturación de la sociedad Traducción de: Carla R. Molinari Marotto 61 2. Cultura utopista decorativa y sociedad implosiva ISBN 978-950-518-664-8 (Argentina) mafiosa ISBN 978-84-610-9038-9 (España) 68 3. Socialización de lo imaginario y culturización radical 1. Comunicación social. 2. Filosoffa. I. Molinari Marotto, Carla R. trad. 11. Título. 75 Segunda parte. Simulacros y filosofía CDD302.2 77 Iv. Fen6meno y simulacro 77 1. El rechazo del concepto metafísico de apariencia 81 2. Fenómenos y simulacros Impreso en los Talleres Gráficos Color Efe, Paso 192, Avellaneda, 87 3. Logos y eterno retorno provincia de Buenos Aires, en noviembre de 2011. 92 4. Fenomenología hermenéutica y semiótica pulsional Tirada de esta edición: 2.000 ejemplares. 98 5. La meditación desveladora y la operación simuladora 7 MARIo PERNIOLA 103 V. El ser-para-la-muerte y el simulacro de la Prefacio a la segunda edición muerte 103 1. Desviación y represión de la muerte 111 2. El ser-para-Ia-muerte 118 3. El simulacro de la muerte 127 4. Muerte, tiempo, historia 136 5. La intratemporalidad y la economía política 143 Tercera parte. Simulacros y estética Si se me permite una metáfora, La sociedad de los simulacros es un salvavidas en el proceloso océano 145 VI. iconos, visiones, simulacros de la comunicación. De hecho, se entiende la noción de ~HJ-ª~~!'Q.,no como sinónimo de falsedad, enga­ 145 1. Iconofilia e iconoclastia 153 2. La imagen como simulacro ño, mentira, sino como algo que, ~@_~~~~_~á~~l!ª, de lo verdadero y lo falso,está más cercacl~l juego, 163 VII. Más allá del arte y del diseño erarte~yTac:Uitüiique-deÍa metafísica, la ética y las 163 1. Autonomía y heteronomía: art<;! y diseño ¡crearog"ías ~olíticas. 167 2. Fetiches artísticos y mercancías semióticas ~_~""~N'.~,o., . ...e...s,._ ~.'c--,ta:';sN'_'u"' "a,' l' -'-q-' u... e el primero en introducir este 181 3. El hiperrealismo burocrático y populista término en el pensamiento del siglo XX, y acaso el 186 4. La operación cultural y el simulacro único que lo utilizó de manera coherente y clara, ha­ ya sido Roger Caillois, en su libro Los juegos y los 191 VIII. Hacia una estética general tñdscriiay hombres71a el vértigo, de 1958. Caillois 191 1. Estética y arte distingue cuatro tipos fundamentales de juegos: 197 2. Estética y placer 204 3. Estética e historia agon (competición), alea (suerte), mimicry (simula­ cro) e i1inx (vértigo). Cabe agruparlos por pares, los 213 Conclusión dos primeros por un lado y los dos últimos por el 215 IX. Lógica de la seducCión otro. La competición y la suerte obedecen al espíritu de contienda, aunque la regulan de manera opuesta 215 1. Elogio a Helena 220 2. El nombre secreto de Roma (con el mérito en el primer caso, con el azar en el se­ 223 3. El Teseo francés y el convidado de piedra gundo). También el simulacro y el vértigo están es­ 227 4. La holografía social trechamente relacionados entre SÍ: la imitación, lle­ vada al extremo, suprime el original y es inseparable 231 Reconocimientos 235 índice de nombres de la experiencia del vacío. El simulacro no es un es­ pectáculo recreativo, ni una puesta en escena mani­ 8 9 MARIo PERNIOLA LA SOCIEDAD DE WS SIMULACROS naciones occidentales, ya se habían manifestado, es­ puladora y mistificadora, sÍno un mimetismo que implica el descubrimiento de la precariedad de la pecialmente en Italia, que en este aspecto tuvo un exi~tencia y la suspensión de la subjetividad indivi­ rol anticipatorio. La noción deacción, mito por ex~ celencia de la mode-¡.ñídacCh¡}srdosustItui'dapor-la dual: es una terapia para sobrevivir, que transforma algo deoperaCioni-estauliirrúles intermedio entre la el sentimiento de extravío y desmoralización en una oor.i:·que constituye uno de los pilares de la refle­ voluntad de desafío y una exaltación próxima al xión de Martin Heidegger acerca del arte, y la co­ trance. municación, que a partir de los años sesenta repre­ En el libro que escribí a continuación de este, Del senta la nueva palabra en torno a la cual se condensa sentir, df;sarrollé esa problemática haciendo referen­ la atención de nuevas teorías sociales, como la de cia a la cultura clásica de las posesiones: la sabiduría Marshall McLuhan. oracular apolínea enseña que la flecha que hiere es La sociedad de los simulacros no es un libro nihi­ también la que cura. Hay que aprender a vivir sin lista; por el contrario, proporciona instrumentos engañosos fundamentos metafísicos. Corrientes conceptuales que permiten pensar y obrar en una enteras de pensamiento, tales como el Tao en China sociedad nihilista, aunque se carezca de ilusiones y el Zen en Japón, prescindieron-de ellos ya menu- . respecto de la posibilidad de un cambio a corto pla­ do, sin descuidar las necesidades de la vida munda­ zo. En otros términos, ya es un gran logro no su­ na, alcanzaron una sabiduría superior, que permite cumbir; desafortunadamente, la mayor parte de los obrar sin quedar paralizados por la antítesis entre el pensadores críticos de la segunda mitad del siglo ser y la nada. Como dice Shuzo Kuki, autor de una XX no lograron tanto. Entre quienes conocí perso­ de las más fascinantes obras de la filosofía moderna, La estructura del Iki, la contingencia es una condi­ nalmente, la imperturbable serenidad de Kloss()wski y la soberana indiferencia de Baudrillard represen­ ción inevitable de la realidad concreta en el ámbito de la teoría, pero en el ámbito de la acción tal vez tan excepciones y constituyen un ejemplo: a ellos es­ tá dedicada la parte central del presente libro. sea posible colmar la laguna de la teoría si nos da­ mos a nosotros mismos esta orden: «Obra de tal ma­ Nemi, mayo de 2009 nera que los encuentros no ocurran en vano», A diferencia de lo que sucede en la obra de Kuki, quien la escribió en 1930, el horizonte de la acción no aparece en el presente libro, cuya primera edi­ ción se remonta a 1980, cuando los fenómenos de disgregación social, deslegitimación política y des­ motivación cultural, que hoy hallamos en todas las 11 10 J ) 1. del poder I Simulac~os ¡ y poder de los simulacros 1. Real e imaginario en la política y en la cultura Cuando se habla de cambio en las relaciones entre ~~.~~.~ ifll:~g~!1~~Ei()~,. porTo-'~erieial;lafeferencia obIl­ gada es elmovimiento de protesta de 1968. Nunca cOmo'~n-ton~~shübo una profunda subversión de sus ámbitos, que no se limitó a este o aquel aspecto de su relación, sino que incidió en su sustancia mis­ ma: por un lado, provocando la marginación del po­ der y de la política; por el otro, promoviendo lo imaginario y la poesía a una posibilidad efectiva de intervención práctica. Desde esta perspectiva, tras el 68 habría sobrevenido por doquier la restauración de la separación entre realidad e imaginario,.~I!.t!'~ polític-ª_Y.RQ~_~íª,_restauración que habría llevado, éñ-iín primer momento, a una considerable politiza­ ción de la cultura y, posteriormente, a una privatiza­ ción de las experiencias individuales. Sin embargo, esta interpretación histórica, que presenta al 68 como una revolución fallida, consti­ tuye una aplicación mecánica del modelo concep­ tual revolución/restauración, más que una descrip­ ción adecuada de las transformaciones y subversio­ nes de la década del setenta. Un examen más atento . i 15 MARIo PERNIOLA LA SOCIEDAD DE WS SIMULACROS lleva a considerarla un lugar común, producto de cultura; por el otro, lleva al paroxismo la desrealíza­ una «razón perezosa» incapaz de captar las noveda­ ción y laculturización'deEí'''s()cledad. Este segundó des históricas. aspecto del 68, que porlo'gerierales'oCillt'ado púdi­ En contra de esta interpretación, es oportuno lla­ camente, se manifiesta mediante el regreso de todas mar la atención sobre algunos elementos que indu­ las teorías revolucionarias del pasado (del marxismo cen a considerar que la subversión de las relaciones al anarquismo, del leninismo al conciliarismo), sin entre real, e imagil1a:d~:Ú!.sUJ1P!,ofes.04eJ~qta data) que en ningún momento ni lugar se hagan efectivas aún inconcluso, cuyas premisas anteceden al 68. la revolución, la toma del poder, la formación de los Durante los años Clncuenta yla primera mItad de consejos obreros. Esto, precisamente, da una idea de los años sesenta se hacen evidentes las premisas para la desrealización y de la culturización social: <:L~8 ~:~ una profunda transformación de las relaciones entre no fue una revolución fallida por la sencilla razón de real e imaginario. Esta transformación, estrecha­ '\ ~ qu§C?~f\!~:~ñª~t:evolucióIl) YSil~~1!1b.~r.go.~~p1PºC9, mente vinculada con las consecuencias sociales y. fue un sueño, ni una ilusión colectiva, sino un hecho psicoló.gic;asque acarrean los rrieaios6ecomunica~\\ hlst6·iico·d~~capitalimp()rtancia,. e'l primer hecho de d6ñde masas, la industria cultural, la nueva publi­ históriCo ~caprtiil ímport'anci~'q~~ no puede defi­ 1 cic!a~~~e. manifiest::¡;en prÍmer lugar, con la deSTsalí- ; nirse como «real», en el viejo sentido de la paÍabra. zación.dc:.Ja sociedad, pues en todos los aspectos de El 68, no provocó el derrumbe de pingún gobi~r­ la actividad sociallilmagen parece prevalecer sobre no, pero puso en riesgo la gohernabilidad de todos la realidad, hasta el punto de disolverla, y, en segun­ los~país'es occidentales, es decir, acentuó la desreali­ do lugar, con su culturización, mediante la cual los záeiórcdela política y del poder, colocándolos ante significantes prevalecen por"doquier sobre los sig.ni,. una crisis que no han podido resolver con sus me­ ficados, los referendos sobre los referentes, las ,m~­ dios. Esta crisis, a la que generalmente se presenta diiClones sODre l() inmediato. En esos años, la alter­ como separación entre sociedad y Estado, declina­ nativa autonomi~hetero~omía de la cultura, que ción de la confianza de los ciudadanos en los gober- . había predominado en la segunda posguerra, es su­ nantes, disolución del consenso o deterioro del sis­ perada en favor de una producción literaria y poéti­ tema partidista, es efecto de una profunda subver­ ca más vinculada con la vida práctica, mientras la sión de las relaciones entre real e imaginario, enca­ cultura universitaria empieza a advertir su propio minada a disolver el arraigo de la política en la reali­ retraso. El 68 (que comienza a mediados de los años dad social. La originalidad de esta situación reside sesenta) implica, a la vez, el rechazo de este proceso en que la política se ve en dificultades en su terreno, y de su desarrollo. En efecto, por un lado, se presen­ y se comprueba la inutilidad de todos los remedios ta como. crítica .radical del espectáculo.sücial y.de la políticos conocidos a los fines ,de resolver la crisis. 16 17 .# LA SOCIEDAD DE WS SIMULACROS MARIO PERNIOLA falsas alianzas, quebró la unión entre la teoría y el Dado que no ha habido una verdadera revolución, movimiento de emancipación social, y disolvió toda no es posible una verdadera restauración; la disolu­ relación residual entre el saber y la sociedad. ción de la gobernabilidad no proviene de un movi­ miento político revolucionario dotado de una iden­ tidad precisa, sino del desarrollo de la sociedad de masas. 2. Los simulacros del poder Un fenómeno análogo y complementario se evi­ dencia en la cultura. Así como el político deja de ser Durante la primera mitad del siglo XX, el poder el especialista de la realidad, el literato deja de ser el resolvió generalmente las crisis de gobernabilidad especialistaide lo imaginario. En este ámbito, el cambio de la relación entre lo real y lo imaginario se ~ \! creucmuprrleie lnad fou nacl imóin~Q d!.e. Jrªe"'cc-o.rnesatcriu6-i-n_r,. -..e__-l-d _c~...o.m~n-i.st.-eo.-sn.,. sp_oo..,l.. .í..c.t.,.r i--ec..ao-sr" manifiesta, por ejemplo, como el fin de las vanguar­ \ nuevos modelos de gobierno capaces de ejercer el dia!:.J~tfunción de anticipación aesemp'eñáda'por la "- control social allí donde la coerción no puede o no Cultura perdió su razón de ser ante un proceso histó­ quiere llegar. Al mito político recurren no sólo el rico mucho más sorprendente y diferente que cual­ fascismo y el nazismo, sino también el estalinismo, quier vanguardia. El 68 no puso fin a la cultura Y.~\lS ... el maoísmo, el New Deal de Roosevelt; incluso instituciones, sino quél~s-provoc6 un marestá.~ q~e Gramsci contrapone a la concepción soreliana del sena::1i¿;;:IiQ~crÓnlco."_Es paradójico que hoy el in­ mito sindical el mito del partido político, como más telectual se sienta mucho más inútil que cuando era constructivo, más activo, más capaz de dar concre­ efectivamente inútil, es decIr, cuando su inutilidad ción y desarrollo a una voluntad política que afirma tenía reconocimiento social y, por ende, cumplía una la acción.1 La política se situó,.9t! est~mQdo,como función precisa -lo cual vale tanto para la literatura heredera de láreligión y trató de tornar más gober­ y el arte militante como para la universidad-o El movimiento estudiantil italiano de 1977 puso ~ de manifiesto no la marginalidad de los estudiantes, 1 A. Gramsci, Note su Machiavelli, sulla politica e suUo Stato sino la marginalidad de la cultura y, parad.ºjicíl­ moderno, Turín: Einaudi, 1973, pág. 4 Yn ota 1. Gramsci consi­ mente~itiiQdoY..~9ºre.t09º-,Jajnutilidad""a--e la dera aquí irracional y antihist6rico no el mito, sino la critica del mito (presente en Sorel), según la cual «todo plan preestable­ é~I~i!Tirevolucionaria, crítica, de vanguardia. De cido es ut6pico y reaccionario». Esta crítica originaría la impre­ hecho, al conslde'rata la culfurácomo el instrumen­ visibilidad de los hechos sociales y, por ende, la imposibilidad to de un control ilegítimo ejercido sobre los estu­ de organizar una voluntad colectiva. En otro lugar (pág. 107), diantes, las mujeres, los marginales, como un enga- Gramsci se detiene en la Ilustración, en cuanto creadora de mi­ ño encaminado a establecer falsas solidaridades y tos populares. 19 18 .MARIO PERNIOLA LA SOCIEDAD DE WS SIMULACROS nable a la sociedad recurriendo al mito y a su enor­ por transformaciones tumultuosas y una gran ines­ me poder de cohesión social; ella «toma en las con­ tabilidad de fuerzas, aquella estaba condenada al ciencias el lugar de la divinidad o del imperativo ca­ fracaso. tegórico».2 ._-~ Así pues, si tanto el call1i119QeLmirQ_y-el. SÍmbolQ, Desde hace tiempo, esta solución se ha vuelto ca­ como el delcrúClo~iea1ismp'_p~I!~_i.~2,~~,t~!.lE~rra_4,ºs eIJ?ooer, da vez más impracticable para el poder. Ya a princi­ para ¿hay que llegar ala concÍusión de que pios de los años sesenta, la imposibilidad de lograr este~;eh;~~nvertido en «pariente cercano de la in­ consenso mediante la creación de mitos o de suce­ competencia, la ineficiencia, la ignorancia y, en defi­ dáneos de la religión se expresaba en Estados Uni­ nitiva, la impotencia»,4 y que «sin lograr reproducir­ se como real, abrir nuevos espacios al principio de dos con la tesisdel «fin de las id~,ºl.Ogíªs.»,P,or otra realidad»,s cae en lo irreal y se volatiliza? parte, los medí~s d~ comuni~a~i6n de masas se reve­ Una respuesta muy interesante a estas preguntas lan absolutamente inadecuados para brindar una se encuentra en los escritos de Zbigniew Brzezinski. orientación orgánica y estructuradora capaz de ga­ Ya en el libro publicado inmediatamente después del rantizar un consenso estable. Antes bien, inauguran 68, Between two ages, Brzezinski sostenía que el fin «la era de las convicciones efímeras»; en otros térmi­ de las ideologías, lejos de reducir la relevancia de las nos, una situación de precariedad, de creencias y ideas en política, marcaba el inicio de una época en reacciones variables y provisorias, que agravan la in­ gobernabilidad.3 ~-'-yla cual los problemas planteados por el significado ," de la vida personal y social revestirían una creciente El intento de restaurar las antiguas relaciones en­ importancia. En numerosos artículos publicados en­ tre real e imaginario, de devolver a la política su mo­ tre los años 1971 y 1976, Brzezinski desarrolla una nopolio sobre lo real, está ligado en Estados Unidos verdadera teoría del poder, que constituye una alter­ a ·la Realpolitik de Nixon y Kissinger: el desprecio nativa a las mitologías fideístas y al realismo polí­ de esta hacia cualquier dimensión imaginaria, su tico.6 idolatría de1'Estaclü de hecho y de las relaciones de fuerza imperantes, el modelo' del Congreso de Viena y del equilibrio de las potencias en que se inspiraba, 4 A. Tagliaferri, «Appunti sull'usura del potere», VEL, n° 6. era lo menos apropiado que pudiera imaginarse pa­ 5J. Baudrillard, Oublier Foucault, París: Galilée, 1977 (tra­ ducción italiana: Dimenticare Foucault, Bolonia: Cappelli, ra la situación vigente. En una época caracterizada 1977). 6 Textos recopilados y traducidos al francés en Z. Brzezinski, 2 Ibid., pág. 8. IIlusions dans I'equilibre des puissances, París: L'Herne, 1977. 3 Z. Brzezinski, Between two ages: America's role in the tech­ El artCculo ..America in a hostile world .. (1976) fue traducido al netronic era, Nueva York: The Viking Press, 1970. italiano y publicado en la antología GIi Stati Uniti e I'ordine 20 I 21 t r t f ,\, MARIO PERNIOLtl. LA SOCIEDAD DE LOS SIMULACROS Un ejemplo de poder vinculado con un mito po­ el pasado, sino, ante todo, porque el poder político lítico con trasfondo religioso fue el que ejerció en se enfrenta cada vez más a menudo con situaciones Estados Unidos, en la segunda posguerra, la élite de que ya no logra dominar y que lo llevan a la paráli­ los WASP (White Anglo-Saxon Protestants, protes­ sis. La crisis de 1973 reveló en plenitud la insufi­ tantes anglosajones de raza blanca), tradicionalmen-' ciencia de todas las soluciones tradicionales: son por te ligada a la Iglesia protestante y a las perspectivas demás ilusorias las tesis que afirman que el sistema morales, poder que coincidió con el período de la actual puede afrontar cualquier circunstancia, que Guerra Fría. Según Brzezinski, la guerra de Vietnam Estados Unidos es suficientemente rico como para provocó la derrota de esta clase dirigente y de sus es­ resolver cualquier problema económico, que pue­ quemas conceptuales. No hay regreso posible a las den intervenir en cualquier parte del planeta y, en perspectivas moralistas maniqueas de la Guerra Fría , último término, que de un día para el otro se puede y al mito: la universidad y la industria cultural, que construir un nuevo equilibrio internacional en susti­ en cierto modo son los sucesores «funcionales» de tución del que se concibió entre 1945 y 1949. Mirar , los ámbitos de negocios y eclesiásticos como princi­ de frente la crisis significa, según Brzezinski, darse pales fuentes de autoridad, tienen en Estados Uni­ cuenta de la impotencia de todos los remedios polí­ dos una perspectiva escéptica y desencantada, ajena ticos realistas. La personalización de la política, la a las cruzadas ya las alternativas exclusivistas. No proliferación de acuerdos clandestinos entre los obstante, en varios lugares del globo se manifiesta «poderosos» del mundo, el desprecio de cualquier una peligrosa tendencia a rechazar el modernismo forma de conceptualización acompañada de un universalista, para replegarse en mitos de inspira­ empirismo acrobático, la absoluta falta de un diseño ción autárquica y restauradora, fundados en valores arquitectónico y cultural, reducen la política realista inherentes a la religión, a la raza, a la comunidad I a mero tacticismo y aumentan, si ello fuera posible, primitiva. el descrédito del poder y la ingobernabilidad de los Por el contrario, un ejemplo de poder que hizo Estados. del realismo político su propia base conceptual fue f Lo más importante de los ensayos de Brzezinski el de Nixon y Kissinger, que Brzezinski critica de r \ consiste en la elaboración de una teoría de la imagen manera puntual y precisa. La Realpolitik de aquellos ~ polftica. Si bien se ocupa del problema específico de I no fue realista en absoluto, no sólo porque el pro­ lla imagen de Estados Unidos en el mundo, sus con­ ceso de disolución del poder fue más rápido que en sideraciones presentan un carácter teórico general. ¡ La política exterior de Nixon y Kissinger se basa­ ba, por un lado, en el acuerdo secreto de los repre­ mondiale, al cuidado de C. M. Santoro, Roma: Editori Riuniti, 1978. sentantes de las dos o tres naciones más fuertes del 22 r 23 ! r l

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.